Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña

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)EL INSTITUTO DE CULTURA >UERTORRIQUEÑA JUNTA DE DIRECTORES Carlos Conde, Presidente Enrique Laguerre . Aurelio Tió . EHas López Sobá Arturo Santana - Esteban Padilla Milton Rua

Director Ejecutivo: Ricardo E. Alegría SAN JUAN DE PUERTO RICO

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Núm. 54

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Se inaugura el Museo del Grabado Latinoamericano ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

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Pervivencia actual de los americanismos en GoAzalo Fernández de Oviedo y en Puerto Rico por Rafael Rodríguez Guillén ... ... ... ... '"

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Bibliografía Puertorriqueña 1971 (Primera Parte) .

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SEPARATA DE MÚSICA

TRIGUEÑA (DANZA) Música de Narciso Figueroa Letra de Rina de Toledo

PUBLICACIOlIl DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUEÑA Director: Ricardo E. Alegría Ilustraciones de Carlos Marichal Fotografías de Jorge Diana Aparece trimestralmente . $l.S{

.Suscripción anual ..

$O.7~

Precio del ejemplar

[Application for second class mail privilege pending at San Juan, P. R.l

DEPóSITO LEGAL: B.

3343 - 1959

IMPRESO EN LOS TALLERES GRÁFICOS DE MANUEL PAREJA BARCELONA - PRINTED IN SPAIN - IMPRESO EN ESPAÑA


COLABORADORES


CLARA CUEVAS. Nació en Río Piedras. Estudió el bachillerato en la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Es autora de los poemarios Canto al amor profundo (1956), Tríptico del amor, del dolor y de la muerte (1969) y Kaleidoscopio del amor (1970). Ha escrito además cuentos y obras de teatro, entre éstas El rompecabezas estrenada en 1970. En la actualidad se desempeña como periodista en el diario El Mundo.

MARIO A. RODRíGUEZ LEóN. Es natural de Río Piedras. Obtuvo el bachillerato en educación especializándose en historia y español. Actualmente realiza un estudio sobre la historia y orígenes de la población negra de Bayamón. Ha publicado artículos y ensayos en el periódico El Mundo y la Revista Educación.

RICARDO E. ALEGRíA GALLARDO. Nació en San Juan. Antropólogo e historiador. Estudió en las Universidades de Chicago y Harvard, como becario de la Fundación Guggenheim. Ha publicado diversos artículos sobre arqueología, folklore y cultura puertorriqueña en revistas del país y del exterior. Es autor de los libros Historia de nuestros indios (1952), La fiesta de Santiago Apóstol en Loíza Aldea (1955), Los renegados (1965), Cuentos folklóricos de Puerto Rico (1968), Descubrimiento, conquista y colonización de Puerto Rico (1969), y El fuerte de San Jerónimo del Boquerón (1969). Desde hace varios años es profesor de Prehistoria en la Universidad de Puerto Rico, y dirige, desde su fundación en 1955, el Instituto de Cultura Puertorriqueña.


BILLY CAJIGAS. Nació en 17 de julio de 1944 en Aguada, Puerto Rico. Realizó sus estudios en la Universidad de Puerto Rico. Obtuvo un bachillerato en artes con especialización en teatro en la Facultad de Humanidades. Se desempeñó como profesor de arte e historia en las escuelas públicas del país y como profesor de es~ pañol en el Departamento de Estudios Hispánicos en la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Ha publicado su poesía en la Revista Mester, y en la antología Nueva poesía puertorriqueña. Próximamente publicará el poemario La oveja roja.

ERNESTO J. RUIZ DE LA MATA. Crítico de arte puertorriqueño. Realizó sus estudios de bachillerato en la Universidad de Puerto Rico, y la maestría en artes en la Universidad de Harvard. Actuó de jurado en la Segunda Bienal del Grabado Latinoamericano celebrada en 'San Juan de Puerto Rico y en la Bienal de Mentan en Francia. Publica una columna semanal de arte en el periódico The San Juan Star.

RAFAEL SQUIRRU. Destacado crítico de art argentino. Fue director del programa d actividades culturales de la Unión Pan¡ mericana (OEA) y fundador del Museo d Arte Moderno de Buenos Aires, Argentin¡


RAFAEL RODRÍGUEZ GUILLÉN. Nació en Sevilla, el 28 de marzo de 1927. Estudió en el Seminario Metropolitano de Sevilla y en las universidades de Panamá y Puerto Rico. Es candidato al doctorado en filología románica en la Universidad de Madrid para la cual prepara la tesis Americanismos en la Historia General y Na-

tural de Gonzalo Fernández de Oviedo.




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M. PAREJA路 Printed in Spain D~p贸sito Legal: B. 3.343 - 1959

SEPARATA DE MUSICA DEL NUMERO 54 DE LA REVISTA DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUEl'IlA


Enrique T. Blanco (1886-1972) T. BLANCO, ACAECIDO' EL 21 DE abril, ha perdido Puerto Rico uno de sus más distinguidos historiadores. Nacido en San Juan en 1886 don Enrique residió en su país la mayor parte de su vida, con excepción de largas temporadas pasadas en la Madre Patria, por cuyos valores espirituales y culturales profesó siempre gran devoción. Hombre retraído, trabajó en relativo aislamiento, por lo que fueron pocos los contemporáneos que tuvieron el privilegio de conocerle pero sonalmente. Su nombre, sin embargo. se impuso al público culto a través de los artículos -exponentes de rigurosa objetividad científica, sólida cultura y vasta erudición- con que colaboró en diversas revistas y periódicos. Así fueron apareciendo sus esclarecedoras monografías sobre temas de ]a antigüedad puertorriqueña y los estudios que le acreditan como nuestro primer gran cultivador de la genealogía, la heráldica y otras ciencias auxiliares de la historia. Entre los numerosos trabajos suyos publicados en la prensa perió· dica figuran los titulados El asiento de Caparra, Las monedas de Pueblo Viejo, Apuntes Históricos de la fundación de San Juan Bautista de Pqerto Rico, El puente de Martín Peña, La catedral de San Juan, San Fernando de La Carolina Y El escudo de la capilla mayor de la Iglesia de san José, y sus valiosísimos estudios sobre el escudo de armas de Puerto Rico, el pintor Campeche, el Obispo Arizmendi, don Ramón Power y Giralt y el general Antonio Valero de Bernabé. En forma de libro sólo publicó una obra: Los tres ataques britá· nlcos a la ciudad de San Juan Bautista de Puerto Rico, de la que se han hecho tres ediciones. Al morir trabajaba en la antología Las huellas de España en Puerto Rico, recopilación de trabajos ya aparecidos e iné· ditos, y en el manuscrito de una extensa obra genealógica sobre más de sesenta familias puertorriqueñas. Don Enrique T. Blanco estaba condecorado con la Cruz de la Orden de Isabel La Católica, en el rango de Caballero. CON EL FALLECIMIENTO DE DON ENRIQUE


Tres Vecinos de San Juan de los Tiempos Coloniales Por

ENTRE LOS MUCHOS Y BUENOS HIDALGOS NOTORIOS DE

sangre, de armas poner y pintar, que vinieron a la conquista de Boriquén y fueron pobladores y vecinos de la isla de San Juan. tales como Cristóbal y Diego de Sotomayor, Francisco de Barrionuevo. Juan Enríquez, Cristóbal de Mendoza, Sancho de Arango, Pedro López de Angula, los Velázquez, "el hidalgo vizcaíno" Martín de Eguiluz, etc., hay tres, de qui~nes tenemos noticias fidedignas, por las reales cédulas llegadas hasta nosotros, de habérseles concedido escudos de armas por las hazañas que realizaran en la conquista, además del Adelantado Juan Ponce de León, cuyas armas propias (el león de púrpura en campo de plata), fueron cuarteladas con las de nueva concesión: las tres islas representativas de San Juan, Bimini y Florida, que su nieto dejó labradas en la capilla mayor de la iglesia de San José, panteón de familia 4e los Ponce de León, de donde nunca debieron exhumar sus restos y a donde debió colocarse el monumento que se erigió en la Catedral. Fueron estos tres hidalgos, Baltasar de Castro, Hemando de Lepe y Diego Ramos, para quienes Don Carlos y Doña Juana expidieron reales provisiones de annas, dadas en Madrid, a 16 de junio de 1535; en Talavera, a 16 de agosto de 1541, y en Guadalajara, a 21 de septiembre de 1546, respectivamente. DIEGO RAMOS Daba principio el siglo XVI, cuando en compañía del comendador de Lares pasó a la isla Española el hidalgo Diego Ramos, que algunos años después había de acompañar a Ponce de León a la colonización de la isla .de San Juan. Refiriéndose a los 4e· este linaje que se avecindaron en el' reino de Murcia, dice Cascales, que

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eran buenos hidalgos, como parece de las pruebas de nobleza que litigó Alonso de Ramos, hijo de Francisco de Ramos y nieto de Pedro de Ramos. donde constan los dichos y sus ascendientes, y haber sido habidos y estimados por hijosdalgo. Fue nuestro colonizador, capitán de gente contra caribes, distinguiéndose en varias guazabaras. particularmente en la que logró rescatar una 'mujer española que los indios habian capturado, y por el año 1546, encontrábase en la corte desempeñan. do el cargo de procurador de la ciudad, con la comisión de protestar que le fuera prorrogado el plazo de gobernador a Iñigo López Cervantes de Loayza, a quien residenció el licenciado Antonio de la Vega, por provisión de la Audiencia de Santo Domingo, oe 30 de agosto de 1546. dictando sen· tencia en 29 de octubre de dicho año, declarándolo buen juez y digno de ser atendido por S. M. Diego Ramos fue residenciado con los demás regidores y alcaldes del Concejo de San Juan, por el licenciado Caraza, en 1555, siendo gobernador de la isla Alonso Estévez, a quien entonces también le tomó residencia el dicho licenciado, quedando de gobernador. Uno de los cuarteles del escudo de armas que le concedieron los reyes, es fiel representación de las escenas que se desarrollaban en los 'tiempos coloniales: "Un monte verde sobre unas aguas de mar azules y blancas, en representación de esta isla; unas llamas de fuego, que destruyen los cam· pos incendiados por los caribes; una torre de color de oro, que hace alución a las defensas de la ciudad, quizás aquella misma torre o casa fuerte que se hizo en la Boca de Cangrejos, y en lo más alto de ella, en el lugar pr~ciso donde el Castellano de la fortaleza prestaba juramento de fidelidad, una bandera verde orlada de oro con una cruz de oro


en medio de ella, que se destaca sobre el cielo azul." I La descripción heráldica del blasón de Diego Ramos, es la siguiente: Escudo partido: 1.0, en campo de gules un tigre de su color puesto en salto; 2.0 , de azur, una torre de oro con homenaje, en el que hay una bandera verde con cruz de oro orlada de lo mismo, puesta en una lanza. La torre aterrazada de sinople con· llamas de fuego al pie; en 10 bajo, un monte verde sobre ondas de azur y plata, y bordura de oro con ocho estrellas de gules de ocho rayos. Timbre: un yelmo cerrado con lambrequines de azur y oro, y por divisa. un brazo armado soste· niendo una lanza con banderín de sinople y gules orlado de oro, acompañado de dos alas de águila de sable puestas en vuelo.2 BALTASAR DE CASTRO Con el deseo de servir a Dios y a los Reyes Ca· tólicos, de gloriosa memoria. pasó a la isla Española, allá por el año de 1508, un hidalgo que respondía al nombre de Baltasar de Castro, cuyo origen genealógico no es posibl¡: determinar con precisión, por desconocerse su naturaleza y existir dos ilustres familias de ese apellido, aunque completamente distintas. Una es, la antiquísima y noble casa que, como las de Lara y Villamayor, Haro y Guzmán, proceden de los reyes de Castilla, y tomó su nombre del lugar de Castrogeriz (hoy partido judicial de la provincia de Burgos), de la que fue primer Señor y fundador de este linaje, Don Fernando de Castro (siglo XI), príncipe de sangre real, cuyos descendientes fueron ricos hombres de sangre y natura· leza, confirmaron los privilegios reales desde el tiempo del emperador Don Alonso VII (siglo XII). ejercieron la tutela de algunos reyes durante su menor edad y tuvieron el mando militar de las principales plazas del reino. La otra familia de este apellido es, la no menos nobilísima y antigua casa fundada por Don Femán Sánchez, hijo bastardo de Don Jaime I de Aragón, cuyo nombre tomó de la villa de Castro que le diera su padre, la antigua Castrum, fortaleza que estuvo a la orilla del Esera, próxima a Olvena, partido judicial de Barbastro en la provincia de Huesca. De la casa castellana dimanaron los de Galicia, León, Asturias, AIava, Vizcaya, La Mancha, Extre· madura, Andalucía, Portugal, etc.; de la ~gonesa, 1. .La Bandera de Puerto Rico•• por el autor de este articulo, publicado en el número 12 de esta revista. 2. Los escudos que ilustran este trabajo, están tomados de .Nobiliario de Con9uistadores de IndIas., reproducidos de los originales que fIguran en las reales cédulas de concesión de armas.

los de Cataluña, Barcelona, Valencia. los Castros de Pinos y otros. Tanto las dos casas troncales como las líneas de ellas dimanadas, pintan distintos escudos, y distinto a éstos es también, el que declaró nuestro hidalgo ante el Consejo de las Indias, como propio de su linaje, lo que dificulta aún más, precisar la afiliación de nuestro colono.] Llegado a la Española el futuro héroe del 'Lu· quilla, el mismo año en que Ponce de León firmaba las primeras capitulaciones para explorar la isla de San Juan (15 de junio), y se hacía a la vela en el puerto de Santo Domingo. (12 de julio), para surgir un mes después en las playas de Boriquén (12 de agosto), debió sentirse atraído a la conquista de la vecina isla, pero hasta tres años después no lo encontramos sirviendo a la nueva colonia como procurador de su concejo, por provisión expedida en 25 de julio de 1511, en sustitución de Pedro Moreno, que había obtenido real cédula concediéndole a la isla escudo de annas, no librada hasta el 8 de noviembre del referido año, cuando ya su sustituto había tomado posesión del cargo. Baltasar de Castro fue luego nombrado escri· bano de minas como teniente de Lope de Conchi· Hos, y por carta de los oficiales al Emperador, de 8 de agosto de 1515, sabemos que le fue concedido el cargo de factor. que conservó hasta su muerte. En ese mismo año tuvo lugar el hecho de armas que le valiera a Castro. veinte años después, el acrecentamiento de su blasón de familia. cuya acción relató ante el Consejo Real de las Indias y justificó con información de testigos, de que hizo presentación. Gobernaba la isla por renuncia de Cristóbal de , Mendoza, el licenciado Sancho Velázquez, a quien le correspondía asumir la suprema autoridad en su carácter de juez de residencia y repartidor de 3. Los descendientes de la casa troncal castetlana traen por armas, en campo de gules, una banda de plata con cotiza de sinople; los de Galicia y Castilla. de plata, seis roeles de azur: los de Portugal pintan trece roeles de azur en campo de orQ; los de Burgos, en gules, castillo de qro partido de azur con cruz llana de plata; los de Alava. dIez panelas de plata en campo de azur y en orla el cordón de San Francisco, de plata; los de Vizcaya cuartelan su escudo: 1 y 2, con roble sinople en campo de plata y 2, 3 Y 4, en azur, lobo de sable y cruz de Calatrava de oro en situación de palo. Los Castros de la casa Aragonesa, traen por armas, el escudo que le concedió Jaime I a su nieto, Felipe de Castro: de gules, una estretla de oro de ocho puntas y en jefe 105 cuatro palos de gules de Aragón en campo de oro, aunque otros cuartelan las armas de Aragón con la estretta de ocho puntas, de gules en campo de plata. Los de Valencia y algunos de Aragón, ponen en gules seis bezantes de oro y otros pintan en oro dos barras gules, partido dé plata con la estrella de gules. Los Castros de Barcelona organizan sus armas de dos castillos de plata en pal sobre campo de azur; los de Cataluña cuartelan el escudo: 1 y 4, de gules, escusón de oro con faja de igual color, y 2 y 3, de gules, castilto de oro, o pintan tres barras de sinople en campo de plata, y por último, los Castros de Pinos traen cuartelado; 1 y 4, de oro, dos barras gules, y 2 Y 3, de azur, un cometa de plata y sobre el todo, escusón de· oro con tres piñas sinoples y bordura de gules.

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indios, empleo que venía desempeñando desde el 22 de septiembre del año anterior, que regresó de Tierra Firme, y eran alcaldes ordinarios de la ciudad de Puerto Rico, Jerónimo de Merlo y Francisco de Cardona; regidores: Andrés de Haro, Antonio Sedeño, Domingo de Arce, Fernando de Mogollón y Baltasar de Castro, y escribano, J. Pérez. Habían venido a la isla de San Juan cuatro piraguas con ciento cincuenta caribes de pelea y otros muchos indios de los caciques Daguao y Cemivana (¿Canóvana?),4 además de los que a la sazón estaban rebeldes, juntándose hasta cuatrocientos combatientes con intención de haéer mucho daño • de Puerto a la isla y quemar y destruir la ciudad Rico, por encontrarse los colonos en las fundiciones, ignorando lo que los indios tramaban, mas teniendo aviso Baltasar de Castro y Sancho Velázquez de tan alarmante noticia, reunieron en la ciu. dad a todos los vecinos que se hallaban fuera en sus respectivas faenas, y ordenaron a Pedro Moreno que partiera con veinte hombres a descubrir el enemigo. Baltasar de Castro y Velázquez, al frente de veintisiete vecinos, salieron en seguimiento de Moreno para prestarle ayuda, quedan~o en la ciudad otros veinte, con los necesarios pertrechos para su defensa. Moreno había tenido noticias de que los caribes se encontraban en jurisdicción del cacique Daguao, y por el interior se dirigió sin pérdida de tiempo a su encuentro, mientras Castro y Velázquez si· guieron la costa, y a la puesta del sol llegaron al río Luquillo,! que vadearon para vivaquear en la otra orilla, tomando las oportunas medidas de vigilancia para no ser sorprendidos. Cuando la radiante Venus en toda su magnificencia anunciaba la llegada del astro rey, divisaron los centinelas que montaban la guardia, las cuatro piraguas que se aproximaban, y sus tripulantes vinieron a desembarcar muy cerca de donde se en· contraban Castro y el gobernador Velázquez con su gente. La noche había sido lluviosa; las aguas del Luquilla aumentaban su caudal, presagiando una gran avenida, y el estero quedaría inundado, a poco que se aproximase la hora de la pleamar. Castro y Velázquez, después de asegurarse del número de hombres con que contaba el enemigo, se dispusieron a entrar 'en combate antes de que la creciente les cortara la retirada, en. el caso de una derrota por la superioridad numérica del ene4 Debe ser error de transcripción, El Dr. Coll y Toste anotó Humacao, pero es más lógico suponer que ea Ca· nóvarÍa, por tenér la. dos palabras igual .n~t:"ero de letra~, ser iguales las dos últimas ~il!1bas, y no dlf~cll de conf~ndlr las dos primeras al transcrlblrse. En la misma real cedllla se escribe Dagnao por Daguao. 5: El Dr. Coll y Toste anota, Loíza. pero el L?íza se llamaba entonces Cairabón, y no iba a ser confundido tan fácilmente por el rní!l;rno Castro. .

