José l. de Diego Padró Por JOSEFINA
NACIÓ
EN VEGA BAJA, EN 1899. CURSÓ ESTUDIOS en las escuelas de su pueblo natal y en el Colegio Moczó, de San Juan. Viajó de muy joven por Francia y España, viviendo durante algún tiempo en este último país. Pasó luego varios años en los Estados Unidos, y durante la primera guerra mundial prestó servicios en las fuerzas armadas de dicha nación. De regreso en la Isla para los años posteriores a aquel conflicto bélico, publica un primer libro de versos, La última lámpara de los dioseS! (1921), que recoge su producción de joven poeta seguidos de los modos del modernismo. Atento, sin embargo, a las innovaciones literarias de postguerra que se dejan sentir en Europa y en Hispanoamérica, cuatro meses después de salido el anterior poemario, en noviembre de 1921, iniciará juntamente con su amigo Luis Palés Matos el primer movimiento de poesía de vanguardia que surge en Puerto Rico, el diepalismo, cuya denominación deriva de los apellidos paternos de ambos poetas. Tenía raíces el mismo en una nueva concepción del verso que destacaba por sobre el sentido lógico de las palabras y de la frase el valor musical de éstas, apoyándose para ello principalmente en usos originales de la onomatopeya y el ritmo. En el diario capitalino El Imparcial dan a conocer los exponentes de esta escuela algunas composiciones, blancos de comentarios diversos a favor y en contra, entre ellas las tituladas "Orquestación diepálica", firmada por los dos, y "Fugas diepálicas", que suscribe solamente De Diego Padró. El diepalismo, sin embargo, no logrará sobrevivir más allá de los comienzos del año que siguió al de su nacimiento, no obstante la intención de sus creadores de impulsarlo con vigor en el ámbito literario insular. Después de esta aventura poética da a conocer De Diego Padró muy pocos poemas, dedicándose a tareas periodísticas y también al cultivo de la prosa noveladora. Publica así en 1924 la novela corta titulada Sebastián Gue-
RIVERA
DE ALvAREZ
nard,. refundida y ampliada más tarde bajo un .nueva título, En Babia (1930), el cual conservará al reeditarla, corregida y otra vez aumentada, en dos ocasiones posteriores, en 1940 (cuando merece un premio del Instituto de Litenltura Puertorriqueña) yen 1961. Para 1927, residente una vez más en Nueva York, dirige De Diego en aquella urbe el semanario en lengua hispana Bolívar. De vuelta en la I'sla, será redactor del periódico La Correspondencia de Puerto Rico (1929-1930) y después de El Imparcial (1932). Colabora a la par en diferentes órganos literarios y actúa de consejero de la revista La Rehabilitación (1933-1934). Ingresa luego en el cuerpo de investigadores del Indice Histórico de Puerto Rico. Posteriormente pasará a desempeñar, por varios años, hasta su jubilación del servicio público, el cargo de jefe de la oficina de publicidad del Departamento de Salud de Puerto Rico. Productos de sus labores literarias dmante las últimas décadas de su vida lo serán dos nuevos libros de versos -Ocho' epístolaS! mostrencas (1952), que resulta laureado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña, y Escaparate iluminado (1959), que reúne poemas escogidos de toda su obra lírica hasta entonces-, cuatro novelas -El tiempo jugó conmigo (1960), El Minotauro se devora a sí mismo (1965), seleccionada en 1967 para competir en Caracas por el Premio Internacional de Novela "Rómulo Gallegos", Un cencerro de dos badajos (1969) y El hombrecito que veía en grande (1973}- y un ensayo de apreciación crítica en torno de su amigo de juventud y compañero en la aventura vanguardista del diepalismo, Luis Palés Matos y su trasmundo poético (1973). Fallece este escritor en Hato Rey, en 1974. Se inicia José I. de Diego Padró en el cultivo de la poesía desde antes de 1915, como uno de los más jóvenes seguidores de las tendencias del modernismo, por entonces en pleno vigor en los me3