1 minute read

Presente y futuro de la Atención en nuestro malherido sistema

Next Article
'D. Antonio'

'D. Antonio'

Dr. Hermann Schwarz Presidente del COMA

¡Por fin se habla de la Atención Primaria! Ahora se dan cuenta de lo dañada que está a pesar de las múltiples señales de alarma que han sido enviadas por quienes mejor saben lo que estaba ocurriendo, que son sin lugar a dudas sus médicos y pediatras, y del menosprecio continuado al que ha sido relegada por las distintas administraciones.

Advertisement

Las acostumbradas soflamas preelectorales o los discursos de “quedar bien” de las Direcciones o Gerencias afirmando que la Atención Primaria es la puerta del sistema, que es un eslabón fundamental del sistema sanitario y que es la base de la medicina preventiva en la población chocan con la cruda realidad de las políticas desarrolladas desde hace varios lustros y que nada tienen que ver con un planteamiento de equidad, de prevención ni de eficiencia del sistema sanitario. El problema lo ha creado la ausencia de liderazgo político y la desidia para mantener el tan afamado “mejor sistema sanitario del mundo”.

El hospitalocentrismo ha predominado, acentuado en los momentos de crisis económica; tenemos datos que proporciona el Ministerio de Sanidad que evidencian la curva divergente con pérdida de financiación pública de la Atención Primaria respecto a la hospitalaria, tanto en recursos como en personal médico, desde la reforma del sistema hace ya 40 años. Reforma que prácticamente no ha pasado de sus planteamientos iniciales, que nunca consiguió completar la plantilla de pediatras (ocupadas muchas de sus plazas por médicos sin esta especialidad), sin apenas desarrollo de formas de gestión más acordes a la evolución de la realidad social y a las posibilidades de la práctica de la medicina por unos excelentes especialistas creados “ad hoc” para ella, relegados hoy a una asistencia masificada muy parecida a la de los antiguos “médicos de cupo y zona”. Se malogran así las posibilidades de prevención de enfermedades y contención de la asistencia, con la consiguiente sobrecarga de los niveles asistenciales que van detrás: urgencias y hospitales.

This article is from: