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Patrimonio gráfico para la Región del Biobío


Archivo de obra Taller Falucho 41 Talcahuano

Patrimonio gráfico para la Región del Biobío es un trabajo realizado con financiamiento de los Fondos de Cultura Fondart Regional 2017 y dirigido por: Pablo Mena y Claudio Bernal. Las convcatorias y selección de obras nuevas insertas en esta compilación estuvieron a cargo de: Guillermo Frommer O. (q.e.p.d. 2017) Alfonso Fernández A. Claudio Tomo T. Este trabajo es presentado en formato digital en la plataforma ISSUU.


Dedicado a Bernarda Umanzor y a Guillermo Frommer





Presentación Ordenar lo que se había hecho, esa fue la premisa que instauramos en taller Falucho en la reorganización posterior al terremoto del 2010. Lo primero fue su nueva instalación en un espacio del actual DAEM del puerto en el sector de Higueras, alejado de aquella tradición autoimpuesta en sus primeros años y que lo hacía pertenecer ligado al lugar geográfico del puerto de Talcahuano, frente al mar. El traslado de implementos y maquinarias necesarias para el ejercicio del grabado se sumó posteriormente al ordenamiento de carpetas y estampas sueltas acumuladas durante 11 años de producción casi ininterrumpida, por medio de este ejercicio logramos darnos cuenta del real valor que este taller, (el primero de su tipo en la región del Biobío), había constituido para el desarrollo de obras particulares, colectivas y de formación en torno a la práctica, experimentación y uso de técnicas de estampación, juntos fuimos descubriendo procesos, ejercicios, pruebas de estado, pruebas de artistas, etc… que por muchos años permanecieron ocultos en papeleras y carpetas sueltas, una buena parte del arte de esta región estaba guardado esperando el momento preciso para darse a conocer como un acervo que hoy se constituye como índice de una memoria contundente dentro de la historia del arte en el Biobío. Este acervo se puso a prueba el año 2012 con la primera muestra del material rescatado, en el montaje Falucho 10 años, en la sala de exposiciones de la Corporación Cultural Artistas del Acero en Concepción, cerca de 200 obras en distintos formatos, técnicas y soportes fueron montadas junto a materiales de archivo, documentos impresos y registro audiovisual que Falucho mantiene hasta hoy como patrimonio de toda una historia ligada a la producción gráfica, alrededor de 100 artistas de distintas generaciones fueron aportando a la par con sus propuestas en un compendio general de artes gráficas y que en su mayoría decanta desde los no tan antiguos talleres de grabado del Departamento de Artes Plásticas de la Universidad de Concepción. Ya es sabido aquél discurso de una larga tradición penquista en torno al grabado o de aquellos nombres emblemáticos en la historia no tan extensa de la impresión en Chile y que emigraron desde las tierras del Biobío hacia una capital, esquiva a ratos, siendo este rasgo definitorio para comenzar a implementar desde una periferia ya en crisis un nuevo registro y una nueva mirada de un arte apegado a la tradición.


