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4. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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2. MARCO TEÓRICO

2. MARCO TEÓRICO

4.1 Estructura jerarquizada y flujos de poder dentro de la manosfera

Paraanalizarlos distintosniveles depoderdentrodela comunidadquesuponelamanosfera hispanohablante en Twitter es importante adherirse a las dinámicas propias de la red social e Internet en general. Por tanto, se infiere un nivel de relevancia influenciado, al menos en parte, por el número de seguidores de las respectivas cuentas.

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En el caso particular de este grupo, se observan diferentes relaciones en base a algunos criterios diferenciadores. En primerlugar, observamos flujos de abajo hacia arriba, ya no sólo entre las cuentas analizadas, sino en la manosfera en general. Para ejemplificar esto, cabe destacar un tuit tipo (figura 1) que nos arroja cierta luz sobre estas relaciones.

Podemos decir que las cuentas, llegados a cierto número de seguidores, se convierten en referentes y pasan a emitir juicios que otras cuentas, muchas veces personales de hombres que habitan la manosfera como uno de sus círculos, sin ser el único como el de las cuentas analizadas.

Piden opiniones ya sea sobre debates políticos, situaciones o sobre mujeres de su día a día (figura 2 y 3), en este caso a la cuenta @clonazepamers (autoproclamado CEO del movimiento incel).

Por otro lado, hay cuentas que tienen una repercusión más limitada, como, por ejemplo, el caso de Masculinismo liberal (@masculinismoli1) que optan por “beber” de la influencia de figuras más relevantes dentro de la manosfera. Así, encontramos interacciones de otro tipo (figura4). Se aprecia una clara jerarquía de las cuentas, donde las pequeñas responden sin que se les llame, buscando aumentar el alcance en base a los seguidores de las cuentas más grandes. Cabe destacar que esta mecánica funciona, puesto que las cuentas pequeñas experimentaron un aumento significativo en sus seguidores durante el período de observación, sobre todo a raíz de tuits donde estas cuentas les respondían.

Otra de las dinámicas que se pueden apreciar en esta comunidad es, una vez más, la del establecimiento de un marco teórico por parte de las cuentas más influyentes (figuras 4, 5 y 6). A partir de aquí se conforma una red de espacios comunes o “reglas del juego” que se extrapolan al resto de la manosfera e incluso se traducen en misoginia más allá de estas comunidades cerradas.

4.2. Perfiles arquetípicos y dinámicas inherentes

La comunidad incel (y por extensión, la manosfera) alberga una variedad de perfiles digna de mención, pero como cualquier nicho de internet, y más aún cuando hablamos de cámaras de eco, pero agrupándose en torno a diferentes perfiles estereotípicos.

En primer lugar, y, aunque pudiera parecer fuera de lo que abarca este estudio, existe un arquetipo más light, un incel que no sabe o no admite que lo es. Estas cuentas personales que interaccionan con la manosfera desde fuera son el principal foco de contagio.

Se caracterizan, en primer lugar, por ser hombres. También presentan ciertos vínculos con campos tradicionalmente asociados a la masculinidad como el fútbol o la extrema derecha. Si bien a veces sí que muestran su cara en sus perfiles, no es lo habitual, y es una tendencia que se va acrecentando conforme incrementan sus interacciones con la manosfera, y, sobre todo conforme se acentúa el acoso a mujeres online. Estos perfiles tienen una actividad más variada, y si bien algunas de las cuentas de este estudio se radicalizaron partiendo desde esta base (podemos encontrar tuits antiguos en otra tónica) su contacto con la manosfera.

Otro de los clichés que se pueden encontrar en estas comunidades obedece a un perfil más mediano. Estas cuentas de difusión moderada se diferencian de la clase anterior por nunca mostrar su cara de manera directa. Prefieren decantarse por avatares que hacen ilusión al imaginario propio del colectivo incel, como pueden ser figuras bélicas clásicas (figura 7) o películasdereferenciacomo Matrix o American Psycho Esto lespermitesentirseresguardados y segurosalahoradeejercerel gendertrolling (véasemarcoteórico).Esto se daprincipalmente con el objetivo de reivindicar el concepto tradicional de masculinidad y hombría, y es, en sí mismo, un statement sobre el contenido de la cuenta. Configuran sus redes en gran medida en base a cuentas similares (figura 7) siguiéndose entre ellos*. Siguen una agenda marcada por la actualidad y otras cuentas de la manosfera, tanto similares como más grandes.

