En los últimos años en Centroamérica se ha
generado una mayor conciencia sobre los
problemas que se originan en los extremos
climáticos, especialmente las sequías que
amenazan los medios de vida de los ya vulnerables pequeños productores de granos básicos del corredor seco; en 2009, la región experimentó la grave sequía, igual que en 2012. Pero también ha experimentado, con más frecuencia cada vez, el extremo de exceso de lluvias.