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Viernes 10

Después de nuestra participación correspondiente en el encuentro del Gobierno Provincial con los Superiores y Ecónomos, por la tarde de este día iniciamos la reunión de animación de la Pastoral Juvenil Vocacional Claretiana en compañía de los feligreses de la Rectoría. Iniciamos con una reflexión amena del P. Eduardus Dosan en torno a nuestra corresponsabilidad en la Promoción Juvenil Vocacional Claretiana; asevera que es desde la familia donde se empieza a germinar la vocación a la Vida Religiosa o Sacerdotal de las personas. Todo cristiano debe ser un promotor vocacional, y es en nuestra propia familia donde se empiezan a gestar las futuras vocaciones a la Vida Religiosa.

Después de un pequeño momento de receso, el P. Juan Manuel Buzo, propone reflexionar acerca de la Animación Bíblica de la Pastoral; se basó en los “Sueños Provinciales” que definió el Capítulo General y Provincial; compartió el caminar misionero de nosotros como Provincia unidos a la “familia claretiana”, siempre según el carisma que heredamos de nuestro Santo Fundador San Antonio María Claret.

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Sábado 11

Por la mañana en nuestro momento de oración el P. Eduardus nos motiva con una reflexión donde nos hace ver la importancia de nuestra oración en la actividad misionera y cómo ésta se debe sustentar en nuestra relación íntima y profunda con el Señor. Por la noche el P. Eduardus celebra la Eucaristía con los fieles y donde aprovecha también para motivarlos en esta tarea de la Promoción Vocacional.

Domingo 12

Este día, tanto el P. Juan Manuel Buzo como el P. Eduardus presiden las Eucaristías de este Domingo y, naturalmente aprovechan la ocasión para motivarnos en esta tarea de la Promoción Vocacional Juvenil Claretiana y nuestro compromiso en la Pastoral Misionera al estilo de Claret. Gracias a Dios tuvimos una buena asistencia de fieles.

Agradecemos profundamente la presencia y animación de los Padres Juan Manuel y Eduardus en nuestra comunidad.

Animación Bíblica

No Hagas Duro Tu Coraz N Abp M Xico

Con la cuaresma, tiempo que precede y dispone a la celebración pascual, iniciamos un itinerario personal que implica escucha atenta de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y memoria del bautismo, de reconciliación con Dios y los hermanos, de recursos más frecuentes a las “armas de la penitencia cristiana”: oración, ayuno y limosna (Mt 6, 1-6.16-18).

El Papa Francisco en su mensaje de cuaresma 2023, nos anima y señala que: La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz.

Por tanto, sumérjase en este tiempo privilegiado de peregrinación interior hacia Aquel que es la fuente de la misericordia. Sumergirnos en este itinerario, implica ubicarnos en el papel del que se pone en camino, en clave sinodal: participando, en comunión y misión.

Como leemos en el libro de Éxodo en el capítulo 12, Dios conducía el caminar de los miembros del pueblo: Yahveh iba al frente de ellos, de día en columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en columna de fuego para alumbrarlos, de modo que pudiesen marchar de día y de noche. No se apartó del pueblo ni la columna de nube por el día, ni la columna de fuego por la noche (Ex 13,21-22).

La andanza, caminar juntos, seguro fue algo muy bello y satisfactorio, sobre todo cuando contaban con el auxilio divino y teniendo la meta de una tierra prometida por Dios, mismo donde mana leche y miel; sin embargo, los problemas llegan de varias partes creando inseguridad, miedos, críticas, murmuraciones, infidelidades, divisiones.

Este sentir del pueblo de Israel, se siente también en la Iglesia cuando intentamos caminar juntos, queremos mirar un horizonte fraterno, holístico, donde todos podamos ir asumiendo nuestros compromisos, desterrando “clericalismos” enfermizos. Pero vemos también, que hay resistencias, y esto trae como consecuencia las murmuraciones, divisiones y otras tantas adversidades contra quien guía en nombre de Dios y quienes quieren asumir seriamente su papel en el pueblo de Dios.

El llamado es claro, no endurezcas tu corazón, Dios no es sólo un liberador individual, también es un liberador social, que escucha la oración de su pueblo. “Tenemos un Guía de la salvación” (He 2,10) que conoce perfectamente el camino; pues él es “el Camino nuevo y vivo” (He 10,20), como él mismo lo ha dicho: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14,6). Avancemos como iglesia sinodal, sintiéndonos el pueblo de Dios.

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