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a placer. hasta cierto limite, por
un ej ercicio reaular y con tinuado, lo que como ya h et1) os dicho, proporciona ;'na ganun r.ia indiscutible que puedc converti1·se en trabaj o util. ( Oonflin~ta1·a. )
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ESCOBAZOS.
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Aplaudido univm:salme nte el m anc,jo de la escoba ; conslderada esta com9 simbolo del aseo, y por tan to del 6t'den ; como emblema de hacendosas y h asta de probos, p ues 'reza el ad agio : "Escoba desatada, persona desalm ada ; " parece loca e mpresa Ia de impng nar el uso y cr.§dito de tan comu n utensilio. P ero, como iran advirtiendo n ues tros lectores, · c uun do t ratamos de p'erSeCTuir infraccio nes de H iCTiene, ni nos refren an r e· n o . bar.ren de ras. firanes m. rcparamos en' barraE, m. en hatTeras, 111 en E l objeto de la escoba es alta1n ente higi{mico, por m as que ell a traig>t una vida arr~E trada ; el mal es t riba en q ue no fo consigue. Po~ra ser.vir de rastr.illo ,Pil.ra recoger des perd'>i1s ; p; ro como esta destma<la tamblen a ltmplar de polvo la 111 I ";r fime s6lida del globo, debemos declarar y declaramos qu _a~ a\~ste respect() no limpia, si.no que fija y da es plendor. ' Dirernos mas : el bien .que hace el barrer, qu itando de en medio brizpas, res:lduos, tierra, migujas, r aed uras, trozos, retazos y demil s porcioues ponderables de Ia bas ura, no basta para compensar el dano que ocasiona levautando y esparcie ndo impalpable polvo que sabre el piso descansaba t ranq uilo. P cro awadecidos a los beneficios, par pequenos' qne es~os s~a n , u os .liillltaremos, en vez de conrl enar Ia esco ba por no01va, a descahficarla como instrumentc, 'c!e salubridad . , Si en un cua rto' en donde pen e tr ~ un rayd de sol, se b arre, v ese aparel'er ('ll el trayecto lu ml. noso mu ltitud de atomos que -o ullen confusamente v se remontan del suelo, impeli.dos por la esco_ b.a ; esta, se~ de rnijo, de yarcy, de palm; 6 de cualq 11ier otro ~ate_ n al, no es smo una palanea, usualmente del tercer ge ne ra, reforza_ da por la elasticiclacl de s u ~ pajas 6 de sus ramitas : co mo ta l•, ven_ ce los puntos de resisteucia, esto es la broza y el polvo, l anzan _ dolos del sitio que ocupaban. Pero' el polvo no se deja acumu_ lar s egun l o ~ otros dcspojos, ni re ti ~a r al b ast~re ro: en llegand 0 a alzarse, queda revolotcando, sostenido en el aue por su leveda c:l