primeros decretos y que continúo estudiando para que aún falta por hacer, se inspira en un criterio mo tiene que ser el que anime á un homhre que ha de Ultramar completamente desligado de todo declaración anterior me liga á ningún interés de las cuestiones sin prejuicio y con e! deseo de resolver! "Soy un espíritu abierto á toda reforma, y no realmente sentida, buena práctica, que no cuente con , derla. "Para toda reforma que no sea de apli cación necesite del concurso de las Cortes, yo he de oir todas las de las Antillas ex presadas por sus rep resentantes, y lo mas razonable me tendrán siempre á su lado. "En lo administr>~tivo, corno en lo político, hay que cas cosas en las Antilhts, y tengo la resolución de acometerlo el concurso de sus representantes en el P arlame nto. Y si no ahora mi pensam iento sohre esas reformas, es precisamente porque q ro reservarlo para oir á esos representantes. P ero de mis propóaitos pueden dar idea los decretos á que antes me he referido. " La administración en Pnerto-Rico es buena en general, y creo que con poco que se haga habremos conseguido mejorarla. 1' El últirn'l p4rrafo ha sido hasta hace poco bastante aproximado á la verdad ; pero las reformas en las contribuciones y en los 'Aranceles , de Aduanas la han echado a perder muy mucho; y será. necesario volver á lo anteriior, para de ello proceder á las reformas convenientes, que algunas caben Y, de no poca entidad y trascendencia para el progreso de la provincia y la prosperidad de su Hacienda pública, á fin de que de esta manera le cuadre con exact.itud ~;~l epíteto de buena. Si el Sr. Ministro quiere !Jonve,ncerse de la exactitud de lo que in· dicamos, no tieoe mas q::1e entenm;e, au nque sea ligeramente, del efecto que han producido en las rentas públicas las últimas disposiciones de · su antecesor; y tJe lo poco 6 nada que la Administración pública hace para impulsar ·el fomento de la provincia. '
III.
El folleto del Sr. Luchetti.
En el número del 21 de Piciembre último del Jou,-nal des fabricants de suc,-e, de París, leemos lo qu e &igue : " Con el título de Etude sur les chemins d-e f er secondait-es d PortoRico y bajo el epígrafe: " la víe. de Om 60 es el camino vecinal por
excelencia, la vía del porvenir," acaba de publicar M t. Luchetti, en la imprenta Uhair, un trabajo en extremo interesante bajo el punto de vista de los recursos de aquella hermo;;a colonia que só lo espera los ele· mentos necesarios para desarrollar los dones que le ha prodigado generooamente la naturalt3z~ . . "El objeto de este estudio, hecho 110 n g ran competencia por nn homb1•e familiadzado con la agri cultura y la industria de Puerto-Rico, es, principa lmente, el establecimiento de una red de ferrocarriles muy completa, que permita l11. creación de azucarerías centrales y el desarro· llo en grande escala del tráfico, á que legítimam~nte puede aspirar la
colonia.