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Flores de plástico PARA El AYUNTAMIENTO BUENO, BONITO Y BARATO ¿Dijo alguien alguna vez que la dignidad de un edificio municipal
inconvenientes se solucionan colocando flores plásticas. Nada que cuidar, nada
estuviese
que
reñida con
un cierto toque de
fantasía? ¿Y qué hay más bello que unas bellas y humildes florecitas para reálzar las líneas (reconozcamos que de escaso
valor
arquitectónico)
de
la
Alcaldía de San Juan? Pero en su celo de embellecimiento, los encargados del municipio han sabido
la belleza
“combinar
con lo funcional.
Flores naturales hubiesen requerido cuidados —regar, abonar, talar, cambiar, limpiar— y además todo el mundo sabe que pocas cosas hay tan efímeras como una flor. Todos estos de la vida 66 avance
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limpiar y belleza eterna garantizada.
Sólo hay que lamentar la muestra de mal gusto y pobreza de espíritu de los que con flores de plástico pretenden realzar la estética de una alcaldía, máxime cuando en: el trópico la vegetación brota por generación espontánea y con un mínimo de cuidado. ¿No tiene el Instituto de Cultura Puertorriqueña que con tanto celo viene cuidando la estética del Viejo San Juan nada que decir sobre las espantosas florecitas de Romero Barceló?
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