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migo, y aunque la situación era difícil y peligrosa, teniendo en cuenta el daño que sobrevendría a toda la isla si fueran vencidos, arengaron su gente y se lanzaron a la lucha, desbaratando al enemigo y logrando capturar una piragua, con lo que renació la tranquilidad en la colonia. Por tan señalado servicio, veinte años después se le acrecentaron a Castro las armas de su blasón de familia, el castillo de oro en campo azur, pa· sando a ser para éste y sus descendientes, de gules con el castillo de oro, en jefe de azur una estrella de oro de ocho puntas y bordura con seis piraguas, también de oro, en ondas de azur y plata. Timbre: celada terciada, surmont¡lda de un bra· zó armado sosteniendo una espada y adornada con lambrequines de azur y plata. El campo azur del escudo propio del linaje, fue cambiado por gules (rojo), en memoria de la san· gre derramada en el hecho de armas referido; la estrella de oro en campo azur, recuerda que la acción tuvo lugar a la hora en que el lucero del alba anuncia la llegada del nuevo día, y las piraguas en ondas de azur y plata, las que condujeron a los caribes por las aguas del Luquillo, una de las cua· les fue apresada en el combate, por Baltasar de Castro. Sancho Velázquez fue a dar con su cuerpo en la cárcel de la Inquisición cinco años después, donde murió el 17 de mayo de 1520, y a Pedro Moreno se le distinguió con el cargo de alcalde ordinario del concejo de Puerto Rico, con que figura por el año 1519, en la información de testigos para el traslado de la ciudad, de Caparra a la isleta que hoy ocupa la de San Juan. En septiembre de 1520 se repitió el ataque de los caribes por el río Humacao, de cuyo hecho dio cuenta Castro al Emperador, en carta fechada en la Española a 16 de noviembre de dicho año, y no tenemos más noticias de 'Raltasar de Castro hasta el año 1533, que lo encontramos ocupando el cargo de tesorero, siendo alcalde ordinario Juan de Castellano, y en 1540, el de contador. falleciendo el 5 de septiembre del siguiente año. Castro fue sustituido en el cargo de factor por el hidalgo vizcaíno Martín de Equilez, capitán de la gente de a caballo, que interinamente lo venía sirviendo por orden de la Audiencia de Santo Domingo, de cuyo linaje y armas trataremos e.n otra ocasión.

HERNANDO DE LEPE No habían transcurrido muchos meses de la fun~ dación de la villa de Sotomayor en el territorio de Yagüe!;a, por el noble caballere, Don Cristóbal de Sotomayor, cuando fue destruida por Guarionex en 1511, por orden del cacique Guaybana, que al


frente de 300 indios había dado muerte a su fundador y a su sobrino Don Luis. Recién llegado a la isla de San Juan encontrábase Hemando de Lepe, cuando con armas y caballo tomó parte principal en la defensa de la villa, y tal debió ser su arrojo y valentía, que luego fue capitán de gente en ocasión de tener que juntarse los colonos, para defenderse de los ataques de indios y corsarios.6 Así aconteció cuando en 1528 (12 oe agosto), fue incendiado por varios franceses el primitivo pueblo de San Germán, que había sido fundado en 1512 por el capitán Miguel de Toro, en una sabana próxima a la desembocadura del río Guaorabo (actual Añasco), para sustituir la villa de Sotomayor. San Germán fue incendiado por segunda y tercera vez, y fundado de nuevo a media legua del puerto, para una vez más ser atacado por los corsarios franceses, lo que motivó el traslado del pucblo a la costa sur, con el nombre de Santa María de Guadianilla.,. saqueado por caribes y franceses nueve años después de ser trasladado, y al fin cstablecido definitivamente en el lugar que hoy ocupa, el año 1570, por el gobernador Solís, con el nombre de Nueva Salamanca, pero sus vecinos le llamaron San Germán el Nuevo, designación con que aún se le conoce, aunque sin el calificativo. 6. En la real cédula de concesión de :mnas a Remando de Lene, no se especifica Que fucra la villa de SOfomayor. Sólo hace referencia al Pueblo vicio quc los caribes Que· maron, pero para esa época (1541), las únicas poblaciones Que se habfl1n fundado. eran: la villa de Caparra, abandona· da desde 1521 V trnsladada, ya con el nombre de Puerto Rico, al lugar que hoy ocupa, sin Que nunca hubiera sido atacada llar los caribes ni por corsarios. con anterioridad a esa fecha: la villa de Sotomavor, fundada hacin el año 1510 y ouemada por los indios en 1511: la de San Germán. fun· dada para sustituir la anterior en 1512 V quemada por corsarios franceses en 1528 y 1538, pero no por los caribes: el pueblo de Santiago del Daguao, fundado en 1514, y quemado por los caribes. Como se ve. sólo los pueblos de Santiago y Sotomayor fueron quemados por los indios con anterioridad al año 1541, mas no habiendo quedado supervivientes del primero ni habiéndose reconstruido, lógico es pensar que Remando de Lepe se encontrara en la defensa del segundo, y para distin~irlo del nuevo pueblo fundado con el nombre de San Germán, lo llamara Pueblo vieio, como a Caparra se le dió igual denominación después de la fundación dc la nueva ciudad.

_ Hernando de Lepe dejó de ser vecino de San Germán para establecerse en San Juan, de cuyo concejo fue procurador, y lo encontramos en la corte por los años de 1541 a 1542, dando cuenta al Monarca, de que el Cabildo de la capital no quería implantar la provisión real que declaraba de uso común los pastos, montes yaguas. Fue entonces cuando Don Carlos y Doña Juana, previa información de sus servicios en la colonia ante el Consejo Real de las Indias, le concedieron escudo de armas para que quedase perpetua memoria de sus hazañas, y a su regreso a la isla, fue nombrado alcalde ordinario de la ciudad de San Juan, donde lo dejaremos en pleno goce de su hidalguía, ostentando en la fachada de su casa el blasón de sus armas, organizado de un escudo, en campo de azur, una casa fuerte con su torre de oro y bordura de gules con cuatro pares de lanzas puestas en aspas, los hierros de su color y las astas de oro. Timbre: un yelmo adornado de lambrequines de azur y oro, y por divisa un tigre de su color, naciente del yelmo, puesto en salto.7 Remando de Lepe debió ser natural u originario de la villa de Lepe, en la provincia de Huelva, situada entre la Sierra de Andévalo y el océano Atlántico, del que dista cuatro o cinco kilómetros, y en la que se organizó la flota que al mando de Salís descubrió el río de la Plata. La villa de Lepe forma hoy un municipio con el caserió Las Antillas que pertenece al partido judicial de Ayamonte. También debió ser originario de esta villa. quizás familia de nuestro Hernando, Diego de Lepe, que vino a América en el primer viaje de Colón y luego se encontró con Pinzón en el descubrimiento de la desembocadura del Amazonas. 7. Aunque en el escudo hay cuatro arcos, además de los cuatro pares de lanzas, la real cédula no hace mención de aquéllos.

Publicado en Alma Latina - Diciembre de 1935.

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Escudo y Banderas de Puerto Rico Por

I

ESCUDO

EL. 8

DE NOVJEMBRE DE

1511,

A SOLICITUD DE PEDRO

Moreno, Procurador del Concejo de San Juan, el Rey Don Fernando de Aragón, que en nombre de su hija Doña Juana gobernaba Jos reinos de Castilla y de León, expidió cédula de concesión de armas a la isla de San Juan (hoy Puerto Rico), cuya parte dispositiva dice: "Vos señalo e doy para q la dha ysla tenga "por armas un escudo verde y dentro del un "cordero plateado encima de un libro colorado "e travesada una bandera con una cruz e su "veleta como la trae la devisa de sant joan e "por orla castillos e leones e banderas e cruces "de jerusalem e por devisas una F e una Y con "sus coronas e yugos e flechas e un letrero a "la redonda d la manera siguiente Joannes est "nomen ejus las quales dha armas doy a la "dha isla d sant joan por armas conocidas "para q las podays traer e trayays e poner e "pongays en vros pendones e sellos' e otras "partes donde quisieredes e fuere menester "segun e como e d la forma e manera que las "traen e ponen las otras cibades e villas e "lugares destos reynos de' Castilla a quien "tenemos dadas armas." La pieza principal y más honorable de este escudo. es el cordero de plata sobre el libro colorado, que representa al Redentor, al Cordero de Dios. según expresión del Bautista: Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit peccata mundi, por 10 que el Agnus Dei fue tenido desde la Edad Media por divisa del 6

ENRIQUE

T.

BLANCO

Precursor, y en ese sentido simboliza en el blasón de Puerto Rico, el nombre que le di6 Colón a la isla de Boriquén: San Juan Bautista. Aunque representado el Agnus Dei en la simbología cristiana de diversas maneras, aquí aparece echado sobre el apocalíptico libro de los siete sellos, que sólo el Cordero puede abrir, sosteniendo una banderola de plata con cruz roja, símbolo de la Redenci6n por el Cordero inmolado, adornada con una veleta o corbata también de plata, metal que sustituye en heráldica al color blanco, que en la liturgia es emblema de pureza y alegría, así como el rojo lo es del martirio, usándose el pri· mero, según la rúbrica de la Iglesia, en la fiesta de la natividad de San Juan Bautista y el segundo el día de su martirio. No pudo concedérsele a la isla de San Juan para su escudo, una pieza honorable más simbólica que eP:¡Cordero místico, divisa de su Santo Patrón, cuyos propios esmaltes simbolizan en heráldica: la Fe, la pureza, la integridad, la obediencia, la firmeza, la vigilancia y la gratitud, virtud y cualidades representadas por el metal plata: la Caridad, la fortaleza, el valor, la fidelidad, la alegría y el honor, por el color gules (rojo); la Esperanza, la industria, la constancia, la intrepidez, el silencio, la abundancia y la amistad, por el sinople (verde), color del campo del escudo, sobre el que se destaca la figura del Cordero. Por la plata quedaba obligada la isla de San Juan a servir al monarca en la náutica, a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos; por el sinople, a servirle en el Comercio y a socorrer: a los labradores; y por el gules, a servirle en las Armas y socorrer a los que se ven oprimidos por injusticias. La plata es símbolo de la Luna; representa a Cáncer entre los signos del Zodíaco; de los elementos el agua, de los días de la semana, el lunes;


de los meses, enero y febrero; de los árboles representa la palma; de las flores la azucena; de las aves la -paloma. y de los cuadrúpedos, el armiño. El color gules simboliza a Marte, entre los planetas; Aries y Escorpión, de los signos del Zodíaco; el fuego entre los elementos; el martes, de los días de la semana; marzo y octubre de los meses del año; de los metales el cobre; de los árboles, el cedro; de las flores el clavel y de las aves el pelícano. El sinople representa simbólicamente, al planeta Mercurio; de los signos del Zodíaco, a Géminis y Virgo; la tierra, de los elementos; el miércoles, de los días de la semana; mayo y agosto de los meses anuales; de los metales el azogue; de los árboles el laurel; la siempreviva, de las flores, y de las aves el papagayo. Perlas, rubíes y esmeraldas, piedras preciosas simbolizadas en heráldica por esos esmaltes, quedaron engarzadas en el blasón de Puerto Rico. La figura principal del escudo está rodeada por una bordura, pieza heráldica de primer orden que simboliza protección, favor y recompensa; asimismo, la cota que vestían los caballeros en la guerra, que si al salir de la pelea la ostentaban manchada de sangre enemiga, se les concedía como insignia de su valor, V sobre esta bordura se colocaron las ar-

mas de Castilla y de León; la gloriosa bandera con que fue reconquistada Granada, tremolada desde la torre de la Vela de la Alhambra por el Conde de Tendilla, el 2 de enero de 1492, bandera de los Reyes Católicos que enarbolaron las carabelas descubridoras, en la que figuran cuarteladas las armas de Castilla, León, Aragón y Sicilia, y por último la cruz potenzada de las armas de Jerusalén, de color rojo, que fue el adoptado por los reinos de España en su cruzada contra los infieles que habian invadido sus territorios, porque reyes de Jerusalén se titulaban los de España y podían usarla y concederla como la usaron en las monedas de Castilla de la época de doña Juana, que fue en la que se le concedió armas a Puerto Rico, y la concedieron infinitas veces a caballeros y ciudades para que la ostentaran en sus blasones, como a la ciudad de la Imperial en Chile, que también orla su escudo con cuatro castillos de oro en campo de gules y cuatro cruces de Jerusalén, de gules, en campo de plata. Con ornamento exterior, tiene este escudo dos divisas: una representada por la F y la Y con sus coronas, yugos y flechas, y la otra por la leyenda: Joa,mes est nomen ejus. La primera hace alusión a Don Fernando y a Doña Isabel que también traían por divisa yugos

Escudo de Armas concedido por el Rey Don Fernando de Aragón a la isla de San Juan.

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y flechas; la segunda al nombre de la isla, cuyas palabras (tomadas del Evangelio de San Lucas, Capítulo 1. versículo 63), son las que escribió Za· carías (padre de San Juan Bautista), en una tablilla encerada, al preguntársele en el acto de la circuncisión de su hijo, el nombre que deseaba ponerle.

II BANDERAS

Puerto Rico no tiene pabellón nacional porque no es un estado independiente, y en las astas de sus castillos y edificios públicos, ondea la bandera estadounidense, a cuya nación pertenece desde el año 1898. Pero a falta de una bandera nacional que pueda usarse como símbolo de soberanía, posee otras, de carácter histórico, que vamos a describir. La matrícula marítima de Puerto Rico, estuvo en vigor desde el año 1802 en que se crearon en España las ordenazas de matrícula para todas las provincias marítimas, hasta el año 1898, que cesó el gobierno de la nación descubridora en esta isla. Es una bandera corneta, dividida en dos franjas horizontales, la superior roja y la inferior' blanca. y la enarbolaban los barcos matriculados en Puerto Rico, y los que procedentes de estos puertos llega· ban a otro puerto nacional. La bandera de Lares, aunque no llegó a desplegarse a los vientos, fue creada por los revolucionarios del año 1863, que dieron el grito de independencia en el pueblo de Lares. Inspirada en la bandera de Santo Domingo, está formada por una cruz blanca, del ancho de la ter· cera parte de la latitud total de la bandera, y los cuadriláteros que quedan entre los brazos de la cruz, son azules los dos de arriba y rojos los de abajo. Una estrella blanca de cinco puntas, figura en el cuadrilátero azul inmediato al asta. La bandera del triángulo azul monoestrellado,

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con tres franjas rojas y dos blancas, fUe ideada por la Junta Revolucionaria de Nueva York, y es idéntica en su forma a la bandera de Cuba, de tradición norteamericana, más que sudamericana, y con notable influencia francmasónica, pero por sus colores y disposición de los mismos, es hija de la bandera estadounidense y hermana de las banderas regionales de Texas, Vermont, Georgia, Carolina del Norte y Ohio, dada a conocer por vez primera en Puerto Rico, -por los puertorriqueños que vinieron con las tropas invasoras cuando el cambio de dominación, tremolada más luego por algunos jefes políticos como símbolo del ideal de independencia. Otros colores, de carácter histórico y heráld;co, posee Puerto Rico, olvidados en su escudo ..te armas, que podrían dar vida a una bandera regi<:-nal: plata y sinople, como el campo verde de su blasón y el cordero de plata en él representado. Esos son los colores que propiamente deben adoptarse para bandera de Puerto Rico, colores que ha venido usando por más de cuatro siglos en su escudo de armas, y sabido es de todos, que de los esmaltes de los escudos de cada país, sur· gieron sus banderas nacionales, como amarilla y roja era la de España, del Castillo de Oro en campo gules de Castilla y de los palos gules en campo de oro de Aragón; blanca y negra la de Prusia, de su águila de sable en campo de plata; azul y blanca fue la de Portugal, como las quinas de azur y plata de sus armas, y de igual color la de Grecia, del campo azur de su escudo con cruz de plata; roja y blanca la de Austria, como su escudo de gules con faja de plata; roja con cruz blanca la de Dina· marca, por la cruz de Danebrog, de plata orlada de gules, y la de Suiza, idéntica a su blasón, etc. y porque el campo de nuestro escudo es sinople y el cordero es de plata, la bandera debe ser verde con cruz blanca, que de una manera simbólica. pueda sustituir al Agnus Dei, porque la cruz es también símbolo de redención como lo es el Cordero inmolado. San Juan, Puerto Rico, 3 de junio de 1936.


Poemas del noctámbulo o ¿Qué hora es? Por

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CLARA CUEVAS

¿Qué hora es? . La que marcan los relojes es inexacta, exacta es)a del alma, que mide cada sentimiento, cada palabra, que cae corno los granos del reloj de arena, certeros, lentos e inequívocos. ¿Qué hora es? la del alma, ¿la que no se ve? Cuál es la hora fantasma, la insabora, la incolora, la insípida y la amarga. Qué hora es en el alma, cuando los dedos huérfanos no te palpan, cuando las llagas no sangran, y nos enferma un no sé qué. A cámara lenta siente el alma, es más rápida, y más lenta que el cuerpo que se ve. El cuerpo se mueve. y se graba en las pupilas de los que 10 ven. El cuerpo es un celaje, el alma también. El alma. reloj de sol. de péndulo. de pared, que transmite hora tras hora, y la desintegración de los minúsculos minutos, que tienen la redondez de un grano de arena, la efemeridad de la cera que se quema, la eternidad de lo~ que no se ve.

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Exposición de Eduardo Ortiz

E

N EL MUSEO DE ARTE DE PUERTO RICO SE H A CE·

lebrado una exposición de esculturas y dibujos del artista puertorriqueño Eduardo M. Ortiz. Natural de Barranquitas, Ortiz vive hace algún t~empo en Nueva York. donde ha realizado exposiciones de sus dibujos y esculturas. Ha sido uno de los artistas puertorriqueños galardonados en dicha ciudad con la medalla "Fonfrías". Además ha recibido ayuda económica del Instituto de Cultura Puertorriqueña para hacer estudios de escultura en Italia. 'La muestra que presentó el artista en el Museo de Arte, titulada "Escape de la Realidad", como prendió esculturas y 25 dibujos a bolígrafo. En estas mismas páginas ilustramos algunas de las obras de la exposición que fue inaugurada el 1S de octubre de 1971.

Figura Deterioro de las razas 0, ¿Acaso no todos somos iguales?

JO


Figura de la mujer

Invocaci贸n


Versos devocionales y esotéricos coleccionados en Bayamón Por MARIo A.

