PREGUNTA DE LA EDICIÓN

¿Cuál es su principal preocupación sobre la salud y la ética?

Doctora Ana Luisa Caballero Elvira:

A lo largo de la historia hemos visto distintas atrocidades realizadas a la humanidad en pro de la ciencia médica y la salud, sin embargo, no es distinto lo que estamos viviendo en la actualidad en países considerados del tercer mundo, donde la pobreza abunda, donde la atención médica es cara, o no tienen la forma de acceder a ella. La población se ve en la necesidad de buscar diversas opciones para tener atención médica, es por ello que, durante el desarrollo de nuevos fármacos, donde se hace invitación libre a participar en los protocolos, muchas veces la población vulnerable puede o ha llegado a mentir en su historia clínica poniendo en peligro su vida y la integridad del médico. Es gracias a los Comités de Ética independientes, a los cuales se les han dado mayor autonomía y han abierto nuevas posibilidades de analizar este tipo de situaciones, que podemos ir al sitio en cuestión a supervisar los procesos, sin olvidar que en los consentimientos informados se les reitera a los pacientes que pueden hablarnos ante cualquier duda sobre sus derechos.

Doctor Arieh Roldán Mercado Sesma:

En términos prácticos, mi mayor preocupación radica en que se mezclen estos dos aspectos y el factor económico. Cuando no se consideran aspectos éticos durante la práctica de algún prestador de salud, esta acción afecta la salud de otra persona en cualquiera de las esferas de su vida, podría ser de una forma reversible o, en el peor de los casos, irreversible. Gran parte de las decisiones en salud se toman considerando solo la perspectiva de una persona o unas cuantas, sin considerar al usuario o paciente, y muchas de las veces sin ninguna evidencia de que se hayan discutido los aspectos éticos, pues en su mayoría tienen mayor relevancia los aspectos económicos.

Doctor Thor Nissen:

La salud y la ética se supone que caminan juntas, inseparablemente. Dónde trazar la línea entre ellos, puede ser difícil. Particularmente en la investigación de la salud, donde capítulos no concebidos del pasado han oscurecido, voluntariamente o no, esta disciplina. El peor error que podemos cometer es creer que estas aberraciones no pueden volver a ocurrir. Debemos mantener nuestros ojos, y sobre todo nuestra conciencia, abiertos. Antes de responder a la pregunta: ¿Hasta dónde soy capaz de llegar para responder a una pregunta científica? les invito a revisar el experimento de Milgram, también identificado por “Los peligros de la obediencia”, título del artículo donde el autor publicó por primera vez los resultados y sus conclusiones. El experimento ha sido replicado muchas veces con consecuencias similares. Aquellos que quieran y puedan tomarse 10 minutos, pueden ver el siguiente video relacionado: https://www.youtube.com watch?v=iUFN1eX2s6Q.