Los incels: una aproximación a la manosfera hispanohablante en Twitter

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Los incels: una aproximación a la manosfera hispanohablante en Twitter

TRABAJO DE FIN DE GRADO

Realizado por: Cristóbal Angulo Rivero

Tutorizado por: Dra. Salomé Sola-Morales

Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual Curso 2022/2023

Resumen

Este estudio apunta a explorar el movimiento incel y sus manifestaciones dentro de la manosfera hispanohablante de Twitter, tomando en cuenta diversos aspectos de las relaciones dentro de la red social. Con relación a los perfiles, se observan de manera individualizada a la vez que en sus interacciones entre ellos Se analiza el contenido y el discurso común en la comunidad, así como las representaciones de ambos géneros mediante el uso de lugares comunes, premisas asumidas y mantras. Los mecanismos de cámara de eco retroalimentan las conductas misóginas y sus referentes alientan estos comportamientos. Las construcciones de los roles de género se reproducen a varios niveles, perfilando una imagen distorsionada de la sociedad, aparentemente beneficiando a las mujeres por el hecho de serlo. Esto crea tensiones al crear un conflicto ilusorio con los derechos de los hombres, y ocasiona que diferentes modelos de género choquen Estas manifestaciones de la violencia online se traducen en diferentes comportamientos que pueden incluso proyectarse más allá de la red, sobre todo en el espectro político.

Palabras clave

Incel, manosfera, género, Twitter, gendertrolling, misoginia

Abstract

This study aims to explore the incel movement and its manifestation in the Spanish-speaking manosphere in Twitter, keeping in mind various aspects of the relationships within the social network. About the profiles, we observe each one individually together with the interactions they made between themselves. Content and common discourse is analyzed, as well as both genders representation through cliches, assumed premises and mantras. Echo chambers mechanisms feed mysogyinistic behaviours back and their idols promote these demeanors. Gender roles constructions are shown at several levels, drawing a distorted image of society, apparently in favour of women just because of them being so. This leads to tensions due to an illusory conflict with mens rights , and open on to a clash between different gender models. These manifestations of online violence translate into different behaviours which can even project beyond Internet, mainly in the political spectrum.

Keywords

Incel, manosphere, gender, Twitter, gendertrolling, misogyny

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2 | Page Índice 1. Introducción…………………………………………………………………………..3 2. Marco teórico 5 2.1 Discursos de odio, de la comunicación de masas a las hipermediaciones……5 2.1.1 Internet y las cámaras de eco en la difusión de mensajes de odio………………………………………………………..6 2.1.2 El trolling como estrategia de los discursos de odio…………7 2.1.3 El gendertrolling como estrategia de violencia contra las mujeres .8 2.2 La construcción de nuevas masculinidades en Internet: la manosfera .9 2.2.1 Antifeminismo: la masculinidad como antagonista de la lucha por los derechos………………………………………………………….10 2.1.2 La manosfera como zoológico social………………………..12 2.1.2.1 Pick-Up Artists o PUAs 13 2.1.2.2 Los Men Right Activists o MRAs ..14 2.1.2.3 Los Men Go Their Own Way o MGTOW .14 2.1.2.4 Los involuntary celibate o incels…… ………….16 3 Metodología……………………………………………………………………………18 3.1 Estrategias metodológicas………………………………………………….18 3.2 Contexto, escenario y participantes…………………………...……………19 3.3 Foco de estudio y dimensiones de análisis…………………………………20 3.4 Selección de la muestra de estudio…………………………………………22 3.5 Instrumentos y recursos de la investigación………………………………..23 3.6 Tratamiento de análisis de los datos e interpretación de resultados………..23 3.7 Objetivos y preguntas de la investigación………………………………….23 4 Resultados de la investigación………………………………………………………….25 4.1 Primerobjetivo:Analizarlaestructurajerarquizadaylosflujosdepoderdentro de la manosfera …………………………………………………………….25 4.2 Esbozar una gama de perfiles arquetípicos y sus dinámicas inherentes, observando los procesos de transformación de la identidad de los sujetos 27 4.3 Analizarlos contenidos yel discurso paraconstruir unarespuestamásefectiva, detectando los procedimientos argumentales y los lugares comunes, así como las estructuras narrativas. …………………………………………………...29 4.3.1 Lugares comunes……………………………………………….29 4.3.2 Procedimientos argumentales ..30 4.4 Identificar conductas misóginas y sus diferentes manifestaciones, desde las explícitas hasta las subyacentes a interpretaciones sutiles de la actualidad diaria………………………………………………….……………….…….32 5 Conclusiones……………………………………………………………………………34 6 Referencias………………………………………...……………………………………39

1. INTRODUCCIÓN

El tema de la investigación que se presenta supone aunar dos de las problemáticas pujantes en la sociedad actual como son el machismo y las nuevas formas de comunicación en la red. El estudio tiene por objeto de estudio la manosfera, más concretamente el fenómeno incel en la comunidad hispanoparlante de Twitter. Este es un campo que ha cobrado relevancia en los últimos tiempos, posicionándose como una opción identitaria que los jóvenes.

Este fenómeno se ha ocasionado por la confluencia de varias corrientes de internet. Estas causas, que abarcan diferentes índoles –desde la política a la cultural– son imprescindibles para analizar este tema adecuadamente.

Este estudio viene motivado por intereses que comprenden diferentes ámbitos, como pueden ser el personal y el académico, además del que emana del ejercicio del periodismo como actividad profesional.

En primer lugar y a título personal, he observado cómo esta suerte de “ideología” se hacía un sitio entre el imaginario colectivo, que de alguna manera ha normalizado conductas misóginas haciéndolas pasar por otra opción igual de válida. Las habilidades sociales de estos individuos también han conseguido llamar poderosamente mi atención, pues su forma de interactuar en la red es notoriamente diferente que la del usuario promedio.

A nivel académico, si bien hay algún estudio que ya aborda a este grupo o sus dinámicas, creo que la maleabilidad de los datos y la manera en la que la información en Internet se presenta de diferente manera para cada persona, hace necesarias nuevas aproximaciones al tema. De manera análoga, como profesional de la información, considero necesario este tipo de trabajos académicos en los que se entra en contacto con grupos externos en las antípodas de nuestros ideales para 1) entender mejor qué motiva a estos grupos y 2) tener las herramientas para elaborar una respuesta efectiva.

Paraello, el estudioabordadesdeunaperspectiva etnográfica estaproblemática,tratandodesde su vertiente virtual a los incels como una población autóctona. Desde la teoría feminista y partiendo de referencias como las de Stephanie Coontz (2011), Betty Friedan (1963) o Judith Butler (1990) entre otras, y con un enfoque cualitativo, la investigación se sirve de tags o etiquetas para conseguir clasificar el contenido producido por la muestra.

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Con esto se pretende lograr una aproximación académica a este ecosistema nativo de Internet, en el que prosperan dinámicas misóginas y propagandísticas La metodología propuesta tiende un puente hacia una visión sin contaminar de la manosfera, con el sujeto mismo como fuente primaria.

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2. MARCO TEÓRICO

2.1. Discursos de odio, de la comunicación de masas a las hipermediaciones

El mundo actual se caracteriza por estar bajo un paradigma comunicativo globalizado y descentralizado Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han revolucionado el ecosistema mediático, brindando a la ciudadanía la capacidad para acceder a la comunicación de masas desde sus propios nodos y redes de comunicación, llevando a lo que Carlos Scolari (2008) define como “hipermediación”, esto es, “procesos de intercambio, producción y consumo simbólico que se desarrollan en un entorno caracterizado por una gran cantidad de sujetos medios y lenguajes interconectados tecnológicamente de manera reticular entre sí” (113-114) Esta misma naturaleza globalizadora hace que se magnifiquen tendencias que ya se dan en comunidades más pequeñas, así como aparezcan fenómenos que nacen de la propia naturaleza del entorno de la comunicación de masas.

Las particularidades de este modelo han constituido el caldo de cultivo idóneo para los discursos de odio. Entendemos esta dinámica según la definición de Iginio Gagliardone, Danit Gal, Thiago Alves, y Gabriela Martínez, (2015), que se refieren a ellos como “aquellas expresiones que fomentan los prejuicios o la intolerancia y contribuyen indirectamente a que se genere un clima de hostilidad que pueda propiciar, eventualmente, actos discriminatorios o ataques violentos” (p. 6). Estos mensajes entran en liza, además de como instrumento de opresión hacia los colectivos desfavorecidos, como un mecanismo para polarizar las campañas (Lim, 2017) especialmente relevante en un entorno hiperpolitizado como es el de las redes sociales

El análisis de los discursos del odio precisa de un enfoque holístico, ya que se extiende más allá de una perspectiva meramente comunicativa. Es así como encontramos estudios que revelan que los mensajes de odio consiguen radicalizar las posturas mediante lo polarización (Torok, 2013). Los emisores de estos mensajes, además, son conscientes de las reglas del juego en la comunicación de masas. De esta manera, usan el concepto de la espiral del silencio (Noelle-Neuman, 1986) como instrumento de victimización, presentándose como los silenciados, los portadores de un mensaje “contrapúblico” (Fraser, 1990).

