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consistió en log¡·ar la imprudente y prematura diso. lución de las Cortes Constituyentes. Surgieron en. lonces Gobiernos dedicados a falsear la Hepública, Y el escúndalo llegó a su cumbre cuando fué llamado a gobemar el partido de Acción Popular, que ni ha. bia votado la Constitución, ni era rrpublicano. Esto determinó el movimiento de JH'otesta revolucionario de Oetubre de 1934 en Asturias, en Cataluña y en otros puntos. Fué sofocado por el Gobierno, y a par. tir de entonces, éste se entregó a las mavores locuras. La represión en Asturias tuvo un~s caracteres tales que yo no me atrevo ni siquiera a indicarlos, porque estoy hablando para fuera de mi pais. Cada uno de mis oyentes puede imaginarse lo que quiera. El ex.Prrsidente del Consejo de Ministros don l\lanuel Azaña, fué vilipendiado, pe1·seguido y enearcelado uurante varios meses, sin que a estas horas se sepa todavía quién le mandó a encarcelar, ni por qué mo. tivo, ya que no había Tribunal alguno que llegase u dictar conh·a él auto de procesamiento. INCO:\IPRENSION Y BARBARIE Los mandos públicos, civiles y militares fueron entregados a monárquicos conocidos y con preferencia a los de tipo fascista y dictatorial. El pedódico de mayor difusión y autoridad en las clases conservado1·as, publicaba artículos de fon. do, ¡·ecomendando t•l asesinato de 15,000 españoles para asrgurm· el honor y la prosperidad de España. La i nt•ompt·ensión, la crguedad, la barbarie fue. ron talrs, que determinaron un estallido de indigna. ción en los v!'rdnde1·os republicanos y en los partidos obreros. Verbo de todos ellos fui' Azaña, ante el cual, pnra oirle, se congt·egaron en campo abierto muchedumures ingentes. Valencia, Dilllao y l\ladrid fueron testigos de las reuniones, politicas más numerosas y enardecidas de nuestra Ili:;toria. Sólo en 1\fadrill acudieron ni campo de Comillas 500,000 oyentes. Ante tan enorme presión hubo necesidnd de disoL ver las Cortes reaccionarias y convocar elecciones nuevas. Lo <1ue las derechas hicieron entonces, no es p:1rn ser descrito. Lo <le menos fué el inmenso d<>rroc-he de dinero. Fui' peor que eso: unn actitud de provoc-adún y jactancia contra todos los elemen. tos liuernles y obreros. Se trataba, en fin, de aplastar el marxismo y a sus hombres. El caudillo de lns de. r<>ch:1s fué elPvado a la categoría de ídolo, sentándo. s e la pcregl'ina, aunque no original, teoría de que "el jefe no se equivocn nuncn". La vesania llegó hasta el punto de que un obispo hizo ponet· de manifiesto el santísimo s:.~cramento para que perdieran las elecciones la'i izquicJ·das. EL S,\NTISEIIO SACRAl\fENTO NO HACE CASO Po•· fortuna, el santísimo sncramcnto no hizo el menor caso tic su desaforado min~tro, y las izquier. das ganaron las elecciones. Adviértase que las presi. dí a un Gobierno de inarcadísimo tipo conservado•·. Alcanzaron las izquierdas muy cerca de 300 diputndos. Y la mejor pruéba de que no fué ntropellado n:~di() cs que t:lmhit•n consiguieron cerca de 200 actas los partidos de la dcrccha, un grupo que se titulb n sí mismo centri~t'l y otros elemcntos sueltos. De mo. do que In C:imarn no era una Convención ni una demagogia.
Comenzó la nueva etapa política. Separado de su cargo el Presidente de la Bepública (gravísimo tema que no se puede examinar todavía) y elevado a subs. tituirlc el seiior Azaña, quedó en funciones un Go. bierno burgués, mi1.~ burgut•s que el del primer bienio, ya que no formaban parte de él elementos socialistas que en aquel estuvieron. Los l\linistros eran Catedráticos, abogados, ingenieros, arquitectos, militares. SENTIDO DEL ALZAMIENTO POPULAH Pues contra ese Gobierno se ha levantado en ar. mas el Ejé1·cito español, los setioritos, los plutócratas, los fascistns de toda especie y el clero, empezando por los obispos. Esa es la verdad y no otra. Si os dice alguien que ha habido qur defender a España de un Gobierno demngúgico y perhu·bador, contestadle que miente. Si os diee que los espa1ioles no teníamos seguridad ¡wra nuestras vidas, nuestros intereses o nuesh·as conciencias, contestadle que miente. Si os 'üice que era ne<'esario defender el decoro o la dignidad de Espniia contra cualquier peligro, aseguradie que miente y miadidle que él ni los que piensan como él tienen derecho n osteutnr el monopolio del patrio. tismo frente a esta innwnsa mayoría del pueblo es. palio), que defiende con las armas y con la infeli. gencia los postulados de la justicia y de la dignidad. Todas las guarniciones se han sublevado. En cada pueblo ha surgido un núcleo fascista en armas. El Estado quedó en poquísimas horas postrado, pri. sioncro e inerme. 1\lás en aquel momento ¡Oh Mara.. vila!, resultó que se les babia olvidado a los facciosos contar con un elemento: ¡el pueblo! y el pueblo se dispuso a la pelea en términos incomprensibles. En Madrid hubo que buscar dos cañones (estropeado uno tle ellos) y enconh·ar dos leales Jefes de Artille. cia que supieran manejarlos. Surgió luego un avión que se puso al I:.Jdo del gobierno. Y enseguida unos grupos de guardias civiles y de Seguridad, juntos con numerosos paisanos, tomaron el cunrtel de la 1\lontaña y el Cnmpamento de Carabanchel. A continuación, todos los demás de i\lndrid y sus cantones. L:.1 capi. tal y el Gobierno de la Hepúbliica estaban salvndos. Simultáneamente la guarnición de Bnrcelona se echó a In calle con la seguri<lad de que no habría de en. contra¡· resistencia de sus desig;10s. Pero se trope. zú también con el pueblo, que, a pecho descubierto, se apoderaba de ametralladoras y cationes. Cataluña quedó liberadn rn pocas hon1s. Las tres provincia» valenl'ianas así <'Omo Cuenca y Ciudad Real, se libra. ron del contagio. Santandrr y .Jaén se mantuvieron asimismo fieles. Las imprm·isadas fuerzas leales fueron rccon:tustanllo \.uaclalajara, San Sebastiári, Al. bacrte. TolC'do, fiijún, l\lenorca y l\lálaga. Lucha em. peiladisima se mantiene en otros sitios. LA GUERBA ES BARBAHA Y ODIOSA No hay que haLlar de los hechos de la guerra. La guerra es siempre bárbara y odiosa. Odiosa y bárb:~ra es ésta. ¿,Para qué espnntat·nos con narracio. nes indi ~ c¡·etas? l\li calidad de espnñol me recomienda no lr:-:tar ese punto. Una sola cosa os dh·é, que es bien sabida yn por el mundo entero: que el núclro fundamental de los combatientes rel;eldes está formado por moros. ¡,Concebís, americanos y españoles