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ESPECIAL IMPULSANDO EL CALZADO DE SANTANDER

IMPULSANDO EL CALZADO DE SANTADER

Cuando se habla de calzado en Colombia, Bucaramanga es sin duda alguna un referente en el país. Grandes logros como contar con una marca región, “Calzado hecho a mano en Bucaramanga” y ser patrocinadores oficiales de importantes eventos como el Concurso Nacional de Belleza, han permitido que la ciudad sea reconocida ante el mundo por fabricar calzado de calidad que se exporta a diferentes países como Estados Unidos, Venezuela, Ecuador, Francia, Panamá e Italia.

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Estos logros, sin duda alguna, se deben al esfuerzo de un grupo de empresarios que entendió que la innovación y cultura asociativa, son pilares fundamentales para el éxito. Especialmente al empeño y dedicación de Wilson Gamboa Meza, presidente de la Asociación de Industriales del Calzado y Similares (Asoinducals), quien ve a la industria no solo como su trabajo, sino como una pasión que ya lleva más de 40 años.

Para este empresario sus ganas de emprender fueron gracias al ejemplo de perseverancia que vio en su mamá. Una boyacense que, en compañía de su esposo, sacó adelante a 8 hijos.

“Mi papá era empleado de la Colombiana de Tabaco, y lo rotaban por todo el país. Mi mamá era muy emprendedora, a ella le tocó sacar adelante a 8 hijos. Mi papá era muy responsable, mandaba los giros, pero en ese entonces los giros se demoraban mucho en llegar, no era como ahora. Mi mamá tenía que rebuscarse porque éramos 8 hijos, entonces ella vendía almuerzos, preparaba cabro y empanadas, vendía frutas, yo creo que el tema del emprendimiento y de querer ser empresario lo debo a mi mamá”, destacó Gamboa Meza.

Este santandereano, que impulsa el calzado de la región ante Colombia y el mundo, demuestra que lo suyo con este sector no es solo su trabajo, es su vida.

A la industria del calzado llegó por azares del destino, gracias a que un día uno de sus amigos que trabajaba en el sector lo invitó a llevar calzado a Cúcuta. En esa época, las fábricas de Bucaramanga vendían casi todos sus productos en esa ciudad de Norte de Santander, por lo que era habitual que cada viernes en la madrugada los comerciantes salieran desde el Parque Centenario con una gran cantidad de pares de zapatos.

“En ese viaje el cliente no quiso recibir el pedido porque no habían sido buenas las ventas esa semana. Viendo la angustia de mi amigo le dije que por qué no los vendíamos, que había más almacenes. En conclusión, salimos cada uno con 4 cajitas debajo del brazo y vendimos todos los zapatos. Entonces el muchacho se sorprendió y me dijo que por qué no me le medía a eso. En ese momento, yo tenía oportunidades de trabajo fuera de Colombia, él me dijo que pagaban la comisión al 7%, realmente era muy buena la ganancia. Hice la prueba un mes y ahí me quedé, ese fue el inicio”, expresó.

Siendo parte de la industria del calzado y al notar su crecimiento, vieron la necesidad de crear organizaciones. Sin embargo, por múltiples razones iban desapareciendo. Para este empresario santandereano, existían las ganas, pero no la cultura asociativa.

Finalizando la década de los 90, las ventas en este sector se vieron afectadas. Por esta razón, su hermano Henry Gamboa organizó una feria al detal en el barrio San Miguel que fue éxito total. Los fabricantes recuperaron capital y desde ese momento nació la idea de crear Asoinducals.

Desde que pertenece a esta Asociación, ha sido testigo de muchos logros, un ejemplo de ello es que han logrado posicionarse en el país como un impulsor del calzado de la región. Además, son los organizadores de Expoasoinducals, feria internacional del calzado, cuero y sus manufacturas, que les ha permitido alcanzar reconocimiento mundial.

Asimismo, han logrado el primer arancel de protección a la industria del calzado, estar dentro de los 12 sectores productivos más representativos en el Programa de Transformación Productiva, (PTP) y recientemente un reconocimiento por parte del Ministerio de las TICS a través de una estampilla que destaca el trabajo realizado por impulsar este sector.

Sin embargo, para este santandereano a pesar de los logros alcanzados, ha tenido que superar grandes pruebas, como la llegada de zapatos chinos, una avalancha ocurrida en la ciudad en el marco de una feria y la pandemia generada por el Covid-19.

Con el tema de los zapatos chinos nos cuenta que hicieron socialización para que la gente entendiera que lo importante era comprar un producto colombiano y de calidad, lo cual funcionó. Con el tema de la avalancha que ocurrió en la ciudad relata que, aunque les decían que lo mejor era cancelar la Feria ese año, él se opuso y fue una de las ferias más exitosas de la historia. Sin embargo, para él la pandemia es lo que más lo ha marcado, sus lágrimas salen al contar que muchos de sus amigos y conocidos no lograron superar este duro golpe a la economía del sector, aunque también le da alegría saber que por medio de Asoinducals pudieron sacar adelante a muchos otros.

Para este empresario lo más importante es innovar, ser dinámico y estar en constante evolución.

Dentro de sus metas se encuentra la creación de la marca país. Además, seguir industrializando al sector e implementando la cultura empresarial a los fabricantes para que inviertan en tecnología, y sigan ampliando sus ambientes laborales para que haya más calidad y puedan generar más puestos de trabajo. Asimismo, impulsar a Asoinducals, asociación que ya cuenta con más de 470 asociados, que tienen la posibilidad de participar en eventos feriales, convocatorias, ruedas de negocio, entre otros.

Se considera un padre exigente y un hombre de pocos amigos, con cualidades, pero también con defectos. “Dicen que mi apariencia es de ser una persona apática, déspota, de pronto algo gruñón, pero yo pienso que de eso no tengo nada. Inclusive cuando las personas llegan a conocer un poco más de Wilson Gamboa, ellos mismos me comentan que se equivocaron con la imagen que tenían. En el hogar soy muy exigente con el orden y el aseo, a mis hijos les inculco que deben ser la versión mejorada. Me gusta trabajar para que mi familia pueda tener lo mejor”, expuso.

Mi mamá tenía que rebuscarse porque éramos 8 hijos, entonces ella vendía almuerzos, preparaba cabro y empanadas, vendía frutas, yo creo que el tema del emprendimiento y de querer ser empresario se lo debo a mi mamá.