Ia novela hist6rica renacentista hasta Ia romcintica, sin dejar de lado los folletines obligados de aquella epoca, no puede haber pasado por alto una obra que se halla en Ia cumbre misma del genera modemo universal: La guerra y Ia paz. Esta novela, para quien estas cuartillas escribe, es Ia mejor novela hist6rica jamas escrita y Ia que, para Ia critica mundial, contiene los elementos mas modemos del genera. Pero, lo que no podia faltar: hay sectores de Ia critica que no Ia consideran nove Ia hist6rica por !quien sabe que detalle insignificante ausente! Pues bien, en Ia novela de Tolstoi , este presenta a los grandes personajes de Ia historia rusa como seres totalmente inefectivos en los movimientos hist6ricos, a Ia vez que situa el verdadero protagonismo hist6rico en las vidas privadas de personas insignificantes y hasta ajenas a los problemas especificos ante los cuales se encuentran ellos y Ia sociedad que les envuelve. Hasta el lector mas ingenuo nota, desde Ia primera parte de La resaca , que Montojo, virtualmente, no se da cuenta exacta del sentido que tiene su vida, de su destino. De que el suyo, es un destino mas sentido que comprendido, a pesar de que en el , hombre fundamentalmente sencillo, ha encarnado una tragedia tan grande, que emana de las situaciones corrientes que constituyen los rasgos econ6micos y sociales de Ia decadencia de Ia sociedad rural decimon6nica en Puerto Rico. Y es gracias a esta paradoja del arte laguerriano, a este sutil equilibria entre problema grande y heroe media, insignificante, que entendemos lo reacio del autor a presentar un tipo de protagonista llamativo y relumbrante, de grandes gestos y significativas palabras, apropiado al romanticismo y del gusto de ciertos sectores de Ia critica. A pesar de que Ia cercania de Ia epoca en que vive el protagonista y Ia ausencia de situaciones apropiadas para aetas heroicos, para los cuales mostr6 siempre vocaci6n, le impide al autor llevar a su protagonista mas alia del heroe legendario, es decir, construir un heroe epico. Porque ya que Laguerre esta obligado, por el tipo de novela en Ia que se ha embarcado, a construir un heroe que vaya, en este sentido, un poco mas alia de Ia textura que el protagonista de novelas modemas suele presentar, pues "for the historical novelist, if not always for
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tlze lzisrorian. tlze structure of a historical story must become a heroic (or anti-heroic) plot: the form ofan individual's career.46 Por eso,cualquier intento, por
un heroe falso y, entrambos, falsearian una historia demasiado conocida de todos, tanto por lo cercana cuanto por lo importante. En La resaca se da tambien el caso del heroe que confronta una realidad que resulta mucho mas fuerte que el y que su deseo 0 su motivaci6n para cambiarla. Asf, pone de manifiesto su debilidad frente a ella. Esto noes nada nuevo en Ia literatura universal y el caso de Manzoni serfa suficiente para avatar esta aserci6n y, con ella, contestar las provincianas criticas a los heroes de las novelas de Laguerre o, por lo menos, a Montojo. Pues heroes o protagonistas, como se prefiera, de estos tipos de novelas ya tan alejadas de Ia epica, combinan los hechos nimios de su cotidianidad con los grandiosos en los que participan, aunque sea marginalmente, envueltos ambos en Ia plasmaci6n artfstica de los conflictos humanos de sus vidas. Por ella, lo que estamos llamando heroes, no lo son sino lejanamente, en comparaci6n con los de Ia antigua epica o los de Ia mitologfa, por ejemplo; o sea, personajes que se enfrentaran a situaciones extraordinarias y no estar.in a Ia altura de elias sino ag6nicamente, ya que son simplemente seres humanos comunes y corrientes y nadie puede esperar de elias triunfos fantasiosos. Pero heroes legendarios en tomo a los cuales se pueda crear abigarrados mundos dignos de Ia balada, no resulta nada despreciable para un autor de novelas hist6ricas. Y asf procede nuestro autor, en hermosa y fertil contradicci6n con Ia realidad, a crear una leyenda que va transformando al protagonista ante los ojos ajenos como ante los propios, en un modelo que se va elevando aun cuando sea para crear nostalgia de el, ante su desesperaci6n y fracaso. Quiza, de todos los efectos que tiene Ia ubicaci6n cronol6gica de La resaca, el mas llamativo es el que se nos antoja Hamar el del desasosiego del heroe. Laguerre sima Ia mayoria de edad, Ia madurez, si se quiere, de Montojo, justamente en el ultimo momenta de Ia colonia espanola. Y su personaje parece ir y venir, buscar que hacer, intentar llegar a algo que, en ultima instancia, no se sabe que es, ni se llega a nada. Pero esta situaci6n de un "hombre de acci6n", que a fin de cuentas, no hace nada, no proviene de una paralisis espiritual de alcumia hamletiana ode un modelo barojiano mas cercano a1 Laguerre de aquel momenta. Noes subjetividad del individuo sino reflejo del entomo. Queremos decir:
parte del autor, de ir mas alia en este sentido, o sea, de llevar a Montojo al rango de Mroe epico, habria transformado Ia no vela en una epica falsa, en tomo a
.u. Fleishman, op. cit., p. 10.