TEMA 14. LÍRICA MEDIEVAL

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LA LITERATURA MEDIEVAL La Edad Media es un larguísimo período de unos mil años que iría desde el s. V (476: Caída del Imperio Romano de Occidente / 711: Invasión árabe de la Península Ibérica) hasta finales del s. XV. La mayoría de la gente vivía en el ámbito rural, en pequeños pueblos; las ciudades tenían poca importancia y los malos caminos y primitivos medios de transporte hacían difíciles las comunicaciones. La sociedad se dividía en estamentos: el de los eclesiásticos, el de los nobles y el de los labradores. Los dos primeros eran los propietarios de la tierra, mientras que los campesinos eran los que la trabajaban y entregaban parte del fruto a los señores a cambio de su protección. En esta sociedad, los nobles eran los encargados de defender militarmente a sus vasallos y la Iglesia se centraba en la vida espiritual. Además, cada hombre nacía en una determinada situación social y difícilmente podía salir de ella. Pero esta organización social, llamada feudalismo, entró en crisis a partir del s. XII (Baja Edad Media ss. XIXV), cuando las ciudades crecieron y se multiplicaron las rutas comerciales. Desde entonces, tuvieron más importancia los burgos (las ciudades) y sus habitantes formaron una nueva clase social: la burguesía. Durante estos siglos la cultura escrita se refugió en los monasterios, donde los monjes se encargaron de conservar y transmitir los saberes de la Antigüedad. Allí se copiaban a mano los libros (manuscritos), que eran escasos, y el latín era la única lengua vehicular para la transmisión del conocimiento y de la literatura culta. Existía, por otro lado, una cultura popular no escrita, de transmisión oral. Por eso, las primeras manifestaciones literarias en lengua romance serán de carácter popular y oral, ya sean de género lírico o épico. La poesía culta y la prosa literaria en lengua romance no aparecerán hasta el final de este periodo. El s. XV marca el fin de la Edad Media (1453 Caída del Imperio Bizantino / 1492 Descubrimiento de América). En este período prospera la burguesía, que difunde su mentalidad y sus valores: el individualismo, la ganancia, el provecho económico, el ansia de conocimiento. Los grandes estados europeos y sus monarquías se fortalecieron, iniciando su expansión hacia otros continentes, es la era de los descubrimientos. En la cultura tiene una gran trascendencia la invención de la imprenta, que abarató los libros y los hizo accesibles a un amplio público. Es entonces cuando se expande desde Italia el Humanismo— movimiento cultural que sitúa al hombre en el centro de su interés—, se revaloriza el cultivo de las letras y de las bellas artes, se vuelve la vista hacia la Antigüedad clásica y se escribe tanto en latín como en lengua romance.

TEMA 14: LA LÍRICA MEDIOVAL LA POESÍA MEDIEVAL ORAL En una sociedad iletrada, el verso es anterior a la prosa, pues los textos debían transmitirse de memoria y el verso, unido a la música, favorecía esa memorización. La poesía lírica se expresaba a través de canciones y bailes. La poesía épica también iba normalmente acompañada de música. Ambas, lírica y épica, eran difundidas por los juglares, cantores y actores que divertían a las gentes en los pueblos y castillos. De ahí que se denomine mester de juglaría al oficio (mester) propio de los juglares. La poesía lírica tradicional Conservamos algunos testimonios escritos de la lírica oral peninsular en la Edad Media. Tal es el caso de las jarchas mozárabes y de las cantigas de amigo gallegas. Las jarchas (las primeras manifestaciones de nuestra literatura) son breves composiciones líricas en mozárabe, la lengua derivada del latín que se hablaba en territorio musulmán. Estos pequeños poemas (principalmente de cuatro versos hexasílabos u octosílabos con rima consonante en los versos pares) se transmitieron oralmente y algunos de ellos quedaron recogidos en textos cultos (moaxajas) escritos en su lengua por poetas árabes y hebreos andalusíes en los siglos XI y XII.


