GISELLA BAYONA cuerpo, me siento bien como soy, le doy gracias a Dios porque he aprendido a quererme. En esta profesión creo que a veces pierdes el cariño por ti misma y quieres ser otra persona. ¿Qué te aterriza cuando alguna circunstancia tiende a jalarte? Dios, Él me aterriza, siempre me ha dado un mazazo en la cabeza. ¿Qué te motivó a buscar ese equilibrio, la parte espiritual que hace contrapeso a tu exposición pública? Ahora en este momento es la vida espiritual que llevo, pero en otro momento fue mi esposo, fue él quien me dijo: ‘ubícate, tienes una familia, tienes hijos, la quieres o no la quieres… y yo dije: ‘quiero mi familia, no la quiero perder’. Yo creo que fue él terrenalmente que me dijo ‘yo te doy a escoger no hay ningún problema si quieres seguir con tu carrera, con tu éxito, yo te felicito, pero aquí hay una
familia que te quiere y te extraña’. ¿Tu conversión al cristianismo viene por algún remezón? ¿por algún golpe duro de la vida? Fue por eso, mi esposo siempre ha sido cristiano y ha tenido una fortaleza espiritual muy grande, a él es a quien le agradezco, lo que hizo en mi vida siempre marcará un antes y un después. ¿Dogmática? No. ¿Ahora eres feliz? Soy más feliz que antes, sí. Ahora disfruto de la felicidad que antes no sabía que la tenía. Es como que abrí los ojos y dije: soy periodista, me va bien en la vida, hay gente que me admira, pero además tengo muchas cosas en casa, gente que me ama, gente que me espera y gente que se preocupa por mí. ■
“Mis hijos a veces me dicen ‘¿mami lo que haces es bueno o malo?’ Entonces hay que explicarles que no es bueno o malo, que si lo haces con amor, si lo haces con ética y profesionalismo, está bien”.
46 I COSAS Julio 2012