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Los mexicanos somos muy machos Por: Mónica Alayón
Es importante entender el término cultura como una serie de rasgos que definen la identidad de un individuo o un grupo social. Así, la cultura en México ha sufrido y gozado múltiples variantes en términos de su identidad cultural a lo largo de la historia. Durante la Conquista, lenguaje, territorio e identidad fueron literalmente relegados, despojando de su identidad a los pueblos prehispánicos; las consecuencias de la “fusión” cultural se signan en el reflejo del inconsciente colectivo que nos aplasta de modo inatacable. “No entendemos por qué somos tan “así”, pero todos somos - eso sí, inconscientemente - de ese modo. En términos de esa identidad cultural, que todos los pueblos tienen, a nosotros 1 nos tocó una peliaguda. Siguiendo a Octavio Paz, nos chingaron, ya chingados seguimos con un proceso de búsqueda de estabilidad que nunca concluimos. Por otra parte, hay que recordar que la mayor parte de las civilizaciones han funcionado bajo una estructura “matriarcal”. Cuando el ser humano vivía en las cavernas, los “hombres”, guiados por el sujeto alfa, salían con navajas y lanzas en busca de alimento y las primeras “mujeres” se quedaban en los asentamientos a cuidar las crías, no era una cuestión de machismo, había que seguir adelante con la especie. La historia de la humanidad siguió con esta inevitable estructura que desprendió de diferencias fisiológicas de la especie. Fue inevitable. E inevitablemente dicha estructura social sigue hasta nuestros días: el hombre provee y la mujer cuida el hogar. 1
Octavio Paz en El laberinto de la soledad aclara que la Chingada es la madre ultrajada, la tierra y la mujer mancilladas, tomadas por la fuerza; situación que desencadena que los mexicanos sean unos desarraigados, pues viven jugándose la vida en el laberinto de la soledad.
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conTACTO
Marzo 1012
Universidad de Londres