L os

CANTOS

y

LAS D~CIMAS CONSTITUYEN EL MEDIO

preferido por el campesino puertorriqueño para expresar sus sentimientos, creencias y tradi· ciones. Es la décima, y no el romance español, uno de los géneros poéticos que mayor popularidad ha alcanzado en Puerto Rico. Diferentes cantos y déci· mas anónimas lograron difundirse tempranamente en la Isla, desarrollándose de este modo nuestra poesía folklórica. Los primeros testimonios escritos que se conocen en el país de cantos de tipo popular datan del siglo XVII. Son unas décimas escritas en alabanza de don Gaspar Martínez de Andino, gobernador durante el período 1683-1685. Para el siglo XIX los diferentes cantares y poesías se seguían trasmitiendo -según señala don Miguel Alonso- " ...de padres a hijos, sin alteración de palabras". El trovador o "cantaor" puertorriqueño, que no necesariamente posee una cultura literaria, improvisa o versifica acompañándose del cuatro o de la guitarra. Según afirma el doctor Marcelino J. Ca· nino, una de sus tareas más importantes es dirigir los cantos devocionales con que -se acompañan al· gunas de nuestras ceremonias religiosas populares -velorios de angelitos, rosarios cantados a la Virgen, mandos de Reyes, etc... "J Estos cantos religiosos no pertenecen, por lo general, a la liturgia ofi· cial de la Iglesia Católica. Creo que será de gran valor para el estudio d~l folklore puertorriqueño conocer algunos de los cán· ticos y' versos devocionales coleccionados en el pueblo y región de Bayamón por el padre Juan Enrique Huinck, O. P., quien tuvo la gentileza de proporcionármelos en ocasión en que realizábamos ciertas investigaciones en el archivo parroquial de la Igle· sia de la Santa Cruz, del referido pueblo. El padre JI

1. Canino Salgado, Marcelino: La tradición oral en Puerto Rico (tesis doctoral), 1%9.

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RODRíGUEZ LEÓN

Huinck, natural de Utrecht, Holanda, llegó a Puer· to Rico a fines de 1931. Luego de desempeñar en Isabela durante algunos años su ministerio eclesiástico, fue trasladado a Bayamón donde resfde hace tiempo. Su interés por todo lo puertorriqueño lo impulsó a recoger de entre sus feligreses la serie de poesías, oraciones y cánticos. de la que me complazco en ofrecer a los lectores una interesante muestra. La mayoría de los versos recogidos por el padre Huinck tratan sobre diversos temas de la tradición cristiana; son cantos y oraciones que manifiestan el profundo sentido religioso de nuestro pueblo. Los temas más frecuentes son los relacionados con la Pasión de Cristo. La celebración de la liturgia de la Pasión ha penetrado muy profundamente las creencias y los 'sentimientos del puertorriqueño. Por ello esta temática se manifiesta en diferentes versiones. algunas más extensas que otras, debido a que se han omitido versos o estrofas completas. Un buen ejemplo de ésto lo podemos observar comparando la Oración de la Pasión en diferentes versiones. ORACION DE LA PASIONl

("Como lo recitaba todos los viernes mi difunto padre") Viernes Santo a medio día Jesucristo caminaba Con una cruz a sus hombros De madera muy pesada. Como el madero era verde Paso... a paso... caminaba 2. Versos apuntados en el año 1961 por la Srta. Inés Semprit. de 65 años de edad, maestra jubilada, vecina del Barrio El Volcán, de Hato Tejas, Bayamón.


y donde hinca sus rodillas La sangre deja empozada.

Camina la Virgen Pura Camina muy de mañana y a las horas que camina San Juan iba a su compaña. En la calle de la amargura A una mujer encontrara Dígame buena mujer Dígame buena cristiana ¿Ha pasado por aquí El hijo de mis entrañas? -Por aquí pasó Señora Antes que el gallo cantara. Una cruz lleva a sus hombros De ~adera muy pesada. Como el madero era verde Paso a paso arrodillaba y cada vez que caía Crueles azotes le daban En sus Sagradas Espaldas Una soga lleva al cuello De junco madero y larga Otra lleva a su cintura Por donde el traidor tiraba. La Virgen esto que oyó Cayó en tierra desmayada San Juan y La Magdalena Por la mano la llevaban Levante Señora mía Levante hermana Que allí arriba en el Calvario Suenan martillos y clavos. Caminemos, caminemos Hasta llegar al Calvario Que por presto que lleguemos Ya le habrán crucificado. Ya le hincan las espinas Ya le remachan los clavos, Ya le clavan la lanzada En su bendito costado y la sangre que derrama Cae en un Cáliz Sagrado. Aquel que la recogiere Será bien aventurado En esta vida dichoso Y en la otra coronado. No lo conoció la Virgen Por mucho que lo miraba. Lo conoció la Magdalena Con sus tocas a limpiarle Unas le limpian los pies Otras le limpian las manos Otras recogen la Sangre Que el Divino Dio~ derrama. Tente... tente... Magdalena No me deben limpiar Estas son las cinco llagas Que yo tengo que 'Pasar Por el chico, por el grande, Por toda la cristiandad. El que esta oración dijere Todos los viernes del año Sacará un alma de pena Y la suya del pecado, La de su padre, su madre y la de todos sus hermanos. Quien lo sabe y no lo dice, Quien lo oye y no lo aprende

El día del juicio sabrá Lo que esta oración contiene. Otra versión de La oracwn de la Pasión, como la recitaba la difunta doña Margarita Sevilla (copiada por sus hijas y nietas), es la siguiente: 1. Viernes Santos a medio día Jesucristo caminaba Con una cruz a sus hombros De madera muy 'Pesada. Como el madero era verde Cada paso arrodillaba Donde hinca sus rodillas La sangre deja empozad:l. Una soga lleva al cuello De junco madera y larga Otra lleva a su cintura Por donde el traidor tiraba. 2. Estaba la Virgen Pura Sentadita en la alameda Sus cabellos eran de oro Su cinta de primavera Por allí pasó San Juan Y le dijo de esta manera ¿Cómo no canta la linda? ¿Cómo no canta la bella? ¿Cómo quieres que yo cante Sola y en tierras ajenas? Si un hijo que yo tenía Más lindo que las estrellas Me lo están crucificando En una cruz de madera 3. Caminemos, caminemos, Hasta llegar al Calvario Que por pronto que lleguemos Ya lo están crucificando Ya lo suben a la cruz Ya le remachan Jos clavos Ya le clavan la lanzada En su Divino Costado. 4. En el Monte del Calvario Tres Marías lo lloraban Una era la Magdalena Otra era Marta su hermana Otra era la Virgen Pura La que más dolor pasaba. Una le limpia los Pies Otra su Bendita Cara Otra recoge la Sangre Que el Divino Dios derrama. ¡Tate! ¡Tate! Magdalena No me vengas a limpiar Que estas son las cinco llagas Que yo tengo que pasar Por los vivos, por los muertos, Por toda la Cristiandad. 5. El que esta oración dijere Todos los viernes del año Sacará un alma de pena Y la suya del pecado. Quien la sabe y no la dice El que la oye y no la aprende .

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El día del juicio sabrá Lo que esta oración contiene. Interesantes son las enseñanzas copiadas del dictado de don Anacleto Díaz, negro vecino del barrio El Volcán, de Hato Tejas, nacido en 1875. Don Anacleto era llamado "Míster Pig" por los primeros norteamericanos llegados a Puerto Rico, quienes le compraban lechones para asar. Sus ex~ tensos poemas tratan sobre diversos temas reli· giosos, apocalípticos, pasajes del Antiguo y Viejo Testamento, etc. Las décimas aquí recogidas de· muestran el conocimiento de diversas materias académicas como la física, la meteorología, geo· grafía, etc. 1. Siendo en física el tratar

vengo a preguntarle a usted diga de qué figura es el planeta que habitamos y si usted eleido (?) el plano dfgame si ha conocido si tiene ese poderismo por medio de su estudiar vamos a seguir el tratado por su escarcha y rocío. 2. La tierra esta con planada asina 10 tengo visto también todo 10 he visto la historia me lo declara estar muy bien calculada todas sus demarcaciones es un hilo de vapor atiende lo que te digo no quiero tratar contigo la física en relacción. 3. Si dos vientos opuestos se hallan producen un torbellino o bien sea un remolino sea una manga o una tromba asina es fácil que rompa aunque sea en reducido truenos y rayos producidos de la misma electricidad y así se percibirá la escarcha con el rocío. 4. Según su eje polar en la geografía vemos cuarenta y tres grados menos de a nuestro cunte honores (?) son de consideraciones que globo está dividido en tres partes conocido y más tarde le diré lo que es escarcha y rocío. Hay siete clases de climas los cuales son los siguientes: uno que se llama ardiente la geografía 10 explica con su graduación explica cuyos grados están medidos están muy bien comprendidos de qui.nce a veinte de calor

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sostengo la versación por la escarcha y rocío. Hay otro clima caliente de veinte a veinticinco grados otro se llama templado así lo veo claramente un clima suave siguiente de veinte a quince que marca y de ahí sigue la marcha marcando la graduación por el rocío y la escarcha. También copiados por el padre Huinck'y dicta· dos por don AnacIeto son las décimas que tratan el tema colombino: CUANDO CRISTOBAL COLON Cuando Cristóbal Colón visitó a los reyes de Francia se reían de su ignorancia y le decían un fabulón, afuera de aquí, Colón alza el remo de tu pluma vete a buscar la fortuna donde la Reina Isabel. A poco tiempo vino él de la América la espuma. Adonde el Rey Don Fernando fue y se presentó en busca de protección y 10 cual se no ha negado y Colón entusiasmado dijo voy a declarar de donde es mi familiar y en el proyecto que estoy a más le digo que soy de Génova natural. El Rey Fernando, le dijo dime ¿qué es tu aspiración, porqué tu sabes, Colón, que hay otro mundo escondido? Yo tengo gran precaución. Si no me engañas, Colón, soy yo quien te voy a ayudar para que sigas tu viaje porque eres de un buen linaje de Génova natural. Ya Colón no dice embustes porqué no descubre tierra le querrían formar guerra los que iban dentro del buque. Colón decía no te asustes que llegamos prontamente les habló de cuerpo presente sin poderlo remediar y se halló cruzando el mar 01 floró (?) de un continente. Las descripciones de Cristo niño son presentada:) en función dcl acto final de su vida, la pasión y mucrtc. Dc interés es el fragmento dc la extensa Oración del Gran Poder de Dios, recogida por doña


Alberta Agosto de 70 años de edad en junio de 1940, en el Barrio de Santa Olaya, de Bayamón. En la siguiente estrofa se recurre al uso de imágenes para expresar el luto y las penas que sienten los astros por la muerte de Cristo. POESIA

u ••• para

el vaso de hígado inflamado hágase un fresco de marba. verdolaga, blero blanco, coitre blanco, tuna y sávila en agua todo junto' saso. nado". Entre la gran variedad de versos y oraciones en donde el creyente manifiesta el culto externo de la religión se encuentran oraciones poéticas rezadas en los velorios.

(De Angela Colón, Santa Olaya, 29 de Octubre 1939) San José, el carpintero; y la Virgen panadera; y el Niño Jesús los días que llueve, no tiene escuela; va a coger las virutas que se escapan de la sierra y en el horno de su Madre sus santas manos las echan. Mientras las piedras del horno lentamente se caldean, vuelve al taller de su padre y con sus manos inexpertas, ayudado por los ángeles labra una cruz de madera; y San José dice al verlo: ¿Porqué Jesús siempre juega con escoplas y cepillos hacer cruces de madera? y el Niño Jesús responde con su voz alegre y fresca: Porque quizás algún día me hayan de clavar en ella. y los rubios angelitos al escuchar la respuesta abandonan sus trabajos, llenos de espan'to vuelan derramando entre nubes tristes lágrimas de pena. Fragmento

Vístase el cielo de luto, El sol y la luna llorando, Las piedras del sentimiento Se hacían dos mil pedazos. Le pidió licencia al juez Para de la cruz bajarlo. Después que el juez se la dió, José y Matía lo bajaron. Se lo llevan a su Madre, Se lo ponen en sus brazos, Eres la luz de mis ojos, Hijo mío soberano. La rosa de tus mejillas Se han encarnado en tus labio~. Siento, hijo, al verte tan maltratado.

ROSARIO DE ANIMAS Ofrecimiento (Aprendido en los Velorios por Inés Dávila Semprit) ¡Dios perdone ánimas fieles Que en el purgatorio están! ¡Qué graves penas pasan! ¡Ay! ¡Qué tormentos tan crueles! El Señor que se las dio Tenga por bien el sacarlas En la Goria aposentarlas Donde todas sus penas Las pasen con alegría. Yo ruego hoy por ésta Otros ruegan por la mía ¡Quedan tan lastimadas! iLágrimas de noche y día! Algún día tendrán descanso Ha de llegar ese día Que lleguen al lugar Donde están los escogidos Por eso yo le pido A mi Dios con alegría Que aquella más acongojada y de pena más crecida Reciba principalmente Un Padre Nuestro y un Ave María.

APRENDI DE MI MAMA LA SIGUIENTE ORACIONCITA

(La que se llamaba Doña Beatriz Semprit) (Fallecida en el 1966. de 108 años) El oficio de carpintero Ejercitaste en vida Para darle la comida A Jesús Dios verdadero A vuestra compañera y lucero Vuestra esposa Virginal Sednos, José, abogado En nuestro instante final.

Interesante es la receta de nuestra botánica campesina, recogida de una familia de Buena Vista, Bayamón, en el año 1939, y destinada a uno de los frailes d~minicos, quién padecía de la vesícula biliar:

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ApÉNDICE DE CANTARES RECOGIDOS EN DIFERENTES PUEBLOS DE LA HUINCK, o. P.

ISLA POR EL PADRE JUAN ENRIQUE

LA PASION DE JESUCRISTO (Versión recogida de Dionisia Arocho. de 90 años en 1931, natural de Lares, vecina de Galateo Alto, Isabela, P. R.) Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo Adoremos el costado De mi Dios Sacramentado. Dulcísimo Jesús mío, Que grandes son mis p~cados Que por ellos te pusieron En una cruz con tres clavos. Le ponen a la columna De pies y manos atado. Ese es tu divino rostro Que con rigor fue azotado Tu divina redención Por todo género humano. El que te vendió fue Judas Pero fue por mis pecados. Cuando preso te llevaron A casa del Rey Herodes Mas el domingo de Ramos Predicó su casa de oraciones Que no es casa de mercado. Por el huerto va el Señor Que en el patio está orando. Los malvados religiosos Con sus fusiles llegando. Los jueces van a cenar y Cristo quedó en el patio; Allí le jugaron un juego Que hasta los ojos le vendaron Con sus sacrílegas manos De bofetadas que le han dado Allí llaman a los verdugos. Le dan cinco mil y tantas. Mas fue su santa doctrina Que bajaste a enseñarnos. Mas la noche de la cena De aquel ~manjar soberano Se sienta en la mesa Mete la mano en el plato. Con una voz apacible Dice aquel Cordero manso Oid discípulos por los míos Que vos quiero explicarles Que por ellos me han hecho hombre y estoy como enamorado. Quien así no me la dijere Yo, de mi reino lo aparto Para los profundos puertos, Puertos de los condenados. Camino de Jerusalén: Por las calles, por la plaza Todos le andan pregonando. Ahí va el falso generoso

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Ahí va el cordero manso. Le negó San Pedro, San Pedro llora su pecado, La columna de la Iglesia Fue puesto de su rebaño. Le hicieron juez de burla En una ventana sentado; Lo coronaron de espinas Con una caña en la mano. Los verdugos estirando Que le conyuntan los brazos; Con una soga nueva al cuello Le dicen a sus soldados. Mas inocente lo hallo Dc haberle dado la paz. Libertando al buen soldado Respondió aquel Barrabás Mal en su tiempo pasado Quien no se puede valer No pucde valer entiambo Entrc él y su compañero Pal infierno van volando Por el Calvario baja Cristo De nuevo lo han desnudado. Con un copioso sudor Que de sangre va sudando, y lo siguen por el rostro. A las hijas de Alserón En la calle encontró. Con un paño que llevaba Su santo rostro limpió y en aquel paño quedó Aquel divino retrato, Para que los hombres vieran Sus santísimos milagros. Vístase el cielo de luto, El sol y la luna llorando, Las piedras del sentimiento Se hicieron dos mil pedazos. Le piden licencia al juez Para de la cruz bajarlo Después que él se la dio Entre José y Matía lo bajaron y Maria se quedó En su retiro llorando. San Juan de la Apostolarfa y el santo que le acompaña Se lo llevan a su Madre y se lo ponen en sus brazos. Abre la luz de tus ojos, Hijo mío soberano: La rosa de tus mejillas Son encarnados tus labios. Socórreme, Padre Eterno, Que el dolor me ha traspasado Siendo hijo, y en cuanto hombre En verlo tan mal tratado. Esta Pasión, Jesús mío, Que aquí te ha dicho rezando, Se la ofr.ezco al Pa~re Eterno y a las llagas del costado, y a las ánimas benditas Que les sirvan de cofrado, Aquellas de mi devoción, Aquellas que más vos encargo.


Con esta requini-eternam Con esta Pasión acabo, Oh, soberano Santuario. Un Padrenuestro y Avemaría En descanso de las ánimas.

* • * ORACION A MARIA SANTISlMA

El que diga esta oración Todos los viernes del año, Sacará un alma de pena Y la suya de pecado. El El El Lo

que la sabe y no la dice que la oye y no la aprende, día del Juicio, sabrá, que esta oración contiene.

* • * (Recogida de doña Dionisia ATOcha, de 90 años en 1937. En Galateo Alto, Isabela.) Virgen MarIa ya sabemos Que pariste a tu Hijo y lo socorriste, Socórrame a mI, Señora, Esta alma, tan pecadora, Sube escalera del cielo alto De la Santísima Trinidad. Hostia celestial del Cáliz. Pregunto como se llama. Se llama el Niño Jesús, Enclavado en una cruz Con fuertes clavos de hierro. El que esta oración dijere En todos los días del año, Sacará un alma de pena y la suya de pecado. Quien la sabe, no la dice, Quien la oye, no aprende, El dla del Juicio Final Sabrá lo que esta oración contiene.

* * * LA VIRGEN SE ESTA PEINANDO (Recogido de Saturnina Aldarondo en el año 1933, Isabela, P. R.) La Virgen se está peinando Debajo de un diamela. Sus cabellos son de oro y su cinta de primavera. Por aquí pasa San Juan. Le dijo de esta manera: "¿Cómo no canta la linda, cómo no canta la bella?" "¿Cómo quiere que yo cante? si ando por tierras ajenas. Un niñito que tenía Más lindo que las estrellas Le están crucificando En una cruz de madera." "Caminemos, caminemos Hasta llegar al Calvario y por mucho que avancemos Ya logran crucificarlo, Ya le hincan las espinas, Ya le remachan los clavos, Ya le tiran la lanzada Por su divino costado."

ORACION DEL GRAN PODER DE DIOS (Recogida de doña Alberta Agosto, de 70 años, en junio 1940, en el barrio Santa Olaya de Bayamón, P. R.) Adoremos el costado De Jesús Sacramentado. Dulcísimo Jesús mío, Qué grandes son mis pecados Que por ellos Te pusieron En una cruz con tres clavos. A la columna pusieron De pies y manos atadas. y vuestro divino rostro Fue con rigor azotado y también fuiste vendido Pero no por mis pecados. Mas que Te vendió, fue Judas. éuando preso lo llevaban Para en casa del Rey Herodes Cuando a Vos lo examinaban Vuestra santa ley doctrina Que bajaste a enseñarnos. Mas la noche de cena De aquel manjar soberano Lo sentaron en la mesa, Metió la mano en el plato. Dijo una voz apacible, Dijo aquel Cordero manso: Lea discípulos míos Quisiera ser declarado Mi soberano misterio Que por los hombres he obrado. Y por ellos voy a morir, Y voy a ser crucificado. Treinta y tres años anduve Mi doctrina predicando Con dolor y con traición Almienda de mi pecado. y el así no lo hiciere, Yo de mi reino lo aparto, Lo aparto para los profundos De todos los condenados. Camino de Jerusalén: Parece que se alegraron Y le cantaron sus glorias Por la calle derramando. Por la calle y por la plaza Todos le van pregonando. Mas el Domingo de Ramos Predicó aquel desdichado En su casa de oración Que no es casa de mercado.

