Alberto Peri Por
Pintor y grabador argentino, discípulo de Hora· cio Butler y de Yván Vassilef, estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de Buenos Aires, en el Taller de Grabado del Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, Brasil, y en la Universidad Silpakorn de Bangkok, Tailandia. Ha tenido exposiciones en Buenos Aires, Río de Janeiro, Cuzco, Lima, Quito, Bangkok. En Puerto Rico hemos visto sus grabados en los salones del Instituto de Cultura Puertorriqueña, y habremos de llevarlos a Arecibo, Ponce, Mayagüez. Sus trabajos figuran en el Museo de Arte Mo· derno, de Buenos Aires; Museo Río Hondo, de San· tiago del Estero; Museo de Río Jachal, de San Juan; Museo de Mercedes, San Luis; Palacio llama· rati, Brasil, y en colecciones privadas. A continuación expongo mis observaciones en torno a los grabados de Alberto Peri vistos en San Juan, Puerto Rico, entre febrero y marzo de 1969.
A
MEDIDA QUE VIVIMOS RECIBIMOS NUEVAS SENSACIO·
nes y aumentan nuestras percepciones. El aro tista de nuestro momento se enfrenta a la vida como problema, juega con la realidad, indaga, in· tuye posibilidades que interpreta a través del color, la forma o la línea. A su vez una línea, una forma, un color, un plano; concebidos, trazados en un instante, sugieren nuevas líneas, nuevos colores, combinaciones de los mismos. Juegos de planos que retroceden o se alejan, juegos de proporciones ad inUnilum, movilidad y cambios que se presentan al hombre mientras éste vive, piensa o pasa. Así vemos cómo de una creación original, surgen nuevas creaciones, quizás intuidas anteriormente, pero nunca antes vistas. Cada creación será distinta de 16
GRACE
ELAINE
MEGWINOFF
la anterior y con tantas posibilidades de interpre tación como gente que contemple. Frente a la obra de Alberto Peri nos preguntamos por qué han desaparecido los objetos, la figu~ ra humana, la realidad objetiva. La creación no es en este caso interpretación racional y fria de la rea· lidad del mundo objetivo. El artista nos presenta una realidad íntima y personal: la realidad del sentimiento. Y como persona de sensibilidad extraordinaria, capta Peri las vivencias que imperan en su ambiente. Interpreta entonces el hambre, la pobreza, la guerra, la injusticia. ¿Es que intenta el artista cambiar la realidad, buscar otra nueva y distinta, crear otra mejor? Esto que· da en manos del que contempla y comulga con su creación. En este caso el artista no busca, no encuentra, no va tras soluciones utópicas. Tan sólo intenta grabar la sensación, la realidad sentida. Comunica una vivencia que influirá o no a aquellos que la reciban. Es como el médico interno que ve al paciente y que por el momento se limita a diagnosticar la enfermedad. En la obra de Peri como en toda obra de arte lograda cuentan todos los planos; todas las partes fuertemente atadas están ligadas y unidas en una estructura superior a ellas, sin restar a su valor particular que es el mismo de todos los fragmentos de una realidad vivida y sentida. El artista en un tiempo psicológicamente con· cebido, real a la intimidad del ser, yuxtapone líneas, masas y planos utilizando una técnica barroca que nos lleva a realidades simultáneas, a veces contradictorias. Emerge la armonía lograda a base de contrastes, se contraponen las tensiones y se da la paz. El juego de las transparencias y las zonas opaa