Elogio a Salvador Bran. * Por EUGENIO FERNÁNDEZ
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E SALVADOR BRAU, ES MUCHO LO QUE HAY QUE DE·
cir, por lo cual mis breves palabras de hoy, son tan sólo una invitación al conocimiento edificante de su vida y de su obra. La biografía de Salvador Brau, llena muchas páginas de la historia de Puerto Rico, pero el tiempo hoy reclama de nosotros parquedad y la ocasión nos invita ante todo a un debido recuerdo agradecido, a aquel notable a quien pode· mas todos los puertorriqueños llamar Maestro.
SALVADOR BRAU: EL H OMBRB Y
su
OBRA:
Salvador Brau fue hijo de D. Bartolomé Brau, maestro en artes decorativas y catalán de convicciones liberales. Llegó su padre a Cabo Rojo hacia 1830, como administrador de los bienes del acaudalado comerciante barcelonés D. Fernando Riera. Cabo Rojo era por entonces un rico pueblo de casonas de maderas del país o de cal y canto y tejas, rodeado de un mundo agreste de grandes haciendas de caña de azúcar trabajadas por esclavos. La gente, laboriosa y pacífica, era hoy como ayer, celosa de su honor y de su historia. Allí al centro del poblado en una típica plaza colonial, se erguía la iglesia parroquial erigida en 1783 bajo la advocación de San Miguel. El comercio y la agricultura, aportaban así en· tonces la base de la vida económica de Cabo Rojo. De su padre, hombre honesto y trabajador, dirá años más tarde Salvador Brau: "Cuanto de digno y decoroso pueda revelar mi conducta, en las lecciones de mi honrado padrr. hube de aprenderlo." Y así fue. Brau, hombre Oe recio carácter, tenia la fibra moral de un liberal catalán, como 10 fue su padre.
* Palabras dichas en ocasión de la celebración del sexa· gésimo primero aniversario de su muerte, en la Plaza Salvador Brau, en San Juan.
M~NDEZ
Su madre, Dña. Luisa Asencio, era hija de padres peninsulares, nacida en Venezuela, donde las tempestades revolucionarias de las guerras de Independencia, los habían obligado a buscar asilo en Puerto Rico. De su madre, guardará Brau siempre, venerado y amoroso recuerdo, pues como ha dicho él mismo: .. fue al rescoldo de ese modesto hogar, y con el ejem. plo de mis padres, donde se caldearon las primeras sensaciones de mi corazón". Salvador Brau, nace ell1 de enero de 1842, siendo bautizado en la parroquia caborrojeña con el nombre de Salvador Bartolomé Higinio. Era aquel el tiempo de la Reina Isabel 11, y de los gobiernos de militares políticos, como Espartero y Narváez en España; y en Puerto Rico de los Capitanes Generales que gobernaron despóticamente, amparados por las Facultades Omnimodas, hasta casi el fin de la dominación española. Brau, estudió en las escuelas públicas de aquella época en Cabo Rojo, fue entre otros maestro suyo el periodista liberal D. Ramón Marín de gloriosas ejecutorias. En 1854, contando apenas doce años re· cibió con altos honores licencia escotar de la Real Academia de Buenas Letras de Puerto Rico. El Dr. Félix García de Cabo Rojo, y su hermano D. José, ricos hacendados, educados en Francia, pusieron a disposición de Brau los numerosos libros de su bien nutrida biblioteca, de lo cual Brau, lector in· fatigable. supo sacar buen partido. Su educación, fue aparte de la realidad y de la vida, obra de su propio esfr.1erzo y vocación. Lo realmente extraordi· nario en su caso es que lograra tan sólida cultura en un medio de tan escasas posibilidades, donde la circulación de libros era oficialmente impedida. Ante todo Brau fue un gran escritor puertorri· queño; sociólogo e historiador, dramaturgo narrador y poeta, se distinguió especialmente en el periodismo político de su tiempo. A los 27 años habia escrito su obra dramática Héroe y Mártir (1870), ins-
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