“...El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se transforma en imagen...”
La sociedad del Espectáculo Guy Debord
Montaje gráfico, “si estoy en tu memoria...” Septiembre 2003 - Agosto 2004 Foro Universidad de Concepción
Salamandra es un montaje visual que se sustenta en la construcción de sentidos y supuestos en base a la imagen, su relación con el poder, el arte, la sociedad y en definitiva la memoria, pues incide en los mecanismos por los cuales la memoria histórica es asimilada o comprendida y con ella el entendimiento de nosotros mismos. El montaje utiliza 14 linternas mágicas que de manera metafórica se convierten en los depósitos del extrañamiento visual del espectador. Las linternas mágicas son un medio audiovisual basado en la proyección de imágenes que alcanzó entre los siglos XVII y XX una significativa trascendencia cultural; se inició con el desarrollo durante el siglo XVII de una serie de principios físicos que permitieron la proyección de imágenes, más tarde, emergió como un dispositivo que acabó por consolidarse e institucionalizarse como medio de comunicación y referente del cine, funcionando como metáfora de las limitaciones intelectuales del hombre a la hora de comprender la realidad al experimentar con ella una confusión perceptiva que existe en la frontera entre el sueño y la vigilia. El montaje es otro de los elementos que en la propuesta visual se establece como un ítem medular, entendiendo a la palabra desde sus distintos significados los cuales pueden utilizarse en distintas facetas. Todos estos antecedentes sumado a la utilización de la contingencia mediática referida al “Caso Bombas”, dan forma a la propuesta SALAMANDRA, en donde la visualidad trastocada por el efectismo, es confrontada con lo supuestamente cierto. Esta referencia sirve como elemento para la construcción de un discurso amparado en la criminalización estética. SALAMANDRA utiliza el nombre de la operación con que se ordenó efectuar allanamientos y arrestos simultáneos a casas okupa y domicilios particulares en Santiago y Valparaíso respectivamente, diligencia en la que se detuvo a 14 jóvenes supuestamente vinculados en la colocación de bombas y financiamiento terrorista. Esta operación estaba dirigida por investigadores de la fiscalía Metropolitana Sur de Santiago de Chile, y formó parte de la enredada madeja criminal en la que se acusaba a presuntos integrantes radicales de un grupo subversivo de tendencia anarquista.