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y allí 10 niega San Pedro; Pedro niega sus pecados, Que es columna de la Iglesia y pastor de su rebaño. Con su sacrílega mano De bofetada le han dado. Para el huerto va el Señor, En el huerto está orando. Allí le dejan de guardia Una mancha de soldados. y en ver que ya el día viene, Los jueces le han sentenciadet. La sentencia que le dan: Que Cristo fuera azotado. Lo coronaron de espinas Con una caña en la mano. De púrpura le pusieron Aquel manto colorado. El presidente Pilato, Por su balcón asomado, A su soldado le ha dicho Al ver este hombre azotado, Que queréis ¡oh Nazarenol Que yo inocente lo hallo Yo parla Pascua le doy libertad De algún soldado. Respondió aquel: Barrabás.

Tienes tu santos tapados. Le echan una cruz a cuestas Almienda de sus pecados. Unos grillos a los pies Para que ande más despacio; Una soga nueva al cuello Y verdugos tirando. Cuando los verdugos tiran Jesucristo arrodillando. Tres veces cayó el Señor Cuanto -hombre desmayado, Tres veces besó la tierra Con sus santísimos labios. Un copioso sudor Que de sangre va sudando y toda la calle riega y le sigue por el rostro; Y las hijas de Alserón Su santo rostro limpiaron. De lástima que El dio En altas voces llorando. Hijas de Jerusalén, Llorad por vuestros pecados, Que el Redentor de la gloria Aquí lo van molestando. Una piadosa mujer Que en la calle lo encontró, Con un paño que llevaba,

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Su santo rostro limpió y en aquel paño quedó Aquel divino retrato, Para que los hombres vieran Sus santísimos m~lagros. Dimas le dijo al Señor: Rey del cielo soberano, Cuando te halles en tu Reino, Acuérdate de este malo. El Señor le dijo a Dimas, Arrepentido soldado, Que en mi Reino te verás, Que de Mí estás perdonado. y Orestes le respondió: Eso es predicar en vano, Mas puede valer aun pliano. y en todas estas palabras Predicó aquel desdichado Que entre él y su compañero Para el infierno van volando. Vístase el cielo de luto, El sol y la luna llorando, Las piedras del sentimiento Se hacían dos mil pedazos. Le pidió licencia al juez Para de la cruz bajarlo. Después que el juez se la dió, José y Matía lo bajaron. Se lo llevan a su Madre, Se 10 ponen en sus brazos. Eres la luz 'de mis ojos, Hijo mío soberano, La rosa de tus mejillas Se han encarnada en tus labios. Siento, hijo, al verte tan -maltratado. Para el sepulcro lo llevan Con dos horas de enterrado. Y María se quedó En altas voces llorando. Acompañando a María· San Juan del Apostolado. Donde vendrá el día del juicio A juzgar buenos y malos. Con esta Requini eterna Aquí la Pasión acabo. Se la entrego al Padre eterno y a las llagas del costado. Las más de mi obligación Señor, las más que Te encargo. Toma mi bien este cáliz Este cáliz de amarguras, Bebe y derrama la sangre pura Por todo el género humano.


Muñoz Rivera y De Diego ante la Invasión Norteamericana Por RICARDO E.

LA

LABOR DE INVESTIGACIÓN HISTÓRICA

ALEGRÍA

HA TROPE-

zado en Puerto Rico con diversos obstáculos, algunos de orden natural y otros determinados por las vicisitudes de nuestro peculiar proceso hist6rico-poIítico. La excesiva humedad del clima, los frecuentes huracanes y los incendios-espontáneos o provocados en el curso de invasiones y guerras unidos a la incuria de funcionarios públicos y a la falta de reglamentación adecuada, dieron al traste con la totalidad de nuestros archivos de los siglos XVI, XVII Y con gran parte de los siglos XVIII y XIX. Para completar ]a obra, nuestra situación política colonia] determinó e] que en dos ocasiones. por ]0 menos, ricos archivos públicos fueran transportados fuera del país. En 1898, como consecuencia de la guerra hispanoamericana y de ]a ocupación de Puerto Rico por los Estados Unidos. gran parte de nuestra documentación histórica fue trasladada a España. Pocos años después fueron trasladados a los Estados Unidos los fondos de otros importantes archivos públicos. Ha sido debido a esta escasez de fuentes documentales que tanto en el siglo pasado como en el presente hemos visto peregrinar a los archivos de Sevilla, Madrid, To]edo, Simancas y Washington a destacados historiadores puertorriqueños en busca de datos históricos de Puerto Rico. Esta labor, iniciada a mediados del siglo XIX por el brillante grupo de jóvenes estudiantes compuesto por Alejandro Tapia, Román Baldorioty de Castro, Segundo Ruiz Belvis, José Julián Acosta, y otros quienes se dieron a la tarea de copiar documentos referentes a su patria existentes en diferentes archivos españoles fue continuada luego por Salvador Brau, y más recientemente por Lidio Cruz Monclova, Monseñor Vicente Murga, Arturo Mora]es Carrión y otros investigadores contemporáneos. No es hasta 1955 que se crea, ya con carácter

Luis Mwioz Rivera (óleo de J. RecJ¡allY)

definitivo, e] Archivo Histórico de Puerto Rico, y se inicia la catalogación sistemática de nuestros fondos históricos. Esta situación explica e] por qué existen en la historiografía puertorriqueña tantas lagunas, que han movido a algunos estudiosos -desconocedores de las' circustancias antes apuntadas- a pensar que en ciertos períodos sólo ocurrieron en Puerto Rico ataques, invasiones y huracanes. La historia social y económica de los primeros 19


siglos de nuestra vida social y económica está aún por estudiarse e interpretarse, y lo propio ocurre con otros aspectos de nuestro desarrollo nacional.. Es por esta causa que antes de poderse escribir una completa historia interpretativa del pueblo puertorriqueño, se requerirán numerosos estudios monográficos sobre temas diversos. Serán muchos los descubrimientos y sorpresas que nos depararán dichas investigaciones. Estas deficiencias en la información histórica familiar al puertorriqueño han tenido por consecuencia las naturales malas interpretaciones yerrores de apreciación, que, repetidos a través de los años, han generado nociones equivocadas sobre momentos oscuros de nuestra historia. Se destaca en este respecto, y en relación con nuestros hombres ilustres del pasado, la falta de buenas biografías, que ubiquen a los mismos en su justa perspectiva histórica, y no de acuerdo con situaciones y corrientes ideológicas contemporáneas. Esta ten· dencia a evaluar hombres y situaciones del pasado a base de circunstancias inexistent.es en su tiempo, el canibalismo patriótico, y el deseo morboso de destruir la imagen de los hombres que el pueblo ha identificado con su voluntad de sobrevivir como nación, son características de la mentalidad colonial. Así, en los últimos años hemos visto como algunos de los hombres que más arduamente lucharon en la defensa de nuestra cultura y personalidad de pueblo, han llegado a ser incluso vilipendiados por no haber pensado o actuado, en determinadas circunstancias, como hoy 10 hacen sus críticos. Un ejemplo de esta situación es la forma prejuiciada con que se enjuicia la figura prócer de Luis Muñoz Rivera. Pasan sus críticos por alto el hecho de que sin el valor y la firmeza con que Muñoz Rivera defendió siempre nuestra personalidad nacional, la misma no hubiera podido resistir los ataques que recibió, en todas las ocasiones en que se nos quiso destruir como pueblo. Aunque muchos otros próceres ayudaron a Muñoz en su patriótico quehacer, era él quien tenía la fuerza polftica para la lucha. Entre las leyendas que a través de los años se han tejido en torno a Muñoz Rivera, con el propósito de denigrarlo, figura una, muchas veces re· petida, pero carente de base documental ,en qué apoyarse, según la cual, en el año 1898, con motivo de la invasión de Puerto Rico por las tropas norteamericanas, el gobernador y capitán general, don Manuel Macias y Casado, convocó. a Muñoz Rivera y a otros miembros del Gabinete autonómico recién instalado, para sugerirles que, en vista de la precaria situación militar, tomaran ellos el poder, encarcelándolo a él y a los otros representantes del gobierno español en la Isla, de manera que al entrar los norteamericanos en San Ju:ln, se enfrentaran con un hecho consumado, y reconocieran y

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El General Manuel MaCIas y Casado, Gobernador de Puerto Rico en 1898.

respetaran al nuevo gobierno de Puerto Rico. De acuerdo con la misma leyenda, Muñoz Rivera y los suyos rechazaron la .proposición. Basta con conocer el carácter y espíritu del mi· litar español profesional para darse inmediatamente cuenta de que ningún general español del siglo XIX hubiera propuesto jamás algo indigno de su honor, ni de la lealtad debida a su ejército y a su gobierno. En el caso del General Madas, y en abono de lo dicho. se debe tener además en cuenta el hecho de que al consumarse la ocupación de Puerto Rico por los Estados Unidos delegó en el Segundo Cabo la entrega oficial del mando a las nuevas autoridades militares, para así ahorrarse tal humillación. A todo esto se agrega la circunstancia de que para el momento preciso en que se ubica la leyenda, las tropas norteamericanas no se habían enfrentado aún a las españolas en una verdadera batalla, ya que hasta entonces la estrategia española había consistido en replegarse de la zona sur, invadida por los norteame· ricanos, a la cordillera central, que proveía magníficas defensas naturales. Hasta que no se recibió la noticia del armisticio concertado entre los beligerantes, y con ella, la orden del cese de fuego. todavía existía esperanza y optimismo en cuanto a la situación militar en el alto mando español de Puerto Rico. Pero la leyenda de la proposición de Macias, increíble como era, se ha desvanecido definitivamente ante el redescubrimiento de un documento,


que por su incontestable fuerza probatoria no sólo la destruye para siempre, sino que, con su contenido contribuye a elevar aún más en la estimación de su pueblo a la figura prócer de Muñoz Rivera. Se trata de un discurso pronunciado nada menos que por el paladín de la independencia nacional, don José de Diego, ante la Cámara de Delegados de Puerto Rico, el 12 de marzo de 1913, cuando aún vivía Luis Muñoz Rivera. La Cámara celebraba una sesión de honor con motivo de la visita a la misma de los congresistas norteamericanos William P. Borland,.F. Taylor, John H. Stephen, P. P. Campo belJ y George White. De Diego hizo una elocuente exposición acerca de la situación política por que atravesaba el país bajo la Ley Foraker y explicó las razones por las cuales en el año 1898 los puer· torriqueños no ofrecieron resistencia a las trooas invasoras norteamericanas. De este largo discu~so ofrecemos ahora los párrafos que, por ser reveladores de 10 que en dicho momento histórico pensaron Muñoz Rivera y De Diego, deben ser conocidos por nuestro pueblo. Veamos.

" Este último concepto me lleva a hablaros de aquella segunda necesidad de que os hablé al principio, que es la primera en el orden moral, la absoluta y perentoria necesidad del cambio de nuestro régimen político.

Puerto Rico no es, señores, ni puede ser tratado como botín de combate y presa de conquista. No hubo guerra entre los Estados Unidos y Puerto Rico. La guerra fue entre los Estados Unidos y España y proclamásteis desde el Congreso que era una guerra por la humanidad y por la libertad. Si el ejército americano nos hubiese retado a lucha, pocos y débiles somos, pero nos hubiéramos defendido. Nada hicimos sino facilitar el paso de la victoria a vuestro ejército invasor. Pugna irresistiblemente, por salir de mi pecho algo que está allí guardado hace quince años: saldrá y que me perdone el amigo que ahora defiende en Washington nuestros derechos y que comparte conmigo el hecho confidencial que por vez primera revelaré a nuestro pueblo... La escuadra del almirante Sampson había, en un trágico amanecer, bombardeado a la ciudad de San Juan. Noches después, cuando ya los luceros caían' del cenit al ocaso, el gran patriota Muñoz Rivera,· Presidente del Gobi.emo Insular y yo que estaba con él en el Departamento de Justicia, hablamos de la gÜerra y como el vivo rayo de una luz desconocida que salía del fondo de los tiempos, vimos. que era aquella tal vez la única ocasión propicia a la rápida proclamación y al fácil triunfo de la independencia de nuestra isla. No iríamos a combatir a los americanos, pero si ellos encontraban a los puertorriqueños en armas, como a 'los cuba· nos, Puerto Rico habría de seguir la misrtla suerte liberadora de Cuba. Para estar en armas nos falo taban armas. Pocos años atrás, los soldados españoles de guarnición en Puerto Rico habían cambiado sus fusiles Remington por los nuevos fusiles Mauser y se decía existir, depositados en los parques y en los cuarteles, nueve mil fusiles Remington. Con toda la diplomacia y sutileza, insinuamos al bravo y prudente general Macías Z que nos entregara los viejos fusiles y con igual sutileza él inquiría si eran para defender a España y nosotros contestábamos que para defender a Puerto Rico; porque del poderío español sólo ya quedaban en América el heroísmo inútil y glorioso de los últimos soldados. Fue una conversación de medias palabras y sobreentendidos, de elipsis cargados de pensamientos, pero él nos entendió bien y nosotros supimos bien que el general, al evadir la cuestión, quedaba sumido en hondas cavilaciones. A poco los soldados de los Estados Unidos desembarcan por Guánica, entran en Ponce y el general Miles,3 caudillo de las fuerzas, lanza su proclama famosa en que ofrece a los puertorriqueños las bendiciones 1. Luis Muñoz Rivera era el Presidente del Gabinete Autonómico de Puerto Rico.

José de Diego

2. Se rerí re al Gobernador y Capitán General- de Puer· to Rico, el General Manuel Macias y Casado. 3. Comandante en Jefe de las tropas invasoras norteamericanas que desembarcaron por Guánica el día 25 de julio de 1898.

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MA CUARTEL GElffiRllL DEL -EJERCITO DE LOS ·ESTADOS UNIDOS rONCE, PUERTO-RICO JULIO 28 DE f89S:

¡ A ~OS HABIr¡:'A.NTES DE P~O-RIGO! Como consccnellcin c1(' la guerra ¡Ine trae empuñarla cuntra .l~$l)n.iia el pt~ulJlo (le lus EstntlmJ U~id('; por In. cultsa ele ]1\ "Libcrtlul, (le In. Justicln y ele In. HI1111l\niclntl, sus fncrz:!K militares hnn vellhlo 1\ o~t.por la iFoJn ele Pnorto·Rico,· Yiencu ctlll8 ol:ltentmulo d e.'ltnnclnrtc ele In Llbertml, iUJJ(llr¡ulas en el noL!e prop(¡sito Ile buscar lí ]01; ('nemi~oH d(} nuestro p:ifs.y dc] vuestro, y do (lustrnir ó captnrar R todos tOtO . que resistan Cl\ 1m: armas. Os traen úllaS el apuyo 3\'lUuclo elc llna unción ele lnll'blu libro, cbyei !tl'inú~~-t~~ . (luriu clescnur.l\ e11 Flt jnsticia r bUlDl1qldncl paro todus aquellos qne "ivcm \tnjo sn l)rotecclúD y ·uhlp;tr~l. P:li~ ('!:\l\ rnzón, 01 prhu9i' electo (le ostlt ocnpacló9 ~l'Ií el Mntbio inmellinto 110 Tnestras nnUb"llM fornill~ lloHti l'olS, l'~llCraut1o, pues, cin" noop·tt'ill.COll júbilo el Gobicrnn de 1011 FAttnt10B Uniftus. . Et p'ilIlJillU! ·prollósito (l. hu~ fnerzus miUtt\1'e$ am"ric:\uns soro abolir lB nnto1'lctmt nrlUlltltt ,la l~Sl.'~' ñlt j' llar 11\ lmC:'IO .1u osta hOl'lnOiJl\ Isla In mnyor HnlDa l1e Ubortatlcs COlUllatlbh~'s' con ciitn Oimlwetú.l

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Nelsol1 A. Mile8~ General en Jefe dcll::jcrcito de lo~ Estados r:nil.ln:.

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Proclama del General Nelson A. Miles, a los habitantes de Puerto Rico,


y libertades de la constitución americana. Y la leímos y no volvimos donde el general Macías, porque los conceptos de aquella alocución mag~ nánima tenían más resonancia y trascendencia en nuestros destinos que el tronante estruendo de nueve mi'1 fu SI'1es, en uní sanos d'lsparos ." 4 Gracias a la amabilidad de don Néstor Rigual, laborioso investigador de nuestra historia parlamentaria, hemos podido conocer este valioso documento que, como muchos otros, había permanecido olvidado o desconocido de nuestro pueblo. Podemos hoy estar o no de acuerdo con la actitud asumida por Muñoz Rivera y José de Diego ante la proclama del General Miles y sus promesas de libertad; podemos hasta pensar que pecaron de ingenuos en su desconocimiento de la verdadera 4. Actas de la Cámara de Delegados de Puerto Rico. I\ño 1913. Archivos de -la Cámara de Representantes. Capitolio, San Juan.

personalidad de la nación norteamericana -aún en el mismo Congreso de los Estados Unidos se debatía entonces si las tierras recién adquiridas en América y Asia habrían de ser el inicio de un imperio extraterritorial, o si, por el contrario, deberían ser convertidas en países libres- 'pero nunca aceptar que traicionaron a su pueblo o que renunciaron a seguir luchando por su liberación final, en aquel momento de profunda perplejidad en que casi todos -lideres y pueblo- creyeron de buena fe que con la proclama del General Miles se iniciaba ~ una nueva era para Puerto Rico. 5. También debemos recordar que muchos de los miem· bros de Ja propia Junta Revolucionaria de Puerto Rico en Nueva .York apoyaban la invasión norteamericana, y que algunos de ellos vinieron al país acompañando a las fuerzas norteamericanas. Sólo el gran apóstol de la indp.pen· dencia patria, el doctor Ramón Emeterio Betances. desde su lecho de muerte en París, intuyó lo que habría de ocurrir y, como cuenta su biógrafo Luis Bonafoult, el mismo día en que se finnaba la paz, exclamaba: -10 mismo da ser colonia yanqui que española•. (Bonafoux: • Betances». Edición 1909, p. 93).