Este acervo se construye basado en los bienes de todos los que han pasado por este taller, éste se constituye en el legado de un grupo de personas unidas a un mismo rasgo identitario que han confiado a una comunidad y que denota el valor y la contribución de las distintas generaciones que trabajaron, trabajan y trabajarán en los cimientos de un arte real y directo. El acervo de taller Falucho está constituido por cerca de 300 estampas, material gráfico y registros audiovisuales, esto lo posiciona como un archivo importante dentro del panorama nacional siendo uno de los pocos centros que resguarda el patrimonio de artistas gráficos posteriores a la dictadura en Chile, el acervo comprende la compilación de obras a partir de la segunda mitad de la década del noventa hasta la fecha, en su mayoría donados por artistas de la Región del Biobío y también abarcando la producción de talleres desde Valparaíso a Puerto Montt. Falucho 41 desde su instalación el año 2001 ha permitido y desarrollado el trabajo de un número considerable de artistas, implementando talleres abiertos a la comunidad, a establecimientos de educación pública y a centros comunitarios y penitenciarios de las comunas de Talcahuano y Coronel respectivamente, de igual modo ha ejecutado proyectos financiados por fondos de cultura directa e indirectamente en a lo menos 8 oportunidades, sin embargo, el funcionamiento ha ido decreciendo en los últimos años debido en gran medida al alto costo material y físico que demanda un centro de estas características, el auto financiamiento rasgo característico de este taller y el escaso aporte desde la institucionalidad ha ido mermando la participación de nuevos integrantes, soporte vital de las agrupaciones de este tipo, otro factor importante es el resurgimiento de las técnicas gráficas y la proliferación de nuevos talleres en el centro del Gran Concepción, dejando a Taller Falucho en un estado de aislamiento debido a su ubicación en la periferia y su difícil acceso. Por todos estos rasgos durante esta última etapa hemos considerado como agrupación la necesidad de aportar desde otra perspectiva, instalando el taller en un nuevo espacio más acorde con las exigencias que el país y la ciudad de Concepción comienzan a demandar, es por ello que la nueva sede de Falucho se acomoda en el Centro de Creación de Concepción C3, espacio dedicado íntegramente a la producción y difusión de economías creativas, proyecto afianzado en las últimas políticas públicas a nivel cultural y dependiente del municipio penquista. La adjudicación y ejecución del proyecto Implementación de Gestión de Patrimonio Gráfico Para la Región del Bío Bío Fondart 2017 es el vehículo por el cual Taller Falucho 41 propone un nuevo giro en la relación de los artistas con la circulación, difusión y resguardo de sus propias obras, el fin ya no radica sólo en la producción de estampas, el objetivo es ordenar, compilar, catalogar y archivar una serie de obras para la comprensión cabal de los


procesos de ejecución del arte gráfico no sólo en la región sino más bien a nivel nacional, su puesta en valor y circulación serán el próximo paso. La entrega de este valioso material a la comunidad es dentro y fuera del campo artístico una acción política que describe una historia para muchos desconocida o dejada a un lado, dando enfásis a la materialidad tanto física como conceptual y ofreciendo la oportunidad de revisión que permite establecer cruces y relaciones epistemológicas contundentes y clarificadoras en el entendimiento de nuestro desarrollo social, político y por consiguiente cultural. Finalmente esperamos que este documento sea un primer paso para la completa catalogación del acervo con el que cuenta este taller de grabado y que a sus 17 años propone otorgar valor a todos aquellos artistas gráficos que han incidido, trazado y estampado una pequeña línea en la historia del arte de este pequeño lugar de Chile y que se encuentra a disposición de toda la comunidad.

Claudio Bernal Abarza Concepción, Chile 2018



Colección Falucho 41:

