Rtvlsta/CP Ailo 9 / numero 18 / 2010
Mtmu~l Atvanz: Na'Ulrlo: ~I ~l~m~nto afronegrold~ ~n ~I ~spaRol d~ Pu~rto Rico
criollos en textos como El monte de Lydia Cabrera (1975), Tio Fele de Derkes (1883), La juega de gallos o El negro bozal de Caballero (1851), los uttimos, recopilados por Alvarez Nazario (1974). Las documentaciones le sirven a Granda para postular Ia existencia de una lengua criolla de base portuguesa en San Thome y Cabo Verde y, a su vez y como consecuencia, Ia existencia de un criollo o afrobozal, basado en ella, que se extendi6 por Ia America hispana (Granda 1970b). Explica: Los esc/avos negros establecidos en diferentes areas de Ia America espanola desde el siglo XVI a/ XIX manejaron, primeramente junto a sus hablas africanas aborigenes y paste· riormente con caracter exc/usivo o a/ menos dominante, un codigo lingilistico crio/lo. Esta modalidad de lengua fue evolucionando, con velocidad y caracteristicas dependienles de los condicionamientos sociohistoricos propios de cada area geografica y periodo cronologico, hacia e/ espana/ substandard de las diferentes zonas hispanoamericanas en las que elfenomeno se produjo, a troves de un continuum poscriollo en el que, progresivamente, el basilecto crio/lo se transformo, por reestructuracion y re/exi.ficacion hacia el espana/, en meso/ecto y,finalmente, en el acrolecto actual (Granda 1978:502) ( 10) Ademas de los documentos lingUfsticos, apoyan Ia teorla criolla los datos demogrlificos que muestran Ia llegada de una cantidad representativa de esclavos africanos a Ia zona del Caribe desde principios de Ia colonizaci6n espaftola y, por otro lado, Ia existencia de los crioltos actuates: el papiamento y el palenquero (11) que se consideran residuos del criollo bozal primitive. Hay que tener en cuenta el panorama de lenguas en contacto que prevalece en Ia regi6n del Caribe, en donde se hablan variedades de ingles, holandes, frances y lenguas crioltas, productos del contacto lingUfstico. Lo medular de Ia teorla criolla o de las teorias criollas -porque son muchos los modelos de influencia y muy variados los resultados que se han dado- es el rechazo a Ia tradicion eurocentrica de los dialect6logos hisplinicos y portugueses. Ese es el postulado compartido, pero las versiones varian, aunque coinciden en afirmar
Amparo Morales, Ph.D.
Ia existencia de los dos criollos documentados (algunos ai\aden criollos dudosos, como el habla bozal cubana). A partir de ahf surgen las divergencias, no se ponen de acuerdo en cuanto al grado de intensidad que Ia influencia africana alcanza en las distintas variedades regionales del espaftol y del portugues brasileno. Algunos criollistas, baslindose en Ia relativa homogeneidad de las modalidades de habla ubicadas en zonas que mantienen similar poblaci6n negra, como ocurre en ciertos niveles de habla popular de Brasil y del espana! caribeno, consideran que podrla deberse a inftuencia de las lenguas africanas, aun sin haber pasado por un criollo. Se senala precisamente el habla del valle del Chota en Ecuador, el habla de algunas zonas de Ia Republica Dominicana, el habla congo de Panama y el espanol de Loiza Aidea, como las modalidades que manifiestan los rasgos mas acusados. Reparos a Ia hip6tesis criolla
A pesar de las justificaciones que presentan los partidarios de Ia hipotesis - Megenney (1982) Naro (1978), Otheguy 1973, Schwegler 1996a, entre otros, citando solo las obras mas conocidas- muchos caribistas no consideran posible que en las Antillas hispanas se pueda demostrar Ia existencia de una lengua criolla ge· neral afrobozal plenamente formada y hablada por los negros bozales del Caribe. No estlin de acuerdo con Ia existencia de ese criollo bozal, o no Ia comparten totalmente -no siempre los planteamientos son categoricos- entre otros, Laurence (1974), Lopez Morales (1992), Lipski (1994), McWhorter (1995) Ortiz L6pez (1998), por nombrar los mas representatives. Recuer· dan que no en todas las zonas del Caribe se dieron las mismas situaciones socioeconomi· cas. En unas localidades se creo una supuesta esclavitud patriarcal que, como han defendido Lopez Morales y Alvarez Nazario, posibilito Ia integraci6n social y facilit6 Ia asimilacion del esclavo africano mediante el trabajo domesti· co; circunstan.cias estas poco favorables, en sf mismas, para Ia formacion de un criollo (Ortiz 1993). Ese proceso de asimilaci6n del negro se cumpli6 en las Antillas mayores hispanas, Cuba, Republica Dominicana y Puerto Rico, en las que las condiciones socioeconomicas ·precarias en muchas ocasiones, que obligaba a