para alimentar sus polluelos. Si el lagartijo es agarrado por el rabo, prontamente lo suelta para escapar y más tarde lo regenera. En Puerto Rico viven diez especies de lagartijos, tres de las cuales con mayor o menor frecuencia entran a las casas o se observan en sus inmediaciones. La especie más conocida en toda la isla y la que con mayor frecuencia nos visita es el lagartijo común, Anolis cristatellus, llamado en inglés common Puerto Rican anole y Puerto Rican crested anole (foto en la portada, página anterior y arriba). Cristatellus significa que posee una cresta, en referencia a la cresta que con cierta frecuencia se desarrolla en el dorso del cuerpo y/o del rabo, y que les da cierto aspecto de dinosaurios. Estos lagartijos habitan por lo general a poca distancia del suelo, lo que les predispone a explorar las plantas de las terrazas, las rejas, y de allí las paredes y las ventanas. En estos lugares encuentran insectos para comer y protección de sus depredadores. La tela metálica de las ventanas es un buen lugar para conseguir insectos, pero también provee acceso a las casas, donde, incapaces de encontrar la salida, muchos languidecen y finalmente mueren de hambre (si no son antes cazados por un perro o un gato). La especie es nativa de Puerto Rico y las Islas Vírgenes pero se ha introducido a la República Dominicana y la Florida. Anolis pulchellus, el lagartijo jardinero o lagartijo rayón (en inglés sharpmouthed lizard, primeras dos fotos en la próxima página), rara vez entra a las casas pero sí a los balcones y las terrazas que tienen rejas y plantas en tiestos y canastas. Se distingue fácilmente del lagartijo común por su color pardo-amarillento, su apariencia más delicada o estilizada (sharp-mouthed se refiere a la cabeza alargada) y porque posee una línea amarilla lateral que recorre el largo del cuerpo; el macho tiende a ser más oscuro y tiene una banda oscura que cruza el ojo. Pulchellus significa pequeño y lindo, por su apariencia atractiva y el menor tamaño de esta especie en comparación con otras. Este es el lagartijo más común de la isla y en algunas localidades puede ser muy abundante (hasta veinte mil individuos por 66