Callimantis antillarum (Mantidae) y Gonatista grisea (Liturgusidae) son dos de las tres mantis religiosas (praying mantids) que viven en Puerto Rico. La primera (arriba) mide poco más de una pulgada de largo y es verde, rosácea o parda, colores que combinan con las hojas, flores y ramitas donde espera a sus presas. La segunda (abajo) es dos veces más grande y tanto su color verdoso y/o pardo-grisáceo, como la superficie labrada del cuerpo y las alas, son adaptaciones para posarse sobre los líquenes que a menudo cubren el tronco de los árboles. Pasar desapercibidas es importante para que la presa se acerque lo suficiente para agarrarla y para que los lagartijos y las aves no las vean. Las mantis tienen excelente visión y son los únicos insectos que pueden mover la cabeza como nosotros, de un lado al otro lo suficiente para ver incluso hacia atrás. El macho casi siempre copula una sola vez porque la hembra a menudo lo mata y se lo come mientras están apareados. Más tarde la hembra coloca sus huevos en una ooteca esponjosa que pega a la vegetación; las ninfas recién nacidas se dispersan rápido para evitar ser comidas por sus hermanas. Gonatista reticulata, la tercera especie presente en la isla, es muy parecida a G. grisea y solo un estudio cuidadoso de las alas delanteras puede distinguirlas. Callimantis antillarum habita en Cuba, la Española, Puerto Rico y Brasil. Gonatista grisea (conocida como mantis moteada y grizzled mantis) vive en el sur de los Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico. Gonatista reticulata habita en el sur de la Florida, Cuba, la Española y Puerto Rico.
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