Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña

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El Aeroplano El aeroplano ocupa un sitio de prominencia en la poesía maquinista ya que a través del avión la locura de la velocidad llega a su extremo. Se le atribuye el desarrollo del aeroplano a los hermanos Wright quienes en el 1903 lograron el vuelo de una máquina tripulada más pesada que el aire. Es en Europa sin embargo donde se desarrolla un verdadero afán aeronáutico y le toca el honor de promover este interés a un sudamericano, el brasileño Alberto Santos Dumont, quien lleva a cabo la primera demostración aérea en París en el año 1906. El fundador del futurismo explota y desarrolla las posibilidades del aeroplano como objeto poético y buscaba en la acrobacia aérea un nuevo espectáculo... el aero-drama, la aero-poesía y hasta llegó a sugerir una aero-pintura. Para Marinetti, como para sus sucesores, el aeroplano era el supremo estandarte de la nueva época. Hasta su sonido (de los motores) tenía valor simbólico y representaba el aplauso de la multitud. El primer ensayo aéreo en Puerto Rico tuvo lugar en el 1896. En este año un señor de apell~do Zorrilla se elevó en lo que es hoy el Parque Munoz Rivera en un globo. El ensayo terminó siniestramente ya que Zorrilla se estrelló a la salida de Bayamón para Vega Alta. . El primer vuelo de aeroplano en Puerto Rico tuvo lugar en el 1910 y el primer vuelo por un puertorriqueño fue el que hizo don Félix Rigau desde el Campamento Las Casas en Santurce en el 1919. Un hecho que inspiró el canto al aeroplano fue el ya legendario vuelo de Charles Lindbergh qu~en en el 1927 realizó el primer vuelo transatlántIco solo volando desde Long Island hasta el aeropuerto de Orly en París, un total de 3,600 millas en ~reinta y tres horas con treinta y nueve minutos. Al año siguiente (2 de febrero del 1927) Lindbergh estuvo de visita en Puerto Rico siendo el objeto de innumerables composiciones poéticas. Entre los aero-poetas se destaca la figura paradójica de Luis Lloréns Torres quien compuso no menos de tres poemas de tema aeronáutico. Entre sus poemas encontramos" Alas Epicas" dedicado al mismo Lindbergh en la cual destaca el hecho que el nuevo mundo descubre al viejo mundo. Otra de sus composiciones, "Aviadores Cubanos", le canta al arrojo y valentía de esta nueva raza. Lloréns también dedica una composición como especie de loa al avión y que titula "El Aeroplano". En esta poesía Lloréns llama al aeroplano sucesivamente: "ave trigonométrica de pechuga lumínica"; "nuevo cóndor de todos los mundos y los mares", y "nieto de Dios". Alfredo Margenat en su· poema "Zarcillos" le canta al avión como símbolo de lo nuevo y dice:

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El pdjaro de la Pan American Airways me picotea las melenas con su hélice primitiva, me siento fuerte y tenaz como la C4nción del herrero.'l5 Todos los manifiestos vanguardistas puertorriqueños están repletos de vivas al aeroplano. Es in· teresante notar sin embargo, que ninguno de los poetas era aviador. Si hubiesen sido pilotos se hubiesen dado cuenta de que el aeroplano no fue, es, ni será instrumento para locos y atrevidos.

CONCLUSIONES Hemos efectuado un breve recorrido por la me>dalidad poética conocida como "maquinismo". El estudio consta de dos aspectos: los antecedentes y los motivos. El trabajo realizado nos permite aseverar que el "maquinismo" tiene sus raíces en el futurismo italiano. Este futurismo italiano es a su vez una de las numerosas escuelas del vanguardismo que se desarrollan en Europa a principios del siglo veinte. Los antecedentes del vanguardismo provienen en su mayor parte de la influencia de Whitman, Nietzche y Verhaeren. Entre los elementos constitutivos del "lirismo maquinista" se destacan el culto a la energía, el afán de velocidad, un ansia de movimiento, el urbanismo y, en general, lo que Marinetti llamó "modemolatría ". El "maquinismo" toma dos vertientes. Por una parte, se considera la máquina como una extensión del poder del hombre. Por otro lado, se deplora el hecho de que el hombre sea un esclavo de sus máquinas. Esta última vertiente se destaca por el ansia de liberación. En Puerto Rico, el "maquinismo" sigue los mismos patrones del maquinismo Europeo y por eso se le canta a todo lo que representa velocidad. El "lirismo maquinista" en Puerto Rico se distingue por la consideración casi exclusiva de tres motivos poéticos: el ferrocarril, el automóvil y el aeroplano. Estos tres métodos de locomoción llaman la atención de nuestros poetas y obedecen al hecho de que representan para Puerto Rico un despertar del largo sueño de letargo en que se había visto Puerto Rico por cuatro largos siglos.

25. Citado por Luis Hemández Aquino, op. cit., p. 174.


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