Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña

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hlicó los siguientes tomos de poesía: Las veredas olvidadas (1922), La feria de las burbujas (1930), Paracaídas (1933), Tú en los pinos (1938), Undum· bre (1953), Diapasón negro (1956), Siete caminos en luna de sueños (1957), Los nísperos del alba ma· duraron (1959), Girasol (1960) y El plenamar de las garzas de dmbcr (1964). De su primer libro Las veredas olvidadas nos dice el crítico, poeta y periodista Rafael Rivera Otero: «Rosa·Nieves tiene una imaginación fuerte, y sabe reproducir sus imágenes con una exactitud que deleita y admira. Su palabra es gráfica. Traza el cuadro con líneas decididas, firmes, y nos da una impresión cabal de su idea...,. Después de este primer balbuceo lírico modernista de carácter estudiantil, aparece su largo poe· ma La danza puertorriqueña, poesía versolibrista, en donde el poeta rinde pleitesía al verso libre de los simbolistas franceses, y comienza la nota telu· rista y su gran preocupación por los temas de la historia y el folklore isleño. Después de este poema laureado en Ponce, el portalira da a la luz en Humacao su manojo de poemas La feria de las burbujas. Del libro La feria de las burbujas nos ha dicho el poeta Juan Rivera Viera (Juan Vicente Rafael): «Todo lo ilumina este liróforo con la paleta má¡zica de su fantasía. Ha cogido un tarro de cristal. el vaso de su vida, terso y diáfano como la pupila de un recién nacido: ha llenado esa ánfora con la linfa clara de su imaginación: le ha mezclado algunas virutillas de jabón de la lucha; ha tomado en sus labios una caña agreste -la siringa de pan- y se ha puesto a soplar, a encampanar burbuias. zafiros y rubíes y esmeraldas: topacios. ópalos, crisoberilos: ágatas, margaritas y turquesas. Todas las pompas se han ido coloreando como si dentro de ellas se ocultara algún diminuto pinceL.,. Rosa-Nieves ha pertenecido a dos movimientos postmodernistas en Puerto Rico: el Noísmo (19251927) Y el Ensueñismo (1954). Aunque no creo que él siga escuela alguna, es muy significativo que de su posición ecléctica en su estilo, una nota es prin· cipal, y esa es su enorme preocupación por el paisaje y el paisanaje de su tierra, yeso no es otra cosa que Ensueñismo: panorama, luz, folklore, hombre, bestia, flor, cielo y estrella. ,En la poemática del poeta figuran los siguientes temas: el amor, la patria, el proletarismo, la fauna, el negro, la religi6n, la muerte y lo infantil. Por sus temas. es el poeta del amor y la tierra y por su reltistro métrico es el vanguardista que no 01· vida las viejas formas hispanas. En el recorrido cntico por los versos del poeta, notamos que su ingenio lírico es muy versátil en 4

cuanto a asuntos y temática en general. El temario principal del poeta es el amor, el paisaje y la religiosidad, en donde brota la fuerza penetrante de lo erótico, luce con esplendor plástico los colores vivos del trópico antillano y se sostiene una fe constante en Dios. Forma y fondo se van tornando carne y espíritu interior en la poemática de este poeta. Lo externo completa lo íntimo. Dentro de una alada musicali· dad el autor orquesta sus impresiones en un ritmo. de fantasía emocional de muy humano decir: claridad y hondura anímica. Es que en Rosa-Nieves la música de los vocahlos completa el alma del peno samiento. La idea se viste de armonías y el poema va surgiendo limpio y desnudo, cristalino y sinfónico. 3 -

El Dramaturgo

Una de las figuras más Tepresentativas del tea· tro lírico en verso en Puerto Rico es Cesáreo Rosa· Nieves. Su 'producción teatral se divide en dos grandes zonas estéticas: el drama de verso y el -le prosa. En el teatro poético situamos su tril01ía terrígena que inició con Baldorioty de Castro, Brazo de Oro y Pachtn Marin, y su 'trilogía lírica Flor de Areyto, El huésped del mar y La otra. En cuanto a sus dramas en prosa, ubicamos a Nuestra enemiga la piedra, Norka y Campesina en palacio. Sus piezas teatrales sesgan más hacia los estudios socio-psicológicos que hacia la 'Posición pura del arte por el arte: esto es un ·reto trascendental de hondas preocupaciones vitales. De ahí los caracteres sustancialmente distintos de su producción dramática. Su teatro comprometido con sus rc!'"is sociales dispuestas en los ciclos históricos corres· pondientes hacen relieves claramente en sus ohras. La historia, la honra y el proletarismo constituyen los motivos cardinales de su dramaJtursna. Como sus dramas, al refleiar los múltinles as-pectos de la vida, presentan variedad de temas, hemos c1R.c;ificado sus creaciones dramática~ nor el asunto: Dramas patrióticos e históricos: B(lTdnriotv de r.asfro, Brfl7.0 de Oro. Pachín Marín. E1 1111P.!;ped del mar y P'or de Arevto. Drama rural: Nuestra enemil!a la piedra v Norka. Drama fantástico: Cam"esina en "(llacio. Drama psico16mco: La otra. La característica <teatral Que aflora más meridianamente de su creación es su tendencia a dibujar nersonaies femeninos. Casi siempre los nT'l")tagonistas son muieres en sus obras, y cuando no están eiecutando naneles princinales resultan ser coonerarloras en los triunfos de los ideales de alron varón: Marcela, Norka, Luisa. Mariana Bracetti, etcétera. En el teatro actual. el personaie ha adouirido una figuración pirandelliana, personalidad suboons-


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