Poemas Por

BILLY CAJIGAS

LAde alfombras, muebles y un piano

CASA ESTA LLENA DE FANTASMAS REALES,

. y una guitarra castigada. Por eso nadie recuerda la distancia de la boca al pan. Hay unos cuadros grises que conducen al silencio y una cuajadera de hielo pegada al techo. Todo suena a voces lejanas, a grito levantado en cristal. Ella tiene que partir. Enciende sus labios, deja los ojos rotos en el espejo y sale. De una mirada se traga las cosas, el tiempo. Siente como si Charlie Chaplin moviera la mano para hacerle adi贸s y a la vez repitiera con pena, con profunda tristeza, desde su boca muda, un nombre:

y I 24


cruza el alcatraz soñoliento en las ventas

yashica robada con instrucciones en chino aunque huelas bien estoy por cortarme una oreja en honor a van goh

las nubes en trompas torcidas los dragones con fuego y todo nerviosos como los que se fuman las margaritas del campo creen que son buenas y que por eso el amarillo las margaritas del campo ¿son buenas? sí son amarillas por lo del fuego y el sol moto con la luz encendida en la cabeza del tercer mundo

oh sol estuve en tikal un día ciego sin nada que ofrecerte desde mis pulmones

oh sol aquellos ojos de turista con cara de payaso triste aplanado vuelve el alcatraz porque te has quedado tonto


Segunda Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano

EN

LA NOCHE DEL VIERNES 28 DE FEBRERO, EN PRE· sencia de un~ numerosa y distinguida concurrencia, quedó oficialmente inaugurada en el anti· gua Convento de Santo Domingo, sede del Instituto de Cultura Puertorriqueña, la Segunda Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano. Un total de 562 obras integran la exposición, en la que participan 220 artistas, representativos de 17 países, a saber: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Pero, la República Domi· nicana, la isla de Santa Cruz, Uruguay, Venezuela y Puerto Rico. Resulta significativo el aumento observado en el número de artistas concurrentes -39 más que en la primera Bienal- y la circunstancia de que la cifra de 562 obras corresponde a sólo un bienio de labor creadora, en contraste con el periodo de una década representado por los 621 grabados expuestos en 1970. Constituyeron el Jurado calificador de la Bienal los señores Emilio Elena, Director de la Bienal de SaIltiago de Chile; Luis González ~obles, Director de Exposiciones de España; Riva Castleman, del Museo de Arte Moderno de Nueva York, y los críticos de arte Rafael Squirru, de la Argentina; Lotte Mendelsohn, de México; Marc Berkowitz, del Brasil, y Ernesto J. Ruiz de la Mata, de Puerto Rico. Otras prominentes personalidades del mundo artístico internacional integraron la Comisión de Honor y la Comisión Consultiva de la exposición. Los siete premios de adquisición, de mil dó'lares cada uno, fueron adjudicados a los siguientes artistas:

EDUARDO CRUZ, del Brasil, por su obra Atención. Otorgado por Marc Berkowitz.

ALICIA ORLANDI, de la Argentina, por su obra A don Alfredo. Otorgado por Riva Castleman. 26

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Cartal anunciador de la Segunda Bienal, obra de Lorenzo Homar.

EDUARDO VILCHES, de Chile, por su obra 6 de abril de 1970. Otorgado por Emilio Elena.

EDUARDO MAC ENTYRE, de la Argentina, por su obra Variante 3. Otorgado por Luis González Robles. RODOLfO ABULARACH, de Guatemala, por su obra Ojos centro azul. Otorgado por Rafael Squirru.


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ARNOLD BELKIN, de México, por su obra Pre· sencia mínima. Otorgado por Ernesto J. Ruiz de la Mata. ALFONSO QUIJANO ACERO, de Colombia, por su obra La última cena. Otorgado por Lotte Mendelsohn. El Premio Nacional, umco premio que concede el Jurado de la Bienal actuando como cuerpo, fue otorgado por unanimidad al artista puertorriqueño LUIS HERNANDEZ CRUZ, por su obra Composi· ción en marrón. Simultáneamente con la Bienal, y en el mismo Convento de Santo Domingo, el Instituto de Culo tura Puertorriqueña inauguró otras dos muestras especializadas, de que damos cuenta por separado en este mismo número de la Revista: la Exposiciónhom'enaje a la memoria de José Guadalupe Posada, y la Exposición retrospectiva: El arte del cartel en Puerto Rico.

Variante 3, de Eduardo Mac Entyre (Argentina).

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6 de abril de 1970, de Eduardo Vilches (Chile)

La Ăşltima cena, de Alfonso Quijano Acero (Colombia).


Composici贸n ell marr贸n, de Luis Hern谩ndez Cruz (Puerto Rico)

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Ojos cel~tro azu!, de Rodolfo Abularach (Guatemala)

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Presencia 11tln ima, de Arnold Belkin (MĂŠxico)

Jo

A don Alfredo, de Alicia Orlandi (Argemina)


Exposición homenaje a José Guadalupe Posada

JNA EXPOSICIÓN ESPECIAL, EN HOMENAJE A LA ME·

maria del insigne maestro mexicano José Guaalupe Posada, fue inaugurada por el Instituto de :ultura Puertorriqueña en el Convento de Santo >omingo, con motivo de la apertura de la Primera Henal de San Juan del Grabado Latinoamericano. La organización de esta muestra, que ha puesto 1 alcance del público concurrente a la Bienal una lagnífica selección de los grabados de Posada, fue

posible gracias a la cooperación presentada por el Excmo. señor Presidente de la República Mexicana, don Luis Echevarría Alvarez, la Sra. Lotte Mendelsohn y el Instituto Nacional de Bellas Artes de México. Ilustramos estas páginas con algunos aspectos de la Exposición-homenaje al "padre del grabado mexicano", cuya prolífica obra ejerciera tan poderosa influencia en el arte latinoamericano. Un aspecto de la Exposición.

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Algunas muestras del arte. de Posada.

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Exhibición retrospectiva.. del cartel en Puerto Rico Cartel de la Exposición, obra de Lorenzo Homar.

TESTIMONIANDO

EN

CUANTO A LA

Por

ERNESTO RUlZ DE LA MATA

ANTIGÜEDAD DEL

cartel como género artístico, así como tamo bién mecanismf) de comunicación, ha dicho Femand Mourlot, con el peso y la autoridad que su nombre y prestigio conllevan, que: "Aunque el Diluvio Uni· versal probablemente no fue anunciado por medio de carteles, de modo tal de conservar el elemento de sorpresa, los carteles deben haber existido siempre: en la antigüedad, en forma de inscripciones; leyes grabadas en griego; anuncios pintados aludiendo a representaciones teatrales en Roma; grabados en madera en la Edad Media; anuncios de reclutamien· to impresos en los siglos XVII y ,xVIII... De hecho -prosigue Mourlot- podemos encontrar ejemplos de «carteles» a través de toda la historia. Estos, con antelación a la invención de la litografía,! eran raramente ilustrados, luego, la litografía a color hizo a su vez posible el dar expresión colorística al cartel ilustrado... " 2 Aquí, en Puerto Rico, sin vanagloria alguna, la tradición en el arte y el modesto oficio del cartel ha sido tal, durante las últimas dos décadas, como para enorgullecemos de ello. Nuestros carteles han recorrido exitosamente las grandes capitales europeas, exhibiéndose con igual despliegue tanto en museos del "Viejo Mundo" como en los de las Américas y gozando siempre de iguales elogios. Ya, cuando en el año 1946 se creó en Puerto Rico, en la recién establecida "División de Educación a la Comunidad", una sección dedicada exclusivamente al diseño y producción de carteles: el "Taller de Artes Gráficas", bajo la dirección de Irene DeJano, se traza el inicio de esa tradición 1. Inventada en 1798 por Alois Senefelder.

2. Femand Mourlot, .Art in Posterslt, New York. George Braziller, 1959, pág. 7.

Cartel anunciador de un concurso de tiples y cuadros.

que ha de tener tan destacados logros en nuestro arte. Entonces, el cartel estuvo orientado a cumplir una función de educación social, dirigido a nuestras clases campesinas y comunidades indigentes. En este esfuerzo didáctico-artístico aunaron fuerzas destacados maestros, como Lorenzo Homar, Julio Rosado del Valle y Rafael Tufiño, junto con figuras entonces desconocidas en nuestro ambiente 33


Un aspecto de la Exposición de Cartetes.

artístico, como Juan Díaz, Féliz Bonilla-Norat, Manuel Hernández Acevedo, Antonio Maldonado, Eduardo Vera, yotros. El resultado de esta labor cooperativa, que hasta entonces casi permaneció en un total anonimato, fue tal que, en el año 1967, se proyectó la publicación de un libro sobre los logros de la .. División de Educación a la Comunidad", durante sus 15 años de existencia hasta esa fecha, reproduciendo una selección de 25 carteles creados en su "Taller de Artes Gráficas." 3 Cuando a finales del 1957 fundó el Instituto de Cultura Puertorriqueña su propio 'ITallc:r de Artes Gráficas", dedicado casi exclusivamente a la práctica del medio y las diversas técnicas de la serigrafía, encomendó su dirección a Lorenzo Homar, quien habia sido ya Director, del Taller de Artes Gráficas de ]a División de Educación a ]a Comunidad. 3. Sellún Antonio Maldonado. actual director de dicho -Taller de Artes Gráficas., resultó ser éste un proyecto natimuerto. Correspondería, a mi juicio, a la propia -División de Educación a la Comunidad•. rescatar este provecto, solicitándose la cooperación del Instituto de Cultura PuertorriQueña, o del propio Departamento de Instrucción Pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, al que está le~almente adscrita la División de Educación de la Comunidad.

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Trabajaron en e] Taller de Artes Gráficas del Instituto de Cultura Puertorriqueña, inicialmente, José R. Alicea, Avilio Cajigas y Pedro López, integrándose a] taller posteriormente Antonio Martorell y Rafael Tufiño, quien a su vez habia dirigido el Taller de Artes Gráficas de la División de Educación a la Comunidad. Luego, José Rosa se unió al nuevo taller, en calidad de aprendiz. En el taller serigráfico del Instituto de Cultura Puertorriqueña ]a hábil dirección de Homar, así como su constante y rigurosa supervisión, encauzó el género del cartel por una trayectoria que se distingue por la exigencia de altos niveles de calidad, tanto en el diseño c;omo en ]a ejecución técnica del cartel, depurándose y enriqueciendo al máximo el medio serigráfico. Ameritó esta dedicación de Homar y sus colaboradores el que Ben Shann, en 1969 y pocas semanas antes de su muerte, al visitar el Taller de Artes Gráficas del Instituto de Cultura Puertorri· queña, declarase que: lO gran parte del refinamiento de la técnica serigráfica se debe al esfuerzo de este taller". En los quince años de existencia del Taller de Artes Gráficas del Instituto de Cultura Puertorri· queña su intención fue distinta a la misión que



correspondió cumplir al Taller de la División de Educación de la Comunidad. La función primordial de los carteles del Instituto de Cultura Puertorriqueña ha sido la de servir como recordatorio de gestas heroicas y hombres ilustres de nuestra historia nacional, así como anuncio de eventos culturales tales como exhibiciones, conciertos, funciones teatrales, festivales artísticos, etc. La 'sofisticación y excelencia artística de dichos carteles ha sido tal que, transformados en "obras de arte", sus tiradas se agotan con pasmosa celeridad ante el interés de los ávidos coleccionistas. Conviene destacar en esta coyuntura el hecho de que en los últimos veinte años más de 400 carteles han sido ejecutados en los talleres de la División de Educación a la Comunidad y el Instituto de Cultura Puertorriqueña. El estímulo personal de Lorenzo Homar y el alto nivel de calidad de sus carteles condujo luego a sus discípulos y aprendices a constituir grupos

Cartel anunciador del Primer Festival de Teatro de Ponce.

ysutaUer

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Instituto de Cultura Pú

Cartel anunciador de una exposición de José Campeche.

propios y talleres independientes, predominando siempre el medio de la serigrafía aprendido del Maestro Hornar. En la comunidad universitaria en Río Piedras, en el Taller de Carteles del Museo de la Universidad de Puerto Rico, trabajan también nuestros cartelistas, así como en los .recién creados talleres

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"Visión Plástica", "El Caño", "Alacrán", el taller "Bija", y otro,s, todos representados en la muestra retrospectiva del cartel puertorriqueño. Atestiguando todo esto, recientemente, el des· pliegue de dicha exposición de "El Cartel en Puerto 'Rico", fue, sin lugar a dudas, una de las facetas más interesantes de la "Segunda Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano", apenas con· cluida. Allí, figurando junto a la selección de estampas de los más prominentes grabadores de Latinoamérica, se imponía la jerarquía de igualdad entre un género relegado muchas veces a un lugar de inferioridad, por su carácter pragmático y su finalidad útil, junto a ejemplos de las más diversas manifestaciones en los medios gráficos contemporáneos. Aún cuando no estaban dichas obras circunscritas a ningún tipo de condición o limitación de carácter práctico, figurando en la confortable situación de lo que se ha llamado tradicionalmente por la es· tética ,moderna "l'art pour l'art". Los carteles puertorriqueños, sin gozar, por su naturaleza misma, de esta fácil y cómoda circunstancia ontológica, no perdían, salvo en aisladísimos casos, su bien ganada condición de "objets d'art". Tanto así como el resto de la representación grá. fica más depurada de nuestras repúblicas conti· nentales. Curiosamente, presentaban asimismo una horno· g(!neidad estilística en aquel muro que ocupaban


-::artel de la S" Feria de artesanías celebrada en Barranquitas.

mientras nuestra visión sufría sobresaltos dinámi· cos ante las diferencias formales y de estilo en las imágenes yuxtapuestas en los lugares donde colgaban, en hileras de tres, los' grabados latinoamericanos. Sin embargo, esta homogeneidad a que hemos aludido no resta originalidad estilística aún a aquellos carteles más influidos por Homar, y en esto debemos felicitar, no al discípulo, sino al Maestro que evitó imponérseles, agarrotando formalmente al aprendiz. . Podría aducirse que la superioridad numérica de carteles de Lorenzo Homar en la exposición fuese el factor causante de tal efecto. Ciertamente, la representación de Homar se imponía numérica-

mente, así como en términos de calidad, dicho sea de paso, pero esto así, no por vanidad por parte de Homar, sino porque tratándose de su propia colección de carteles había logrado preservar no solamente los mejores ejemplos de la producción suya, que naturalmente le eran más asequibles, sino igualmente los de aquellos artistas que desde los primeros años de la fundación del Taller de Artes Gráficas de la División de Educación a la Comunidad hasta los .. talleres revolucionarios" de los grupos "Bija" o "Alacrán" trabajaron y laboran en este género. Ciertamente, cientos de carteles estuvieron ausentes de la exhibición, desde el maravilloso cartel de Rafael Tufiño, "La Letra Inicial", para la

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exposlclOn celebrada en La Casa del Libro bajo ese título, hasta los más rudimentarios ejemplos del cartel, cuya finalidad esencial fue orientar las clases campesinas en un "lenguaje inteligible" a ellos, cuestión debatible, por demás. Como en toda muestra de carácter' retrospectivo, hubo en esta "Exhibición del Cartel en Puerto Rico" obras que ,son, en justicia, inferiores al resto del conjunto que ilustra el desarrollo de nuestro movimiento cartelista.

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No fue esta la selección única, la óptima, o la más completa posible, pero representó adecuadamente el género del Cartel en Puerto Rico y asimismo la personalidad artística de quien ha contribui. do con mayor esfuerzo a su culminación: Lorenzo Homar. Así, la impresión "en bloc" de la muestra de "El Cartel en Puerto Rico" triunfó como uno de los más destacados logros de la "Segunda Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano",

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1868-19(-i8

(~EN'rENAIUO])EL

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GUrfO DE JJ!\UES .q '&!

Cartel conmemorativo del Grito de Lares.

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La Segunda Bienal Por RAFAEL SQUIRRU

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LREDEDOR DE DOSCIENTOS ARTISTAS REPRESENTADOS

por unas setecientas obras concurrieron a esta segunda bienal puertorriqueña para exhibir su obra frente a un nutrido público y competir por importantes premios asignados por un jurado internacional de siete miembros pertenecientes a distintos países del hemisferio y de España. Hoy la moda es despotricar contra las bienales de arte en general y contra el sistema de premios y jurados en particular. Cierto puritanismo, a nuestro criterio, mal en· tendido, se rasga las vestiduras por las inevitables falencias de este tipo de promoción: su carestía, el chauvinismo o la caprichosidad de los jurados, la desproporción del esfuerzo respecto de los resultados en un mundo donde los medios de difusión masiva permiten enterar a los interesados de "lo que está pasando" en los distintos ámbitos del quehacer artístico..., etc. Si el dinero que se invierte en este tipo de acon· tecimientos fuese canalizado a mejores causas (y siempre hay una causa mejor) quizás la objeción de la care~tía pudiese tomarse en serio. Jamás sin embargo, que yo sepa, 10 que se ahorra en materia de cultura, y sobre todo en cultura humanística corno ocurre con el capítulo del arte, ha ido a parar a metas aún más enaltecedoras, suponiendo que las haya. Muy por el contrario, los presupuestos culturales sufren invariablemente para aumentar la maquinaria burocrática cuando no bélica de quienes han inventado en beneficio propio la cien· cia de las prioridades. Respecto de la falibilidad o exacerbado nacionalismo de "ciertos" jurados, redundante recordar el "errare humanun est",y por ende la relatividad inevitable de derivar axiologías terminantes de toda distinción entre pares de una especie tan voluble como la nuestra. Los premios no son precisamente la "vox Dei" sino en el mejor de los casos constituyen un estimulo que traducido

Patio del Convento de Santo Domingo, seda de la Segunda Bienal.

en dólares puede ser de vital importancia para el artista que 10 recibe y que en muchos casos le servirá no ya para ·viajar o comprar materiales sino para pagar la cuenta atrasada del almacén. Quienes desconocen la angustia económica por la que atraviesan sobre todo los artistas jóvenes, pueden quizá darse el lujo de cuestionar la conve· niencia de incurrir o no en errores de criterio; hasta el artista no galardonado sentirá siempre alegría de que algún colega se beneficie, si más no fuese

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para pedirle llegado el caso, algún dinero prestado. Si bien es cierto que suelen existir presiones de índole nacional para un ,jurado cuyos ronnacionales figuran en la muestra, queda librado a la probidad y a la estatura intelectual. de cada jurado el su· cumbir o no a esas presiones, y en esto no debe· mos llamarnos a engaño. Si el arte exige un carácter muy particular entre sus creadort."s no es menor la exigencia que impone el arte de la crítica. y finalmente, respecto de la magnitud del esfuerzo frente a la facilidad de los medios de comunicación masiva, importa subrayar que ningún mé· todo mecánico de reproducción 'puede sustituir la experiencia directa frente a la obra de arte. Aun tratándose de la gráfica y es éste uno de los temas de fondo para una Bienal de grabado, es imposible no distinguir las diferencias que van del aguafuerte a la xilografía, de ésta a la litografía o a las estampas que se logran con el arte serigráfico. Son precisamente estas diferencias las que constituyen el meollo de una confrontación de grabados y de sus distintas técnicas, desafío alojo y la mente del contemplador quien deberá degustar el partido que cada artista sacó de su material preferido, según las exigencias de S\1 temperamento.

está presente de modo inequívoco la modalidad del buril latino. Interesa el caso Marcantonio para medir vaivenes de criterio, así como la instancia en que William Blake fue pagado muy por debajo de su grao bador Schiavonetti, pese a la maravillosa calidad de sus personalísimos dibujos. Si estamos dispuestos a reconosqr el genio de Duchamp en su carga contra un arte que amena· zaba transformarse en simple destreza. en 10 que a nosotros respecta, pasado el peligro, volveremos, no como exigencia apriorística, sino en la contemplación del resultado, a comprob~r como más satis· factorios aquellos trabajos en que idea y ejecución se unen como aspectos de una misma personalidad. Conformándonos a la modalidad adoptada por este reglamento cada uno de los miembros del jurado eligió aquella obra que más 10 satisfizo, aclarando que en caso de coincidencia deberían te· nerse alternativas para que un mismo artista no recibiese varios premios.

