DE LA
CICATRIZ
PRIMER
A MEDIAS
PAYASO:
[1982]
LA HUIDA DEL ANGEL Creí que todo, Todo, lo podría, evitar la lluvia y sus sequias,
El POETA
(El desvasado
del mar)
!
cerca de los cabellos azulosos para sentirte menos solo
CUANDO EL MAR VUELVE DE LA NOCHE hay un payaso de espaldas
esperando en la arena con un caracol en su mano inaugurando
puentes
circular de su oreja
abellón circular que ha escuchado
que refleja una estatua reflejada? ¿quién si no eres muro
los gritos de los poetas náufragos contribuir a la sal de la muerte
El caracol ruge
hecho
quién
a mueca
centro
de
cara al sol buscando tu gemelo pabellón de carne
LA CASA DEL PIE (VIENE lol)
DE
LA PÁGINA
SALAMBO
se sorprendió de.mo haber sentido la dicha Gustave Flaubert Salambó
A ale OA Rae RA le tete ES E
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Como de un collar roto
sus dos extremos han descansado sobre mis muslos Su descanso pertenece a otra estirpe, a otra herencia y certidumbre.
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Cola y cabeza yacentes son las tumbas que,
A lo a
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vivas como un párpado, inventan el círculo.
inventado,
qué ha dicho con verdad en su lengua,
con fuego y sin fuego en el corazón, a A les de las manos que han-armado mis senos?
¿Qué han respondido mis dos senos? MES role
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¿Quién
es esta mujer,
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como
que desconozco, un
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repitiendo de mi mirada la ruptura?
¿Qué gritará,
que inventará
RIRS 04 ¿Qué mentirá, que habrá detenido NT RR MES o) rado lore da
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muerte con él no me da más derecho
que al olvido,
repe
Khamón
desconoce.
Su instinto es la más soñolienta de las sabidurías,
amasándolo
todo.
descalabrar
la noche
Sí, poder con
sus
líneas,
evitar,
como
si Dios
fuera,
el río con su ruidosa raigambre, la urdimbre de unas alas que se arrojan como lenguas de serpiente (vibrantes) hacia el cielo buscando una alto techo, lecho del amor [lecho del desaire), que
no
existe,
que
ho
está:
aire,
aire
es lo que aloja el trueno del cielo cuando no podemos seguir volando, aire, aire, sí, es lo que besamos
cuando, solos, nos estamos muriendo.
Me he vestido y desvestido mientras observas, desde el fondo del mareo constante, cómo saltan mis pechos y los lienzos,
como si fueran los peces de la familia Barca, se deslizan por mis piernas.
El velo y su lumbre son la excusa.
;
Quiero que tu corazón entre por todos los orificios de mi cuerpo. Quiero que tu lengua entre por todos los orificios de mi cuerpo. Quiero que tu sexo recorra, redondo como la herida que causa una flecha en el reino animal de la memoria toda la inhóspita carencia de mi pasado: para que no sean palabras al viento que a la hija de Amílcar, conquistador
de ejércitos y mares,
le desarmaron
la cadenilla de oro que ataba su servidumbre.
Al viento solo le corresponde médir su poder ante la furia de la luna. Ni a la luna, en su eterno deambular
por el cielo,
le es dado comprender la alada libertad recuperada de mis piernas. vi
ausente al final de la lidia.
La distancia es necesaria para el deseo del mismo modo que la jauría requiere estar hambrienta
He abandonado Cartago después de la fedmedad sagrada, marea que, como un péndulo, me deja abismos
de igual manera que un ángel prescinde de su vuelo para conocer la exacta posibilidad de sus alas,
no en el alma pero sí en el cuerpo. Y así me presento ante tu barbarie,
el arco que las amansa y el plumaje que les da su brillo: y reciedumbre.
y balbuceante,
ette!)
cuyo nombre no acierto a pronunciar, que
Khamón ignora. Desconoce los reinos del follaje y de la aurora
cruel
de la luz vuelve a reinar el miedo la desazón, la intemperie, las lanzas del desarme con su locuacidad Aterrada, como el dios Pan, sucumbo ante el rayo que por fin logra su alojo:
todo,
fundador de ciudades,
del agua desconoce los ritos de la mano y sus deltas, el esmero en la espera y la espera esmerada en el deseo.
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A
Su base es la cuña por la que se desliza el dios.
la maldición sobre el monte y la verdad postrante
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No en vano he dejado reposar la serpiente sobre mi cuerpo.
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que se había imaginado
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evitarlo
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y después de haberlo contemplado
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Entonces examinó el zaimph
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avergonzado de arrugas espirales
ÁNGELES y otras pas EN LA TIENDA DE MATHO
¿Quién es este hombre, que no conozco,
concebí
el sol de la mañana con sus guantes
su miserable huida sibilante, la sacra ráfaga de su traición.
una espiral carcajada de sus propios labios circulares oficia estruendosa el vacío de resaca con que se adentra de colorines su cuerpo enroscado en el mar
Il - (La memoria sin pisada) el
Todo,
la partida del angel con su encono,
cien veces quién?
el juglar ríe su cara colmada
construirse abismos circulares rumoroso caracol) pabellón de aire (tú que entristece el viento
<<<
y la fiel ferocidad del humo cuando de su entraña sale triunfante.
Creí
avergonzado
su eco descolgado del mar su voz de hueco su repetida hoz hacia un mismo hueco enroscado de un amor
los gusanos que amparan la tierra
cuando se va de viaje por un cuerpo
¿quién te odia caracol cara colgada del aire hueco de espuma en la playa quién te condena a reflejar arrastrando el canto de dolor de un espejo que se arfastra reflejando a su vez al Espejo
y suertes incalculables en el pabellón
el tormento del mar cuando está ciego,
del bufón
hombre
espléndido,
como un flamenco,
su doblez
Es preciso que no me toques para que puedas tocarme mejor
con toda mi altura encarnada. Tu corazón será arrebatado de tu pecho y quedará palpitante ante mis ojos como ahora palpitas todo tú ante mí, Pero eso no importa ahora.
Importa que desconoces a Khamon, sus desvaríos y sus lenguas; que ignoras la recia mansedumbre de su rabia incomprensible.
El dorado de tu piel tiene más dominios que el ojo de la luz que nos atrapa en las mañanas. Iv Mi decisión responde a mi extravío y si dejo que tan solo tú me toques
es porque sólo tú has podido poseer el velo
para devorar su presa con más sosiego
vil No, yo no soy Tanit, pero de igual modo te aborrezco porque es tu cuerpo el que necesito
para sentir el mío. ¡Oh Tanit, donde reside la humedad de mi entrepierna! El eunuco, que no entiende de esperas ni de esmeros, sonríe en una esquina, muerto de oscuridad restregando
sus Un
manos.
Con ellas estrangulará al hombre que amo.
de la diosa
cuyo solo roce causa el exterminio. Tengo-un muerto ante mis ojos y está tan vivo que todo su poder me espanta.
De
la
ruina
de
la
gravedad