Los discursos de odio, también llamados intimidatorios, tienen varias características, como su circularidad (López Muñoz et al., 2010) o que logran una plétora de efectos que van desde la

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reafirmación identitaria del grupo dominante hasta la generación de inseguridad o miedo en el grupo dominado (López Muñoz y Capponi, 2017).

La construcción de estos mensajes se articula, como apunta Matthew Williams (2021) a través de cinco elementos fundamentales: (1) la infracción de las reglas; (2) la vergüenza en las víctimas; (3) el miedo en los damnificados a través de amenazas e intimidación; (4) la deshumanización de las personas afectadas, comparándolos con insectos, alimañas o primates, por ejemplo; y (5) la desinformación sobre las personas y grupos de pertenencia. Cada uno de estos puntos posee particularidades que serán desarrolladas en subsiguientes epígrafes en la medida en la que se adecúen a las particularidades del objeto de estudio.

2.1.1 Internet y las cámaras de eco en la difusión de mensajes de odio

Una vez más, debemos considerar el fenómeno de los discursos de odio como una parte más del todo que supone la sociedad de la información, donde los medios tecnológicos permean en gran medida en el mensaje y los procesos de significación generales. El canal como mensaje afecta las dinámicas de difusión matizándolas, pero también juega un papel fundamental a la hora de reafirmar tendencias.

Las interacciones en línea funcionan, como otros medios masivos, como una suerte de elongación virtual de las relaciones interpersonales (Habermas, 2005). Sin embargo, existen procedimientosporlos cualeselusuarioseveempujadoporlapropiaconfiguracióndel espacio comunicativo hacia posiciones concretas. Es lo que se conoce como cámaras de eco (Schlegel, 2019),unmecanismomedianteel cual elusuario,presadeunalgoritmoomnisciente,esllevado a paradigmas comunicativos poco plurales, casi endogámicos, donde un imaginario colectivo limitado se refuerza por el contacto exclusivo con personas afines. En palabras de Eero Salojärvi, Matti Rantanen, Emilia Nieminen, Alina Juote y Heidi Hanhela (2020) “no importa lo de nicho que sea una agenda política, las redes sociales siempre serán capaces de poner en contacto a personas de pensamiento similar” (p. 4).

Esto puede entenderse como una transmutación de un fenómeno que, al fin y al cabo, también se da en la sociedad fuera de las pantallas. No obstante, existen particularidades que hacen que se acentúen estas características en el entorno digital. Mientras que, en el mundo físico, el contacto con grupos exógenos puede darse sin pretenderlo y de manera individualizada y aislada, en la red estos contactos son predominantemente intencionales, y se afrontan como experiencias grupales. La utilidad de esto puede ser, como apuntan Rune Karlsen et al (2017)

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que las personas tienden a reafirmarse más en su ideario cuando entran en confrontación, esto es, cuando hablan con alguien que no está de acuerdo con ellas.

Esta dinámica produce en el emisor de mensajes de odio una respuesta positiva, configurando entonces lo que conocemos como cámaras de eco emocionales (Elsen-Ziya et al, 2019) donde, ante una dicotomía entre si creer una información o la otra, ya no es cuestión de qué información esté disponible –para apoyar o desmentir cada una de las posturas–, sino de qué puedo ganar emocionalmente creyéndome cada una de ellas (Howell, 2020).

Resulta esencial tener en cuenta estos fenómenos a la hora de abordar las metodologías que vayan a aplicarse en la red, así como los fenómenos que han surgido de esta.

2.1.2 El trolling como estrategia de los discursos de odio

En los nuevos entornos comunicativos, es habitual que prácticas “antisociales” (Cheng et al., 2017) interrumpan las posibles conversaciones constructivas. La práctica por antonomasia de este tipo en el ecosistema de internet es el trolling

Aunque las anteriormente citadas conductas antisociales online suelan considerarse una extensión de estos mismos comportamientos fuera de la red (Kayany, 1998), conviene atender al troll como una figura originaria de Internet, que no sería comprensible aislado de su entorno.

El trolling ha sido recogido en la literatura bajo un amplio abanico de definiciones: como alguien que, en un inicio, se hace pasar por un participante legítimo que más tarde intenta sembrar la discordia en la comunidad (Donath, 1999); alguien que intencionadamente perturba las interacciones de una comunidad (Schwartz, 2008) o alguien que, simplemente, disfruta haciendo enfadar a los demás (Kirman et al, 2012).

En cuanto el perfil del troll, aunque hay estudios que han demostrado que pueda haber rasgos de la personalidad que presdispongan a estos comportamientos (Buckels et al, 2014; Raine, 2009). No obstante, la conclusión que arroja la literatura al respecto es de cualquiera es susceptible de convertirse en este tipo de sujeto (Cheng et al., 2017).

Tanto la práctica como los practicantes se han consolidado en los últimos años como una herramienta fundamental para la difusión del discurso de odio. El objetivo primordial de los trolls es causar una reacción (negativa) sobre el interlocutor. Así, se agrupan en redes para aumentar contundencia y capacidad de acoso, al tiempo que se retroalimentan entre ellos. De

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esta manera es fácil verlos como una herramienta de difusión de ideas de una manera cuasi propagandística, donde los discursos del odio tienen un lugar privilegiado.

2.1.3 El gendertrolling como estrategia de violencia contra las mujeres

Dentro del ecosistema de Internet, y de entre los diferentes entornos en los que se da el trolling en la web, se distingue un subtipo especializado focalizado en su acción contra las mujeres.

El concepto de gendertrolling aglutina el grueso de actividades online que tienen por objetivo denostar al “segundo sexo” aprovechándose de las cámaras de eco y las debilidades de Internet como ecosistema comunicacional. Sus características principales, según Karla Mantilla (2013) se resumen en: (1) la participación de varias personas, muchas veces coordinadas; (2) insultos basados en el género; (3) lenguaje cruel, relacionados con los discursos de odio; (4) amenazas creíbles; (5) intensidad, enfoque o duración inusitada de los ataques; (6) reacción contra las mujeres que se quejan.

Los ámbitos en los que se perpetra el gendertrolling abarcan, según Tracy Everbach y Jacqueline Ryan Vickery (2018) un espectro completo que puede entenderse en base a la siguiente figura:

De esta manera, el gendertrolling comprende multitud de formas y manifestaciones, pero siempre bajo la misma máxima: la misoginia, el ataque a la mujer por el mero hecho de serlo.

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Fuente: Soraya Chernaly y Debjani Roy, 2016

2.2. La construcción de nuevas masculinidades en Internet: la manosfera

Este nuevo paradigma hipermedial (siguiendo con la propuesta de Carlos Scolari, 2008) trae consigo la formación de nuevas identidades supeditadas a las nuevas reglas del juego. Esto se da, en parte,porqueel acercamiento delas nuevas tecnologías ala población dea piehallevado consigo una difusión del “conocimiento de género” (Rothermel, 2020). Esta evolución epistemológica acarrea consecuencias en multitud de campos tanto sociales como de diversa índole, entrelos quese encuentran lacreación de unacomunidad feministainternacional, capaz de llevar a cabo campañas y acciones con repercusión real (Sola-Morales y ZurbanoBerenguer, 2021).

Como consecuencia lógica de este paso adelante, se ha repensado profundamente el concepto de masculinidad, ya que ha tenido lugar un “resquebrajamiento de los pilares tradicionales donde se sustentaba la masculinidad hegemónica” (Ranea, 2021). Se ha desplazado irremediablemente el eje de valores, y a esta transmutación del imaginario colectivo hay que achacar una nueva imagen de la masculinidad, que se abre a nuevas posibilidades.

Nuevas posibilidades que traen, no obstante, otras problemáticas con las que los individuos no siempre encuentran solución. Pero para observar este fenómeno, es conveniente no teorizar sobre elucubraciones basadas en el pensamiento deductivo en base a las nuevas corrientes sino, de acuerdo con la metodología de análisis del discurso, dejar que sean estos nuevos arquetipos los que se definan así mismos.

