Revista 1 2012-2013

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jÓVENES eSCRITORES Para celebrar el día de la música los alumnos de 1º de ESO han escrito unos melódicos cuentos. Aquí os dejamos algunos de ellos. EL MÚSICO Y LA HORMIGA

DO Érase una vez un pueblo que tenía muchos músicos, pero los habitantes tenían un músico que les gustaba como tocaba los intrumentos. Un día los habitantes decidieron que no les gustaba su música. Entonces él entendió lo que decían los habitantes del pueblo. Al día siguiente el músico hizo las maletas y se marchó del pueblo. Anduvo y anduvo hasta llegar a un pueblo diminuto. Allí no había personas, había insectos. En ese pueblo había una hormiga a la que le encantaba la música, pero las demás hormigas decían que la música no servía para nada. La hormiga triste buscó algún insecto al que le encantara la música, pero a nadie le gustaba. El músico, al ver a la hormiga tan triste, le preguntó-¿qué te pasa?- y la hormiga le contestó- no encuentro a nadie a quien le guste la música. Entonces el músico entendió que no era el único al que le gustaba la música. El músico le preguntó a la hormiga-¿Quieres formar una banda de orquesta conmigo?- La hormiga se lo pensó y finalmente aceptó. El músico y la hormiga se fueron de pueblo en pueblo y finalmente acabaron en el pueblo del músico. Él recordó su fracaso y la hormiga vio que el músico estaba muy triste. Entonces la hormiga tuvo una idea- si no puedes ver al público cierra los ojos y toca. Al día siguiente, la gente entró al teatro. El músico vio que había mucha gente. El músico se quedó bloqueado. Faltaba un minuto para que empiece la obra. La hormiga le tapó los ojos al músico para que pudiera tocar la obra. El músico tocó todo lo que sabía. Cuando acabó de tocar, el público se levantó y se puso a aplaudir. Gracias a la hormiga el músico afrontó sus miedos. Entonces, los habitantes del pueblo hicieron una estatua en honor al músico y a la hormiga. Pablo Bernardos

Érase un vez una nota llamado ‘Do’. Do vivía en un pentagrama pero se sentía muy solo porque todos sus Un buen día le dejaron de hablara porque vivía muy lejos. Do se sentía muy marginado, no tenía a nadie con quien hablar ni jugar. Pero él quería tener amigos y jugar con otras notas, entonces, Do luchó para poder tener otro sonido más agudo y estar con sus viejos amigos en una parte más alta del pentagrama. Y durante años de sudor, sangre y lágrimas, ¡lo consiguió! Do lo había conseguido, había conseguido tener un nuevo sonido y lo que que hizo fue: primero se cambió el nombre a Do’, después se mudó a una parte muy alta del pentagrama y por último dejó su espíritu de nota grave donde nació. Ahora Do’ estaba contentísimo ya que había recuperado a sus viejos amigos: Si, La, Sol, Fa, Mi y Re. Ellos también se alegraron de que Do’ hubiera podido mudarse. Y ya por fin pudieron jugar y hablar juntos. Diego Fernandez

MUSIQUITA TINTINEANTE

Cuando volví del colegio aquella musiquita seguía sonando, más bajo que antes, pero sonaba. Pensé que sería mi madre escuchando música. Subí para saludarla pero vi que no estaba allí. Me extrañé pero oí algo que me extrañó más aún. El reproductor de música estaba apagado y era lo único que había en la casa. Me di cuenta de que la música no provenía de allí. No podría decir muy bien de donde venía aquella musiquita tintineadora. Supuse que era de algún vecino. Me puse ha hacer los deberes y mamá seguía sin venir. Calenté unas sobras para cenar y mamá no

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