Lo titularon EL DESPERTAR DE LA PALABRA. Pero es mucho más que eso. En el pequeño volumen de 177 páginas, lanzado en la Feria del Libro, hay una aventura de cooperación que resulta muy prometedora para la pedagogía colombiana. También hay un despertar de la conciencia colectiva en torno a la posibilidad real de vivir en paz en Colombia. Y, sobre todo, hay un voto de confianza en la escuela. Y este es el buen principio de toda la historia. Para evitar que el manicomio de la política colombiana se siga ampliando hay que aplicar la terapia desde la escuela.