Quien haya leído las memorias de Redon sabrá del misterio de la piedra y comprenderá que no era capricho de la filosofía del Bauhaus comenzar por familiarizar al estudiante con los materiales hasta que descubriese los más afines a su propia naturaleza. Redundante señalar que si lo dicho vale para el grabado con no menos razón valdrá para las demás artes: pintura, escultura, construcciones de todo tipo. Y esto nos lleva insensiblemente a uno de los delicados puntos que debió resolver cada jurado para sí: dónde empieza y dónde termina la originalidad del artista grabador en un mundo donde el conceptualismo, la idea, va jugando cada vez un rol más preponderante dentro del repertorio expresivo. Resultó manifiesto que aquí cada jurado debió librarse a sus propias reglas. El consenso sin embargo pareció manifestarse en el criterio de que en algún estadio del proceso grabador el, artista debió intervenir de modo directo en la producción de su obra. El énfasis en el aspecto eidética ha llevado en nuestro tiempo a la subestimación de grabadores de la talla de Marcantonio Raimondi porque trabajaba sobre la base de dibujos de Rafael Sanzio o de otros artistas del Renacimiento italiano. Un detenido examen de su obra nos revela sin embar· go la incuestionable originalidad de su genio, ya que aún en aquellas obras en que copiaba y aún firmaba con la sigla de Durero y que lo llevaron a éste a realizar un viaje de protesta a Venecia, 40

Algunos miembros del jurado evaluan las obras. De izquierda a derec1la: Rafael Squirru, Emilio Elena, Riva Castleman, Marc Berkowitz y Lotte Mendelson.

Solamente el artista puertorriqueño debió ele. girse por consenso común o mayoría de vot03, que· dando los jurados libres para dar su premio a otro artista puertorriqueño si así lo deseaban. Según tengo entendido este sistema para pre· miar un artista de Puerto Rico cuenta con obje-


:iones por parte de algunos artistas locales pues mplicaría exclusión del premio otorgado indivi:Iualmente por los críticos. Si bien ello no es exacto, no cabe duda qut' se :rata de un tema debatible ya que aún corriendo ~l riesgo de no recibir premio (como ocurre con los demás países participantes) al excluir el premio :specia1 puertorriqueño, pondría a todos los concu-rentes en igualdad de condiciones, lo que quizá )ea lo más recomendable en cualquier tipo de comletencia. Otras de las reflexiones del jurado fue que ~n igualdad de méritos se procurase no repetir los lremios de la bienal anterior, asunto delicado que nejor sería especificar en el Reglamento para evi· :ar conflictos de matiz a los miembros del jurado. Con las anotadas premisas se acordó dar el pre· nio por consenso al artista puertorriqueño Luis :lernández Cruz quien presentó una serie de tres ierigrafías de rica calidad coloristica y sobrio sen· .ido espacial. Dentro de la línea estética que contó entre sus nás destacados representantes a Nicolás de Stat:!, :lernández Cruz logra imprimir un acento personal ie mesurado sensualismo, donde el regodeo por a materia, lejos de desvirtuar se aviene bien con la écnica serigráfica. Fueron también considerados' para este premio os grabados en madera de Antonio Martoren, quien ¡abe sacar partido del contrapunto entre los sal· nos de Cardenal, la grafía y un conceptualismo que 10 ignora las vetas la madera. El jurado también prestó atención a la joven lrtista Isabel Vázquez Maldonado cuyos intaglios lue capturan la textura de dulcificados piolines, -evelan seguridad compositiva yecos de vivencias iurreales. Cabe destacar asimismo la obra de Carlos Iri· :arry quien incorpora imágenes fotográficas a la .écnica serigráfica dosificando zonas de color arnonicamente expresivas de su alma caribeña. Tres espléndidos grabados de Marcos Irizarry lOS hicieron comprender el porqué había sido preniado en la bienal anterior. También de Puerto Ri~o las serigrafías <lel maes.ro Lorenzo Homar que integran con justeza la .ipografía al más alto nivel compositivo. Siguiendo un orden alfabético, el jurado brasieño Mare. Berkowitz .premió al joven artista del Brasil Eduardo Cruz, quien utilizando medios mix:os introduce una imaginería "pop", tal como una )istola automática, repitiendo una cabeza humana :on expresa finalidad despersonalizadora. Emilio Elena, argentino residente en Chile, prenió la obra del artista chileno Eduardo Vilches de :onocida trayectoria en el ámbito artístico. La fuerte presencia de su imagen de reminiscencias antropomórficas logra el impacto del blan-

ca y negro en serigrafías que cobran calidad monumental. Riva Castleman, Curadora de Estampas del Museo de Arte Moderno de Nueva York, otorgó su premio a la grabadora argentina Alicia Orlandi, representada por tres aguafuertes donde una microforma se repite en diferentes dimensiones creando un efecto óptico de implicancias psicológicas. Pese a la condición geométrica de sus imágenes la Orlandi encuentra su inspiración en personajes a quienes dedica estas abstracciones que para ella son retratos de su~ fuentes inspiradoras. Luis González Robles, Director del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid di~tinguió las se· rigrafías de Eduardo Mac Entyre, artista argentino cafundador del movimiento de arte generativo, que siguiendo ciertos planteles Vantongerloo, apoya sus imágenes en formas que se generan a sí mismas y en cuyo caso hacen énfasis particular sobre el círculo. Lote Mendelsohn, americana del nort~ qUe reside en México hace muchos años, premió las xilografías del artista colombiano :Alfonso Quijano Acero, que hermanan un cierto primitivismo ingenuo con un clima surrealista, dentro de la tradición estilística de José Guadalupe Posada. Ernesto Ruiz de la Mata, crítico de arte puertorriqueño destacó las litografías en color de Arnold Belkin, artista mexicano nacido en Canadá. Belkin utiliza el espacio como factor preponderante para jugar con.planos que llo.van alojo del espectador a inquietantes ambigüedades. Invitado a participar como crítico argentino, yo, Rafael Squirru, di mi premio al artista guatemalteco Rodolfo Abularach representado por un aguafuerte en color y dos litografías en blanco y negro. Sigue Abularach con el tema obsesivo del ojo humano, sin temerle a las implicancias literarias de su expresionismo que algunos conectarán alojo de Redon, y que con singular valentía -Abularach apropia para sí, inyectándole a través de una técnica respetuosa de cada medio, las variantes de sus múltiples estados anímicos. Entre los artistas fuera de concurso, por distintas razones, debo anotar la fuerte presencia mexicana. Tres litografías en blanco y negro de Siqueiros que forman parte del Homenaje al Canto General de Pablo Neruda. • El dramatismo de la litografía número I recuerda por su majestuosidad a la ola Hokusai. El equilibrio dentro de la tempestuosidad de sus blancos, negros y grises colocan al maestro mexicano entre los principale~' litógrafos de nuestro tiempo. Litografías en color exhibe Rufino Tamayo dentro de tonalidades que han pasado a ser su patrio monio: Tamayo pink y Tamayo blue. Con la litografía página de título de su homena-

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Aspecto general de la Exposición.

je a Quevedo, estuvo representado el joven maestro José Luis Cuevas, sabio en tonalidades y personal en las imágenes de su mundo de monstruosidad rescatada. Entre los artistas ya premiados anteriormente ennoblecían la muestra los intaglios de Mauricio Lasansky, los grabados del colombiano Omar Rayo y las litografías del argentino Antonio Seguí de sarcástico humor. En un conjunto donde por el número se hace difícil hacer nombres, en el clima de alta calidad de la bienal, no podemos pasar por alto la obra de Antonio Frasconi del Ul'Uguay cuya xilografía Homenaje a George Jackson, combina la fuerza del expresionismo a lo Munch con el rigor de los clá· sicos, las litografías en color de Raquel Forner de

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la Argentina, inspiradas por extrañas parasicologías cosmonáuticas, así como la obra de su compatriota María Cristina Santander, cuyos medios mixtos constituyen un alarde de pericia técnica y de fuerza de imagen. Imposible hacer aquí justicia al logro de tantos y tan distintos artistas. Verdadero desfile de empu· je tras los nombres de Góngora, Romberg, Camp<?reale, López Dirube, Solari, los Tufiño, Suzi Ferrer y tantos otros. Por encima de la enorme diversidad de estilos queda afirmada una presencia que constituye apor· te decisivo al arte de nuestros días, la del lozano y rico fruto del artista latinoamericano, manifestación de una cultura pujante.


Se inaugura el Museo del Grabado Latinoamericano

L MUSEO DEL GRABADO LATINOAMERICANO DE SAN

E Juan, cuyo establecimiento prometiera el Instituto de Cultura Puertorriqueña hace dos años, en ocasión de celebrarse la Primera Bienal del Grabado Latinoamericano, fue inaugurado oficialmente el 26 de enero, conjuntamente con una exposición ilustrativa de la historia y las diferentes técnicas de esta importante modalidad de las artes plásticas. A cargo de la instalación de la muestra estuvo el señor Andrew Stasick, del Pra~t Institute de Nueva York. A la ceremonia de apertura, realizada dos días antes de la inauguración de la Bienal, concurrió numeroso público. El nuevo museo, que ocuea la segund~ planta del más antiguo edificio residencial de San Juan, la llamada Casa de los Contrafuertes, en la plaza de San José, apoyará poderosamente, con su carácter fijo y permanente, la obra que realizan las Bienales para difundir el conocimiento y aprecio de las gráficas hispanoamericanas. La colección del Museo incluirá todas las obras galardonadas en dichas exposiciones con premios de adquisición. Ofrecemos en estas páginas algunas vistas interiores del Museo.

Un aspecto del Museo.

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Taller de impresi贸n.


Casa de los Contrafuertes, sede del Museo.

Una sala del Museo.


Pervivencia actual de los americanismos en Gonzalo Fernández de Oviedo y en Puerto Rico Por

ANTES DE ENTRAR DE LLENO EN EL TEMA QUE ME

propongo desarrollar, voy a explicar qué se entiende por "americanismos" principalmente para aquellos lectores que no estén habituados a manejar esta terminología o puedan tener falsos conceptos sobre su verdadera significación. La última edición del diccionario de la Real Academia, y que ha dado por fin entrada triunfal a miles de "3mericanismos", decimonovena edición 1970, define así esta palabra: "Vocablo, acepción o giro propio y privativo de los americanos, y particularmente de los que hablan la .lengua española." El erudito lexicógrafo Francisco J. Santamaría define los "americanismos" de la siguiente manera: "Entiendo que debe tenerse por americanismo toda entidad elocutiva -voz, frase, giro, expresiónque con raigambre y oriendez en la estructura misma, en la génesis, en la índole de la lengua española, constituya por su fisonomía o por su contexto una modalidad o modificación, una variante semántica, lexicográfica o ideológica. una nueva forma de la lengua misma; pero una variante o una forma peculiares de la América española, reservadas al uso común exclusivo, por lo menos casi exclusivo. y porque de tal suerte se han perdido para el solar nativo, que s610 se conservan en América:" (pg. x Tomo 1 "Diccionario de Americanismos"). Siempre al querer entrar en la esencia del concepto "americanismos" he preferido la definición de Santamaría, en primer lugar porque representa en síntesis lo que son los americanismos y en segundo lugar porque esclarifica los falsos conceptos que lastimosamente sobre los AMERICANISMOS, tienen muchas personas. Explicado ya el verdadero significado de la palabra "americanismos" p,asemos al estudio que mepropongo, de uno de los más grandes cronistas de

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RAFAEL RODR1GUEZ GUILLÉN

Indias y la pervivencia de muchos de sus ameri. canismos en Puerto Rico. La Historia General y Natural de las Indias que escribe Gonzalo Fernández de Oviedo y que consta de SO volúmenes, es uno de los regalos más encarecidos conque se ha enriquecido la lengua española. Más de mil quinientos americanismos son traídos a la palestra y conservados aún en el habla popular de Puerto Rico; han pasado días aciagos para la historia y cultura de Puerto Rico, han desaparecido monumentos, próceres; han soplado vendavales recios, mas los "americanismos" han permanecido firmes, sólidos y en una desafiante lucha a través de los siglos. Es que como proclama el blasón de nuestro Ins· tituto Lexicográfico Hispanoamericano, la tierra, la raza, la lengua, son sustancias inmutables, nada ni nadie puede acabar con lo que representa la expresión íntima del alma, ni hacer desaparecer la esencia y naturaleza de la cultura de un pueblo. Gonzalo Fernández de Oviedo, se americaniza y su lengua que traslada a sus escritos es americana; no podía por menos de ser así, pues su íntimo contacto con las cosas de América, en unos momentos en que la lengua de Castilla estaba en franca formación, habría de favorecerle. Atento siempre a las nuevas cosas descubiertas, iba aprendiendo de las voces indígenas, lo que en español ni siquiera existía, no tenía que inventar vocablos nuevos, a pesar de su formación humanística, pues que ya las encontraba apropiadas y sonoras. La pronta asimilación de americanismos que encontramos ya en Oviedo y en su Historia General, no es sino el producto de la gran vitalidad que poseían las lenguas americanas. América il:'d a dar a todas las ciencias inauditas sorpresas; con su descubrimiento iban a corregirse vetustas teorías, tal era el acopio y riqueza de


nuevas especies y datos nuevos, que una nueva generación de ideas se iba a crear en el mundo; para ello y como una consecuencia lógica, sería la lengua, serían los americanismos, el vehículo y medio de poder expresarlo. Podríamos afirmar que la lengua de Castilla se americaniza y recibe de su savia 'J frondocidad, las notas suaves y de matices delicados que caracterizan los americanismos; podríamos decir que al contacto con las lenguas americanas la lengua de Castilla se vigoriza y pudo mantener los "americanismos" una verdadera unidad de raza hispana. Para estudiar todos los americanismos, que nos presenta Gonzalo Femández de Oviedo en su libro decimosexto, necesitaríamos más espacio del que disponemos en estas cuartillas; voy a selegir unos diez de ellos y estudiarlos separadamente y en otros trabajos subsiguientes continuar con los demás. He de advertir primeramente que todos ellos pertenecen a la gran familia de las lenguas ameri~ canas, que abarcan unos ciento setenta idiomas, con la particularidad que cada uno de estos grupos tenían diferentes dialectos y lenguas; sólo en la América meridional, se ha calculado más de dos mil hablas o variedades dialectales. También he de comentar que las voces que he escogido y para clasificarlas de algún modo, las he preferido del grupo Arauco, hoy desaparecido, que se hablaba en las Antillas, y sobre todo mi intención ha sido separar aquellas voces taínas emparentadas con el arauco y que se hablaba en Puerto Rico, Haití, Cuba y Santo Domingo. El segundo grupo que estudio o voces caribes, se hablaba en las Antillas del Sur, a saber Vene~ zuela y Guayanas, cuya lengua se le llama "cumanagoto". He dejado otras voces para un estudio posterior del grupo nahuatl, lengua del imperio mexicano y del maya de Yucatán con quien guarda relación. Del chibcham quechua, aimará, guaraní, también he suprimido algunas voces indigenismos. No es desapercibido para el lingüista americano, notar la falta de trabajos y estudios hechos en las lenguas aborígenes; desgraciadamente no abunda y los que existen ya anticuados están en vía de desaparecer. Media docena de estudiosos de la lengua taína tenemos en Puerto Rico y otros tantos en la América Central; las grandes figuras de filólogos de las lenguas americanas no han sido muchos. Nos hace falta y con urgencia recoger y estudiar etimológicamente las voces taínas, su entronco con las lenguas caribes, su morfología, los documentos escritos donde se conservan, el habla del pueblo donde se mantienen y perviven. Necesitamos del equipo entusiasta que emprenda esta labor ardua pero significativa, que recopilando el material existente y dedicado exclusivamente a la investigación, pueda llenar uno de los

vacíos más tristes y lamentables, con que cuenta el Español en América. Un rayo de luz se vislumbra con la creación en Puerto Rico del "Instituto Hispanoamericano Augusto Malaret"; quiera Dios y no sea en vano el enorme esfuerzo que ello ha supuesto a sus iniciadores; de sus frutos y de su dedicación al trabajo en silencio, ha de beneficiarse y resolverse muchos de nuestros problemas culturales. No podemos permitir tranquilamente ir viendo desaparecer de nuestro vocabulario y martillear constantemente nuestros oídos palabras ajenas a nuestra lengua; un momento de atención y veremos desfilar en televisión o periódicos, o revistas, un ejército destrozador, petulante que quiere hollar con sus zancadas, la brisa suave de unos americanismos sonoros, o quiere desterrar la voz castiza conservada en nuestro pueblo. Es grande la tarea que hemos de emprender en defensa de nuestra lengua, si no queremos verla desaparecer como ya ha ocurrido en otros lugares.

BREVE GLOSARIO DE VOCES ARAUCAS OUE PERVIVEN EN PUERTO RICO.

Cacique: Esta voz es de origen arauca y muy documentada en los cronistas de indias Navarrete, 1,243 y el P. Las Casas 1,382-393. Gonzalo F. de Oviedo al hablar -Tomo 1- de ellos dice "que los indios llaman Cacique así como los cristianos llamamos rey". Vid. Friederici S.v. en su Diccionario de Americanismos. Aparece estudiada. Canuy: (Camuy). Es una voz que se repite en los dialectos araucos, significa Sol. A veces la e se cambia en g o gIl, al igual que sucede del latín al "romance. También vemos que desaparece la y; en ocasiones, la i y que la u se convierte en o. Como sucede en el vocalismo latino al romance. Por eso esta voz presenta las siguientes acepciones: gamúhí. ghamui, camúi, camoi, camuzi, gamuy, gha. mu, camoe, kamú. Esto según sea de diferentes dialectos, como en yukuna. Vid. Glosario Etimológico Taíno Español, página 18, para más información. Agueibana: Esta voz que en Gonzalo Fermíndez de Oviedo se repite seis vet'es, acentuada en la i y con diéresis, y que es el nombre de uno de los caciques de Puerto Rico. Ha suscitado los mayores comentarios, bien por ser un personaje interesante en la historia de Boriquén, bien por la diversidad de grao fías que presenta.


Entre los varios libros y trabajos de investigación lingüística que debemos a la pluma del Licdo. Ernesto Juan Fonfrías, y cuyo entusiasmo por los estudios lexicográficos y por el Instituto es conocido, se encuentra un ensaya sobre el Cacique Agueybana, libro que debierá leerse en todas las escuelas de Puerto Rico: "De la lengua de Isabel la Católica a la Taína del Cacique Agueybana". . Aquí encontramos sobre este americanismo diversas interpretaciones y teorías. También he de hacer mención para el estudio de esta voz, el ensayo de mi caro profesor Dr. Hernández Aquino en "sus voces taínas" y que casi agota la historia y la etimología del vocablo. Nuestros primeros historiadores, Cayetano Coll y Toste, Salvador Brau, etc., cuyos aportes al estudio del taina, son conocidos, también estudian la palabra. "2. de- la isla de Boriquén, a la cual los cristianos llaman agora isla de Sanct Joan". Tomo 11, pg. 85. Histor. General y Natural de las Indias. Es el americanismo correcto para designar a Puerto Rico, la n conque hoy se prefiere decir, fue ya introducida por Iñigo Abbad en su Historia sobre Puerto Rico. Doce veces menciona el cronista la isla y con el mismo nombre, a través de sus 50 libros. También la vemos documentada en otros cronistas de igual manera. El doctor Coll y Toste descompone el vocablo en tres raíces. Bo-señor.ri-valiente·quen. tierra. Para su origen taina tiene el gran lexicógrafo Constatin Samuel Rafinesque, en su libro sobre la lengua taína, otra interpretación a saber, Bor-trabajo-vasaIlo-i-el, quentierra, tendríamos una etimología diferente para Boriquén.

