Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña

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¿Qué factores influyeron en la personalidad extraordinaria de Betances que lo hacen ser un hombre de tantos quilates humanos? Sin duda alguna la educación esmerada que recibió conjuntamente con su naturaleza generosa y compasiva contribuyeron. a su carácter humanitario, amante de la libertad, de la justicia y de la verdad. Es necesario sañalar para el propósito de este trabajo que Betances marchó a Francia a estudiar a la edad de nueve años. Cursó estudios en París y Toulouse. Aprendió griego y latín. Logró graduarse de doctor en medicina en el año 1853. En sus estudios secundarios y superiores leyó no solamente a los clásicos fran,ceses, sino también a los enciclopedistas y románticos. Notamos en su obra constantes alusiones a los grandes pensa· dores del siglo XVIII. De la literatura neoclásica leyó, sin duda alguna, a Montesquieu, Diderot, Voltaire, Condorcet, Buffon, Jurgot y otros. Sobre todo, estudió y admiró al genial Fran~ois Marie Arouet (Voltaire). De los románticos prefirió a Vi· gny, Musset y Hugo. Su contacto con la cultura francesa no se limi· tó a estos años de estudio. Regresó a París en el año 1857, cuando fue desterrado· como elemento peligros~ para el gobierno español, por el gobemacor Fet:nando Cotoner. Allí en Francia nuestro es· critor no se cruzó de brazos y continuó su lucha patriótica mediante su pluma. Criticó duramente la injusticia del gobierno español en las Antillas y también la esclavitud, mediante artículos periodísticos. Reiteradas veces Betances volvió al escenario de sns luchas. No permaneció en París indefinida· mente; regresó a la isla en 1860, continuando su labor emancipadora y. separatista. En el año 1867 lue nuevamente desterrado de la isla por el gober· nadar Félix María Messina. Durante el 1867 vivió en Santo Domingo y en Nueva York. En esta últi· ma ciudad fundó el Comité Revolucionario de Puerto Rico y se dio a organizar una rebelión armada contra los españoles. Pero, debido a varias indiscreciones el golpe falló, quedando solamente como un desesperado intento que se conoce en nuestra historia como el Grito de Lares (1868). Luego de este golpe fallido, Betances se trasladó definitivamente a París. Allí se dio de lleno a la tarea' de escribir artículos y estudios sobre la me· dicina y el tema revolucionario. Fue condecorado con la Legión de Honor. Vemos que París es para Betances un remanso, un refugio, un lugar donde encuentra comprensión y a la vez admiración. En los momentos trágicos d~ su vida regresa a la "Ciudad Luz" y desde alli continúa su labor revolucionaria. Nunca dejó de pensar en Puerto Rico; constantemente alude a la isla en los banquetes a los cuales era invitado y 30

en los periódicos donde escribía. La prensa llamada Le XIX Siecle recoge en el 1876 un artículo de Betances donde habla de Puerto Rico y trata de que los franceses conozcan la isla: L'i1e compte pres de sept cent mille habitants. La terre y est d'une fertilité extraordinaire. Les enfants y pullulent et leurs parents ne désirent

rien tant que de les envoyer

a

l'école.J

Este ilustre médico fue altamente estimado por la clase intelectual francesa de la época. Al re· gresar a Francia después de la frustrada revolución de Lares de 1868, Betances se dio a conocer en varios periódicos parisinos importantes. Fue tan honda la huella que imprimió a su paso que Le Revue Diplomatique, Le moniteur des Consulats y Le Travail publicaron biografías del ilustre puertorriqueño. Nos llama la atención especialmente el artículo que publicara El ecko polyglotte, diario de prestigio. Es importante ver con atención 10 que señala el periodista francés Monsieur E. Platy sobre Be-' tances, ya que encontramos en su reseña un detalle curioso que más tarde aparecerá en el cuento que sometemos a estudio. Dice así Monsieur E. Platy: ell conquit aussi vers 1856 un autre glorieux. surnom, celui de "El Antillano", dí¡ a l'active propagande qu'iI faisait de ses idées politiques pour l'indépendence des Antilles, dont il voulait faire une confédération libre. Cela lui valut l'e· xii de 1858. 11 revint a Paris ou il reprit ses études scientifiques et littéraires. 11 publia suco cessivement La vierge de Barinquen, Les vayages de Scaldado..,.4 El seudónimo que utiliza Betances desde 1856 lo hará famoso no sólo en Francia sino también en Hispanoamérica. "El Antillano" será conocido como un batallador incansable que critica la polí. tica colonialista opresiva de España en las Antillas. El cuento que hemos seleccionado para análisis en este trabajo se titula Voyages de Scaldado. Es un cuento que no ha sido estudiado y que merece atención. Desde el principio del mismo, Betances hace claro que la historia fue recogida y redactada por "El Antillano". El relato es extenso; podríamos catalogarlo como cuento largo. Notamos inmediatamente después de su lectura que la narración es de corte volteriano. Su título, su técnica y su contenido nos recuerda a Voltaire. Primeramente analicemos el título: Voyages de Scaldado. Tiene este título estrecha relación con una historia de Voltaire que se titula Voyages de Scarmentado, la cual apareció en el 1756. El término "Scarmentado" es de invención volteriana porque l. Ram6n E. Betances: Le XIX Síecle, en el Ubro Setanc:cs de Bonafoux. p. 23. 4. E. Platy. Seranees, en el libro de LuIs Bonafoux. p. 28.


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