La deixis es el proceso mediante el cual el sujeto se enuncia a sí mismo, constituyéndose en el acto y el contenido del habla. Puede verse, entonces, como un enfoque válido a la hora de estudiary explicarestos nuevos perfiles quesurgen sobretodo enel espacio virtual. Un Internet que, además, tiene la característica de facilitar la cohesión entre individuos, por lo que al estudio de los perfiles podría añadírsele una capa extra analizando el comportamiento en comunidad. La interacción de estos colectivos, con grupos tanto endógenos como exógenos, puede configurar una imagen más fidedigna de la propia ontología de las nuevas masculinidades, aportando una visión prístina, de primera mano.

Gran parte de estos nuevos arquetipos, no obstante, y conforme a lo expuesto al principio de este epígrafe, están sometidos al juicio de una sociedad concienciada (al menos en parte) con la equidad de género, se enmarcan en este nuevo cajón de sastre que constituye en los últimos tiempos, lo “políticamente incorrecto” (Monroy Nasr, 2021). Esto hace que los ambientes en

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los que proliferan estos nuevos perfiles sean de nicho, a la sombra de lo mainstream, hecho que refuerza tanto el efecto cámara de eco (véase epígrafe anterior) como el sentimiento de pertinencia o comunidad. Además, lejos del foco general, la semiótica de estos grupúsculos se radicaliza, carente de crítica.

Muchos de ellos, además, crecen bajo la idea de ser “masculinidades subalternas” (Connell, 2005) lo que les hace sumirse en un dinámicas más cerradas y autorreferenciales. Estas comunidades crecen de inexorable en nichos específicos de internet, usando herramientas propias de este ámbito, como puede ser el uso de memes como “pegamento identitario” (Campos, 2020). Además, existen circunstancias en las que las mismas plataformas guardan un veto para usuarios neófitos (y, por tanto, no trackeados por los moderadores), propiciando así el auge de ciertos discursos, como es el caso de forocoches (íbid).

2.2.1 Antifeminismo: la masculinidad como antagonista de la lucha por los derechos

En estas masculinidades anteriormente definidas como subalternas existe cierto sentimiento de comunión orbitando alrededor de un concepto: el concepto de píldora roja. Esta noción es una referenciaalapelícula Matrix (1999),dondeel protagonistatienequedecidirsi prefiereolvidar que vive en una simulación y seguir viviendo en ella ajeno a lo irreal (píldora azul) o despertar y luchar contra quien impone esta simulación, aunque esto implique salir de su zona de confort (píldora roja).

Para estas masculinidades, la píldora roja es la idea de que vivimos en una sociedad ginocéntrica, que favorece a la mujer por encima de los hombres (ellos). Esta idea aporta una verdadera unión (Ging, 2017), cuyo sentimiento común nace en base al topos del marginado (Moreno, 2019). No obstante, antes de seguir definiendo los comportamientos y características de esta población, conviene definir y poner nombre al ecosistema en el que se desarrollan.

La manosphera, (o androsfera en algunos estudios en español) ha sido definida como un conglomerado de espacios virtuales heterogéneos que dan cabida a una multitud de movimientos masculinistas basados en la propagación de discursos misóginos y antifeministas (Ging y Siapera, 2018). Si bien es cierto que existen numerosos estudios sobre este entorno en países angloparlantes, la manofera en español aún es territorio prácticamente ignoto para la literatura académica salvo contadas excepciones como Verónica Engler (2017).

Entendiendo este concepto, no es por tanto muy difícil relacionar esta noción como un foco de lucha contra los avances feministas y, en resumen, de crítica y desprestigio de las campañas

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pro- igualdad. Para ello, se sirven de diversas herramientas, como el “troleo de género” (VillarAguilés y Percourt, 2021), que no es más que violencia de género digital organizada cuyo objetivo es frenar precisamente los avances feministas. A este respecto, Amnistía Internacional (2021) señala que la violencia de género digital es una tendencia en aumento en los últimos años, en parte gracias al papel de la manosphera como configurador de identidad de distintos grupos. Además, se encargan de dar pie en la red a la “desinformación de género” (Occeñola, 2018) instrumentalizada como un arma contra las mujeres que habitan Internet.

Todas estas acciones parten de la premisa de que el feminismo no es más que “ideología de género” (García-Mingo y Díaz Fernández, 2022), algo, por tanto, sujeto a opiniones y, según ellos, bandos. Una terminología que, en España, tiene vínculos con la derecha política y mediática. En esta guerra de trincheras, el machismo colaborativo de la manosfera (Morgue, 2019) se identifica como víctima del feminismo (Zimmerman, 2018). Esto es, a veces, incluso un pretexto válido para ejercer la violencia (íbid) y restaurar así el equilibrio (Tranchese y Sugiura, 2021). Un equilibrio que, en realidad, no es otro que el estatus privilegiado que le otorgaba el patriarcado a la antigua, del que bebe y al que desean volver (Higgings, 2018).

Esta violencia también tiene lazos con el concepto que estos grupos tienen de la masculinidad, para quienes ambos conceptos son casi epítetos (Vito et al, 2017). Una particularidad que resulta curiosa, dado que encontramos entre los mismos grupos corrientes en las que se cuestiona la existencia de la violencia de género,, y sobre todo su legislación (Igareda et al, 2021). Una tendencia que, una vez más, guarda similitudes con ciertos sectores del espectro político, interrelacionándose más estrechamente si cabe. Para más inri, acentúan esta contraposición entre “facciones” usando el lenguaje feminista en contra del propio movimiento (Allan, 2016). Esto responde, según este mismo autor, a la intención de las nuevas masculinidades de “levantar conciencia” (íbid) en lo que se conoce como strange stirring (Friedan2001,15;Coontz2010),estoes,usanel“poderdelavíctima”(Farrell,1993)copiando o invirtiendo los conceptos según cuadre, para así generar una respuesta en los demás hombres. De esta manera, el ginocentrismo o la “gynotopía” sustituyen al patriarcado; se reivindica el orgullo de ser hombre o la sororidad se convierte fraternidad.

Esta “misoginia militante” (Zimmerman, 2018:12) se sirven de las herramientas enunciadas en anteriores apartados (Williams, 2021) como la deshumanización de los grupos exógenos (Lindsay, 2022) correspondientes, en este caso, a las mujeres y los hombres que consideran portadores de una masculinidad válida para esta sociedad supuestamente ginocentrista. Esto

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deriva en grados de violencia cada vez más acusados, basándose en la simple idea de pertenencia y alteridad, “nosotros” contra “ellas”.

De esta forma queda considerada una masculinidad híbrida (Ging, 2017) que les permite jugar la carta del victimismo alegando la opresión que el feminismo ejerce sobre ellos para dominar y expulsar a las mujeres en base a una masculinidad agresiva y tradicional.

2.2. La manosfera como zoológico social

Antes de abordar las subdivisiones de la manosfera y las diferentes particularidades que atañen a las mismas, conviene esbozar las premisas que mantienen unidos a estos grupos bajo unos ideales parecidos.

La idea de la píldora roja se yergue como el gran hito desde el que partir, a saber, la sociedad es ginocéntrica y está en contra de los varones (que conforman estos colectivos). Resulta esencial para el estudio de estos grupos conocer estos conceptos, en la medida en la que esta comprensión puede resultar útil a la hora de elaborar contra-discursos o defenderse de ataques orquestados por estos colectivos. No obstante, la vía más segura para frenar estas amenazas a los derechos reside en una educación con perspectiva de género (Salojärvi et al., 2020).

Otros conceptos asociados son la crisis de masculinidad (ante la que postulan una vuelta a los valores tradicionales del patriarcado) y una concepción de las redes sexoafectivas como un mercado, que se plaga además de vocablos relacionados con el mercantilismo (mercado sexual, mujer de valor, etc.) Esta inmersión de algo como las relaciones en las lógicas capitalistas sugieren la relación de estos grupos con corrientes políticas de derechas (conservadurismo y glorificación del patriarcado tradicional, responsabilización de los problemas actuales a los nuevos movimientos sociales), así como la concepción de las relaciones sexuales como un mecanismo de jerarquización dentro de la sociedad. Incluso se jactan de usar “parámetros objetivos” como el SMV (Sexual Market Value) para medir la validez de una persona en base a lo que (ellos) consideran atributos deseables sexualmente por la sociedad. Estos grupos, de hecho, comparten raíces pseudo-intelectuales con la extrema derecha (Green 2019; Nagle 2016), arraigadas en el positivismo biológico y el supremacismo blanco, apoyándose en obras como The Bell Curve (Murray, 1994) ampliamente desmontadas académicamente.