Son los encargados de “dirigir las huestes” en los casos de acoso y es tal su sensación de impunidad que desfogan con un ensañamiento casi visceral con cualquier mujer (figura 8)

Por último, cabe hacer una categoría aparte para las cuentas más grandes. Éstas son los perfiles de los creadores de contenido. Tienen varias características, entre las que destacan el hecho de mostrar su cara, ya no sólo en su perfil sino también en los diferentes contenidos a los que enlazan desde ellos. Son los conocidos como “creadores de contenido” de la manosfera (figura 9). Pretenden ser ejes vertebradores del debate de actualidad, obedeciendo a la agenda mediáticadeTwitterysirviéndosedeellas paraganarnotoriedad,ylo consiguen,pues manejan números considerables en sus diferentes redes. El contenido explícitamente misógino se diluye pues,sibiensubyacealatotalidaddesudiscurso,éstossepreocupanporabarcarmáscontenido que la manosfera y, sin embargo, así como lo relegan a un papel más secundario, paradójicamente consiguen llevar estos mensajes misóginos a campos como la política.

4.3. Contenidos y discursos: los lugares comunes y procedimientos argumentales

4.3.1 Lugares comunes

De entre su lenguaje, también se destacan ciertas marcas lingüísticas. El identificativo por antonomasiadeestegrupoes lamaneradereferirsealasmujeres. Desdeel biologista“hembra” (figura x) hasta el despectivo “parásitos” pasando por una plétora de descalificativos que sustituyen al término “mujer”. Además, existen conceptos que se repiten dentro de este ecosistema.

Entre ellos cabe destacar algunos con mayor incidencia. El primero es “el muro”. Esto hace término a una barrera que, según este grupo, les llega a las mujeres que “abusan de su sexualidad”. Consiste en una edad indeterminada (alrededor de los 30 años) en la que las mujeres dejan de recibir atención y quedan “condenadas a gatos, vino, satisfyer y benzodiazepinas (figura 4, 5 y 6)

Otro de los conceptos que maneja este grupo es el de fertility display. Hace alusión a una mujer que se muestra en redes. Supuestamente hace referencia a “enseñar demasiado”, pero dentro de esta comunidad incluso la actitud es ponderable como lasciva, y pueden acusar de esta práctica a cualquier mujer que consideren (figura 13).

Por último, y uno de los que más misoginia rezuma, es el waist-hip ratio. Esto es un coeficiente que mide la relación entre la cadera y la cintura de una mujer. Este “parámetro científico” define para ellos la validez de una mujer. Y da exactamente igual a qué campo nos estamos refiriendo, la cosificación llega al punto en el que, para poder opinar, una mujer debe tener una puntuación lo suficientemente baja en esta medida (la cifra exacta varía según las cuentas). La excusa de la biología y la genética encubren (pobremente) una sexualización totalmente salvaje de mujeres, denegándole su validez sin importar la situación (figura 14).

4.3.2 Procesos argumentales

La comunidad incel se vanagloria de, como ya se ha expuesto en el marco teórico, apoyarse en, según ellos, la “lógica” y la “biología”. Esto, además de la verdadera pasión que tiene la manosfera por la actualidad (siempre bajo su prisma) hace que los incel debatan a menudo, con quienes quiera que sean. Para ello, se valen de distintas herramientas.

En primer lugar, y si el oponente es mujer, aluden a la sentimentalidad (figura x). Una vez más, los incels recurren a mitos ya asentados en el imaginario colectivo, lo que les hace parecer más sesudos de cara a la galería.