Boriquén:

Batey: "e mandó que su gente lo jugasen al ,batey (que es el j~ego de Pelota de los indios). Hist. Gener. y Natur. de las Indias, pg. 93, Tom.2. Es notorio observar que ya los taínos tenían su juego de pelota, que fabricaban de raíces de árboles, hasta formar una pasta maciza, . que tenía gran elasticidad...

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Se deriva este americanismo del verbo abal· tín o aballatin que significa sentarse, estar en reunión y del sustantivo abaltikoana·banco asiento. Los hermanos Perea, que han dejado para el estudio de la lengua taína, su "glosario taíno" con 50 americanismos' estudiados etimológicamente y que no llegaron a publicar las dos partes restantes que pensaron dedicar a la fauna y flora y folklore de los tainas, tienen para mí uno de los mayores méritos por su trabajo científico realizado. Cuando las mentes serias y los espíritus reflexivos, se dediquen a la 'investigación de las lenguas aborígenes, como los hermanos Perea, podremos llegar a tener a nuestras manos, los trabajos que estamos necesitando. Ellos pudieron legamos un estudio muy completo de americanismo, y de una altura elocuente de seriedad lin~ística. Entre esas voces que estudiaron se encuentra la que estoy comentando "batey" donde nos dice, "que estas voces pierden la 1, y la a inicial del verbo abaltín, de manera que hayamos las inflexiones verbales nabatta, como tercera persona del plural del presente de indicativo, del verbo sentarse y wabáttpa,. futu.ro de primera persona del plural: así como también la forma sustantiva abattikona por silla o asiento. De suerte que la característica viene a ser batta, batti de donde proviene nuestro batey". (pg. 107. Glosario de Voces Taínas). He de terminar mi trabajo por ahora y no hacerme demasiado.prolijo, para un ensayo como el que me había propuesto, sobre la pervivencia de los americanismos en la obra de Gonzalo Fernán· dez de Oviedo y en Puerto Rico; unas cinco voces prueban elocuentemente, cuanto estoy diciendo sobre esa realidad. Tenemos en nuestro aservo cultural y en nuestra propia existencia unos americanismos que usamos constantemente, que nos han legado nuestros antepasados y nos refieren unos cronistas. Quiera el cielo que estas genuinas esencias de nuestra propia vida y existencia, las mantengamos incólumes y las sigamos estudiando para que nuestra lengua castellana, nuestros americanismos sigan sustentando la grandeza y la unidad panamericana.


.Bibliografia Puertorriqueña 1971 (Primera Parte)

Mariano: Antonio Valero (Un héroe de la inde· 'pendencia de España JI América). - San Juan, Ins-

ABRIL,

tituto de Cultura Puertorriqueña, 228 págs.; Serie: Biblioteca Popular. Nueva edición de la biografía del general Antonio Valero, puertorriqueño que fue íntimo colaborador de . Simón Bolívar en la Guerra de la Independencia. Se publicó originalmente en 1929. Fe: Matemdticas modernas en el Con la colaboración de Isabel Freire de Matos. Universidad de Puerto Rico, Editorial Universitaria, 241 págs. Guía metodológica para la enseñanza de las nuevas matemáticas en todos los niveles elementales, con glosario.

ACOSTA DB GoNúLEZ,

nivel elemental. -

Da. Rlo, Amelia: Gramdtica JI teoría literaria (Guión para el estudiante). - Universidad de

ACOSTINI DE

Puerto Rico, Editorial Universitaria, 558 págs. Obra en la cual la autora puertorriqueña -profesora emérita de la Universidad de Columbia, donde dirigió el Departamento de Español del Colegio Bárnard- ofrece sus experiencias de toda una vida en la enseñanza de la lengua española. Gustavo: El Beatus Ille en la poesía lirica del Siglo de Oro. - Río Piedras, Editorial Universita·

AGRAIT,

ria, 212 págs. . Estudio exhaustivo del desarrollo, apogeo y deca· dencia del tema de la vida retirada o menosprecio de corte y alabanza de aldea en la literatura española clásica; con antología. CAMPOS, Pedro: Vida JI pensamiento. - Editado por Angel R. Villamil y Juan Hernández Cruz; PIP, Editorial de Educación Polftica, 59 págs. Contiene el Tomo 1, titulado: "Escritos y Reseñas Polfticas, 1930". ALBIZU

ALEGR1A, Ricardo E.: Los Museos del Instituto de Cultura Puertorriqueña. - San Juan, Instituto de Cultura Puertorriqueña, Libros del Pueblo núm. 9; 48 págs., ilustrado. La introducción señala: "Hasta el presente el Ins· tituto ha establecido catorce museos. Está preparando

otros cinco. Han de añadirse a éstos los diferentes museos establecidos en los Centros Culturales de los municipios. La descripción de estos museos constituye el propósito de esta publicación". ARN.wlo, Delia de: Canto intimo. -

Río Piedras, Editorial Edil, Colección Poética Edil, 77 págs. La autora, periodista y líder cfvica, describe sus versos como "vuelos sencillos de mi decir sincero sin pretensiones de intelecto". Manuel F.: Cuatro poemas desde el exilio. - Vega Baja, Puerto Rico, 46 págs. Segundo poemario del joven abogado vegabajeño, quien en 1965 publica su primera colección poética: ARRAIZA,

Imperio del canto. ARR1v1, Francisco: En la tenue geografía (Poemas). - San Juan, P. R., 239 -págs. Parte final de la pentalogía que incluye además los poemarios: Isla JI nada; Frontera; Ciclo de lo

ausente, y Escultor de la sombra. --: Md.scara puertorriqueña. -

Río Piedras, Editorial Cultural, 366 págs.; prólogo del autor. Contiene juntas por primera vez las tres obras teatrales que constituyen la trilogía en la cual el dra· maturgo aborda el problema racial en Puerto Rico: "Bolero y Plena", "Sirena" y "Vejigantes".

AsIDUO, Federico: Las Fiestas de San Juan (Reseña

histórica de lo que han sido y de lo que son y relación verídica de las que se celebran en este año de 1868). - San Juan, Editorial Caquf, Ediciones Borinquen, 137 págs.; .introducción: Emilio M. Colón. Nueva edición de la obra publicada en 1868, donde se ofrece el trasfondo histórico de las fiestas al Patrón de la Capital, y una descripción de actos como las alboradas, fuegos, mascaradas, regatas, concursos de caballos y bailes. Juan: Antepenúltimo canto (Poesfa). - New York, Colección Mensaje núm. 34; 135 págs. prólogo: Odón Betanzos Palacios.. Incluye poemas escritos entre 1921 y 1971; cin·

AVIl.~,

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cuenta años de poesía por el escritor nacido en San Sebastián en 1905 y residente en Nueva York durante:: muchos años. AYALA DE GARcfA, Elena: ¿Qué es la educación cooperativa? - San Juan, Puerto Rico, 41 págs. Manual sobre los principios de la educación cooperativa, por una líder cooperativista, escritora, educa· dora y poetisa. BERIO, Blanca: El Paso (Poemas). - San Juan, Puerto Rico, 73 págs.; prólogo: Federico Muelas. Este es el segundo poemario de la joven autora puertorriqueña, quien a los 19 años publica su primer libro: De 13 a 19. CABILLA DE MARTtNEZ, María: La Elegía VI de Juan de Castellanos. - San Juan, Editorial Coquí, Ediciones Borinquen, 164 págs.; introducción: Emilio M. Colón. Estudio, publicado póstumamente, sobre ]a parte de las Elegías de Varones Ilustres de Indias que trata de Ponce de León y la conquista de Puerto Rico. La Elegía VI figura como apéndice. La autora nace en 1886 y fallece en 1951. CALLEJO, Fernando: Música y músicos puertorriqueños. - Segunda ed. San Juan, Editorial Coquí, Ediciones Borinquen, 283 págs.; prólogo: Amaury Veray; introducción: Emilio M. Colón. Reedición de la primera historia de la música puertorriqueña, publicada originalmente en 1915. Ca· lIejo nace en San Juan en 1862 y muere en Nueva York en 1926. CANINO SALGADO, Marcelino: La palabra sola (Poemas). - Puerto Rico, Imprenta El Sol, 4S págs. Primer poemario del autor, que se ha destacado como folklorista con sus obras: La copla y el ro-

mance populares en la tradición oral de Puerto Rico, de Puerto Rico, ambas publicadas por el Instituto de Cultura Puertorriqueña.

Compilación de diecisiete leyendas. "Todos los grandes temas de nuestra historia -dice el recopila· dor- están presentes en las leyendas que el ilustre historiador puertorriqueño legó a sus compatriotas como elemento de formación cultural, cívica y patriótica". COMAS, Ester: Hello Stranger (Tales of the Island of Enchantment). - New York, N. Y., 210 págs. La obra -cuya autora es actriz y cantante resi· dente en Nueva York- se -describe como "novela de ambiente" sobre la vida en Puerto Rico. CORRETJER, Juan Antonio: Canciones de Consuelo que son canciones de protesta. - Guaynabo, Puerto Ri, co, s.p. El título se basa en una identificación que establece Juan Manuel Serrat entre ambos tipos de canciones. Alude además al nombre de la esposa del autor. CUCHI COLL, Conchita: Frutos de mi pensamiento. Barcelona, Ediciones Rumbos, 116 págs. Dice la escritora: "Estos pensamientos son de crea· ción original de la autora. Cualquier similitud con los de otros pensadores es pura coincidencia". CUCHl COLL, Isabel: El seminarista (Comedia dramática en dos actos). - San Juan, Puerto Rico, 86 págs. Tercera obra teatral de la autora, que ha publicado anteriormente: "La Novia del estudiante" y "La Fami· lia de Justo Ma]genio". DÁVJLA, José Antonio: Prosa (Ensayos, artículos y cartas literarias). - San Juan, Sociedad de Autores Puertorriqueños, 286 págs.; selección, notas y prólogo: Vicente Géigel Polanco. Primera recopilación de ]a obra en prosa del poeta (l898-¡941), donde se recogen además cartas a escritores. Anuncia el compilador que la correspondencia con la poetisa Clara Lair saldrá en volumen separado.

y La canción de CUIta en la tradición

CARRERAS, Juan: Maestros de ayer: D. Joaquín Fun· tané Cintrón. - San Juan, mayo, 1971, s.p.i.; s. p. Incluye un fragmento del libro en preparación ti· tulado: "Maestros de ayer". CiRCULO LITERARIO CABORROJEÑO: Surco y espiga. Antología poética. - Cabo Rojo, 81 págs.; prólogo: María de los Milagros Pérez. Incluye los poetas caborrojeños: Reina]do Silves· tri, Carmen Eneida Seda, Sifredo Lugo Toro, Myrna Iris Lluch, Carlos Eneri Avilés, María de los M. Pérez, Julia A. Toledo, Margarita M. Asendo, Cnyetano Acosta Almodóvar, Edilberto Irizarry Acarón, Antonio Pagán y Lino Lucena Zapata. COLóN ECHEvARRtA: Sonetos a Marisol y otros solletos. - San Juan, Puerto Rico, 141 págs. Libro que el poeta dominicano residente en la Isla dedica a la puertorriqueña que obtuvo el título de "Miss Universo". COLL y TOSTE, Cayetano: Leyendas. - Selección e in· troducción por Ricardo E. Alegria; ilustraciones por Rubén Moreira; San Juan, Instituto de Culo tura Puertorriqueña, 87 págs.

50

DfAz VALCÁRCEL, Emilio: Panorama (Narraciones 19551967). - Río Piedras, Editorial Cultural, Inc., 286 págs. Colección de cuentos. El autor ha publicado cuatro. obras de ese género: El asedio, Proceso en diciembre,

El hombre que trabajó el lunes, y. Napalm. DURÁN, Ana Luisa: Toro de Minos. - Río Piedras, Edi· torial Antillana, 39 págs.; prólogo: Francisco Matos Paoli. Relato sobre "un Director de empresas que padece del virus administrativo", y que según el prologuista u a veces se va transformando en toro como si fuera otra metamorfosis de Franz Kafka". EL COCINERO PUERTORRIQUEÑO. - San Juan, Editorial Caquí, Ediciones Borinquen, 281 págs.; introduc· ción: Emilio M. Colón. Cuarta edición del libro de cocina publicado originalmente en 1859, con el subtítulo: "Formulario para confeccionar toda clase de alimentos, dulces y pasteles, conforme a los preceptos de la química y la higiene y a las circunstancias especiales del clima y de las costumbres puerto-riqueñas". y VIZCARRONDO, Manuel: Prosas, poemas y conferencias. - Recopilación, estudio preliminar y notas de Luis Hernández Aquino; San Juan, Ins-

EUABURU


tituto de Cultura Puertorriqueña, 307 págs.; Serie: Biblioteca Popular. Primera recopilación de la obra selecta dI: Elzaburu (1851-1892), fundador del Ateneo Puertorriqueño. Hernández Aquino la divide en tres partes: Balsamias y otras prosas; Poemas traducidos y poemas originales; Conferencias pronunciadas en e] Ateneo Puertorri· queño. ENAMORADO CUESTA, José: Protohistoria e hIstoria de Puerto Rico, Vol. l. - Río Piedras, Editorial Edil, 234 págs. El autor, poeta y ensayista, señala que se propone un "breve y humilde" estudio de la prehistoria e historia de su país, para que el lector "amplíe su conocimiento de ]0 que fuimos y somo~ los puertorriqueños actuales, descendientes de las tres razas que se fundieron... para formar el conglomerado racial del pueblo puertorriqueño". DE ENCINAS, Serapio: Sociología rural de Cayey. - Universidad de Puerto Rico, Editorial Uni· versitaria, 161 págs.; prólogo: Carlos Iñíguez. Trabajo patrocinado por el Colegio Universitario de Cayey, en el que se hace ún estudio de ]a cultura y el proceso de integración social de la zona rural de la población.

FERNÁNDEZ

M~NDEZ, Eugenio: Historia cultural de Puerto Rico. 1493-1968. - San Juan~ Ediciones El Cemí, 369 págs. Edición corregida de la obra que tuvo dos ediciones en 1970, y que cubre del descubrimiento de Puerto Rico en 1493 hasta nuestros días.

FERNÁNDEZ

FILARDf, Carmelo: Una época de historia en caricaturas. - Selección, prólogo y anotaciones por Eliseo Como bas Guerra; Universidad de Puerto Rico, Editorial Universitaria, 206 págs. Selección de caricaturas, principalmente sobre el acontecer político tanto puertorriqueño como mundial, publicadas en e] periódico El Mundo durante el periodo de 1948 a 1963. FRANCO OPPENHElMER, Félix: Prosas sin clave (Poemas). - San Juan, Editorial Yaurel, 86 págs.; prólogo: Evaristo Ribera Chevremont; ilustraciones: Juan Rosario. Nuevo poemario en el cual el prologuista ve que se advierte que el autor "está pasando de la poesía cifrada a una poesía menos oscura... " y que "se siente atraido por ]a vida cotidiana". GARcfA

DE

SERRANO, Irma: The Puerto Rico Teachers'

Association and its Relationship to Personnel Administration. - University of Puerto Rico Press, 425 págs. Estudia la relación histórica de' la Asociación de Maestros de Puerto Rico con el desarrollo de normas para la administración de personal en e] sistema edu· cativo de ]a Isla. GELPI, Jean: Veinticuatro poemas hacen un día. - Barcelona, Gráficas Fomento, 65 págs. Primer poemario de la autora, que nace en San Germán, Puerto Rico, en 1938, y quien desea "abrir el mudo diálogo de conciencias, con sus semejantes".

GONZÁLEZ, Josemilio: Soledad absoluta (Diario poético). - Universidad de Puerto Rico, Editorial Universi· taria, Colección Uprex núm. l, Serie Poesía, 74 págs. Esta quinta obra lirica del poeta puertorriqueño aborda el tema de la soledad e incomunicación del hombre contemporáneo. GoNZÁLEZ GINORIO. José: El descubrimiento de Puerto Rico. - San Juan, Editorial Caqui, 328 págs.; Suplemento: 69 págs.; introducción: Emilio M. Colón. Es una segunda edición facsimilar· de ]a de 1936, con el Suplemento de 1938. Constituye un examen crítico del segundo viaje de Cristóbal Colón. El autor nace en 1879 y muere en 1944. GUIRALDES, Ricardo: Don Segundo Sombra. - Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico, División Editorial, 200 págs.; Colección Clásicos Hispanoamericanos; edición, prólogo, apunte preli· minar, glosario y bibliografía por Edelmira González Maldonado. Segunda obra de esta serie (que empezó con el Ariel de Rodó), a cargo de la escritora puertorriqueña Gonzá]ez Maldonado. HERNÁNDEZ, Pedro H.: Bi·Bl. Orll!elles del Utuao. Utuado, Puerto Rico, Editorial Ubec, 40 págs.; prólogo: Adolfo de Hostos. Colección de materiales, documentos, mapas e ilustraciones sobre la región de Utuado, por el autor, den· tista de profesión, quien además ha publicado: Anto-

logía utuadeiia; Bosqllejo histórico de Utuado y Album de Utuado. HERNÁNDEZ AQUINO, Luis: La muerte anduvo por el Gua. sio. - Universidad de Puerto Rico, Editorial Uni· versitaria, Colección Uprex núm. 1, Serie Ficción, 169 págs. Nueva edición de la novela publicada originalmente en 1960, y que se apoya en el hecho histórico de la invasión norteamericana de Puerto Rico en 1898. PUERTORRIQUEÑA: José Campeche (1751-1809). - San Juan, Puerto Rico, 166 págs., ilustrado. Preparado por Arturo V. Dávila. Catálogo de la exposición conmemorativa de Campeche en el Convento de -los Dominicos en San Juan. Precedido de apuntes biográficos sobre e] pintor, el catálogo se ordena en cinco grupos de obras: retratos, asuntos históricos, asuntos religiosos, misterios y títulos marianos, y santos.