Este concepto también hilvana con la idea que se tiene en la manosfera de una supuesta “edad dorada” que no es sino el patriarcado tradicional, donde los roles de género eran aceptados y seguidos por la inmensa mayoría de la población (Lindsay, 2022). Régimen cuya ruptura

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generó, según estos grupos, una “hipergamia social” que desbalanceó el equilibrio y, según ellos, arruinó parasiemprelasdinámicas hombre-mujerenel mundo moderno(incels.is, 2020).

A pesar de esto, de la misma manera que todas estas características conforman un mundo a grandes rasgos similar para todos los habitantes de estas cámaras de eco, la manera de reaccionar ante ello los subdivide en distintos grupúsculos.

2.2.2.1 Pick-Up Artists o PUAs

La primera de las distinciones dentro de la manosfera es para los PUAs (acrónimo de Pick-Up Artists, esto es, artistas del ligue). Fueron, según los estudios sobre del tema, aquellos que adoptaron la píldora roja como una filosofía de vida. (Bratich y Banet-Weiser, 2019), de hecho, no hace falta hurgar mucho en la literatura popular para darnos cuenta de que, en realidad, son un tipo depersonajes que siempreestuvieronahí. Estecolectivo considera el mundo ginocentro como un gigantesco estadio de exhibición. Piensan en la conquista sexual como un “juego” en el que las mujeres no son más que vehículos hacia el logro masculino (íbid). Esto se relaciona con los conceptos que ya han sido planteados en este marco como las lógicas liberales y la jerarquización de la sociedad en base a las relaciones sexoafectivas.

Estos “artistas” han proliferado en las últimas décadas en Internet, pues al considerar la seducción como un “juego” (y una pseudociencia) juzgan que se pueden mejorar las características del individuo para alcanzar el éxito en esta empresa, casi como si de un videojuego de rol se tratase. En las comunidades en línea es habitual toparse con uno de estos perfiles regalando a sus oyentes consejos sobre cómo ligar, cómo aparentar o incluso cómo manipular a una mujer. Este movimiento no llega a ser “tan nocivo” como otros, pues tiene vertientes como el lookmaxing (el logro de la apariencia óptima del individuo) que propone una salida a los hombres con rutinas tan saludables como hacer ejercicio físico o preocuparse de la salud de su pelo o piel. Esto proviene de la creencia que comparte la manosfera de que, además de ginocentrista, vivimos en una sociedad aspectista (lookist, en inglés).

Sin embargo, esta vertiente también recoge prácticas de dudosa moralidad, como el SEAmaxxing (consistente en viajar al sudeste asiático, donde según los creyentes en esta doctrina, las mujeres tienen estándares de belleza más bajos).

Dentro de la manosfera profunda, es una de las más criticadas, pues es la única que propone una alternativa o solución al problema de los hombres que se sienten víctimas del ginocentrismo, huyendo así del determinismo biológico que sostiene el resto, donde la idea

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general es que su aspecto los condena para siempre al ostracismo social. Se le acusa de utópico, de sacacuartos (muchos artistas ofrecen cursos de seducción por dinero) y de no haber madurado del todo la píldora roja.

2.2.2.2 Los Men Right Activists o MRAs

Este grupo también tiene sus raíces antes del surgimiento de internet, pues sus primeras apariciones fueron en la década de los 60s, como reacción al movimiento de liberación de la mujer que se llevaba a cabo en esos años (Messner, 1998). Algunos líderes de este movimiento propusieron la idea de un “movimiento de liberación del hombre” que trabajase en simetría con el feminismo y derogase los roles tradicionales de género (íbid) que también constreñían a los hombres de la época. Sin embargo, en la evolución del movimiento, a finales de la década de los 70 surgió un cisma que lo escindió en dos corrientes: una, con el propósito original, y otra, comprometida con la misoginia. En este momento se asiste a unos de los momentos claves de la concepción de la sociedad como un entorno injusto y ginocentrista.

Desgraciadamente, la único superviviente de este movimiento en nuestros días ha sido esta segunda vertiente. Los pertenecientes a esta sostienen con firmeza que el único propósito del feminismo es subyugar al hombre en una especie de venganza de sexos, y, por ello, se autoproclaman paladines de la justicia. Entre sus filas suelen recaer divorciados, especialmente aquellos cuya custodia de los hijos no ha sido beneficiosa para ellos. Reivindican, de esta manera, un ataque legal del feminismo a la paternidad, entre otras cosas (Kimmel 2015).

Cabe destacar que, entre los grupos de la manosfera, es éste el que más lazos políticos ha cultivado, ya que se retroalimenta del contenido semiótico de la derecha y la extrema derecha (Green 2019; Nagle 2016). Además, este grupo propone luchar activamente contra el ginocentrismo, y encuentra en esta representación su herramienta para enfrentarlo. Este concepto ha sido trasladado al español como “masculinismo” en contraposición directa al término “feminismo”.

2.2.2.3 Los Men Go Their Own Way o MGTOW

Otro nicho dentro de la manosfera es el conocido como MGTOW (Men Go Their Own Way).

Este grupo también acepta la filosofía de la red pill, pero la madura hasta convertirla en lo que ellos denominan “píldora violeta”. La base de esta doctrina defiende una emancipación total del hombre de las relaciones sexoafectivas con mujeres.

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Dentro de esta creencia hay diferentes niveles. desde rechazar el matrimonio como estructura básicadelasociedad hastaacabar pordespreciar alamujer,identificándola conunadistracción que los aleja de la “mentalidad de tiburón” tan presente en el capitalismo hipercompetitivo que rige la sociedad. Son activos en redes, y se encumbran a sí mismos como los más sesudos de la manosfera, considerando la píldora morada como un nirvana al que solo unos pocos elegidos tienen acceso. Su ideario es fácilmente resumible.

Fuente: @emgtow en Twitter

Su activismo en las redes se relaciona estrechamente con el mundo de los negocios y demás ramas del desarrollo personal (Jones, Trott y Wright, 2020). En este colectivo, la figura de la

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mujer traza paralelismo con la percepción bíblica de la tentación, una debilidad de la carne a la que deben sobreponerse para alcanzar la plenitud y la iluminación.

2.2.2.4 Los involuntary celibate o Incels

Uno de los grupos más sonados dentro de la manosfera, y que está acumulando impacto mediático incluso dentro de la Academia, son los incels. Los incels (apócope de involuntary celibate, en español, celibato involuntario) son una comunidad que se caracteriza por su incapacidad para establecer relaciones sexoafectivas con mujeres. Esta situación, por supuesto, los hace propensos a la frustración y les hace abrazar comportamientos que, como se ha demostrado recientemente, puede desembocar en la violencia (Young, 2019).

Este grupo nació en los años noventa. En sus inicios se trataba de un grupo asertivo de compasión entre varones blancos heterosexuales con poco éxito en sus empresas amorosas o sexuales. Sin embargo, con la globalización del Internet a principios de los 2010, este grupo se radicalizó y amplió en miembros. El hito que anunció la nueva ola de incels fue el crimen de Elliot Rodger (Vito, Admier y Hughes, 2018), quien en 2014 cometió un asesinato múltiple en una casa de sororidad (el equivalente femenino a las casas de fraternidad en EEUU) antes de quitarse la vida. Tras el acto, dejó escrito un alegato con el que se identificaron los “hombres socialmente alienados” (Lindsay, 2022:2). A este documento se le ha bautizado posteriormente como el manifiesto incel.

Se calcula que, en total, los crímenes atribuidos a personas del movimiento incel han dejado un saldo total de más de cincuenta muertos sólo en Estados Unidos. El pensamiento incel está severamente arraigado en el racismo, el odio a las mujeres y un profundo sentimiento antifeminista (Baele, Brace y Coan, 2019).

Esta doctrina viene encapsulada, como en otros movimientos emparentados, en su propia pastilla. En esta ocasión, la cápsula negra contiene un determinismo biológico casi absoluto, en el quenacer incel es unhecho irremediable. Según lapropiadefinición del forode referencia de incels (incels.is) la blackpill:

“es una filosofía que sostiene que el atractivo físico es el factor más importante a la hora de determinar el éxito de un hombre en las citas, especialmente en los países occidentales modernos. El dinero, el estatus y las habilidades sociales son tambiénotros factores tenidos en cuenta como secundarios, lo que se conoce como la “teoría LMS”.

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Otra definición propone que el éxito de un hombre con las mujeres subyace en factores genéticamente predeterminados. Como consecuencia, los acólitos de esta doctrina sostienen que hacen falta soluciones sistémicas, ya que el individuo no puede hacer nada individualmente.”