Estos argumentos son, no obstante, flexibles, y se adaptan al interlocutor. Así, podemos encontrar otro tipo (con múltiples variables) cuando el susodicho sea varón. Este se basa en identificar a este hombre como alguien con intenciones sexuales para con la mujer defendida (figura x). Esta figura, conocida en España tradicionalmente como el pagafantas, ha vivido una segunda juventud en el internet rebautizado como simp. Los incels odian profusamente a este tipo de persona por ser, según ellos, demasiado cobardes para aceptar la realidad (que nunca encontrarán una pareja.

Otro de los argumentos para denostar a los hombres que deciden salirle al paso es el concepto de “manginización” (figura x). Este consiste en, según este grupo, perder las características masculinas, estrechamente relacionada con la concepción clásica de la virilidad, por culpa del ginocentrismo, que se aprovecha del sistema para oprimir a los hombres (figura x). Esto les lleva, según a ellos, a defenderlas casi por alusión, al considerarse a medio camino entre el hombre y la mujer. Es muy similar al concepto que ya venía cristalizando en la red de macho beta (en contraposición al alfa, dominante).

Por supuesto, otro argumento que no podía faltar era el de la victimización. Pese a que son ellos mismos quienes plantean conceptos como el SMV(Sexual Market Value, véasemarcoteórico), son los primeros en ponerse a la defensiva diciendo que el atractivo o éxito sexual de una persona no debería marcar su valía. (figura x).

Vemos un comportamiento muy distinto entre cuando ellos mismos se denominan como incels a cuando lo hacen los demás.

Fuente: @HombreBasado

4.4 Conductas misóginas y sus diferentes manifestaciones e interpretaciones sutiles de la actualidad diaria

La misoginia se presta a múltiples interpretaciones, y todas y cada una de ellas son practicadas en la manosfera, como si de una olimpiada de odiar mujeres se tratase. Los primerosy másobvios son lascampañas de acoso o gendertrolling orquestadas desde estos sectores de internet. Muchas veces estas campañas son dirigidas hacia mujeres en el foco mediático (Irene Montero con la ley Trans, o la protagonista de un tuit viral) y promovidas por las principales voces de la manosfera (figura 9). Estas oleadas de violencia digital obedecen en gran parte a los parámetros y comportamientos descritos en el marco teórico. Por otra parte, hay comportamientos más sutiles que son igualmente nocivos para las mujeres. Estas manifestaciones toman diferentes formas depende de cómo se aproxime el incel a la mujer. Son comunes prácticas como el bodyshaming, ridiculizar a una mujer por su apariencia (figura 11). Adscritos a esta “rama” encontramos conceptos como el waist-hip ratio o la caricaturización de las feministas. En cuentas como la dedicada a memes (@memesfeminista) se tiende a representar a estas como mujeres poco atractivas (figura 12), muchas veces con sobrepeso y el pelo de colores, en el formato de cómic.

Figura 20

Fuente: @mgtowperseus

Otra práctica muy común y que se ve muy a menudo en la manosfera es la representación de la mujer como alguien cuyos únicos méritos son sus atractivos sexuales. Esto casa con la idea de ginocentrismo/omegarcado, y desmerecen a cualquier mujer, sea cual sea su logro, achacándolo a un favoritismo dado su atractivo. Esto también cristaliza en conceptos de uso común como las golddiggers (mujeres que se aprovechan de su sexualidad para aprovecharse de la situación económica del hombre al que seducen) y parásitos (figura x). Esto deriva en el desprestigio de cualquier mujer, sea cual sea su carrera, achacándolo todo al privilegio de ser bonita (figura X).

Fuente: @masculinismoLi1

Todas estas prácticas son explícitas, pero hay mucho más allá de estas. Factores como el tono, el vocabulario (ya resaltado) o el enfoque de ciertos temas pueden resultar misóginos en sí mismos.

En vista a los resultados anteriormente enumerados, se desprenden del grueso de datos una serie de conclusiones referentes que dan respuesta las preguntas de la investigación planteadas.

En primer lugar, en relación a la primera pregunta de investigacion (sobre la jerarquía y las relaciones de poder) el contenido analizado permite esbozar, a grandes rasgos, la estructura de la manosfera hispanohablante. Es evidente la interconexión entre las cuentas que componen estos nodos comunicativospero, además, existe una jeraraquía subyacente a esta comunidad.

