REPORTAJE
n 1958, Mario González se convirtió en el músico más joven del rock mexicano. Con solo 12 años de edad, grabó la guitarra para “La llorona loca”, la canción más célebre de Los Gliders. Años más tarde, le regaló una guitarra a su hijo Carlo González. Ambos arquitectos, músicos y melómanos, hace unos años decidieron emprender el sueño de sus vidas: abrir Steelwood Guitar Shop & Club, un espacio que supera las expectativas de cualquier tienda de guitarras. Apenas con un año de existencia, padre e hijo ganaron el Premio al Mejor Diseño de Tienda (Best Store Design), en el evento Top 100 Dealers Awards del Summer NAMM 2016 en Nashville. Y no es para menos. Desde la entrada, cualquiera se siente invitado a entrar al lugar: una barra con cafés de autor invita a pasar a
músicos y curiosos por igual. Con nombres como “Lucille”, “Blackie”, “Paracho” o “Moby Dick”, cada taza de café ofrece un sabor equiparable a un modelo de guitarra, un lugar emblemático en la construcción de guitarras o una canción clásica. Una vez dentro, puedes probar cualquier guitarra durante el tiempo que gustes. Incluso, hay un escenario con un espejo destinado para apreciar la cualidad auditiva y estética del instrumento. Si lo tuyo es la sobredosis de decibeles, existe un cuarto privado para saturar un ampli hasta el límite. En las paredes, las guitarras se exhiben de manera frontal, agrupadas no por precios o marcas, sino por colores. En resumen, más un club que una tienda, Steelwood fue el espacio ideal para que Sony Music entregara una guitarra Gretsch sometida a un exhaustivo concurso. ¿El motivo? Celebrar el lanzamiento del box set más ambicioso de Pink Floyd
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editado en México. Directo desde Londres, en febrero de este año llegaron a las tiendas de Mixup 200 cajas de edición limitada destinadas a los coleccionistas más exigentes. Con 33 discos –repartidos entre 11 CDs, 8 Blu-ray, 9 DVDs y 5 sencillos de acetato–, este material representa más de 12 horas de audio y 14 de video. El lanzamiento fue un éxito y Sony Music decidió festejar sorteando una guitarra Gretsch de colección. Entonces Sony Music, Mixup y Steelwood unieron fuerzas para lanzar una convocatoria nacional: cada aspirante debía grabarse en video, para interpretar en guitarra algún tema de Pink Floyd. El video más original resultaría ganador de la guitarra. Originario del Estado de México, pero radicado en Tapachula, Chiapas, Julio Coronel se declara fan de Pink Floyd. En 1994, asistió
Por Vicente Jáuregui
a la gira del Division Bell, en la única ocasión que Pink Floyd se ha presentado en México. Decidido a ganarse el premio, fue grabado por un amigo justo en la frontera que separa México y Guatemala, una “tierra de nadie” en la que interpretó “Another Brick on the Wall Part 2”. Con una clara alusión a las fronteras, además de la peculiar situación geográfica y la pertinencia con el muro de Donald Trump, el video reunía las características para hacerse acreedor de la flamante guitarra. Ubicada en la esquina entre Chichen Itzá y Petén en la colonia Del Valle, Steelwood Guitars fue el lugar donde Sony entregó la guitarra el pasado sábado 13 de mayo. Estamos seguros que está destinada a seguir derribando muros.