3. El villancico El villancico puertorriqueño es siempre un cantar de tema y asunto navideño. Es -la forma cancioneril que más diversos tipos de estrofas y metros admite para la expresión de su mensaje literario: desde la copla hexasflaba hasta las más complicadas combinaciones poliestróficas y mé. tricas.
La estructura musical del villancico es más variada que la del aguinaldo; casi siempre tiene. más de una parte, a veces tres. En ·Ios más comunes se encuentran estas combinaciones: A, AB Y ABA. Los compases más usados son: dos por cua· tro, tres por cuatro, tres por ocho y seis por ocho. Pueden estar armonizados en tono mayor o me· nor, y si es mayor la armonización, se prefiere la escala melódica. Se pueden cantar "a cappella" o con acompañamiento instrumental. La armonio zación es sencilla: acordes de tónica, dominante y subdominante, sin tener determinado un orden fijo.
4. El aguinaldo Los aguinaldos se cantan en diversas ocasiones y tratan sobre distintos temas. Se distinguen, entre otros, los de Navidad, con temas "a lo humano o a lo divino". El tema humano gira en torno de las festividades y celebraciones de la época. El tema divino alude a la encarnación y al nacimiento de Jesús. Hay además, aguinaldos para la Semana Santao Estos versan en torno del tema de la pasión de Cristo. Tenemos también aguinaldos para las Fiestas de Cruz, que se celebran en mayo; y, también aguinaldos para rosarios cantados a la Virgen y para velorios de angelitos. Todas estas diversas clases de aguinaldos admiten igualmente distintas clases de estrofas y metros para verter el texto literario de la canción. Se valen de todas las formas estróficas de cuatro versos, ya sean octosílabos o hexasílabos, las quintillas, sextillas, octavillas y, sobre todo, las déci· mas hexasílabas. El aguinaldo casi siempre se canta con acompañamiento instrumental. Se prefieren nuestros instrumentos típicos de cuerda: cuatro, tres, tiple, bordonúa y, a veces, la clásica guitarrd. El acom· pañamiento rítmica -percutivo del güiro acarra· cho es indispensable. La estructura musical de los aguinaldos sigue un solo motivo temático. El profesor Francisco López Cruz los clasifica en dos grupos: los de unidades de ocho compases y los de cuatro.' Los que tienen unidades de ocho compases completan el motivo melódico en la trayectoria de los cuatro primeros versos de la letra.1O Los que tienen la unidad de cuatro compases necesitan dos unidades para cantar la estrofa de cuatro versos. Cuando el aguinaldo se canta con estrofas de más de cuatro versos, el cantante y el acompañante, repiten las unidades musicales hasta que completan la estrofa. Otras veces cam· bian la frase melódica cubriendo así con la me9. Francisco Cruz López, El aguinaldo y el villancico en el folklore puertorriqueño, pp. X-Xl. 10. Ibid.
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lodia toda la parte literaria del aguinaldo. La monotonía de ·la Hnea melódica se rompe con el contenido literario de los versos y con Jos adornos musicales o "arabescos" que hace el cuatro en sus cadencias a solo. Antes de comenzar a cantar la letra del aguinaldo, los músicos tocan una pequeña introducción de ocho a doce compases para que el cantador se acomode al tono musical. El "tempo" del aguinaldo es siempre de dos por cua· tro y se caracteriza rltmicamente por la sincopa y el !resillo. La armonía es muy sencilla y, si la tonalidad es mayor, los acordes que lo armonizan se combinan asf: IV, 1, V, 1, esto, la subdominante, tónica, séptima dominante y tónica. Cuando el aguinaldo se canta en tono menor, la armoniza· ción generalimente es: 1, 111, IV, V, esto es, tónica, mediante, subdominante y dominante.
5. El romance y el romancillo En Puerto Rico, tanto el romance octosflabo como el romancillo hexasilábico cantados tienen una melodía propia. La música del romance y el romancillo es muy sencilla y su "tempo" y ritmo son muy amenos. Prefiere los metros temarios como el compás de tres por cuatro y seis por ocho. Muchas veces la tesitura musical alcanza poco más de la octava, en los momentos en que la narración cobra mayor interés. Por lo general, los pocos cantadores de romances que nos que· dan, se acompañan el canto con una guitarra y, a veces, con una sinfonía o armónica de mano.
B. Composiciones bailables 1. El seis
Don Manuel Alonso y Pacheco (iniciador de las letras puertorriqueñas) y don Fernando Calleja (nuestro primer historiador musical), señalan que el seis es uno de nuestros bailes más antiguos'" Su nombre se deriva de que al principio lo bailaba un grupo de seis parejas. Su origen es español y comienza en las fiestas religiosas y en los bailes de las Saltatrices de Cádjz.u Casi siem· pre la música del seis se combina con canto. Para ello, se prefieren las décimas octosílabas y, a veces en menor grado, :las cuartetas y las sextillas de versos octosilábicos. Hay varios tipos de seises. Muchos se denominan partiendo del nombre del lugar de su procedencia geográfica: seis fajarde· ño, seis doradeño (que vienen de los pueblos de Fajardo y Dorado, Puerto Rico). Otros toman su nombre de la forma o manera en que suelen bai· larse: "seis enojao" (las parejas bailan de espal. da sin mirarse al rostro), "seis tumbao", "seis mi· langa", y varios más. Pero entre todos los tipos de seises sobresale el "seis bombeao o seis con bombas. En este baile, tanto la música. como la letra se interpretan independientemente una de H
11. Manuel Alonso, Bailes de Puerto Rico, en El giba. ro, pp. 33-40. Fernando Calleja, Música y músicos puertorri. queños, p. 34. 12. Pablo Garrido, Esoterla y fervor populares de Puerto Rico, p. 24.