INSTITUTO DE CULTURA

JOGLAR CACHO, Manuel: Poema para que no se duerma un niño. - Manatí, Puerto Rico, 59 págs.; prólogo: Luis Hemández Aquino; dibujos: J. A. Torres Martinó. Según el prologuista, el poema "contrario a 10 tópico y corriente, es una berceuse o canción de cuna para crear un estado de vigilia mediante el cual el niño no pueda donnir, porque hay muchas cosas que aprender de la vida, ya que el mundo, aunque bello, presenta asechanzas y sombras en el camino". LAMOUT11!, Silvia María: Biografías cortas de campo· sitores puertorriqueños. - San Juan, Puerto Rico, 33 págs. La autora presenta breves reseñas biográficas de

SI


compositores puertorriqueños, tanto del género clásico como del popular. LEDRtJ, André Pierre: Viaje a la Isla de Puerto Rico

en el año 1797. - Traducción: Julio L. Vizcarrondo; introducción: Emilio M. Colón; prólogo: Eugenio Fernández Méndez; San Juan, Editorial Caqui, Edi. ciones Borinquen, 177 págs. Quinta edición de la obra que relata el viaje del naturalista francés. La primera, de 1810, se publicó en París, e incluia además las porclones sobre Tenerife, Trinidad y Santa Cruz. !.óPEZ RAMtREZ, Tomás: Cordial magia enemiga. - Río Piedras. Editorial Antillana. 117 págs.; prólogo: Emilio Diaz Valcárcel. Primer libro de cuentos del joven escritor nacido en San Juan en 1946. Desde 1969 cursa estudios hacia el doctorado en Madrid, donde prepara su novela: "Juego de Revelaciones". LuGO, Samuel: Antología poética. - Río Piedras, Edi· torial Edil, 138 págs.; prólogo: Luis Hernández Aquino. Contiene poemas de los libros Donde caen las cIa· ridades, Yumbra y Ronda de la llama verde, además de composiciones inéditas del poeta lareño. LLOImNs, Washington: El habla popular de Puerto Rico. - Segunda edición aumentada; Río Piedras, Editorial Edil. 159 págs.; prólogo: Cesáreo Rosa-Nieves. Entre los trabajos agregados a esta nueva edición, figuran: "Uso y abuso del gerundio en Puerto Rico"; "Apuntes sobre el español en Madrid. Bogotá y San Juan"; "El español de Puerto Rico y la Estafeta Literaria de Madrid"; "Entendemos anyway"; "Politica y lengua"; "Don Dámaso Alonso en la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico" y "Variantes semánticas de la voz chiquero". LLolU1NS TORRES, Luis: Articulas de revistas 'Y periódi. coso Historia; Articulas de revistas 'Y periódicos. Polltica 'Y economía; Articulas de revistas 'Y periódicos. Literatura 'Y derecho. - Tres tomos. San

Juan, Editorial Cordillera, 244, 239 Y 223 págs., respectivamente; prólogo: Ramiro Jordán Sarria. Se publican en tres volúmenes separados los artícu· los que el Instituto de Cultura Puertorriqueña publicó juntos en 1969, como Tomo 111 de las Obras Completas de Lloréns Torres, en recopilación de María Teresa Babín. Tomás: Estelas. - San Juan: Imprenta El Sol, 85 págs.; prólogo: José J. Ribera Chevremont. Al aludir al poeta, dice el prologuista que las poesías "representan el fruto de su pensamiento'y de su obra poética a lo largo de los años hasta el presente". MANZANO lIERNANDEZ,

MARRERo, Carmen: Antologia de décimas populares puertorriqueñas; estudio y selección por - - - San Juan, Editorial Cordillera, '196 págs. Selección de décimas de poetas populares, cultos y anónimos, dividida en los temas: Patria, ambiente y tradiciones; Moral; Polftica; Historia; Huracanes y desastres; Ciencias; Muerte; Crímenes; Biblicas; Epistolario en décimas. MARQ~,

René: Teatro, Tomo 11. - Río ,Piedras. Edi· torial Cultural, 166 págs.; prólogo: F. Vá:lJquez Alamo.

S2

Contiene dos obras no recogidas en libro: El hombre 'Y sus sueños, de 1948, y El Sol 'Y los MacDonald, estrenada en 195D. Son "sus dos dramas iniciales canocidos".

--: Vía Crucis del hombre 'puertorriqueño (Oratorio). - Rio Piedras, Editorial Antillana, 19 págs.; pro. logo del autor. Texto para la Estación XI del "Vía Crucis" presentado por un grupo de jóvenes universitarios cristianos el Viernes Santo de 1970. MARTf, José: Trincheras de papel. - Río Piedras Edi. torial San Juan, 225 págs. ' Con estudio preliminar de Rubén Daría. Colección de artículos periodísticos del prócer cubano. MARl1NEz AVILI!S, EmiJiano: Viaje por Sur América (Relato de viaje 2). - San Juan, Puerto Rico, 158 págs. Corresponde a un viaje por Sur América en 1969. El primer relato de viaje del autor -Levando anclas, 1960- narró un viaje a Europa en 1955.

PAOU, Francisco: La marea sube. - San Juan Ediciones Juan Ponce de León, 143 págs. ' Nuevo poemario del autor, cuyas últimas publicaciones han sido: El viento 'Y la paloma (1969) y Can. MATOS

cionero (1970).

- - : La semilla encendida. - San Juan, Ediciones Juan Ponce de León, 161 págs. Colección poética, cuya segunda parte está dedicada al poema "Alabanza de Lares", obra en 43 estancias.

MElRNDEZ, Concha: Ciudad abierta a los tiempos. Recórdación de Andrés Bello. - México, D. F., Editorial Cultura, S. A., 23 págs. Discurso pronunciado en el Ateneo Puertorriqueño el 3 de marzo de 1971, al conferir el Gobierno de Venezuela la Orden de Andrés BeDo a la autora.

--: Literatura de ficción en Puerto Rico. Cuento 'Y novela. - Vol. 13. Obras Completas. San Juan, Edi. torial Cordillera, 195 págs. Ensayos que según la autora "abarcan casi toda la literatura narrativa puertorriqueña hasta 1963". --: Palabras para oyentes. - Vol. ID, Obras Como pletas. San Juan, Editorial Cordillera. 206 págs. Contiene conferencias, presentaciones de escritores. crítica de exposiciones de pintura. no recogidas antes en libro y que tienen "un tono más c()loquia1 y una mayor sencillez" que los trabajos de índole ensayistica. --: Poetas hispanoamericanos diversos. - Vol. 11, Obras Completas. San Juan, Editorial Cordillera, 220 págs. Trabajos sobre los poetas Luis Muñoz Rivera, Luis Palés Matos. Pablo Neroda, Rubén Daría, Juan Martínez Capó, Obdulio Bauzá, Pedro Bernaola y Cannen Marrero. Mu~oz. Manuel: Los mil otoños de una primavera. -

Asociación de Maestros, Imprenta El Sol. 124 págs. Novela que se describe como una "en la cual se expone por primera vez en Puerto Rico el tema de ·la prospección minera y sus consecuencias y la resquebrajante realidad en un futuro impredecible".


NAZARIO, Luis Adam: Mi vida estudiantil en Nueva Orledns. - Río Piedras, Editorial Edil, 215 págs.; prólogo: Juan Diez de Andino. La obra se califica de Mnovela autobiográfica". El autor, odontólogo, publicó anteriormente: Nociones sobre salud dental. NIEVES FALCÓN, Luis; GARCfA RODRíGUEZ, Pablo y OJEO" REYEs, Félix: Puerto Rico: Grito y mordcu.a. - Río Piedras, Ediciones Ubrería Internacional, 284 págs.; diseño y emplanaje: Rafael Rivera Rosa; ilustrado. Historia de los sucesos del 11 de rqa1"ZO de 1971 en la Universidad de Puerto Rico. Los autores señalan que estos hechos "ofrecían una magnífica oportunidad para iniciar en Puerto Rico la investigación de situa· ciones de crisis". NtlÑEZ MEu!NDEZ, Esteban: Farmacognosia moderna (Materia médica de origen vegetal y animal). Río Piedras, Editorial Edil, 389 págs. Segunda edición revisada y aumentada de la obra científica, por un catedrático de Farmacognosia de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Puerto Rico. O'NEILL, Ana María: Psicología de la comunicación. Con la colaboración de Engracia Cerezo de Ponce y Ricarda Carrillo Romero. Universidad de Puerto Rico, Editorial Universitaria, 541 págs. La obra presenta los principios que gobiernan la comunicación efectiva, separados para propósitos de estudio en las zonas de psicología, lógica, gramática y estilo. ORnz APONTE, Sally: Las mujeres de MClarin". (Esperpentos y camafeos). - Universidad de Puerto Rico, Editorial Universitaria, 200 págs.; prólogo: Juan Antonio Cabezas. Tesis para el grado de Maestro en Artes, Universi· dad de Puerto Rico. Estudio de las mujeres en la obra de Leopoldo Alas, especialmente en novelas como "La Regenta" y "Su Unico Hijo". OXHOLM, José M.: Hacia el puerto. - Imprenta El Soplón, s.1., 88 págs. Tercer poemario del autor puertorriqueño residente en Detroit, Michigan, y quien anteriormente publicó: Rasgos de mi mundo y Dos puntos y aparte. PA[h; MATOS, Luis: Poesía (1915-1956). - Estudio preliminar de Federico de Onís. Universidad de Puerto Rico, Editorial Universitaria, 304 págs.; cuarta edi· ción revisada. ·La particularidad de esta edición es que por primera vez se revisa la creciente bibliografía sobre Palés Vlatos, desde la primera edición de 1957. PARmi, Juan R.: Mosaico en rosa y cu.u1. - San Juan, Puerto Rico, 173 págs.; prólogo: Pedro J. Avila Justiniano. Colección de poemas del poeta manatieño de 92· mos, quien se dedicó a la enseñanza y Ja contaduría ¡Jública. PARRILLA BONILLA, Antulio: Cooperativismo: Teoría y prdctica. - Universidad de Puerto Rico, Editorial Universitaria, 352 págs. Aparte de la teoría general, contiene una historia lel cooperativismo en Puerto Rico. El autor, obispo

católico, es ex profesor de cooperativismo de la Universidad de Puerto Rico.

--: Puerto Rico: Supervivencia y liberación. - Río Piedras, Ediciones Librería Internacional, 358 págs.' cubierta: Antonio Maldonado. ' La obra está dividida en tres partes: Religión, Política y Cooperativismo. Incluye trabajos del libro Puerto Rico: Iglesia y sociedad, de circulación restringida, y otros inéditos. PBRUSSE, Roland l.: A Strategy for Caribbean Economic Integratian. - San Juan, North and South Press, North-5outh Center for Cultural Exchange, 212 págs. El libro se propone "considerar la estrategia para la integración económica del Caribe como un medio para lograr el desarrollo económico de la región". PIÑBRO, Europa G. de: Tendencias e ideas pedagógicas: Su aplicación en Puerto Rico. - Madrid, Ediciones Plaza Mayor, 195 págs. Ensayos sobre ·temas pedadógicos por la Decana de Asuntos Académicos de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto de San Juan. QUIROGA DH CBBOLLBRO, Carmen: Entrando a u El Túnel" de Ernesto Sdbato. - Universidad de Puerto Rico, Editorial Universitaria, Colección Uprex núm. 2, Serie Estudios Literarios, 93 págs. La autora chilena, catedrática de la Universidad de Puerto Rico, analiza la novela El túnel, del argentino Sábato, autor de Sobre héroes y tumbas. RAMA, carias M.: La idea de la Federación Antillana en los independentistas puertorriqueños del Siglo XIX. - Puerto Rico, Ediciones Librería Internacional, Diálogo núm. 1, 54 págs. Como motivación de su obra, señala el profesor uruguayo refiriéndose a Puerto Rico, "la escasa djfu· sión de estudios que versen sobre los grandes personajes de su propia historia, inclusive considerándolos en su aspecto internacional". RAMOS OTERO, Manuel: Concierto de metal para un recuerdo (Y otras orgías de soledad). - San Juan, Editorial Cultural, 132 ·págs. Entre los cuentos de este primer libro de relatos figuran tres premiados en los certámenes del Cuento del Ateneo Puertorriqueño durante los años 1967, 1969 Y 1970. RELACIÓN DH LAS 'FIBSTAS PtlSLICAS DE 1831. - San Juan, Editorial Coquí, Ediciones Borinquen, 211 págs.; introducción: Emilio M. Colón. Segunda edición facsimilar de la de 1831, que lle· vaba el titulo: MRelaci6n de las fiestas públicas verificadas en esta capital y mayor número de pueblos de esta Isla, con el plausible motivo del nacimiento de la Serenísima Infanta doña María Isabel, Princesa de Asturias".

Canto de mi tierra. Universidad de Puerto Rico, Editorial Univer!>itaria, 98 págs.; prólogo: Anita Arroyo. El poeta dedica este libro a cantar el paisaje interno y externo de su isla, lo cual señala la prologuista como Mdenominador común" de toda su obra. RIBERA CHEVREMONT, Evaristo:

Senderos hacia el niño. Río Piedras, Editorial Edil, 68 págs.; nota preli-

RIVERA LIZAROI, Francisco M.:

-

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minar: Cesáreo Rosa·Nieves; ilustraciones: Edgardo Iglesias. La colección de relatos, con el subtítulo "Cuentos del niño que fuimos ayer", fue escrita por un pediatra establecido en Caguas. RooRtGUEZ ESCUDERO, Néstor: Cuentos de tierra y cuen· tos de mar. - San Juan, Centro Cultural de Aguadilla e Instituto de Cultura Puertorriqueña, 166 págs.; prólogo: Angel Lázaro. El autor informa que incluye aquí dos clases de cuentos: los de tierra, que divide en "intrahistóricos" y "parasicológicos", y los de mar, género que ya había cultivado en Litoral. RODRtGUEZ FREsE, Marcos: Arbol prohibido. - San Juan, tPuerto Rico, 31 págs. Primer poemario del autor. centrado en la temática emorosa, obtuvo el Premio de Poesía en el Certamen del Festival de Navidad del Ateneo Puertorri· queño en 1969.

--: Todo el hombre. - San Juan, Puerto Rico, 53 págs. ·La obra obtuvo primer premio del Certamen de Poesia del Festival de Navidad del Ateneo Puertorriqueño en 1968. RODRtGUEZ ROMÁN, Marcelino: Algohacer (Libro de telúrica puertorriqueña). - Puerto Rico, Asociación de Macanos Residentes en el Arl:8 Metropolitana, 140 págs.; prólogo: Enrique A. Laguel;'I'e. BI prologuista señala que se trata de cuentos y estampas sobre la niñez del autor en el barrio Voladoras de Moca. RODRtGUEZ TORRES, Carmelo: Veinte siglos después del homicidio. - Aguadilla, Editorial Mester, 91 págs.; nota de presentación: Jorge María Ruscalleda Ber· cedóniz; novela. Sobre el joven autor -quien en 1965 publicó el poemario Minutero del tiempo- declara el prologuista que "se arriesga a revolucionar el concepto mismo del género: fondo y forma desde hace tiempo en evidente estado de anquilosamiento". ROSA-FRANCO, Radamés: Proyección de Rubén Darío en la poesía de Luis Lloréns Torres. - Madrid, Editorial Paraninfo, 56 págs.; prólogo: Francisco Lluch Mora. Ensayo leido en el Festival Dario que tuvo lugar en el Recinto Universitario de Mayagüez del 27 al 31 de marzo de 1967. 'Ei autor es catedrático asoCiado de Estudios Hispánicos en ese recinto. ROSA-NIEVES, Cesáreo: Antología de décimas cultas de Puerto Ríco. - San Juan, Editorial Cordillera, 221 págs. Selección de décimas por poetas cultos de Puerto Rico, abarcando los temas: Paisaje y patria; Amor, religiosidad y angustia humana; y Costumbres puertorriqueñas.

--: PlumJZS estelares en las letras de Puerto Rico (Tomo lI, Siglo xx, 1907 a 1945). - San Juan, Editorial Universitaria, 517 págs. Biografías critico-Iitet arias. El Tomo I centró su atención en el siglo XIX, entre 1843 y 1898. En este

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tomo se consideran el modernismo y postmodernlsmo.

ROSARIO NATAL, Carmelo: Manatí. Espigas de su historia. - San Juan, Cooperativa de Artes Gráficas Romualdo Real, 22 págs. El autor publica el cuaderno como anticipo de dos obras en preparación: "Manatí, la Atenas de Puerto Rico: Lecturas para su historia", y "Manatí, la Atenas de Puerto Rico: Historia y figuras n •

--: M~natl( la Atenas de Puerto Rico (Lecturas para su hl$torra). - San Juan, Cooperativa de Artes Gráficas Romualdo Real, 306 pá.,gs. Colección de trabajos y documentos por diversos autores, sobre la cultura y la vida en Manati en la época en que se le conoció como "la Atenas de Puerto Ri ca". Sn.BN, Iván: El pájaro loco. - Río Piedras Ediciones ' Librería Internacional, 132 págs. Segundo poemario del autor, que en 1970 publica D.espu"és .del suicidio: Precedido de un "Pequeño manifiesto ; Incluye al final el cuento "A las puertas del infierno". SILVESTRI, Rt;inaldo: Al garete (Cuentos). - Mayagüez, Puerto Rico, 62 págs.; prólogo: Miguel Meléndez Muñoz. Primer libro de cuentos del autor, periodista profesional, quien ha publicado dos poemarios: Poemas amargos (1964) y Poemas de un silencio azul (1970). TANODI, Aurelio: Documentos de la Real Hacienda de Puerto Rico. Vol. I (151()..1519); transcriptos y recopilados por ; Universidad de Puerto Rico, Centro de Investigaciones Hist~ricas, 467 págs. Primer volumen de una recopilación de documentos del siglo XVI en Puerto Rico. Los publicados se refieren a rendiciones de cuentas oficiales reales; vestuario suministrado a los indios y relación de navíos de 1512 y 1513, Y de 1516 a 1517. TORRES OLIVER, Luis J.: El cuatrícentenario de San Germán. - San Germán, Puerto Rico, 350 págs. Obra publicada con motivo de ·la conmemoración de la fundación de San Germán (157()..1970), v t:n la cual, además de crónicas del pasado, figuran trabajos de escritores de hoy como Roberto Beascoechea Lota. Aurelio Tió, Francisco Lluch Mora y el doctor Torres Olivero Carlos: Consideraciones antropológicas y polítICas en torno a la enseiíanz.a del "Spanglíslt" en Nueva York. - Río Piedras, Ediciones Librería Internacional, Colección Diálogo núm. 2, 127 págs. Es. una comunicación al JI Congreso Internacional de la Enseñanza del Español, celebrado en Madrid en enero-febrero, 1971, y protesta del curso de "Spanglish" que se dicta en una universidad de Nueva York.

VAR~.

VIENT6s GAST6N, Nilita: Indice cultural (Tomo III) (l9?9-19?O); Il1dice cultural (Tomo IV) (1961-1962).Umverstdad de Puerto Rico, Editorial Universitaria' 182 y 242 págs. respectivamente. ' . Se reanuda .la publicación de los trabajos de cri· tlca de la escntora puertorriqueña, que se inició con los primeros tomos aparecidos en 1962 y 1964.


A vellón las esperanzas o Me· lania (Cuentos de un puertq.rriqueño en New York). -New York, Las Américas Publishing Ca., 117 págs. Segunda colección de relatos del cuentista que en 19~5 publica Luces en sombra. Contiene doce relatos de ambiente puertorriqueño en Nueva York.

VIVAS MALooNADO, J. L.:

ZAVALA,

Iris M.: Poemas prescindibles. -

New York,_

Antiediciones Villa Miseria; antiedici6n de 250 ejem· pIares firmados; s.p.; ilustrado. La ensayista y poetisa publica su segundo poemaIÍo. Se inicia en la poesía con Barro doliente (1964). En crítica, es autora de: Unamuno y su teatro de con-

ciencia (1963) y La angustia y la bfÍSqueda del hombre en la literatura (1965).

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