Si buscamos en Puerto Rico muebles y objetos de calidad, diseñados y producidos industrialmente en la Isla ahora, no vamos a encontrarlos. Cuesta creer que hace casi 60 años había para escoger. En este artículo y en los que le sigan vamos a hablar de diseñadores y empresas pioneras que dieron una respuesta adecuada a las duras exigencias de nuestro clima y estuvieron a la altura del movimiento moderno internacional.
Cuando nació el Caribe Hilton;
Notas sobre el Diseño Industrial en Puerto Rico.
Lelis Marqués Fotos Caribe Hilton Hotel: Colección Toro, Ferrer y Torregrosa (1946-1949), Archivo de Arquitectura y Construcción UPR Fotos Muebles ArKlu, 1946-1949. Colección Henry Klumb, Archivo de Arquitectura y Construcción UPR
La Casa Margarida tuvo su origen en 1892, cuando Rafael Margarida estableció un taller en la Calle Luna del Viejo San Juan para fabricar y vender muebles finos. En 1906 Rafael y su hermano José fundaron la empresa Rafael Margarida y Co. en la Calle Salvador Brau #44, al lado de La Bombonera. Para 1915 la fábrica necesitaba más espacio y se trasladó a unos terrenos frente a la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. El local del Viejo San Juan se convirtió en mueblería y cambió su nombre por el de Los Novios. La fábrica de Río Piedras constaba de un edificio de cuatro plantas y un sótano (un total de 300,000 pies cuadrados, sin contar el sótano y el almacén). Usaban gran variedad de maderas importadas y del país: caoba, laurel sabino, capá, tabonuco y aceitillo. A pesar del tamaño de la fábrica, la producción siempre se hizo en series limitadas por la obsesión que tenía Rafael Margarida de controlar la calidad de cada mueble. Muchos muebles se hacían “a la orden” siguiendo ilustraciones que traían los clientes. Esto explica la gran variedad de estilos que podemos reconocer en los muebles fabricados allí. Hay muebles tradicionales copiando los clásicos en maderas rojizas, muebles “art deco” con terminaciones en laqueado oscuro o negro y finalmente en la última etapa, hay muebles modernos de estilo danés con maderas claras y barnices satinados. La aportación mayor de Margarida no está en el diseño, sino en la calidad; tanto en la realización y los materiales que empleaba, como en la ingeniosidad con la que construía sus muebles. Algunos tenían espacios secretos para guardar objetos de valor. Todos los muebles Margarida se identificaban por una chapa de metal con el nombre de la fábrica, y años después, con un sello en papel engomado. En 1936, a la edad de 84 años, murió don Rafael, y su hijo Guillermo continuó con la empresa. En 1947, éste cambió el nombre de la empresa a Rafael Margarida y Co., Inc., asociándose con José, el hijo de su hermano mayor, que había regresado de la Segunda Guerra Mundial. Éste siempre fue un negocio familiar, pues trabajaron también en él otros dos hermanos de Guillermo, Rafael y Luis, e incluso algunos nietos. Los hijos de don Rafael eran 4 varones e Inés, una hembra. Inés dirigió y administró la fábrica de 1955 a 1956. En 1957 la fábrica de muebles cerró, debido, según ellos, a la falta de operarios cualificados, aunque en ese momento tenían unos 83 empleados, algunos de ellos sordos. Entre los maestros ebanistas de Rafael Margarida y Co., se encontraban: Francisco Bueso, Gregorio Colón, Wiscowich y Fernando Rosario, quien trabajó más tarde en Duncan´s Original Furniture. En 1942, justo cuando se creó Fomento Industrial, regresó a Puerto Rico Duncan del Toro, quien se graduó ese año de Diseño Industrial en el Carnegie Institute of Technology. Duncan, natural de Santurce, fue el primer diseñador industrial puertorriqueño. Fue, además, un excelente pintor y escultor. De niño ganó un concurso de arte y como premio, viajó a Alaska. Se impresionó mucho con las aves que vio en ese lugar y más adelante talló cuernos con formas de aves estilizadas. Duncan estaba de acuerdo con la ideología del gobierno, en ese momento impulsada por Fomento con la Operación Manos a la Obra: que productos bien diseñados y fabricados en Puerto Rico, tendrían éxito en el país y se podrían exportar a otros mercados. Esto tendría la doble ventaja de crear puestos de trabajo y enriquecer el país, a la vez que reduciría las importaciones. A pesar de que el momento parecía propicio, Duncan del Toro no consiguió quién produjera sus diseños y por varios años se dedicó a la realización de interiores en los que incorporaba sus objetos y muebles originales. Entre los muchos establecimientos comerciales en los que él trabajó se encuentran: el Bamboo Bar del Hotel Condado, El Moroco en la Ave. Ponce de León, Aquarium, Almacenes González de San Juan y el Grand Stand Barceló-Marqués. Diseñó una gran variedad de objetos desde lámparas y zapatos hasta rastrillos y experimentó con una gran cantidad de materiales nativos. Usó en sus muebles bejuco de caña brava de la finca de su familia, paja de coco, bambú, maderas duras como el capá prieto y el tabonuco. También catalogó todos los materiales que se conseguían en Puerto Rico y que podían servir para la producción industrial. En 1946 montó un taller de muebles para realizar sus diseños, que luego se convirtió en la fábrica Duncan´s Original Furniture. Diseñó y comenzó la producción del mobiliario para la Bull Insular Line en Puerto Rico y en Nueva York.
ENTORNO7
MODA MODERNIDAD
CAAPPR