Suplemento deportivo El club de mi barrio - Año 3 - Núm. 14 - Marzo/Abril 2020 - Revista Comunicarnos - Arzobispado de Bs. As.
Número 14
de mi Barrio
Staff Director
Pbro. Adrián Bennardis
Secretario de redacción Nicolás Soria
Colaboradores
Pbro. Damián Reynoso Leandro della Torre
Diseño
Florencia Laje
Catecismo deportivo ilustración
Si hablamos de uno de las figuras más fantásticas del deporte, ese que todo chico quiere ser cuando ataja un penal en el patio de la casa, ese que logró hazañas increíbles, récords que aun hoy siguen siendo imbatibles y un lugar indiscutido en el salón da la fama, no solo del fútbol, sino del deporte nacional, quien otro sería, el único y genial Pato Fillol. Pero esta vez haremos foco en la historia detrás de la leyenda, lo que llevó a este chico de 13 años, salir de Montes, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, para acompañar a un amigo a la Capital, para probarse en Quilmes y todo el proceso que vivió para transformarse con esfuerzo y trabajo en este gran ídolo. Esta gran historia comenzó en el año 1957, en los potreros
A mí me salvó soñar
Betina Spigariol
En este número:
Entrevista al Pato Fillol Nuevos Clubes Los curas y su pasión Apertura conjunta de los clubes.
Monte donde jugó 1 año y medio y a los 13 años un amigo lo invitó a probarse a Quilmes, donde los probaron 15 minutos y los sacaron para llevarlos a firmar. A los 40 días de firmar el contrato con Quilmes, llegó la primera gran adversidad para el Pato, su amigo del pueblo regresó a su casa, y él quedaba solo, con 13 años en la Capital, lejos de sus padres y sus amigos, lo único que hizo todo más llevadero fueron los entrenamientos, los amigos del trabajo y de la pensión. El 1 de mayo de 1969, con 18 años, llegaba inesperadamente el momento tan esperado de todo jugador, el debut en primera. Ese día al Pato lo fueron a buscar a la pensión dirigentes y le dijieron que almorzaría con la primera, algo inusual, ya que hasta ese momento no había tenido contacto con ellos, y allí el técnico Faraone le comunicó que no solo debutaría, sino que sería titular, esto sorprendió al Pato, y fue complicado, por el hecho de que en ese momento no había teléfono y no podía avisar ni a su familia, ni a sus amigos. El debut no fue el esperado pero el técnico le dio confianza poniéndolo en la reserva para observarlo de cerca.
de San Miguel del Monte, donde el pequeño Fillol, empezaba a jugar a la pelota, al poco tiempo lo fueron a buscar del club San Miguel del
Llegó la gran oportunidad de mostrarse y así poder consolidarse en primera, una gira con Quilmes donde el técnico le dijo que sería titular. El primer partido atajó muy bien. En el segundo a los 15 minutos del primer tiempo tapó un mano a mano y en el rebote el 9 del equipo contrario le rompió la mano, una lesión que pensó que lo marginaría de las canchas pero no, Faraone se sentó a su lado en el avión y le dijo: “usted se queda con nosotros, usted va a ser el arquero de la selección”. El año 71 trajo consigo muchos desafíos que pusieron a prueba su perseverancia y su fuerza de voluntad para seguir con sus sueños, Quilmes descendía, le tocó la colimba y seguía solo en la pensión. El 72 parecía mejorar, saldría de la colimba en marzo en el último turno, donde salen los que no se portaban muy bien y el 6 de enero lo fueron a buscar dirigentes de Quilmes para llevarlo a la sede de Racing, donde arreglarían su venta. Al otro día, en la fila lo interrogó el sargento preguntándole que había hecho el dia anterior, ya que el comandante había pedido verlo, el Pato no había hecho nada, y sin entender, fue directo a ver al comandante, quien lo recibío con
honores ya que era fanático hincha de Racing. “Racing para mí fue un trampolín” nos comentó el Pato, allí pudo cobrar su primer sueldo, comprarse su casa, y hasta comprar su primer auto: un Fiat 600 usado, para ya no tener que ir viajando a la práctica. Despues llegó River, los campeonatos, los récords aún vigentes, el campeonato del mundo y mil cosas más, pero eso ya lo saben. Lo que queríamos, es contar la historia que muchas veces no se cuenta y que es aún más importante, ya que allí es cuando los cimientos de la leyenda se forjaron. Al final de este gran encuentro él mandó un mensaje a todos los chicos que practican deportes en los barrios: “Es importante no perder los valores que te dieron tus padres, hay que cuidarse mucho de las drogas, el alcohol, la prostitución y escuchar mucho a los mayores” ... “A mí me salvó soñar, quería triunfar y me aferré a eso. siempre escuché los consejos de la gente mayor”.