Esta doctrina de determinismo tan pesimista es lo que predispone a los incels a cometer los crímenes por los que han saltado a la fama en años recientes, ya que desprecian la vida, incluyendo la suya. De hecho, las personas que perpetran estos crímenes a menudo son alabados en lacomunidad como “santos”o“mártires”.Enalgunasramas en específico,incluso, la black pill justifica el terrorismo. De hecho, el lenguaje incel se caracteriza por una gran presencia de metáforas bélicas, de revolución y terrorismo para defender los valores patriarcales. De entre todos los grupos, este es el más activo, en parte

Es frecuente encontrar en foros de este tipo terminología despótica para toda clase de personas, incluyendo ellos mismos, a quienes se refieren como “subhumanos”. Lejos de compadecerse los unos con los otros, se atacan sin piedad, de modo que la comunidad crece con una toxicidad inherente a su existencia.

Podemos concluir además que la imagen del incel se construye, como arguye Carlos Moreno Azqueta (2019) con una doble vertiente: el incel en sí (por sus condiciones materiales) y el íncel para sí (con sus condiciones ideológicas). Lo primero obedece al determinismo biológico y el concepto de predestinación que ya se trató al principio de este apartado, mientras el segundo, como apunta Eero Salojärvi (2020) se relaciona con la búsqueda activa de cámaras de eco por parte del incel para reafirmar su identidad como tal.

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3. METODOLOGÍA

Este estudio pretende abordar, desde un punto de vista analítico, el fenómeno incel y de la manosfera en la comunidad hispanohablante de Twitter. Para ello, se llevará a cabo una investigación cualitativa que parte desde la etnografía virtual (Hine, 2000) y trabajos de referencia que se asoman a la problemática de medir las emociones en Twitter (Agarwal et al., 2011)

3.1. Estrategias metodológicas

El estudio desarrolla una investigación descriptiva centrada en las comunidades online adscritas a la manosfera, tanto nivel grupal como de usuario. a través de las cuales estos conforman modos de actuar y configurar sentidos en el entorno hiperconectado (Denzin y Lincoln, 2011; Chase, 2011; Leite, Cortés y Rivas, 2016).

Se realizó una etnografía virtual (Hine, 2004; Ardèvol, Estalella y Domínguez, 2008), por ser una metodología que, partiendo de las comunidades online, permite examinar las relaciones con las tecnologías y los medios de comunicación y cómo median en la configuración de subjetividades contemporáneas y culturas participativas, a través de contextos locales de interpretación y uso (Hine, 2000). En este sentido, la etnografía se convierte en una metodología ideal para iniciar estudios para, desde el entorno online, ser capaz abarcar más allá de lo virtual, constatando la imbricación mutua online-offline, coimplicando en el estudio ambas perspectivas, como propone George Marcus (2001). Todo esto es una oportunidad desde la perspectiva feminista para abordar formas de violencia digital contra las mujeres (Arencón-Beltrán et al., 2022).

Esta etnografía se toma sus propias licencias a la hora de abordar cuestiones concretas, siguiendo el concepto de la etnografía como algo procesual, abierta, sin un protocolo estricto de pasos a seguir (Pink et al., 2016) y está sujeta al investigador que lo aplica (Rachel, 1996).

Además, es necesario resignificar buena parte las operaciones clásicas del proceso etnográfico, entre ellas:

– Los sistemas de actividad on-line y off-line que intervienen tanto en las interacciones dentro del grupo como con grupos externos (localización).

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La multiplicidad de niveles y aspectos de la sociedad aumentada a las que hacen referencia el discurso incel (multirreferencialidad de los datos)

los sentidos sociales y referencias socioculturales que emergen de los datos y en los distintos momentos del proceso de interacción social de los usuarios hiperconectados (intertextualidad)

la consistencia y validez del proceso de investigación (triangulación), asumiendo ópticas y estrategias que combinan el uso de múltiples datos (visuales, textuales) y metodologías plurales (narrativas, semiótica visual, análisis del discurso, etc.), y enfoques teóricos (hipermediaciones, sociedad aumentada, enfoques sociohistóricos, etnografía digital, aprendizajes invisibles, etc.).

3.2 Contexto, escenario y participantes

El proceso de investigación y recopilación de datos se llevó a cabo durante el primer cuatrimestre de 2023 en la red social Twitter. Esta elección es importante ya que, dentro de las redes sociales de uso diario, en el ámbito hispano, Twitter es la que menos vinculada está al uso personal, y por tanto más se presta al debate ajeno a la identidad (Aladwani, 2015). El análisis de contenidos será aplicado a cuentas con cierta repercusión (figura 1) dentro de la manosfera hispanohablante en esa red social. Asimismo, se observarán las interacciones de estos nodos principales con su “comunidad” o conjunto de cuentas más pequeñas que conforman el público de estos perfiles.

El grupo de cuentas con el que hemos realizado este estudio de casos está formado por 15 perfiles que se han seleccionado atendiendo a los siguientes criterios. Durante los meses anteriores a la observación, se observaron polémicas sobre la cuestión de género en la red, y se anotaron las principales voces. Una vez en este punto, se creó una cuenta especializada que sólo seguía a estas pocas, y dejamos que el algoritmo de Twitter nos condujera a la cámara de eco hasta dar con una selección de estos quince usuarios.

El contenido de estos fluctúa entre la actualidad y el “masculinismo dedicado” pero en ninguno de los casos se trata de cuentas personales. Cuenta Seguidores (a 6 de abril)

19 | Page –
56.5K
@LibertadSurja

3.3Foco de estudio y dimensiones del análisis

El foco de estudio se centra en las comunidades pertenecientes a la manosfera hispanohablante como conformadores de identidad, productores de significado y generadores de dinámicas y jerarquías sociales, todo ello abordado desde la teoría crítica feminista. Se abordan los procesos creativos y participativos de producción y difusión de contenidos

desde una perspectiva de género.

La investigación parte de considerar los procedimientos de la propia red social, así como las diversas teorías sobre la veracidad de la identidad de los sujetos en internet (Turkle, 1995), y como de la intencionalidad detrás de las acciones de estos grupos en línea (Hine,

20 | Page @Wallstwolverine 385K @MGTOWHL 1377 @HombreBasado 1436 @Pretorian_MGTOW 2873 @Memesfeminista 1627 @AnnieFemMas 1364 @MasculinismoLi1 4472 @CaraBM6T0W 3086 @mgtowperseus 1404 @BimagoElCinico 4239 @spermifex 17.9K @t3mp3rl3y 6256 @Clonazepamers 27.3K @roma_gallardo 163.3K Fuente: Elaboración propia.

2000). Los principales ítems a tener en cuenta durante la investigación fueron los siguientes:

- Misoginia o antifeminismo explícito.

- Creación de un sentimiento de comunidad masculinista (en contraposición al feminista)

- Relación (forzada o no) de temas de actualidad con debates de género.

- Odio focalizado hacia las mujeres trans.

A partir de aquí, y con la experiencia de la exposición anterior a estos contenidos, se procedió a la asignación de varias etiquetas o temáticas bajo los cuales pueden agruparse los tuits de la muestra:

➢ Misoginia. Tuits que expresan un odio casi irracional hacia las mujeres por el hecho de serlo. Esta etiqueta tiene varias manifestaciones (véase resultados) que, para facilitar el análisis, agruparemos bajo este tema.

➢ Antifeminismo. Se trata de poner de manifiesto su desacuerdo con el movimiento feminista. Esto se aborda principalmente mediante la relación de noticias de actualidad con estas políticas progresistas, culpando a las medidas de igualdad de diversos acontecimientos negativos; aunque a veces también se expresa mediante el odio focalizado a diferentes caras visibles del feminismo.

➢ Transfobia. Este tema saltó a la palestra especialmente por la promulgación de la Ley Trans en el período que abarca el estudio, por lo que el foco mediático se lo llevó este colectivo. Encontramos diferentes evocaciones, fake news y cuentos de terror de todo tipo, específicamente intentos de fraude de ley donde presuntamente un hombre cambia de sexo para beneficiarse de los privilegios de ser mujer.

➢ MGTOW (Men Go Their Own Way). Esta etiquete obedece a los preceptos de un subgrupo dentro de la manosfera (véase marco teórico) que mantiene, esencialmente, que el hombre tiene que desentenderse de cualquier relación con la mujer, especialmentesexoafectiva,enarasdealcanzarlaverdaderaindependencia ydesarrollo personal.

➢ Victimismo. Este tema agrupa aquellos contenidos en los que los usuarios se presentan como el eslabón débil de un sistema que creen ginocéntrico, y que beneficia directamente a las mujeres por el hecho de serlos. A menudo están relacionados con el antifeminismo o MGTOW, por su concepción común de que el hombre es el gran perjudicado de este sistema “progresista”.

