ciones de arte de diferentes compositores del País. Al escuchar esta ex~ quisira versión de Campos notaremos el atractivo de este poema. Contrario a Campos, Jack Delano no compone canciones de arte hasta 1959 cuando crea Nocturno, de Palés Matos. Luego en el 1967 compuso Alta Noche, de José de Diego y Cuatro sones de la tierra. de Tomás Blanco. Del 1969 son sus Tres Cancioncitas del mar y del 1977 las Canciones para Laura. Finalmente produce en el 1986 sus Dm canciones para Bajo y piano con poemas de Luis Muñoz Marín. De ellas las más típicas son las Tres Cancioncitas del mar que usan poemas de Nimia Vicens, Ester Feliciano Mendoza y Carmelina Vizcarrondo. Por ejemplo en la primera, Los Catañecitos, mientras el poema nos describe un paisaje costumbrista y los elementos raciales de nuestra población, la mlisica nos entretiene con ritmos evocativos de la cultura mulara en Puerto Rico. La producción de canciones de arte de Amaury Veray comienza en el 1949 con Canciones del Alba con texros de Irene Ooyco. L~ siguen a esta La Balada de la Niña y el Río de Sylvia Rexach, Sarta de Voces Perdi~ das del 1955, Oh Lentitud del Mar de Julia de Burgos, Dos Madrigales de José P. H. Hernánde2, El Canto a FilíMelé de Palés Maros, Las tres Can~ ciones con texto de David Ortiz del 1967 Y finalmente, A Ponrait of ]uliec del 1984. Sartas de Voces Perdidas es la musicalización de tres poe~ mas costumbristas de Lilliam Pérez Marchand. En ellas Veray evoca los pregones asociados a figuras como el carbonero. Sin embargo ese pre~ gón se convierte luego en canción dulce a la vez que dramática mien~ tras el piano acompaña con graciosos ritmos tropicales. Una figura que se puede añadir al grupo de los nacionalistas es la del distinguido pianista Narciso Figueroa, miembro de la destacada Familia Figueroa, que a partir de los años 50 se da a la tarea de componer, siendo sus géneros favoritos la Danza y la canción de arte, llegando en algunas ocasiones a fusionar a~nbos. En el 1956 compuso el ciclo Cuatro Décimas de Llorens Torres, el cual emplea los mismos poemas que Cam~ pos eligió para sus Puncos Cuhanm. Tenemos de Figueroa adem,ís las Sonatas Bucólicas de Angeles Pasmr del 1972, Los Tres Poemas de José de Diego del 1975 Y Friquilín con texto de José A. D,ívila del 1976 entre otras. Una de sus más bellas canciones es el Ojo del Agua del Ciclo de Jos~ de Diego. Esta obra de textura impresionista, con sólido acompa~ ñamiento de piano y una estructura A-B·A destaca la riqueza de la re~ tórica paisajista y nacionalista de este insigne poeta y prócer puerto~ rriqueño. El ciclo de canciones m,ís amplio compuesto hasca recientemente es Nueve Camos Amillanos de Luis A. Ramírez quien desde su regreso de España a mediados de la d~cada de los 60 se incorpora al grupo de com~ positores activos. Este ciclo es un tríptico con poemas de L10rens