El libro Cultura e identidad obrera -que fue publicado en la década de los ochentas- buscó rescatar las historias de los trabajadores sin idealizarlos ni estigmatizarlos. En ese sentido, a través de una postura historiográfica que intenta ampliar el espectro temático sobre el pasado, sus actores y la misma concepción del hecho histórico, lo que se ofrece en Cultura e identidad obrera es una construcción de lo sucedido en el país entre 1910 y 1945. Una propuesta que permite acercar dos mundos tradicionalmente apartados: el de los trabajadores y el de los académicos.