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➢ Redpill.Setratadeunconceptoextraídodelanomenclatura incel (véasemarcoteórico) se nutre de contenidos en las que los hombres exponen situaciones en las que las mujeres fueron crueles, injustas o simplemente no les dieron los que querían. Se promueven con el objetivo de fomentar el odio y dotar de ejemplos a los hombres.

➢ Blackpill. Tiene el mismo origen que el anterior (revisar marco teórico) pero lleva un escalón más allá el pesimismo. Quiere transmitir la idea de que no hay solución, están condenados a no encontrar pareja por factores por los que no pueden hacer nada.

➢ Ginecocracia/Omegarcado. Se alinean con el victimismo, pero los contenidos recogidos bajo esta etiqueta se inclinan más hacia teorías de conspiración macroscópicas, donde las mujeres y los “hombres débiles” luchan desde las instituciones para acabar con los “hombres de verdad” y sus valores.

➢ Masculinidad. Bajo este paraguas se agrupan diversos tuits que van en las dos direcciones. Se trata de un debate vigente en la manosfera, mientras unos defienden que el hombre pasado era el de verdad, con su yugo dominante sobre la figura de la mujer; otros defienden una nueva masculinidad totalmente independiente de la figura femenina, consiguiendo el empoderamiento mediante un solipsismo con sesgo de género.

➢ Reacción a contenido. Esta etiqueta englobaría los tuits que son respuestas a la producción de la manosfera (vídeos, fotos, artículos…) con poca aportación personal.

➢ Política/Economía. Al margen de las cuestiones de género, muchos usuarios cuya existencia online está supeditada a la manosfera aprovechan la cámara de eco que generan o en la que están inmersos para propagar mensajes políticos o económicos afines a ellos, muchas veces camuflados.

Estas etiquetas fueron definidos por inducción, ayudado por el proceso de observación anterior a la muestra.

3.4 Selección de la muestra de estudio

El volumen de material recogido ha obligado a realizar una selección del universo total (N>8000) para el análisis y posterior visibilidad de la investigación aquí presentada. Seleccionamos, por tanto, de entre los tuits producidos por los sujetos estudiados durante el período de observación, aquellos que cobran especial relevancia para la investigación, los que han conformado el corpus de estudio de un total de n=150. Para dicha selección se han tenido en los diez tuits con mayor repercusión durante el período al que alude la investigación de cada una de las cuentas estudiadas. A partir de ahí, y para ejemplificar

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diferentes dinámicas, otros pueden ser incluidos en la muestra ateniéndose a diferentes criterios como ejemplos prácticos de ciertos conceptos propios, todos ellos relacionados con los objetivos del estudio anteriormente enumerados.

3.5 Instrumentos y recursos de la investigación

Los instrumentos y herramientas de recolección de datos utilizados para esta investigación responden a las complejidades propias de la etnografía digital:

Tuits: contenidos publicados por los propios usuarios, accesibles de manera pública a través de sus perfiles de Twitter. – Perfiles en Twitter: adscritos a los usuarios, añaden datos como foto de perfil, biografías, páginas web, etc.

Contenidos externos enlazados: abarcan una plétora de índoles distintas, desde noticias de otros medios de comunicación, hasta contenidos de elaboración propia en otras redes o páginas web.

3.6 Tratamiento de análisis de los datos e interpretación de resultados

– Procesos de codificación y categorización: generando comprensiones sobre el objeto de estudio a través de procedimientos de codificación posterior a partir de los datos (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006).

Mapeo conceptual de las representaciones audiovisuales: a la hora de proceder a la interpretación de datos del proceso, y que nos permite representar conocimientos (Simons, 2009).

– Análisis discursivo de las narrativas: en orden a describir el contenido y estructura de las narrativas, pero también interpretando el significado implícito en el proceso de diseño y producción de las narrativas seleccionadas para el estudio (Gibbs, 2012).

3.7 Objetivos y preguntas de la investigación

Es sobre esta base que se plantean varios objetivos:

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- Analizar la estructura jerarquizada y los flujos de poder dentro de la manosfera hispanohablante. (Quién le dice a los demás algo y para qué)

- Esbozar una gama de perfiles arquetípicos y sus dinámicas inherentes, observando los procesos de transformación de la identidad de los sujetos.

- Analizar los contenidos y el discurso para construir una respuesta más efectiva, detectando los procedimientos argumentales y los lugares comunes, así como las estructuras narrativas.

- Identificar conductas misóginas y sus diferentes manifestaciones, desde las explícitas hasta las subyacentes a interpretaciones sutiles de la actualidad diaria.

1. ¿Cómo se relacionan los incels entre sí?

2. ¿Quiénes y cómo son los incels?

3. ¿Qué contenidos se producen en la manosfera? ¿Cómo se estructuran?

4. ¿Se ejerce la misoginia online en la manosfera? ¿De qué manera?

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4. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

4.1 Estructura jerarquizada y flujos de poder dentro de la manosfera

Paraanalizarlos distintosniveles depoderdentrodela comunidadquesuponelamanosfera hispanohablante en Twitter es importante adherirse a las dinámicas propias de la red social e Internet en general. Por tanto, se infiere un nivel de relevancia influenciado, al menos en parte, por el número de seguidores de las respectivas cuentas.

En el caso particular de este grupo, se observan diferentes relaciones en base a algunos criterios diferenciadores. En primerlugar, observamos flujos de abajo hacia arriba, ya no sólo entre las cuentas analizadas, sino en la manosfera en general. Para ejemplificar esto, cabe destacar un tuit tipo (figura 1) que nos arroja cierta luz sobre estas relaciones.

Podemos decir que las cuentas, llegados a cierto número de seguidores, se convierten en referentes y pasan a emitir juicios que otras cuentas, muchas veces personales de hombres que habitan la manosfera como uno de sus círculos, sin ser el único como el de las cuentas analizadas.

Piden opiniones ya sea sobre debates políticos, situaciones o sobre mujeres de su día a día (figura 2 y 3), en este caso a la cuenta @clonazepamers (autoproclamado CEO del movimiento incel).

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Figura 1 Fuente: @KepasaWilly Figura 2 Fuente: @L56902 Figura 3 Fuente: @Clonazepamers

Por otro lado, hay cuentas que tienen una repercusión más limitada, como, por ejemplo, el caso de Masculinismo liberal (@masculinismoli1) que optan por “beber” de la influencia de figuras más relevantes dentro de la manosfera. Así, encontramos interacciones de otro tipo (figura4). Se aprecia una clara jerarquía de las cuentas, donde las pequeñas responden sin que se les llame, buscando aumentar el alcance en base a los seguidores de las cuentas más grandes. Cabe destacar que esta mecánica funciona, puesto que las cuentas pequeñas experimentaron un aumento significativo en sus seguidores durante el período de observación, sobre todo a raíz de tuits donde estas cuentas les respondían.

Otra de las dinámicas que se pueden apreciar en esta comunidad es, una vez más, la del establecimiento de un marco teórico por parte de las cuentas más influyentes (figuras 4, 5 y 6). A partir de aquí se conforma una red de espacios comunes o “reglas del juego” que se extrapolan al resto de la manosfera e incluso se traducen en misoginia más allá de estas comunidades cerradas.

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Figura 4 Fuente: @MasculinismoLi1 Figura 5 Figura 6 Figura 7 Fuente: @Clonazepamers Fuente: @t3mp3rl3y Fuente: @LibertadSurja

4.2. Perfiles arquetípicos y dinámicas inherentes

La comunidad incel (y por extensión, la manosfera) alberga una variedad de perfiles digna de mención, pero como cualquier nicho de internet, y más aún cuando hablamos de cámaras de eco, pero agrupándose en torno a diferentes perfiles estereotípicos.

En primer lugar, y, aunque pudiera parecer fuera de lo que abarca este estudio, existe un arquetipo más light, un incel que no sabe o no admite que lo es. Estas cuentas personales que interaccionan con la manosfera desde fuera son el principal foco de contagio.

Se caracterizan, en primer lugar, por ser hombres. También presentan ciertos vínculos con campos tradicionalmente asociados a la masculinidad como el fútbol o la extrema derecha. Si bien a veces sí que muestran su cara en sus perfiles, no es lo habitual, y es una tendencia que se va acrecentando conforme incrementan sus interacciones con la manosfera, y, sobre todo conforme se acentúa el acoso a mujeres online. Estos perfiles tienen una actividad más variada, y si bien algunas de las cuentas de este estudio se radicalizaron partiendo desde esta base (podemos encontrar tuits antiguos en otra tónica) su contacto con la manosfera.

