ESTRUCTURA DE LOS CLOROPLASTOS
Son orgánulos de color verde, generalmente de forma alargada y de mayor tamaño que la mitocondria. Suele haber de 20 a 40 cloroplastos por célula. La envoltura posee una doble membrana: la membrana plastidal (o cloroplastidal) externa y la membrana plastidal interna que delimitan dos cámaras: un espacio interno llamado estroma, y un espacio intermembranoso . La membrana externa contiene porinas que le confieren una gran permeabilidad (igual que en mitocondrias) para las moléculas pequeñas. La membrana interna es mucho menos permeable (igual que en mitocondrias), por eso presenta una gran cantidad de proteínas transportadoras específicas. El cloroplasto posee en su interior una tercera membrana llamada membrana tilacoidal que forma los tilacoides y grana, que están interconectados, formando una tercera cámara llamada lumen o espacio tilacoidal que corresponde al espacio interno de los tilacoides. La membrana tilacoidal o membrana de los tilacoides contiene las enzimas de la cadena de transporte de electrones, la ATPasa y enzimas y pigmentos encargados de captar la energía luminosa, el más importante de ellos es el pigmento clorofila. Los tilacoides son unos sáculos aplanados con forma de disco que se disponen paralelos al eje mayor del cloroplasto. Algunos tilacoides (tilacoides de grana) se apilan (como si fuera una pila de monedas) formando grupos, los grana (en singular granum), mientras que otros, de mayor longitud se extienden por todo el estroma y conectan los distintos grana entre sí (tilacoides de estroma). El estroma (espacio interno delimitado por la membrana interna) contiene, además de los tilacoides y grana, ADN bicatenario y circular, ribosomas llamados plastorribosomas (son ribosomas 70 S como los de las bacterias y mitocondrias), inclusiones de granos de almidón e inclusiones lipídicas (la materia orgánica formada en la fotosíntesis la almacenan como granos de almidón o gotas lipídicas) y enzimas que fijan el CO2 y lo transforman en materia orgánica. La más importante es la enzima rubisco (ribulosa–1,5-difosfato carboxilasa) que fija el CO2, siendo además, la proteína más abundante en la naturaleza.