Un archivo vivo de imágenes y conexiones La Colección Falucho 41 comenzó a gestarse en los inicios de este espacio del grabado regional, en 2001, alimentándose con las pruebas de taller que dejaban los artistas que allí producían en forma libre, o los estudiantes de enseñanza media que asistían como alumnos. Por entonces, ocupaba una sala del Palacio del Deporte, en Talcahuano, junto al gimnasio La Tortuga, siendo determinante la experiencia colectiva y colaborativa para ir acrecentando un acervo que hoy supera las 300 obras, y que se levanta con sus particularidades. La colección es significante tanto de la propia historia del lugar como de las relaciones que están fortaleciéndose en las escenas artísticas regionales. Falucho 41 fue el primer taller de grabado independiente en la zona. Creado hace casi 17 años por Pablo Mena, Osvaldo Garrido y Roberto Cartes (hoy integra a Claudio Bernal, Alvaro Barruylle, Amanda Saldivia, Francisco Palma, Lucia Hernández y siempre a Pablo Mena), ha marcado un hito a nivel local, contando durante un tiempo con la única prensa de grabado fuera de las universidades y abierta a la comunidad de artistas. Hasta ese momento, resultaba complejo realizar algunas técnicas por la falta de un lugar implementado. Las prensas que había fuera de la Universidad de Concepción y de la Universidad del Bío Bío estaban en talleres personales, de artistas como Gina Intveen, Albino Echeverría o el Taller Mono Manco de Claudio Romo. Al poco tiempo después de Falucho, se creó en Chillán un segundo espacio, Casa Taller Azul. El espacio siempre ha querido ir más allá de la pura creación y la concentración en las técnicas tradicionales, abriéndose a la experimentación y también al intercambio. Además de ser lugar de trabajo para diversos grabadores, se ha ampliado con actividades y exhibiciones en otros espacios, así como con talleres gratuitos para adultos y estudiantes de establecimientos educacionales municipalizados, expandiéndose a la formación en diversas técnicas, a la difusión de la disciplina y al ámbito de la educación, incluyendo en 2010, en Talcahuano, un proyecto dirigido a estudiantes con necesidades educativas especiales. Tras el terremoto del 27F, la sede sufrió su derrumbe. Luego de un momento de incertidumbre, Falucho 41 se situó en una sala del ex Colegio Claudio Matte, actual Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM), en Las Higueras, donde se mantiene hasta ahora, repartido también entre el Centro de Creación Concepción (C3) y la casa-taller de Pablo Mena, también en el puerto, para proyectos de residencia. Durante su historia, Falucho 41 ha cultivado los nexos con instituciones de ambas ciudades, generando proyectos con la Municipalidad de Talcahuano, la Universidad de Concepción, Balmaceda Arte Joven, Artistas del Acero y el C3, que depende de la Municipalidad de Concepción. Los nexos con artistas y colectivos de la zona también han sido fructíferos, participando en iniciativas como TLC: Tráfico Latinoamericano Concepción (un registro con colectivos de la región) y la edición Animita de la Trienal de Artes Visuales, ambos en 2009, donde remarca el carácter colaborativo y exploratorio de la práctica del grabado. En la actualidad, sus integrantes forman


también parte de la Asociación de Grabadores del Bío Bío, organización formada en 2014 y que ha efectuado una serie de proyectos colectivos y de difusión, como exhibiciones itinerantes por espacios de arte de la región, muestras en las calles, trabajos con comunidades y la publicación de la revista Biográfica, entre otros.

El deseo de una comunidad artística Dentro de la mística del trabajo colectivo en el grabado, existen ciertos ritos. Uno de ellos es la entrega de una “prueba de taller” . Con los años de trabajo, el acervo así logrado iba siendo considerable. Una selección de estas obras se expuso en la muestra “Falucho 10 años” que en 2013 estuvo en Artistas del Acero. Había allí unos 120 grabados de más de 40 autores que han construido su historia, como Claudia Rivera, Fredy Agurto, Daniel Campos, Lorena Contreras, Carlos Vergara, Álvaro Huenchuleo, Ruby Pérez, Alfonso Fernández, Bárbara Bravo, Francisco Palma, Boris Montecino, Lucía Lorens, Vanessa Vega, Roberto Espinoza, Carlos Vergara, Cristián Rojas, Gonzalo Bustamante, Jessica Castillo, Alejandro Cáceres, Lucía Hernández, Pablo Henríquez y Claudio Bernal, relacionándose así distintas generaciones de artistas, formada la mayoría en el Departamento de Artes Plásticas de la UdeC. La muestra implicaba poner en valor obras que no necesariamente fueron planteadas para su exhibición, difusión o comercialización, de trabajos que quedaron en el taller, siendo algunos parte de ejercicios, de momentos del estampado o proyectos en proceso, dando cuenta de la diversidad de posibilidades de la gráfica contemporánea y de imaginarios que bien pueden identificarse con el territorio desde búsquedas en relación con los propios contextos. La exposición era al mismo tiempo la visualización de una colección así como de vínculos de trabajo intergeneracionales. Con la valorización del acervo como colección de grabado contemporáneo regional, la decisión fue ampliarla y diversificarla a través de la 1ª Convocatoria Archivo de Grabado del Bío Bío, abierta en 2015 a artistas de regiones, donde fueron seleccionadas 20 obras provenientes tanto de Concepción como de Lirquén, Chiloé, Valdivia, Valparaíso y Santiago, a través de un jurado que integraron los artistas y profesores Claudio Romo, Alfonso Fernández y Guillermo Frommer (fallecido en 2017). Para la recepción de las obras, se vincularon espacios culturales y talleres de grabado de Santiago, Chillán, Concepción y Valdivia, configurándose una red colaborativa –respectivamente– entre Cian, Casa Taller Azul, Artistas del Acero y El Taller. Una prioridad ha sido visibilizar la colección, hacerla circular y abrirla a la comunidad. Lo que viene es llevarla a exhibiciones, como ya ha ocurrido en Artistas de Acero, sumándose este año una itinerancia a través de 5 establecimientos educacionales de la provincia: Enrique Molina Garmendia, Escuela Boca Sur de San Pedro de la Paz, Colegio España, Escuela Oscar Castro y Liceo Juan Martinez de Rozas. Junto a esto, hay un acuerdo con Artistas del Acero para resguardar las obras en el edificio de la corporación cultural. El Archivo de Grabado de Taller Falucho 41 estará allí a libre disposición del público, como material de análisis e investigación, para la difusión del grabado en el país y el extranjero.

