En Noviembre del 2010, el Director de Misiones de Comunión Internacional de la Gracia en Europa, James Henderson, y su esposa Shirley, fueron atacados por un búfalo cafre en Kenia.
La historia de Shirley: El 17 de noviembre comenzó con un hermoso amanecer sobre el Gran Valle Rift en Kenia. Estábamos celebrando el cumpleaños número 60 de mi esposo con su actividad favorita: una excursión para observar aves cerca de la ribera del Lago Elementaita. El campamento se encontraba justamente bajo las impresionantes alturas del volcán extinto El Gigante Dormido. Nuestra excursión incluía el escalar por más de una hora hasta llegar al “mentón”, la parte más alta del borde. Estábamos asombrados por la belleza que nos rodeaba. James dijo que éste era el mejor regalo de cumpleaños que podía imaginar, ¡y yo estaba tota lmente de acuerdo con él!
neamente antes que el búfalo embistiera de nuevo co ntra mí, desgarrando la parte baja de mi espalda. Me sentí como una muñeca de trapo mientras me arrojaba y luego comenzaba a aplastarme y patearme. Mis ojos deben haber estado cerrados, ya que no vi o no quería ver lo que estaba sucediendo. Solamente oraba a Dios que esto terminara. Luego repentinamente se detuvo. Sentí el estruendo del búfalo corriendo barranca abajo, y recuerdo vagamente el pensar y posiblemente el gritar: “¡James ! ¡Quítate de en medio!” Luego hubo un silencio absoluto pero yo estaba tan aterrorizada, tenía tanto miedo de abrir los ojos. Vi a James tambalearse cuesta arriba hacia mí, sosteniendo su brazo derecho, con sus ropas empapadas de sangre. Estaba aterrada. Creí que James había sido cornado en el estómago, pero él me decía repetidamente que estaba bien, y me preguntaba si yo estaba bien.
Decidimos terminar la excursión caminando dentro del cráter del volcán por una barranca profunda y angosta seguida por un descenso hasta nuestro vehículo. Cuando llegamos a la barranca, James notó el olor de un animal y le preguntó a Sansón, nuestro guía Masái, de qué animal se trataba. Sansón dijo: “Es de búfalo, pero es un rastro viejo, no es fresco”. Ascendimos por la barranca, y cuando estábamos por alcanzar la cima, escuchamos un fuerte bufido y vimos algo grande moviéndose en el pasto. Sansón gritó: “¡Búfalo! ¡CORRAN!” Permanecí inmóvil en ese lugar el tiempo suficiente para ver a la enorme criatura, la cual estaba a menos de un metro de mí, mirándome directamente a los ojos. El terror, la impotencia y la confusión se apoderaron de mí. Vi en sus ojos la fracción de segundo en la cual decidió atacar. Cuando decidí correr era ya demasiado tarde. Sentí como el cuerno del animal tomaba mi e spalda y me aplastaba contra el muro de piedra. Grité de dolor y recuerdo haber dicho: “¡Dios mío, por favor sálvanos!” El dolor y la presión se aliviaron momentá-
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James y Shirley Henderson. Arriba: Volcán Gigante Dormido
La historia de James: No sabía cómo esquivar la embestida del animal. Es increíble cuantas cosas pueden pasar por tu mente en una fracción de segundo. Quería ir a ayudar a Shirley. Recordé que con un rinoceronte, debido a su mala vista, debes tirarte al suelo y permanecer inmóvil entre los pastos altos. Con un hipopótamo, debes asegurarte
Odisea Cr istiana | Número 37
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