Muchas comparten rasgos con las cantigas de amigo gallego-portuguesas, como, por ejemplo, el tema amoroso (olvido o alejamiento del amado,“amigo” o “habib” en las jarchas) y la voz femenina. Aunque estas últimas incluyen rasgos propios como la presencia de elementos de la naturaleza o una estructura rematada por estribillos. Las cantigas conservadas aparecen firmadas por trovadores (rey Denis, Martín Códax o Pero Meogo). Dentro de la lírica popular también se encuentran, en la zona de Castilla, los villancicos, principalmente de tema amoroso, pero también de trabajo, fiesta, infantiles o humorísticos; y las serranillas, donde, con un tono realista, un caminante se encuentra en el campo con una pastora. Las figuras literarias más empleadas en estas composiciones son los paralelismos y las repeticiones. Además, el verso de arte menor y la rima asonante son características comunes. Clasifica los poemas de la página 149. La lírica culta La primera manifestación en lengua romance de la lírica culta es la poesía provenzal, cultivada por trovadores en el sur de Francia en los siglos XII y XIII. Estos poetas cultivaron distintos subgéneros: la cansó (temática amorosa, el amor cortés), el planh (lamento por la muerte de un personaje relevante) o el sirventés (crítica de los enemigos o sátira de conductas sociales). En Cataluña se cultivó la poesía provenzal, pero a comienzos del siglo XV se desvinculan de los modelos franceses y escriben en catalán. Destaca el valenciano Ausiàs March. En gallegoportugués se componía la lírica culta hasta el siglo XIV en centro, oeste y noroeste peninsular. Cantigas de amor, al estilo de las cansós provenzales, y las cantigas de escarnio y maldecir, relacionadas con el sirventés provenzal. Desde mediado del siglo XIV se desarrolla en Castilla la poesía culta, cortesana, que se recoge en colecciones llamadas cancioneros. Algunos de ellos son el Cancionero de Baena (1430), el Cancionero de Estúñiga (1460-1463), Cancionero general (1511) o Cancionero musical de palacio (1505-1520). Presenta dos grandes subgéneros: la canción (composición breve destinada al canto y con temática amorosa) y el decir (poema extenso cauce de reflexiones morales, políticas o filosóficas. Estas obras son herederas de la poesía trovadoresca y de la obra de poetas italianos como Dante o Petrarca y tienen como tema más frecuente el amor cortés. Esta concepción amorosa nace de la consideración de la mujer como un ser superior al que el enamorado rinde culto y vasallaje, como si de un señor feudal se tratara. El poeta se convierte en siervo de la dama, que reúne todo tipo de virtudes, llegando en ocasiones a la hipérbole sacroprofana del amor como religión. Es habitual el desdén de la dama y el sufrimiento del enamorado (carácter paradójico). Léxico característico cargado de connotaciones eróticas. Jorge Manrique es, junto al marqués de Santillana1 y Juan de Mena2, uno de los poetas cortesanos más importantes, pero ha pasado a nuestra historia de la literatura, sobre todo, por las Coplas a la muerte de su padre, una elegía o planto (del latín plantum, “llanto”) en la que la experiencia de la muerte de su padre conduce al poeta a una meditación sobre la vida y la muerte.

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Escribió: 16 canciones, varios decires (plantos o elegías fúnebres y decires de influencia italiana como El infierno de los enamorados), 8 serranillas y 42 sonetos al “itálico modo” (primera tentativa de aclimatación del soneto a la lengua castellana). 2 Escribió Laberinto de fortuna, extenso poema que reflexiona sobre la variabilidad de la Fortuna y su relación con la Providencia divina. El poema evoluciona hacia una obra política de exaltación del rey Juan II de Castilla y su valido, el condestable Álvaro de Luna. 300 coplas de arte mayor, cada una compuesta de ocho versos dodecasílabos con rima consonante (12A 12B 12B 12A 12A 12C 12C 12A).


Las Coplas se suelen dividir en tres partes, en las que la reflexión va progresando desde las ideas generales al caso concreto de la muerte del padre: a) Meditación sobre la vida terrenal, la igualdad ante la muerte y la fugacidad de lo mundano. (Coplas I a XIII) b) Desarrollo del “ubi sunt?” (“dónde están”) y la vida de la fama, con ejemplos de personajes ilustres y sucesos de la historia de Castilla. (Coplas XIV a XXIV). c) Glorificación de la vida eterna a través del ejemplo de su padre, el maestre don Rodrigo Manrique, quien aparece como ejemplo de caballero cristiano. Gracias a sus hechos gloriosos y a la fama conseguida con ellos, deja un gran consuelo a sus parientes. (Coplas XXV a XL). Tres de los tópicos que recoge en sus coplas son: “memento mori” (recuerda que morirás), “Ubi sunt?” (¿dónde están?, es decir, ¿dónde han ido a parar los que un día fueron célebres?) y “tempus fugit” (el tiempo huye). El poema está compuesto en coplas de pie quebrado o manriqueñas (8a 8b 4c 8a 8b 4c) y su lenguaje es claro y natural. Coplas de Jorge Manrique. Actividades página 155: 21, 22, 25. A continuación, leer la actualización de Luis García Montero: Coplas a la muerte de su colega. http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/HISTORIA_LITERATURA/MANRIQUE/coplas_garciamontero.htm


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