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http://tecnicaslahuella.blogspot.cl/2011/05/que-son-las-nomenclaturas-que-acompanan.html


Una colección es usualmente fruto de un deseo de acumulación y conservación de obra. Si bien en Chile pueden nacer de iniciativas particulares, en algún momento suelen necesariamente pasar al mundo institucional debido a la falta de recursos y espacios idóneos para su mantención y estudio. A nivel nacional, el grabado ocupa un lugar en el patrimonio de museos como el de Arte Contemporáneo o el de Bellas Artes, en Santiago, así como en la Pinacoteca de la Universidad de Concepción, sin embargo, poco visible. El Museo de la Gráfica de Chillán cuenta con una valiosa colección, esencialmente de artistas históricos del grabado en Chile, mientras que la de Falucho 41 abarca artistas contemporáneos principalmente de la región del Bío Bío. La colección se ha ido formando entonces con un carácter particular: desde un espacio de autogestión y el deseo de una comunidad artística, prescindiendo de los espacios institucionales y muy lejos de los intereses de mercado. De hecho, nace como colección gracias a la instancia de colaboración que es el taller y a la valoración de este acervo no intencionado, viendo en ello un aporte a la memoria del grabado local. Por su carácter heterogéneo, creciendo desde el flujo de los vínculos, sin criterios curatoriales y en un margen territorial dado en el sur de Chile, se sitúa como una suerte de banco de imágenes contemporáneas que va dando cuenta de los diversos modos en que los artistas regionales asumen el grabado, de las diversas técnicas y preocupaciones, así como de las relaciones que se tejen, representando al mismo tiempo momentos de obra como procesos de trabajo personales o colectivos. La propia colección se moviliza con fines similares, buscando potenciar y expandir el oficio a través de proyectos y encuentros, queriendo abarcar distintos espacios del sistema cultural, educativo y artístico, distintos públicos y lugares geográficos, abriéndose como un acopio de archivos vivos como testimonio de la historia del grabado contemporáneo regional. La fragilidad de una colección en estas condiciones es también un factor significativo de la propia historia del taller que ha debido resistir catástrofes, demoliciones y momentos sin espacio, así como las derivas propias de la lucha por los recursos y del estar ahora repartido en tres lugares. Falucho 41 ha escrito incluso una suerte de mitología respecto a la subsistencia y la resiliencia que determina también a una colección que en parte también fue salvada de la demolición y que resistió guardada en carpetas. Entre diciembre de 2017 y enero de 2018, se realiza en el espacio Cecal de Chillán una exposición con 13 artistas de las regiones del Bío Bío, Araucanía y Los Ríos, “Cuerpo, territorio y comunidades”. La curatoría –donde participé junto a Cristóbal Barrientos, Gonzalo Cueto y Carolina Opazo– se enmarcó en el programa Traslado del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, relacionando las obras desde el nivel de interpelación a las realidades regionales y los propios contextos. Durante el proceso curatorial, que involucró a equipos de cinco macrozonas de norte a sur del país, uno de los aspectos que no estaban considerados por el nivel central fue la necesidad del encuentro, lo que se fue dando gracias a las demandas de los curadores y artistas participantes. Veíamos que la dinamización de escenas regionales que pretendía el Consejo con una exposición en Santiago y su posterior itinerancia por el país, no iba a ser posible sin el verdadero sentido que debía tener el programa: más que el traslado de obras, el de los propios artistas y gestores de escenas locales que hace un rato ya se desarrollan, expanden y movilizan pese al centralismo. En los encuentros, fueron fortaleciéndose así nexos anteriores, abriéndose nuevas posibilidades de relaciones interregionales.

