TradicMn art{stica de Aida Marin Annngni (Aguafuerte - 1994)
de otras realidades por descubrir. El corpus de toda una concepcion vertebrada sin artilugios espureos, con una ftuidez de conmovedora esencia. Se puede, entonces, afirmar con certeza plena que Armagni trabajci todos los procesos de Ia plancha y su impresi6n. Quiza no cultivci algunos, pero Ia experimentaci6n y el permanente trabajo Ia llevaron al uso de Ia xilografia y el aguafuerte, tanto como el gofrado, los bamices blandos, el collage, las planchas recortadas, las transferencias. Las tintas de color, asimismo, entraron en su estampa con gran Jimpieza de efectos. Y las tecnicas mixtas fueron paralelamente incorporadas en algunos de sus periodos. Grabadora por elecci6n y por pasi6n, su labor constituye una clara cadena de eslabones que - mas que obedecer a periodos- corresponden a etapas en las que su iconografia transita determinadas improntas emotivas. Angeles, musicos y figuras aleg6ricas transitan su plano entre mediados y fines de los 70 y hallan envolvente intimismo en esos mensajes de luz, que observan una convocante carga poetica. Precisamente, esta condicion continuara presente en gran parte de sus periodos casi como una constante a Ia cual unira Ia palabra, tanto como las tetras y otras escrituras simb61icas. Y mas tarde concebira, junto a poetas de Ia estatura de Rafael Squirru, Osvaldo Svanascini y Romualdo Brughetti, los Libros de artista, con su raro equilibria entre las intertextualidades de palabra e imagen. Su conocimiento de Ia vida y costumbres de Ia gente del altiplano (producto de innumerables viajes a Peru y a Bolivia) Ia condujo a entrar a America por esa gran puerta del Viracocha andino. No grab6 jamas lo anecdotico, lo que emerge de simples folklorismos. Su estampa fijci una naturaleza humana marcada por lo geografico. Transustanci6 ritmos teluricos; elev6 lo sagrado de los dioses; calo en lo mineral de las etnias; reprodujo en minuciosas caligrafias y texturas los secretos milenarios. Quiza el barroco americano conjugue algunas de sus esencias mas particulares. Amerindia, Ia serie que aparece definidamente a comienzos de los 80, es quizas una respuesta posible a
este aserto. Armagni abona este concepto sin evadir por completo su implicito sentido de movimiento, de arabesco, de clasica antigOedad, de efervescencia morfolcigica. En su grabado Ia linea posee temperatura, mas alia de su inclita gestualidad. Hay temperamentalidad pura de esa linea que recorre el plano y define partes; esa linea que caracteriza una forma en el ensamble de rectas y dulces curvas; esa linea que, caligraficamente, anota registros del espacio muy por encima del propio, de posible interjuego de los pianos. Las xilografias tempranas de Ia artista muestran -casi en un sorprendente nanduti de lineas tejidas como en un encaje- las luces/sombras que conforman un cuerpo. Desde ahi, desde esta interpretacion de figuras del altiplano, de fito y zooformas, de posibles ascendencias textiles o alfareras, su obra toma una clara rotundez expresiva. (.Que imagen impulsa esta gran artista argentina que tanto ha contribuido a proyectar y estimular el buen grabado de su pais, sin distinciones? {.Que vinculos sustentan sus pianos de tanto vigor expresivo y, a Ia vez, de tenues tramas, de texturados simbolos? {.En que medida su grabado es el resultado de un gesto de potencial testimonio, de denuncia cifrada, de alegorico canto?