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REUNIÓN SOBRE RELIGIOSIDAD POPULAR Y PASTORAL DE SANTUARIO
Los días 14 y 15 de junio el M.R.P. Provincial Ernesto Mejía Mejía y el Prefecto de Apostolado, P. Juan Manuel Buzo, convocaron a los padres Manuel Delgado y René Pérez, quienes actualmente son responsables de los dos frentes pastorales de religiosidad popular (templo de San Hipólito y San Casiano y la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe), a una reunión sobre la pastoral de santuario.
La convocatoria también incluyó a los padres Rogelio Carmona y Wilhelmus Agato, quienes en distinta manera e intensidad tienen expresiones importantes de religiosidad popular a la Virgen de Guadalupe o a San Judas Tadeo. También participaron los padres Alejandro Cerón, Miguel A. Portugal, Luis Mario González, Irenius Banggun, Vicente Cancino, Ramón Rivera, José Luis Favela y el Diac. Alberto Hernández.
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En la primera sesión los padres Manuel Delgado y René Pérez compartieron las “semillas y malezas” detectadas en su trabajo de pastoral de santuario. También, reflexionamos aspectos jurídicos pastorales mencionados en el Derecho Canónico sobre los santuarios.
La segunda parte de la sesión se centró en recoger las experiencias y aprendizajes de quienes en otro momento tuvieron la responsabilidad de atender estos centros y la complejidad que supone guiar dichas expresiones de fe.
Se propiciaron enriquecedoras intervenciones y se subrayan algunas estrategias pastorales planteadas. Se propuso la creación de una Comisión encargada de orientar, articular y sistematizar nuestro trabajo misionero en este campo pastoral.
Finalizamos con el ánimo alegre y el espíritu claro, comprometidos en dar nuestro mejor esfuerzo en cada lugar donde sea necesario acompañar y orientar las expresiones de religiosidad popular.
Un 16 de diciembre del año de 1949, nació René Morales Quiroga en el seno de una familia de condición humilde, pero luchadora, tenaz y trabajadora de la ciudad de Torreón, Coah. El séptimo de diez hijos del matrimonio de Francisco Morales Sánchez y Jovita Quiroga Ramírez.
Fue un pequeño de carácter tímido y salud frágil, por lo que necesitó siempre el apoyo de su hermana mayor; aunque luego esa timidez lo convirtió en un hombre enérgico, de carácter fuerte y exigente hasta consigo mismo, y con un gran caparazón que le permitía ocultar su enorme corazón.

Su juventud fue como la de cualquier joven normal, bailaba como pocos, creo disfrutaba como nadie y dedicado al estudio. La decisión de convertirse en sacerdote tomó de sorpresa a toda la familia y principalmente a sus padres.
Es para toda la familia sin temor a equivocarme la persona de la que más hemos estado orgullosos; su ordenación nos marcó significativamente a todos, tanto familiares como amigos, es algo que