_________________________________________________________ “Pruebas fuera del tiraje reservadas para ser de propiedad del taller donde se imprimió la Edición. Deben marcarse PT o P/T, llevar el nombre del taller y la fracción acostumbrada en números romanos más firma y fecha. Generalmente el taller conserva al menos una prueba de cada edición impresa”. Ibid.


En similares procesos se han movilizado los grabadores en el Bío Bío, encontrando en Concepción un epicentro que marca tal vez su historia. La presencia de Julio Escámez, Santos Chávez y Rafael Ampuero es tal vez paradigmática, el compromiso con los propios contextos y un modo de asumir la práctica del grabado más allá del taller, potenciando lo colectivo, el trabajo en comunidades y el espacio público, tal como se dio en hitos de la historia del grabado chileno, como la Lira Popular (de fines del siglo XIX y comienzos del XX), o en artistas como Guillermo Núñez que, con trasfondo político, ha instalado el grabado en las calles. En diálogo con las instituciones, estos procesos de creación, redes y encuentros se fortalecen desde la autogestión, volviéndose tal vez más paradigmáticos que las obras mismas al momento de constituir escenas regionales que carecen de mercado y de espacios especializados, de sistemas de visibilización, circulación e inscripción de obra. Los propios artistas levantan sistemas de trabajo que no pasan necesariamente por la ansiedad de exhibir, por transacciones comerciales o la necesidad de desarrollar carreras personales. La colección Falucho 41 se sitúa en estos procesos como un aporte tanto a la difusión del grabado local como a la investigación y su inscripción histórica, que interpela a las carencias del sistema artístico y la ineficiencia de las instituciones, pero que más bien se hace cargo –de la inscripción, de la memoria, de la circulación– yendo incluso más allá, buscando relaciones más horizontales, efectivas y afectivas conexiones. Carolina Lara B. Diciembre de 2017



Archivo talleres grรกficos de instrucciรณn escolar y centro penitenciario


















Claudio Bernal - Roberto Cártes - Lucía Hernández - Roberto Espinoza - Sonia González - Pablo Mena s/t 99,5 x 70 cms. Talcahuano 2003


Archivo taller profesional


Julieta Vega s/t 76 x 30,5 xilografĂ­a


Alejandro Muñoz Primera toma, génesis 68,5 x 49 xilografía


Tomás Anguita s/t xilografía


Radoslav Rakela Demonio prograsista de la sobrepoblaciĂłn; demonios sin planos 55 x 32 xilografĂ­a