Otro de los clichés que se pueden encontrar en estas comunidades obedece a un perfil más mediano. Estas cuentas de difusión moderada se diferencian de la clase anterior por nunca mostrar su cara de manera directa. Prefieren decantarse por avatares que hacen ilusión al imaginario propio del colectivo incel, como pueden ser figuras bélicas clásicas (figura 7) o películasdereferenciacomo Matrix o American Psycho Esto lespermitesentirseresguardados y segurosalahoradeejercerel gendertrolling (véasemarcoteórico).Esto se daprincipalmente con el objetivo de reivindicar el concepto tradicional de masculinidad y hombría, y es, en sí mismo, un statement sobre el contenido de la cuenta. Configuran sus redes en gran medida en base a cuentas similares (figura 7) siguiéndose entre ellos*. Siguen una agenda marcada por la actualidad y otras cuentas de la manosfera, tanto similares como más grandes.

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Figura 8 Fuente: @Pretorian_MGTOW

Son los encargados de “dirigir las huestes” en los casos de acoso y es tal su sensación de impunidad que desfogan con un ensañamiento casi visceral con cualquier mujer (figura 8)

Por último, cabe hacer una categoría aparte para las cuentas más grandes. Éstas son los perfiles de los creadores de contenido. Tienen varias características, entre las que destacan el hecho de mostrar su cara, ya no sólo en su perfil sino también en los diferentes contenidos a los que enlazan desde ellos. Son los conocidos como “creadores de contenido” de la manosfera (figura 9). Pretenden ser ejes vertebradores del debate de actualidad, obedeciendo a la agenda mediáticadeTwitterysirviéndosedeellas paraganarnotoriedad,ylo consiguen,pues manejan números considerables en sus diferentes redes. El contenido explícitamente misógino se diluye pues,sibiensubyacealatotalidaddesudiscurso,éstossepreocupanporabarcarmáscontenido que la manosfera y, sin embargo, así como lo relegan a un papel más secundario, paradójicamente consiguen llevar estos mensajes misóginos a campos como la política.

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Figura 9 Fuente: @mgtowperseus Figura 10 Figura 11 Fuente: @LibertadSurja Fuente: @roma_gallardo

4.3. Contenidos y discursos: los lugares comunes y procedimientos argumentales

4.3.1 Lugares comunes

De entre su lenguaje, también se destacan ciertas marcas lingüísticas. El identificativo por antonomasiadeestegrupoes lamaneradereferirsealasmujeres. Desdeel biologista“hembra” (figura x) hasta el despectivo “parásitos” pasando por una plétora de descalificativos que sustituyen al término “mujer”. Además, existen conceptos que se repiten dentro de este ecosistema.

Entre ellos cabe destacar algunos con mayor incidencia. El primero es “el muro”. Esto hace término a una barrera que, según este grupo, les llega a las mujeres que “abusan de su sexualidad”. Consiste en una edad indeterminada (alrededor de los 30 años) en la que las mujeres dejan de recibir atención y quedan “condenadas a gatos, vino, satisfyer y benzodiazepinas (figura 4, 5 y 6)

Otro de los conceptos que maneja este grupo es el de fertility display. Hace alusión a una mujer que se muestra en redes. Supuestamente hace referencia a “enseñar demasiado”, pero dentro de esta comunidad incluso la actitud es ponderable como lasciva, y pueden acusar de esta práctica a cualquier mujer que consideren (figura 13).

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Figura 12 Fuente: @BimagoElCinico Figura 13 Fuente: @t3mp3rl3y

Por último, y uno de los que más misoginia rezuma, es el waist-hip ratio. Esto es un coeficiente que mide la relación entre la cadera y la cintura de una mujer. Este “parámetro científico” define para ellos la validez de una mujer. Y da exactamente igual a qué campo nos estamos refiriendo, la cosificación llega al punto en el que, para poder opinar, una mujer debe tener una puntuación lo suficientemente baja en esta medida (la cifra exacta varía según las cuentas). La excusa de la biología y la genética encubren (pobremente) una sexualización totalmente salvaje de mujeres, denegándole su validez sin importar la situación (figura 14).

4.3.2 Procesos argumentales

La comunidad incel se vanagloria de, como ya se ha expuesto en el marco teórico, apoyarse en, según ellos, la “lógica” y la “biología”. Esto, además de la verdadera pasión que tiene la manosfera por la actualidad (siempre bajo su prisma) hace que los incel debatan a menudo, con quienes quiera que sean. Para ello, se valen de distintas herramientas.

En primer lugar, y si el oponente es mujer, aluden a la sentimentalidad (figura x). Una vez más, los incels recurren a mitos ya asentados en el imaginario colectivo, lo que les hace parecer más sesudos de cara a la galería.

Estos argumentos son, no obstante, flexibles, y se adaptan al interlocutor. Así, podemos encontrar otro tipo (con múltiples variables) cuando el susodicho sea varón. Este se basa en identificar a este hombre como alguien con intenciones sexuales para con la mujer defendida (figura x). Esta figura, conocida en España tradicionalmente como el pagafantas, ha vivido una segunda juventud en el internet rebautizado como simp. Los incels odian profusamente a este

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Figura 14 Fuente: @spermifex Figura 15 Fuente: @t3mp3rl3y

tipo de persona por ser, según ellos, demasiado cobardes para aceptar la realidad (que nunca encontrarán una pareja.

Otro de los argumentos para denostar a los hombres que deciden salirle al paso es el concepto de “manginización” (figura x). Este consiste en, según este grupo, perder las características masculinas, estrechamente relacionada con la concepción clásica de la virilidad, por culpa del ginocentrismo, que se aprovecha del sistema para oprimir a los hombres (figura x). Esto les lleva, según a ellos, a defenderlas casi por alusión, al considerarse a medio camino entre el hombre y la mujer. Es muy similar al concepto que ya venía cristalizando en la red de macho beta (en contraposición al alfa, dominante).

Por supuesto, otro argumento que no podía faltar era el de la victimización. Pese a que son ellos mismos quienes plantean conceptos como el SMV(Sexual Market Value, véasemarcoteórico), son los primeros en ponerse a la defensiva diciendo que el atractivo o éxito sexual de una persona no debería marcar su valía. (figura x).

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Figura 16 Fuente: @t3mp3rl3y Figura 17 Figura 18 Fuente: @t3mp3rl3y Fuente: @555alx1

Vemos un comportamiento muy distinto entre cuando ellos mismos se denominan como incels a cuando lo hacen los demás.

Fuente: @HombreBasado

4.4 Conductas misóginas y sus diferentes manifestaciones e interpretaciones sutiles de la actualidad diaria

La misoginia se presta a múltiples interpretaciones, y todas y cada una de ellas son practicadas en la manosfera, como si de una olimpiada de odiar mujeres se tratase. Los primerosy másobvios son lascampañas de acoso o gendertrolling orquestadas desde estos sectores de internet. Muchas veces estas campañas son dirigidas hacia mujeres en el foco mediático (Irene Montero con la ley Trans, o la protagonista de un tuit viral) y promovidas por las principales voces de la manosfera (figura 9). Estas oleadas de violencia digital obedecen en gran parte a los parámetros y comportamientos descritos en el marco teórico. Por otra parte, hay comportamientos más sutiles que son igualmente nocivos para las mujeres. Estas manifestaciones toman diferentes formas depende de cómo se aproxime el incel a la mujer. Son comunes prácticas como el bodyshaming, ridiculizar a una mujer por su apariencia (figura 11). Adscritos a esta “rama” encontramos conceptos como el waist-hip ratio o la caricaturización de las feministas. En cuentas como la dedicada a memes (@memesfeminista) se tiende a representar a estas como mujeres poco atractivas (figura 12), muchas veces con sobrepeso y el pelo de colores, en el formato de cómic.

Figura 20

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Figura 19 Fuente: @MemesFeminista

Fuente: @mgtowperseus

Otra práctica muy común y que se ve muy a menudo en la manosfera es la representación de la mujer como alguien cuyos únicos méritos son sus atractivos sexuales. Esto casa con la idea de ginocentrismo/omegarcado, y desmerecen a cualquier mujer, sea cual sea su logro, achacándolo a un favoritismo dado su atractivo. Esto también cristaliza en conceptos de uso común como las golddiggers (mujeres que se aprovechan de su sexualidad para aprovecharse de la situación económica del hombre al que seducen) y parásitos (figura x). Esto deriva en el desprestigio de cualquier mujer, sea cual sea su carrera, achacándolo todo al privilegio de ser bonita (figura X).