Puede usarse el número de seguidores como indicador de la repercusión que tiene cada cuenta sobre su entorno, pero esto seria sobresimplificar la realidad de los flujos de información y dinámicas de poder que han revelado los datos brutos.

Cabe destacar, en línea con la segunda pregunta de investigación (referente al perfil típico de incel) –pero estrechamente relacionado con la anterior– la diferencia entre el “incel dedicado”, cuya presencia online se fundamenta en su estatus de pertenencia a esta comunidad digital y el “líder de opinión” (Chan y Misra, 1990) que se inclina por la misoginia como un recurso más en su argumentario.

El primer grupo interactúa con los contenidos de manera más directa, y, paradójicamente a lo que pudiese indicar su afán de anonimato, reaccionan a los temas de manera más personal. Establecen vínculos más estrechos entre ellos mismos, y se cuestionan unos a otros, además de preguntar a los de mayor impacto (@clonazepamers, @t3mp3rl3y y @spermifex) por su opinión en situaciones de duda. Estas tres cuentas en concreto adoptan un papel de gurú, con el privilegio de discernir al “verdadero incel” y sentar cátedra sobre los preceptos del grupo en sí.

Más allá este núcleo duro de incels autoproclamados y hombres adscritos explícitamente a este movimiento, hay un círculo más grande que tiene otras dinámicas más sutiles. Estas ampliaciones del movimiento incel (que también pertenecen a la manosfera) se vertebran de manera más o menos jerarquizada entorno a estos líderes de opinión “políticamente incorrectos”.

Además, y aludiendo a la tercera pregunta de investigación (sobre el análisis de contenidos y cómo se estructuran) pueden extraerse varias conclusiones. El tratamiento de los temas, si bien muchas veces lleva a los mismos lugares, no llega a ser la mayoría de las veces agresivo, y se esfuerzan en cubrirlo bajo una pátina de “lógica” (manipulada) o incluso “ciencia”

(ampliamente refutada). Estas figuras, además, saben de lo controversial de sus opiniones, y lo aprovechan para tomar el papel de “silenciados” (aunque tengan una repercusión enorme e incluso voz en medios de comunicación). Es desde esta posición que se alzan para ejercer la misoginiay difundirmensajesquelafomentan.Esto llevaaunarápidapropagación del ideario, fundamentado en la exposición a contenidos (muchas veces manipulado) de supuestas manifestaciones del ginocentrismo que los oprime.

En el campo del contenido y el discurso, el grueso de datos se presta a la extracción de conclusiones que abarcan el contenido semántico global. Para ello, y siguiendo la teoría de las macroestructuras de Teun Van Dijk (1983), se han esbozado frases que resumen la idea general que subyace al discurso. En este caso, y sobre la muestra, se han establecido diferentes afirmaciones. La totalidad de los tuits obedecen a uno o varios statements de los abajo listados.

1. Estamos en un momento de crisis de masculinidad.

2. El feminismo quiere corromper la sociedad.

3. Las mujeres trans son hombres disfrazado.

4. Las mujeres son un estorbo o totalmente prescindibles para los hombres.

5. Las mujeres buscan aprovecharse de los hombres.

6. La mujer tiene privilegios por el mero hecho de serlo. Éstas se presentan de diferentes maneras, pero siempre constituyen el subtexto que subyace a todos los contenidos. Los procesos argumentativos se vertebran alrededor de estas máximas mediante ardides diversos: victimización, mansplaining o simple y llano gendertrolling. Desdea amedrentar a las mujeres hasta la propaganda política, estas estrategias comunicativas se ponen al servicio del brazo más agresivo del patriarcado para cualesquiera que sean sus fines.

Además de ello, los usuarios también recurren a lugares comunes, algunos asimilados a nivel global, para generar engagement e interpelar directamente al subconsciente de las masas. Tal es el ejemplo de la femme fatale, una suerte de mujer perdición que encarna todos los prejuicios que el colectivo incel les atribuye: una belleza lasciva que coquetea con lo obsceno, maldad destilada y el genuino deseo de arruinar la existencia de cuanto hombre se cruce en su camino.