Antón Gacitúa 38 x 55 Ex fabulis sed realitatem xilografía


José Pedreros Ola 55 x 38 xilografía


Cristobal Aguayo s/t 55 x 37 xilografĂ­a


Roberto Cártes Naturaleza incómoda III 56x38 xilografía


Carlos Vergara Cyber Punky 24x24,5 xilografĂ­a


Álvaro Barruylle Chungungo 51 x 38 xilografía


Álvaro Barruylle Quique 51 x 38 xilografía


Manuel Rojas Manuelistico s/t 35,5x50 xilografĂ­a


Constanza Cabrera Mar 35 x 50 cms. xilografĂ­a


José Luis Latroph Inspiración 55 x 35 aguatinta


JosĂŠ Luis Latroph Hurtadillas 55 x 35 aguatinta


Gonzalo Bustamante R. s/t 37 x 56 litografĂ­a


Gonzalo Bustamante R. El apetito por las intimidades 51 x 70 litografĂ­a


Freddy Agurto Guerra Santa 21 x 28 xilografĂ­a


Freddy Agurto El tesoro de los franceses 56 x 76 Agua fuerte y agua tinta


Alfonso Fernรกndez s/t 60 x 75 monotipia


José María Ibañez Gato valpo 38 x 28 xilografía


Claudio Bernal A. BatallĂłn fantasma 56 x 76 xilografĂ­a - agua fuerte - gofrado


Claudio Bernal A. Chela la terremoto 56 x 76 mezzotinta


Daniel Campos Soñé que se me caían todos los dientes 50 x 70 xilografía


Lucía Hernández Reyes El culebrón 56 x 76 Agua Fuerte - ténicas mixtas


Pablo HenrĂ­quez s/t 56 x 76 Agua fuerte - agua tinta


Roberto Cartes M. s/t 50 x 70,5 xilografĂ­a


Sonia Gonzรกlez s/t 26, 5 x 26,5 aguafuerte - aguatinta


Osvaldo Garrido s/t 50 x 70 xilografĂ­a


Lasker La manda 23 x 20 aguafuerte


Boris Montecino s/t 32 x 29 aguatinta - aguafuerte


Pablo Mena Visión Nacional 29,5 x 30,5 litografía


Cristián Rojas Elemento 1 38,5 x 55 xilografía


Luis Zapata s/t 34 x 43,5 aguafuerte


Alejandro CĂĄceres Jinete sin Doncella 44 x 35 monotipia - xilografĂ­a


Francisco Palma s/t 38 x 56 xilografĂ­a


Jessica Castillo Retrato de tres 20,5 x 25 xilografĂ­a


BĂĄrbara Bravo s/t 50 x 50 litografĂ­a


BĂĄrbara Bravo s/t 43,5 x 50 litografĂ­a


Victoria Mena El gran pez 44,5 x 38 smartplate


Amanda Saldivia s/t 38 x 31 xilografĂ­a


Roberto Espinoza Línea IV 17,5 x 25 xilografía


Vanessa Vega Astilla 38 x 48 aguafuerte


Sonia González s/t 70 x 50 litografía


BĂĄrbara Bravo s/t 49,5 x 70 litografĂ­a


LucĂ­a Larenas s/t 27,5 x 36 aguafuerte - punta seca


Ruby Pérez Ficciones y Reconstrucciones 35,5 x 25 litografía


Bastián Brauning s/t 21,5 x 28 xilografía


Bastián Brauning s/t 29 x 44 xilografía


María Pavés El árbol seco 50,5 x 76 Aguafuerte - aguatinta


Romina Ortega Mella s/t 35 x 49,5 mixta


Claudia Rivera El compadre flavio 56 x 76 aguafuerte


Claudia Rivera La Chayo 56 x 76 aguafuerte


Sonia González s/t 49,5 x 70 zincografía


Sonia González s/t 49,5 x 70 zincografía


Roberto Cartes Playa 75,5 x 56 aguafuerte


Roberto Cartes Abigeato 56 x 76 aguafuerte - aguatinta


María Pavés El Morro 56 x 76 aguafuerte


Roberto Cartes Televidente nÂş3 50 x 70 xilografĂ­a


Gonzalo Bustamante s/t 51 x 70 litografĂ­a


Pablo Mena “Hasta la víspera...” 50,5 x 70 litografía


Pablo Henríquez s/t 56 x 76 aguafuerte


Freddy Agurto El castillo del Diablo 56 x 76 aguafuerte