Fuente: @masculinismoLi1

Todas estas prácticas son explícitas, pero hay mucho más allá de estas. Factores como el tono, el vocabulario (ya resaltado) o el enfoque de ciertos temas pueden resultar misóginos en sí mismos.

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Figura 21 Figura 22

En vista a los resultados anteriormente enumerados, se desprenden del grueso de datos una serie de conclusiones referentes que dan respuesta las preguntas de la investigación planteadas.

En primer lugar, en relación a la primera pregunta de investigacion (sobre la jerarquía y las relaciones de poder) el contenido analizado permite esbozar, a grandes rasgos, la estructura de la manosfera hispanohablante. Es evidente la interconexión entre las cuentas que componen estos nodos comunicativospero, además, existe una jeraraquía subyacente a esta comunidad.

Puede usarse el número de seguidores como indicador de la repercusión que tiene cada cuenta sobre su entorno, pero esto seria sobresimplificar la realidad de los flujos de información y dinámicas de poder que han revelado los datos brutos.

Cabe destacar, en línea con la segunda pregunta de investigación (referente al perfil típico de incel) –pero estrechamente relacionado con la anterior– la diferencia entre el “incel dedicado”, cuya presencia online se fundamenta en su estatus de pertenencia a esta comunidad digital y el “líder de opinión” (Chan y Misra, 1990) que se inclina por la misoginia como un recurso más en su argumentario.

El primer grupo interactúa con los contenidos de manera más directa, y, paradójicamente a lo que pudiese indicar su afán de anonimato, reaccionan a los temas de manera más personal. Establecen vínculos más estrechos entre ellos mismos, y se cuestionan unos a otros, además de preguntar a los de mayor impacto (@clonazepamers, @t3mp3rl3y y @spermifex) por su opinión en situaciones de duda. Estas tres cuentas en concreto adoptan un papel de gurú, con el privilegio de discernir al “verdadero incel” y sentar cátedra sobre los preceptos del grupo en sí.

Más allá este núcleo duro de incels autoproclamados y hombres adscritos explícitamente a este movimiento, hay un círculo más grande que tiene otras dinámicas más sutiles. Estas ampliaciones del movimiento incel (que también pertenecen a la manosfera) se vertebran de manera más o menos jerarquizada entorno a estos líderes de opinión “políticamente incorrectos”.

Además, y aludiendo a la tercera pregunta de investigación (sobre el análisis de contenidos y cómo se estructuran) pueden extraerse varias conclusiones. El tratamiento de los temas, si bien muchas veces lleva a los mismos lugares, no llega a ser la mayoría de las veces agresivo, y se esfuerzan en cubrirlo bajo una pátina de “lógica” (manipulada) o incluso “ciencia”

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5. CONCLUSIONES

(ampliamente refutada). Estas figuras, además, saben de lo controversial de sus opiniones, y lo aprovechan para tomar el papel de “silenciados” (aunque tengan una repercusión enorme e incluso voz en medios de comunicación). Es desde esta posición que se alzan para ejercer la misoginiay difundirmensajesquelafomentan.Esto llevaaunarápidapropagación del ideario, fundamentado en la exposición a contenidos (muchas veces manipulado) de supuestas manifestaciones del ginocentrismo que los oprime.

En el campo del contenido y el discurso, el grueso de datos se presta a la extracción de conclusiones que abarcan el contenido semántico global. Para ello, y siguiendo la teoría de las macroestructuras de Teun Van Dijk (1983), se han esbozado frases que resumen la idea general que subyace al discurso. En este caso, y sobre la muestra, se han establecido diferentes afirmaciones. La totalidad de los tuits obedecen a uno o varios statements de los abajo listados.

1. Estamos en un momento de crisis de masculinidad.

2. El feminismo quiere corromper la sociedad.

3. Las mujeres trans son hombres disfrazado.

4. Las mujeres son un estorbo o totalmente prescindibles para los hombres.

5. Las mujeres buscan aprovecharse de los hombres.

6. La mujer tiene privilegios por el mero hecho de serlo. Éstas se presentan de diferentes maneras, pero siempre constituyen el subtexto que subyace a todos los contenidos. Los procesos argumentativos se vertebran alrededor de estas máximas mediante ardides diversos: victimización, mansplaining o simple y llano gendertrolling. Desdea amedrentar a las mujeres hasta la propaganda política, estas estrategias comunicativas se ponen al servicio del brazo más agresivo del patriarcado para cualesquiera que sean sus fines.

Además de ello, los usuarios también recurren a lugares comunes, algunos asimilados a nivel global, para generar engagement e interpelar directamente al subconsciente de las masas. Tal es el ejemplo de la femme fatale, una suerte de mujer perdición que encarna todos los prejuicios que el colectivo incel les atribuye: una belleza lasciva que coquetea con lo obsceno, maldad destilada y el genuino deseo de arruinar la existencia de cuanto hombre se cruce en su camino.

Estos topos (en el sentido literario de la palabra) también trazan paralelismos con otros movimientos fuera de internet. Así ocurre por ejemplo, con la idea de “todo tiempo pasado fue mejor”, que el colectivo incel aprovecha para aludir a esta crisis de la masculinidad que surge,

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según ellos, como respuesta a los avances feministas. Este es un prejuicio que ha estado circulando en el imaginario colectivo durante décadas

Es en esta tónica que, por ejemplo, Sylvia Plath en su poema Daddy (1965) pretende asesinar simbólicamente la figura del padre-marido, afirmando que ”toda mujer ama a un fascista”. Establece una estrecha relación entre la hombría y los horrores del fascismo, como contraparte de la que, argüían ellos, había entre los hombres modernos (débiles) y la decadencia de la civilización. Esta última idea cristalizó en el subconsciente colectivo, con manifestaciones tan sonadas como la disertación de El Fary sobre “el hombre blandengue” (TVE, 1984) en una entrevista concedida a la televisión estatal, donde dejaba claro su animadversión hacia el hombre que no obedecía los valores tradicionales de masculinidad. También es la línea que siguió el “Make America Great Again”, el eslógan que llevó a la casa blanca a Donald Trump no hace tanto tiempo.

Por último, y para responder a la cuarta pregunta (sobre si existe la misoginia en la manosfera y cómo) cabe dedicar especial atención a las herramientas para la detección de la misoginia y sus manifestaciones, así como la elaboración de posibles respuestas ante estos ataques. Para empezar, destaca la normalización que se da en la red de estos comportamientos. Es incluso una tendencia al alza camuflada de opinión controvertida. Esto casa a menudo con el discurso de la extrema derecha de la “dictadura progre” y su campaña conservadora qu esgrime una supuesta libertad para encubrir ataques a las mujeres.

Es por ello que debemos denunciar estas dinámicas, identificando correctamente el gendertrolling y sobre todo los perfiles que se consagran a esta tarea en la red, aislarlos e intentar advertir de ellos a los sectores especialmente vulnerables, como los adolescentes. Este estrato poblacional es especialmente propenso a sucumbir ante este “antifeminismo” pues se unen un despertar de su identidad de género (esbozado muchas veces como pura antagonización de lo femenino) con el victimismo y el ansia contestataria de estas edades. Son por tanto los más permeables, aunque, una vez en una de las cámaras de eco de la manosfera, cualquiera es susceptible de sucumbir a la misoginia y el machismo.

El fenómeno incel, usado como un término paraguas bajo el que se recogen los distintos grupos existentes en la manosfera, parece que ha llegado para quedarse. Las redes han iniciado una suerte de guerra de sexos donde las grandes voces de las plataformas terminan, a veces sin quererlo, posicionándose. El contenido misógino en la red siempre ha existido, pero es con esta nueva “ola” de incels que se ha normalizado a niveles alarmantes. Este movimiento

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reaccionario está preocupantemente asentado entre la población, específicamente entre los jóvenes, y constituye un auténtico peligro para la sociedad.

Considero que estas redes, que pueden parecer a priori cerradas, tienen una repercusión mucho mayor de la que muchas veces se piensa en los estratos más jóvenes, que además están conformando su personalidad y como tal buscan desesperadamente referentes a los que emular. Es en este punto donde muchas veces aparecen figuras como las de la muestra, que hacen pasar el discurso de odio de la misoginia como la única vía razonable a lo que ellos consideran un sistema que persigue a los hombres. El feminismo como conjunto se ve en la obligación de descalificar esta corriente, que ya se está colando en el discurso mainstream de los medios, y parar su expansión. El colectivo incel es, pese a lo que lo ridículo de su contenido pueda parecer, una amenaza real para los mujeres.

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