Estos topos (en el sentido literario de la palabra) también trazan paralelismos con otros movimientos fuera de internet. Así ocurre por ejemplo, con la idea de “todo tiempo pasado fue mejor”, que el colectivo incel aprovecha para aludir a esta crisis de la masculinidad que surge, según ellos, como respuesta a los avances feministas. Este es un prejuicio que ha estado circulando en el imaginario colectivo durante décadas

Es en esta tónica que, por ejemplo, Sylvia Plath en su poema Daddy (1965) pretende asesinar simbólicamente la figura del padre-marido, afirmando que ”toda mujer ama a un fascista”. Establece una estrecha relación entre la hombría y los horrores del fascismo, como contraparte de la que, argüían ellos, había entre los hombres modernos (débiles) y la decadencia de la civilización. Esta última idea cristalizó en el subconsciente colectivo, con manifestaciones tan sonadas como la disertación de El Fary sobre “el hombre blandengue” (TVE, 1984) en una entrevista concedida a la televisión estatal, donde dejaba claro su animadversión hacia el hombre que no obedecía los valores tradicionales de masculinidad. También es la línea que siguió el “Make America Great Again”, el eslógan que llevó a la casa blanca a Donald Trump no hace tanto tiempo.

Por último, y para responder a la cuarta pregunta (sobre si existe la misoginia en la manosfera y cómo) cabe dedicar especial atención a las herramientas para la detección de la misoginia y sus manifestaciones, así como la elaboración de posibles respuestas ante estos ataques. Para empezar, destaca la normalización que se da en la red de estos comportamientos. Es incluso una tendencia al alza camuflada de opinión controvertida. Esto casa a menudo con el discurso de la extrema derecha de la “dictadura progre” y su campaña conservadora qu esgrime una supuesta libertad para encubrir ataques a las mujeres.

Es por ello que debemos denunciar estas dinámicas, identificando correctamente el gendertrolling y sobre todo los perfiles que se consagran a esta tarea en la red, aislarlos e intentar advertir de ellos a los sectores especialmente vulnerables, como los adolescentes. Este estrato poblacional es especialmente propenso a sucumbir ante este “antifeminismo” pues se unen un despertar de su identidad de género (esbozado muchas veces como pura antagonización de lo femenino) con el victimismo y el ansia contestataria de estas edades. Son por tanto los más permeables, aunque, una vez en una de las cámaras de eco de la manosfera, cualquiera es susceptible de sucumbir a la misoginia y el machismo.

El fenómeno incel, usado como un término paraguas bajo el que se recogen los distintos grupos existentes en la manosfera, parece que ha llegado para quedarse. Las redes han iniciado una suerte de guerra de sexos donde las grandes voces de las plataformas terminan, a veces sin quererlo, posicionándose. El contenido misógino en la red siempre ha existido, pero es con esta nueva “ola” de incels que se ha normalizado a niveles alarmantes. Este movimiento reaccionario está preocupantemente asentado entre la población, específicamente entre los jóvenes, y constituye un auténtico peligro para la sociedad.

Considero que estas redes, que pueden parecer a priori cerradas, tienen una repercusión mucho mayor de la que muchas veces se piensa en los estratos más jóvenes, que además están conformando su personalidad y como tal buscan desesperadamente referentes a los que emular. Es en este punto donde muchas veces aparecen figuras como las de la muestra, que hacen pasar el discurso de odio de la misoginia como la única vía razonable a lo que ellos consideran un sistema que persigue a los hombres. El feminismo como conjunto se ve en la obligación de descalificar esta corriente, que ya se está colando en el discurso mainstream de los medios, y parar su expansión. El colectivo incel es, pese a lo que lo ridículo de su contenido pueda parecer, una amenaza real para los mujeres.

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@mgtowperseus. (2023, 28 marzo). <i>No sorprende. Una chica de 12 posó feliz en su TikTok con el que luego sería su asesino. Un 80 por ciento de los «parásiticidios» son cometidos por la atracción de ellas al crimen. Son otra especie, de otro sitio y es podrida, les atrae la oscuridad. Yo festejo sus caídas. Twitter.

<span>https://twitter.com/mgtowperseus/status/1640812187965968403?s=20

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