Roberto Cartes s/t 50 x 70 xilografĂ­a


Roberto Cartes Versos de la sal, aĂąo 50 24,5 x 35,5 xilografĂ­a


Osvaldo Garrido Topo encarcelado en otro laberinto 52,5 x 75,5 xilografĂ­a


anĂłnimo s/t 55 x 38,5 zincografĂ­a


Lasker s/t 14 x 19 aguafuerte


Lasker s/t 20 x 26 aguafuerte - aguatinta


Roberto Cartes Cerro dinamitado 56 x 76 aguafuerte


Pablo Henríquez s/t 37,5 x 56,5 aguafuerte


Roberto Cartes s/t 38 x 54,5 xilografĂ­a


Daniel Campos La seànce 27 x 18,5 xilografía


Freddy Agurto s/t 38 x 55 xilografĂ­a


Bastián Brauning Sebastián Acevedo - homenaje 31 x 37 xilografía


Freddie San MartĂ­n El habitat interior 50 x 35 mixta


Javiera Navas s/t 35 x 48,5 puntaseca


Romina Ortega s/t 34,5 x 50 mixta


Roberto Espinoza observo la naturaleza 49,5 x 35 mixta


Sonia González s/t 50 x 35 litografía


Anรณnimo s/t 50 x 35,5 mixta


Sonia González s/t 35 x 50,5 zincografía


Gabriela Molina s/t 39 x 55 litografĂ­a


Romina Ortega s/t 35,5 x 50 mixta


Romina Ortega s/t 35,5 x 50 mixta


Roberto Cartes Cambio de turno 38 x 56,5 aguafuerte


Anรณnimo s/t 50 x 35,5 mixta


Osvaldo Garrido Neocomunicación 52 x 56 xilografía


Osvaldo Garrido Intimidad cotidiana 34,5 x 56 xilografĂ­a


Lucía Hernández s/t 38 x 56 aguatinta - aguafuerte


Lorena Contreras s/t 51 x 35,5 litografĂ­a


Sonia González s/t 35,5 x 51 litografía


Romina Ortega s/t 35,5 x 50 mixta


anรณnimo s/t 35 x 40 colagraf


Sonia González s/t 49,5 x 34,5 litografía


Camilo Ortiz Bolivia, la trialtiplĂĄnica 35x25 xilografĂ­a


Anibal Rocha TubĂŠrculo 47 x 24,5 mixta


Carlos Escuvier Urra El relato, detalle 1 33 x 47 xilografĂ­a


Boris Montecinos Agente del caos 38 x 31 aguafuerte


Nicole Aravena Microscopique 33,5 x 35 aguatinta


Amanda Saldivia s/t 34,5 x 25 xilografĂ­a


Carlos Vergara Perceptor 30 x 30 xilografĂ­a


Carlos Vergara El orĂ­gen del sonido 20,5 x 25 xilografĂ­a


Lucía Hernández Nuez moscada 25 x 35 aguatinta


Claudia Rivera Nacimiento 23 x 20 aguatinta en cuatricomĂ­a


Lucía Hernández s/t 35,5 x 25 litografía


27,5 x 38,5


CristiĂĄn Rojas Primera ventana al mundo 38,5 x 55 serigrafĂ­a


Claudio Bernal A. (pruebas numeradas) s/t 37,5 x 56 xilografĂ­a


Claudio Bernal A. (pruebas) s/t 35 x 49,5 xilografĂ­a


Pablo Mena s/t 38,5 x 55 litografĂ­a


Amanda Saldivia Jara s/t 24 x 16,5 xilografĂ­a


Amanda Saldivia Jara s/t 16,5 x 21,5 xilografia



Agradecemos a todos aquellos que participaron y ayudaron en este proyecto: Claudio Romo T. Guillermo Frommer (q.e.p.d.) Alfonso Fernández Carolina Lara Taller Cyan Taller Pelantaro Casa Taller Azul Asociación de Grabadores del Biobío Corporación Cultural Balmaceda Arte Joven Biobío Corporación Cultural Artistas del Acero Colegio España Concepción Escuela Boca Biobío Sur San Pedro de la Paz Liceo Enrique Molina Garmienda Concepción Escuela Oscar Castro Zuñiga Concepción Liceo Juán Martínez de Rozas Concepción


Fondart Regional 2017


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