EL SUEÑO DE UNOS NIÑOS

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Nuestro amigo el árbol.

“EL SUEÑO DE UNOS NIÑOS”

5ºA


Ana María Navarro. Marina Lorente. Mario Liria.

La mayoría de los niños, se sentían muy mal por no pertenecer al grupo del árbol encantado. Este lo llamábamos así por el sitio donde se encontraba, la forma que tenía, y los secretos que ocultaba. El árbol se situaba a las afueras del pueblo, donde íbamos todo el grupo cuando no teníamos actividades, casi siempre, los fines de semana.


La manera de sus raíces exteriores tenían forma de

cuevas,

ese

es

el

secreto

del

árbol

encantado, porque allí compartíamos muchas ideas todos los compañeros.

Hablábamos de

cómo nos había ido toda la semana, lo que habíamos hecho y lo que íbamos a hacer... El árbol siempre estaba cubierto de hojas, era de hoja perenne, siempre estaba bonito, pero por su gran tamaño tendría que ser muy antiguo.


El grupo compartía, los viernes casi por costumbre la merienda, nos echábamos fotos, nos reíamos unos de los otros, y haciendo todo esto, las horas se nos pasaban muy deprisa. Un día nos llevamos una gran sorpresa, era que entre sus raíces habían nacido unos gatos. Nos dió mucha alegría, nos los queríamos soltear para ir a darle de comer a diario, a cada uno le pusimos un nombre. Estos fueron creciendo, y al vernos, sentían alegría y jugaban con nosotros. La decepción vino al més cuando todos los niños nos enteramos de que el árbol lo arrancaban para llevarlo a un lugar protegido. Más que en nosotros pensamos en los gatos. ¿Dónde iban a vivir?, y, ¿dónde iban a jugar con todos nosotros? ¡Esas eran nuestras dudas!. Cuando llegó el maldito día, todos los niños estábamos muy tristes, y Lola propuso que cada uno


se llevara un gato a su casa.

El árbol se lo llevaron a un invernadero donde nosotros no pudimos ir en los recreos a verlo. Entonces Amalia le dijo a su padre que si se la podía llevar a su jardín, para poder ir a verlo todos los días y pasar nuestros ratos juntos. Al cabo de unos minutos, Ana le dijo al padre de Amalia que si podía hacerse una cabaña de madera en el árbol paraa refugiar a los gatos y

no

solteárnoslos para no pelearnos.


Una tarde estando en el árbol vino la madre de los gatitos y se los tuvo que llevar, nosotros estábamos muy tristes en ese momento. Sergio se levantó y cogió a todos los gatos y los refugió en la cabaña porque no lo quería dejar solos (allí vivieron toda la vida). Cuando fueron más mayores cada uno se buscó una novia y se fueron a vivir con ella. Al cabo de unos meses todos los gatitos tuvieron hijos con cada novia, vivieron felices y comieron perdices, pero el recuerdo del árbol, que al final lo cortaron para hacer libretas, pegamentos … se les quedó en el corazón.


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