Fauna casera de Puerto Rico

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Rana cubana Osteopilus septentrionalis (Cuban tree frog) se encontró por primera vez en Puerto Rico a finales de la década de 1950 en la región de Aguadilla e Isabela. No se sabe cómo llegó a la isla, pero como tiene un largo historial como mascota se ha propuesto que residentes de la Base Ramey las importaron con ese propósito y luego las liberaron. También es posible que haya llegado con plantas, pues de ese modo ha llegado a otros lugares. Durante la mayor parte del siglo pasado las ranas se limitaron al noroeste de la isla, pero durante este siglo han expandido muchísimo su distribución y hoy se encuentran en la mayor parte de la isla y en Vieques. Un factor que parece haber contribuido a su expansión territorial es la popularidad de las cisternas y las piscinas, pues cuando no se atienden adecuadamente sirven para la reproducción de la especie. En nuestra casa, ubicada en Aguadilla, tuvimos la rana durante varios años, hasta que la construcción de aceras eliminó un empozamiento de agua frente a la casa. La rana cubana se distingue fácilmente del sapo común por la presencia de discos grandes en la punta de los dedos y por la ausencia de glándulas venenosas en el área de los hombros. Además, el sapo no trepa paredes ni vegetación y esta rana por naturaleza vive en los árboles. Como el sapo, es nocturna y se alimenta de cualquier animal que pueda atrapar, incluyendo coquíes. En las casas se encuentra por lo general en las paredes y las ventanas, donde compite con las siguanas por los insectos que llegan a las luces. Uno de sus enemigos en nuestra casa fue la corredora puertorriqueña; esta culebra usaba las ramas de un árbol cercano para llegar a las ventanas en búsqueda de ranas que allí se escondían. 60


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