Travesuras y venganza del agua Por
ADELAIDE LUGO·GUERNELLI
Hoy ya he sido cronista de la vida del agua, andariega de rutas, y de almas, gitana. La he visto arrodillada
en la llierba serena, sus antojos robados a los pillOS, en su cántaro de barro antiguo. Cautiva elltre las Iwjas destruidas la Ile visto yo llorar; del torrente que quema desatando y olvidalldo los caminos, corriendo sin reposo, ascendiendo colinas y espirales, descendiendo, como reina, escaleras, con vestido de suejio, punteado de penas; comunica terror, suspira signos, y amor, pone a los pies
de las ardillas que, sedientas, voceando y arrastrando van, de árbol elt árbol, un surtido interminable de sus quejas. De maltantial, un día, se vuelve sequía que nos quema; y, al final de la calle, seca, la rica huerta...
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