
3 minute read
En el Javeriano tenemos un personero formado en liderazgo ignaciano
El pasado 4 de marzo el personero del Colegio, Manuel Andrés Rosero, diri gió unas palabras a los padres de familia que asistieron al Open House, con el fin de motivarlos a hacer parte de la familia javeriana y a describir cómo se forman los líderes en la Compañía de Jesús. Reproducimos parte de sus palabras:

Advertisement
Mi trayectoria inicia en transición en el colegio recién remodelado con las instalaciones que hoy ven aquí. A esa edad se me empezó a instruir sobre el mundo que estaba por conocer y el saber de muchas cosas que me eran sorprendentes. Empecé a desarrollar un gusto inicial por el equipo de fútbol, entrenando todos los días y jugando en la famosa Copa Por la Paz que organiza el colegio.
Pasé a primero, cambié de sede y con ello de gustos y de amigos, dejé el fútbol, pero algo en mí floreció y se mantuvo hasta el día de hoy que es la pasión por el saber. Me interesé por las materias que veía y preguntaba el porqué de todas las cosas, me volví curioso y explorador y aprendí sobre mis pasiones más profundas. Cuando llegué a grado cuarto se dio una primera oportunidad para presentar mi gusto por aprender, y fue en unas olimpiadas de matemáticas, en donde participaron chicos de cuarto a séptimo, y obtuve el cuarto lugar entre todos, ganándole a muchos grandotes del último año. Además, en ese año descubrí mi pasión por el baloncesto, me uní al equipo del colegio y empecé a jugar mis primeros partidos. Hasta el sol de hoy sigo jugando partidos de baloncesto con mi equipo del colegio.
Fue en grado séptimo cuando tuve mi primer acercamiento al consejo es- tudiantil, fui elegido por mis compañeros como secretario participativo. De ahí en adelante fueron varios los almuerzos en el día 3 y las reuniones con el coordinador de bienestar para lograr realizar planes en la Aurora. En ese año tuve mi primer curso taller, en donde me empezaron a enseñar a ser un líder, a relacionarme con los demás y a formar verdaderos amigos.
Pero llegaba la hora de crecer, pasamos por la puerta significativa de nuestra última izada de bandera, y entre miedos y lágrimas todos llegamos en el 2018 al teatro del claustro. En ese lugar nos dio la bienvenida el padre rector a un ambiente en donde pasamos de ser los más grandotes a los más pequeños. Igualmente, logré adaptarme y conocí nuevas experiencias significativas como mi primer Campamento Misión, una experiencia de servicio a comunidades campesinas que logró impactarme tanto que decidí repetirlo cada año. Lastimosamente para grado noveno llegó la pandemia y tuvimos que pasar un año encerrados en nuestras casas adaptándonos virtualmente a un nuevo sistema educativo. En noveno, tuve mi segundo acercamiento al consejo estudiantil, fui elegido secretario y después representante de mi generación. Esto me llevó a un mayor acercamiento con la institución, expresé mis ideas al rector y al padre provincial, y tuve la posibilidad de hacer planes como competencias de videojuegos o noches de películas dada la modalidad en la que vivíamos. A pesar de las condiciones, viví la experiencia de Curso Taller Javier, en donde pude trabajar aspectos de mi adolescencia y crecer como líder y persona.
Ya en mi penúltimo año con la normalidad de vuelta pude terminar de profundizar mis saberes en química y física, esta última terminaría siendo un factor determinante para mi orientación vocacional. Además, empecé a ver más cerca mi retirada del colegio, esforzándome entonces por ser un mejor estudiante para ser admitido en buenas universidades. En mi último año quería cumplir con mi sueño de pequeño, que era ser el personero de esta institución, entonces mediante un discurso y mucha ayuda gané las elecciones. Me he dedicado desde entonces a realizar proyectos que ayuden a los demás, a desarrollar sus capacidades y he recibido del colegio mucho apoyo para llevar a cabo los planes de vida.
Hoy, después de 12 años en la institución y a puertas de entrar a la universidad, no me queda más sino agradecer a mi colegio por la formación que me dio, tanto en la parte académica, como en la deportiva y en la personal, pues siento que en ningún otro sitio habría podido desarrollar mis capacidades como lo hice en el Javeriano. Muchas Gracias.
