Luis Jefté Lacourt
El sonido llegó al cine a finales del 1920 y todo Jacques Tati fue un actor el mundo se puso a hacer chistes. El humor silente francés heredero directo de y físico constituía una antigua tradición a la cual los maestros del mejor cine muchos comenzaron a perderle la apreciación. En cómico mudo norteamericano 1940, Charles Chaplin se entregó a la presión e hizo y francés. su primer largometraje hablado, The Great Dictator, donde nos dimos cuenta que era tan bueno callado como con la boca abierta. A Buster Keaton ya le habían dado de codazos en el estudio MGM y los hermanos Marx estaban explotando sus últimos cartuchos. Pero surgieron muy buenos comediantes luego de ellos y vale la pena destacar uno que brilló con su luz peculiar muy lejos de los Estados Unidos. Fue un comediante que tomó todo lo que los grandes les enseñaron y creó algo nunca antes visto. JACQUES TATI Desde finales de los 1940, el parisino Jacques Tatischeff estuvo haciendo sus primeras apariciones en filmes cómicos. En 1949 dirigió su primer cortometraje, Día de fiesta (1949), donde demostró sus dotes artísticas y atléticas tanto como director y actor respectivamente. Al igual que Chaplin, tenía su personaje predilecto, Monsieur Hulot, quien asomó su pipa humeante en Las vacaciones de Monsieur Hulot (1953), filme que influyó al comediante Rowan Atkinson (Mr. Bean), y en Mi tío (1958), su primer filme a color. En Playtime (1967), una secuela del filme anterior, Tráfico (1970) y Zafarrancho en el circo (1974), para el que recibió el Gran Premio del cine francés, Tati reflejó lo perfeccionista y detallista que fue siempre con sus propuestas de comedia. Por ejemplo, para filmar Playtime mandó a construir una ciudad (compuesta mayormente por maquetas gigantes) en donde se desarrolla toda la acción; por más MONSIEUR HULOT majestuosa que fue la película, dicha producción lo llevó a la Monsieur Hulot (“mesié uló”), el monigote predilecto de quiebra. Hulot, personaje de quien se hablará más adelante, Tati en sus filmes, es una representación del hombre preno pareció sobrevivir las últimas dos décadas del siglo XX. moderno, del hombre clásico, chapado a la antigua, incapaz Sin embargo, hoy día muchos lo recuerdan como uno de los de compenetrarse con el futuro pero capaz de llevarse con mejores ejemplos de la capacidad de hacer reír que tiene el lo contemporáneo debido a que su ingenuidad lo mantiene ser humano. En 1979, el gobierno francés le otorgó a Tati el flotando en la divina ignorancia. En Mon Oncle (Mí tío, 1958), Gran Premio Nacional de las Artes y las Letras del gobierno el protagonista vive en una provincia rural de Francia, desde francés. donde se divisa el avance del urbanismo típico SU PROPUESTA de esa época moderna. En Playtime (1967), el Seis filmes encierran la inmensa aportación de este co- majestuoso humor proviene del desencaje de mediante, inyectada directamente a los torrentes sanguíneos un sujeto rural en un ambiente urbano hostil y del mundo a través de una propuesta cómica inigualable. absurdo, quien tambalea confuso entre el tráTati trabaja su humor desde varias perspectivas, entre las fico pesado de turistas, personas y personajes, cuales se pueden destacar los malentendidos y las estructuras enseres futurísticos e imprácticos para el hogar, sociales que guían las masas peatonales, los vehículos de y un restaurante lujoso que se cae en pedazos. motor y todo aquello que se le llama sociedad. En fin, la Hulot se caracteriza por ser un hombre que arquitectura de la propuesta madura de Tati está elaborada habla más con su cuerpo y sus gestos que con las desde la incoherencia y absurdidad del ser humano y la palabras (de hecho, los diálogos en los filmes de tecnología del progreso que intenta alcanzar. Tati son escasos y apenas se escuchan, porque LA ARQUITECTURA Y EL HUMANO O EL TITIRITE- las gesticulaciones y ademanes nos dicen lo que RO Y EL TÍTERE necesitamos saber sobre la trama); es un hombre La planificación urbana y la arquitectura le dan orden al que vive