Canarias pediatrica mayo agosto 2013

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canariaspediátrica · vol. 37, nº2 …

entre 1700 y la can dad total de insulina diaria (rápida y lenta) que se administra en condiciones ideales (cuando un paciente está bien controlado). Su importancia radica en que nos permite corregir las hiperglucemias que enen lugar antes y después de las ingestas. Así, para calcular un bolo corrector, u lizaremos la siguiente fórmula: Glucemia real – nivel deseado de glucemia / FC. El resultado serán las UI de insulina a administrar. En la figura 4 se muestra un ejemplo. Fig. 4:

Factor de corrección: Concepto-ejemplo

La pauta de insulina de un niño de 12 años es la siguiente: •

Análogos de acción prolongada (AAP): 18 UI.

Análogos de acción rápida (AAR): 16 UI (De: 4; Alzo: 6; Me: 4; Ce: 4).

FC: 50 mg/dl (1700 / 18+16).

Si este niño, antes de desayunar tuviera una glucemia capilar de 270 mg/dl. Con una glucemia deseada de 120 mg/dl, el bolo corrector será de 3 UI (270 – 120 / 50). Estas 3 UI, deberán sumarse a las 4 UI que se administran antes del desayuno.

Dieta y ejercicio físico El ejercicio !sico ene grandes beneficios sobre la salud cardiovascular, el control de peso, sensación de bienestar corporal y de calidad de vida. Estos beneficios han de añadirse en el caso de las personas con DM, a la mejor regulación de la glucemia, por el descenso de las necesidades de insulina secundario a un incremento de la sensibilidad a la misma19,20. Sin embargo, la ac vidad !sica es una de las principales causas de hipoglucemia en los niños y jóvenes con DM. Por otra parte, si esta ac vidad es muy intensa o el paciente no ene un buen control de su enfermedad, puede ocasionar hiperglucemia con o sin cetosis21. De ahí que un adecuado manejo nutricional y el conocimiento de las necesidades energé -

cas del paciente, ayuda a prevenir estos riesgos relacionados con el ejercicio !sico. El riesgo de hipoglucemia depende de si es un ejercicio planeado o no, y de su duración e intensidad, pudiendo ocurrir durante o después de la ac vidad !sica. Para evitar esta complicación, es fundamental realizar un buen ajuste de la insulina previa e incluso posterior al ejercicio, aportar líquidos en can dad suficiente y, asegurar una correcta alimentación y uso de snacks antes y durante el ejercicio21, 22. La necesidad de usar un alimento “extra”, así como la can dad y po de carbohidrato requeridos, dependen de varios factores: La glucemia previa a la realización del ejercicio, la intensidad, duración y frecuencia con la que se realiza, y la insulina remanente al inicio de la ac vidad. Los alimentos a u lizar, deben no ser hipercalóricos, no ricos en grasa y con un alto IG: Zumos, bebidas isotónicas, fruta o barritas de fruta o cereales23. Según la duración del ejercicio y de si este forma parte de un entrenamiento planeado o no, podría ser suficiente un snack antes de la ac vidad y/o durante la misma (corta duración y no planeado), requerir la ingesta de varios snacks (duración media o prolongada en un ejercicio no planeado) o incluso u lizar un alimento con hidratos de carbono de IG bajo o complejos varias horas antes de la ac vidad !sica (entrenamiento planeado de varias horas de duración), añadido a carbohidratos simples durante el ejercicio. Para prevenir la hipoglucemia tardía (nocturna), puede ser necesario, junto con un buen ajuste de la pauta insulínica (disminución de la misma tras el ejercicio), el aporte de raciones de hidratos de carbono “extra” tras el ejercicio23.

Conclusiones Las recomendaciones dieté cas del paciente con DM son las mismas que las de la población general, basadas en una alimentación y es lo de vida saludables y adaptadas a las condiciones socioculturales, familiares y personales del niño. Han de proporcionar un adecuado balance energé co, que permita un óp mo crecimiento, desarrollo e IMC, así como una mejora del control glucémico y disminución de


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