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100 AÑOS DE PRESENCIA CLARETIANA EN TORREÓN

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El día 28 de mayo del 2023, se dio el Tercer Congreso Guadalupano en la ciudad de Torreón Coahuila, después de una mañana donde lo primero fue la misa de apertura y una plática de parte del Señor Obispo de Torreón Don Luis Barraza y de una serie de conferencias, llego el momento del tema: “100 años de Presencia Claretiana en Torreón, Coahuila”.

Obviamente el tema remitió a un recorrido espacial, pero principalmente histórico de congregación religiosa, cuyo lugar en el camino histórico de la espiritualidad de feligresía de esta ciudad llamada Torreón, presentando el criterio de Evangelización. Los Hijos del Inmaculado Corazón de María, también conocidos como Misioneros Claretianos, llegan a la Parroquia de Guadalupe para 1923, cumpliendo 100 años.

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Durante la presentación del tema, se hizo hincapié en quien es el Misionero Claretiano, dando su definición y porque la importancia de su presencia en la parroquia ha ido de la mano junto con el laico en un camino de Sinodalidad, para el desenvolvimiento no sólo material de la misma parroquia, sino en el camino espiritual. La iglesia cobija a esta ciudad cosmopolita y que Torreón es un eje importante dentro de la Revolución de México, por ello es parte importante con sus repercusiones sociales y económicas, aunque, dijo que en ese momento el clero no podía atender bien por luchas internas. Una de las consecuencias importantes en que se vio afectada, la parroquia y la ciudad, fue la Ley Calles (1926), la cual limita el culto religioso abierto de las personas, con sus repercusiones en otras iglesias de la ciudad, que se fueron construyendo poco a poco, siendo filiales en primera instancia de la parroquia de Guadalupe.

Se destacó que en esos tiempos los sacerdotes y obispos juegan un importante papel, sin embargo, reiteró que también lo hicieron los padres y los abuelos con su gran devoción guadalupana, hubo aspectos importantes a considerar, como que, en 1938, se coronara a la Imagen de nuestra “tlatoani”. El día 31 de diciembre de l938 se llevó a cabo la coronación de la imagen bendita de Nuestra Madre la Virgen del Tepeyac, como gran Señora y Reina de Torreón y de la Comarca Lagunera. La coronación la realizó el Sr. Obispo de Saltillo, Dr. D. Jesús Ma. Echavarría, quien en solemne ceremonia bendijo y colocó la corona en las sienes de la Imagen de Nuestra Señora. En ese momento el Párroco era el P. Fernando Santesteban, CMF.

En 1944 es un momento relevante al realizarse la primera peregrinación obrera guadalupana, la cual partía desde la calzada Colón por la avenida Juárez. Durante este tiempo, ya el Párroco era el P. Carlos Ripa Jurieta, CMF.

Se explicó que debido a la Ley Calles no se permitía el culto abierto religioso, por lo que cerca de 2 mil peregrinos salieron y caminaron en silencio hacia la iglesia, en donde el cura Carlos Ripa los recibió y les dio la bendición de acuerdo a una crónica recuperada. “El ambiente en ese momento era poco propicio para el culto religioso”. De esos 2 mil peregrinos ha ido creciendo de manera exponencial.

Hay que destacar que la importancia que tiene desde el punto de vista religioso es por dos referentes históricos: ser la primera iglesia de Torreón y, en lo misionero, ser la fuente de la evangelización en esta zona, dándole la parroquia esta relevancia de este ícono femenino. Cabe mencionar que la decisión de que fuera la imagen de nuestra Señora de Guadalupe fue por el obispo Santiago García Zambrano.

En los últimos años, la iglesia de Guadalupe ha tenido algunos cambios dentro de los grupos que apoyan y ayudan dentro de la misma Parroquia. En mayor o menor medida, cada grupo presta un servicio de apoyo para cada una de las tareas que representa el alma de la parroquia como un ente vivo y activo, no solamente dentro de la parroquia, en alguno de los salones anexos a la casa parroquial, y obviamente dentro del patio.

Fue poco el tiempo y quedan muchos datos importantes en el aire, pero que al mencionarlos se quiso rescatar en este recorrido histórico, la presencia del Misionero Claretiano en esta parroquia, el crecimiento del laicado, ambos protegidos por la Virgen de Guadalupe en orden al crecimiento de la Iglesia.

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