solo en una comunidad extraña pero flujo peatonal y automovilístico de los seres humanos, pero acogedora. Viste formal, siempre con su sombrero ni una ni la otra operan siempre con perfección. En los filmes triangular y su pipa en la boca. Camina casi de de Tati, el espacio urbano en pleno apogeo y la voluntad puntas, haciendo un movimiento peculiar hacia impredecible del ser humano danzan pisándose los pies, la arriba y hacia abajo. primera controlando más a la segunda. En ese sentido, el PINCELADAS DE HUMOR: EL USO DE LOS DETAdiario vivir se convierte en un circo donde el diseño urbano LLES hace malabarismos con el transeúnte. La cámara de Tati se Tati es un experto en trabajar el humor desde las sutilezas. coloca en tal posición que podemos ver lo graciosa que es la Sus filmes, reproducidos en gran escala (tomas amplias y gente en su ambiente y en interacción con otros humanos y panorámicas con profundidad de campo), están abarrotados las edificaciones que tratan de poner en orden todo. En este de detalles que crean humor y parten sobre todo de elementos sentido, la arquitectura en toda su pomposidad y pretensión cotidianos. La cotidianeidad, encarnada por personajes de superior queda en ridículo cuando el elemento del ser pueblo y extraños de por ahí, son utilizados a la perfección humano entra en acción: porque somos imperfectos y esas estructuras dejan fuera a aquellas personas excepcionales en 30 Diálogo / DESAFÍO/ diciembre 2010 - enero 2011 su comportamiento y su modo de razonar.
como herramientas esenciales de humor. En ese sentido y al contrario de sus antecesores, Tati descentraliza el protagonismo del monigote predilecto sin dejar de lograr la comicidad. Por ejemplo, en el film Playtime, Tati sumerge gradualmente gotas de colores a través de objetos casi imperceptibles. En el transcurso del filme, los tonos grises que abarrotan las superficies de concreto y metal van desapareciendo mientras surgen sigilosamente los colores, hasta culminar en un gran desfile colorido y musical que sella el desenlace de Hulot en esa ciudad. EL DESASTRE, EL CAOS Y EL DESMORONAMIENTO Tati trabaja la comedia que se produce cuando de pronto se altera o se cae todo aquello que nos rige y da orden al flujo rápido de la vida en la ciudad. Por ejemplo, en Mon Oncle (Mí tío, 1958) se desmoronan las pretensiones burguesas de la familia de la hermana de Hulot una vez Hulot mismo, representando la tradición antigua y desconociendo las normas de un mundo moderno, intenta utilizar los aparatos electrónicos para desplazarse por las diferentes secciones del inmenso patio. De ese filme muchos recuerdan la fuente en forma de pescado, que bota agua por la boca pero mientras poco a poco se va dañando y comienza a hacer un sonido parecido al de alguien haciendo gárgaras. Por otro lado, en Traffic (Tráfico, 1970), se da el caos cuando un malentendido en las señales de tránsito produce una reacción en cadena de vehículos chocando en masa. UN MIMO A COLOR He podido sentarme a ver los filmes de Tati con varios tipos de personas, de diferentes gustos y trasfondos. Muchos han disfrutado de los colosales chistes de este neo-mimo y han culminado la velada con una sonrisa en el rostro y una pregunta en la mente: ¿de dónde rayos salió este genio? Otros se han aburrido y se paran a hacer cualquier cosa antes de continuar descifrando el chiste. Si usted es de los que han tenido que sentarse a esperar a alguien y se entretiene viendo el caos de la gente siendo gente, usted debe conocer a Tati. Si no, le invito a que visite los enlaces en Internet y se ponga a prueba.
A través de Hulot, Tati nos refleja la absurdidad de un mundo que jura que ha progresado y ha evolucionado a través de la era de la electricidad y los circuitos. Este personaje rompe, destruye y sigue andando sin darse cuenta de lo ha hecho, porque su mente anda y siempre andará —de puntitas— por las aceras pastosas de un antaño de chistes sanos, libres de químicos, humores negros y frustraciones.
El autor es periodista luisjl@yahoo.com