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El caldero de la Bruja SIN DEBERLA NI TEMERLA

POR: SANDRA RAMONES

Si suna pareja se divorcia y por pelearse por el reparto de los bienes comunes, el padre decide dejar de pagar la pensión alimenticia de los hijos, en “castigo” a su exesposa… ¿qué opinarían al respecto? Obviamente que es injusto, porque los hijos no deben salir perjudicados por los problemas de los padres.

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Eso mismo sucede con el pleito entre el Gobierno del Estado y algunos alcaldes. Resulta que por pelearse por el presupuesto destinado a obras municipales y por la construcción del metro, el Gobierno del Estado decidió detener los trabajos de reparación de la gaza de la Avenida Bonifacio Salinas.

¿Quién tiene la razón? Pues mire usted: según un comunicado publicado en la misma página del Gobierno del Estado, el Gobernador presumió que este año se iban a destinar, no los 2,500 millones presupuestados, sino 3,500 millones de pesos para fortalecer el desarrollo de los 51 municipios. Es decir, mil millones extras.

Pero algunos alcaldes metropolitanos se quejan de que no se les ha entregado más que el 30 por ciento de los recursos establecidos en el presupuesto estatal. Ni se diga nada de los mil millones extras.

El segundo tema de discusión es el metro. Los alcaldes de Guadalupe, San Nicolás y Apodaca, no están de acuerdo con que se continúe la construcción de la línea 6, hasta que se haga una mesa de negociación para discutir la conveniencia de continuar con la línea 3.

La línea 3 está trazada para proseguir por toda la Avenida López Mateos hasta llegar al centro de Apodaca, al igual que la línea 6 que llegaría al mismo destino.

Pero la Avenida López Mateos, además de poseer un trayecto más corto hacia Apodaca que la Avenida Miguel Alemán -lo que significaría un ahorro- y tener más espacio para su construcción, sin afectar carriles y áreas verdes, daría mejor servicio a la población, porque tiene mucha industria y colinda con colonias populares, al contrario de la Avenida Miguel Alemán, en donde predominan las plazas comerciales y las colonias de clase media.

¿No se supone que debería el Gobierno estatal darle prioridad a los trabajadores y clase popular, que usan más el transporte público, que a los compradores de las lujosas plazas y a la clase media que normalmente utilizan automóvil?

Bueno… mientras se resuelve ésto, son los hijos, la población la que sufre… sin deberla ni temerla.

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