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La Diócesis Episcopal de Puerto Rico traza el camino provincial a seguir
CONSEJOS EPISCOPALES La Diócesis Episcopal de La Diócesis Episcopal de Puerto Rico traza Puerto Rico traza el camino provincial el camino provincial a seguir a seguir

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POR RVDO. P. DR. JOSÉ RODRÍGUEZ Plazuela de la Rogativa, San Juan, Puerto Rico
La Diócesis Episcopal de Puerto Rico llevó a cabo una convención especial el 31 de julio de 2021 en Bayamón, Puerto Rico para discernir la senda a seguir dentro de la Iglesia episcopal. Desde el principio quedó claro que la convención especial estaba eligiendo entre la unión con la Provincia II y su histórica comunidad puertorriqueña en Nueva York y la Provincia IV, que incluye Florida y por lo tanto alberga la mayor población de puertorriqueños fuera de la isla. La Iglesia episcopal es una unión de diócesis de los Estados Unidos y de las diócesis de países fuera de los Estados Unidos. Somos una iglesia internacional dentro de la comunión anglicana y nuestra estructura provincial deja a muchas de nuestras diócesis internacionales situadas en ya sea la II o Provincia IX. La nacionalidad puertorriqueña es compleja mas representa la identidad transnacional de la iglesia en general. Es políticamente estadounidense, pero étnica y lingüísticamente única. La Iglesia episcopal en Puerto Rico tiene una rica historia basada en los esfuerzos misioneros ingleses y estadounidenses, que también incorpora la tradición independiente católica y apostólica de la Iglesia de Jesús que se fusionó con el anglicanismo puertorriqueño en 1922.
RAÍCES HISTÓRICAS
El culto anglicano comenzó en la isla en 1869 durante la colonización española cuando Puerto Rico estaba bajo la jurisdicción anglicana de las Indias Occidentales. La jurisdicción fue transferida a la Iglesia episcopal luego que el ejército de los Estados Unidos tomó a Puerto Rico por la fuerza de la corona española en 1898. De 1979 a 2003, Puerto Rico disfrutó de la independencia como una diócesis provincial a la Sede de Canterbury antes de regresar a la Iglesia episcopal en el 2003. Desde el 2003, Puerto Rico ha encontrado su hogar eclesiástico en la Provincia IX. En muchos sentidos la inclusión de Puerto Rico en el rico tapiz de la Provincia IX lo configuró como un forastero dentro de una provincia con lazos históricos y geográficos y una identidad muy diferente a su territorio hermano, es decir las diócesis estadounidenses. El anglicanismo en Puerto Rico tuvo que luchar en su relación con el resto de las diócesis de Estados Unidos mientras navegaba simultáneamente por una provincia a la que sirvió fielmente, pero a la que finalmente se sintió llamada a dejar. Al determinar dejar la Provincia IX durante la convención especial, la Diócesis Episcopal de Puerto Rico le pidió al Espíritu Santo por más de doce horas que ayudara a clérigos y laicos a discernir la senda a seguir.
DOLOR ACTUAL
El Rvdmo. Gregory O. Brewer tuvo la tarea de presentar la convención especial a la Provincia IV con la ayuda de una presentación desarrollada por su personal y líderes puertorriqueños dentro de la Diócesis de la Florida Central.
Desde la izquierda, El Rvdo. P. Dr. José Rodríguez, El Revdmo. Mike Klusmeyer, El Revdmo. Orlando Guerrero, El Revdmo. Rafael Morales Maldonado y el Revdmo. Gregory Brewer

La presentación fue bien recibida y la convención especial verdaderamente luchó entre la Provincia II y la Provincia IV. Como observador una de mis experiencias más difíciles fue escuchar las preocupaciones de los laicos al elegir eventualmente la Provincia II. Temas como el distanciamiento, el colonialismo y la conquista se filtraron en la historia de la Diócesis Episcopal de Puerto Rico, así como en la convención especial. Al elegir una nueva casa provincial, otro tema surgió. El legado del racismo en el sur de EE. UU. estuvo palpable y presente en las mentes y las experiencias compartidas en la convención especial. El pecado del racismo y los prejuicios estuvo presente en las experiencias vividas por los asistentes a la convención especial y sus familias en el Sur. Se llevaron a cabo múltiples rondas de votación y conversaciones sinceras y serias entre el clero y los laicos; a medida que la verdad salía a la luz tuvo lugar la sanidad. Como invitado no tenía voz para hablar por mi provincia, tampoco tenía derecho a contradecir las experiencias reales compartidas de tantos. Después de muchas horas la convención especial determinó a la Provincia II como su nueva sede provincial, esta decisión luego fue afirmada por la Provincia II. El voto final se llevará a cabo durante la Convención General 2022 de la Iglesia Episcopal en Baltimore, Maryland. Como resultado directo de la presentación de Brewer, que destacó gran parte del trabajo de nuestra diócesis para darle la bienvenida a los puertorriqueños desplazados, la Diócesis de Puerto Rico resolvió entrar en una relación especial con la Diócesis de la Florida Central.

POSIBILIDADES FUTURAS
Mientras las puertas permanecen abiertas para esta futura relación, no debemos entrar sin antes hacer un reconocimiento moral como diócesis y provincia por el pecado de racismo que ha dejado a nuestros hermanos y hermanas en Puerto Rico sintiéndose distanciados de nosotros. Habrá muchas formas de responder al gesto de amistad de Puerto Rico. Aún así, primero debemos tomar la iniciativa y convocarnos a nosotros mismos y a nuestra comunidad al arrepentimiento por el pecado de racismo, prejuicio y discriminación que ha herido a nuestros hermanos y hermanas. Tenemos un papel que desempeñar en este llamado al arrepentimiento. En la Pascua la lectura de la Pasión manifiesta: “¡Crucifícalo!” al recordar tanto nuestras transgresiones individuales como comunitarias contra Dios. En este Adviento adentremos la narrativa de la infancia de Cristo y recordemos que no solo el rey Herodes fue perturbado, sino “toda Jerusalén con él” (Mateo 2:3b). De la misma manera que participamos de la crucifixión de Cristo, recordemos que participamos colectiva e individualmente y nos beneficiamos del distanciamiento y la opresión de otros. El Adviento nos ofrece la oportunidad de arrepentirnos por tratar como extraños a nuestros hermanos y hermanas y por la persecución comunal de los vulnerables. Que este Adviento nos brinde la oportunidad de mirar a los marginados de nuestra sociedad con corazones contritos y arrepentidos.


El Revdmo. Brewer participa en la Eucharistia al lado del Revdmo. Maldonado.
REZA CONMIGO:
Oh Dios, hoy recordamos el distanciamiento y la persecución que experimentaron nuestros hermanos y hermanas. Nos arrepentimos por no amarte con todo nuestro corazón y por no amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ten misericordia de nosotros, Señor. Te rogamos que recibas en los brazos de tu tierna misericordia a todos los que son víctimas de nuestro distanciamiento colectivo, indiferencia y opresión, y por tu gran poder detén a los líderes injustos y a las comunidades que los empoderan y habilitan. Establece tu gobierno de justicia, amor y paz por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
El Revdmo. Maldonado se dirige a la convención especial.