Catalogo egipto

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Centro Cultural Palacio La Moneda Es una gran alegría recibir en las salas principales del Centro Cultural Palacio La Moneda esta importante colección del Ägyptisches Museum und Papyrussammlung (Museo Egipcio y Colección de Papiros), perteneciente a los Staatliche Museen zu Berlin (Museos Estatales de Berlín), con quienes ya habíamos tenido el honor de trabajar anteriormente durante el año 2013 para la exposición de arte africano del Museo Etnológico de la capital alemana. La colección albergada por el Ägyptisches Museum und Papyrussammlung cuenta con más de 100.000 piezas provenientes del Antiguo Egipto, y son un testimonio de la importante labor realizada, preservando y difundiendo un patrimonio incomparable. Esta misma voluntad es la que nos permite poner hoy a disposición de todos los chilenos una parte fundamental de la cultura egipcia. Antiguo Egipto: Vida en el Nilo nos llena de orgullo ya que representa una magnífica oportunidad de acercarnos a una cultura reconocida mundialmente, a través de su valioso legado patrimonial, una posibilidad que ha sido fruto de los esfuerzos, la gestión y el generoso auspicio con que Banco Santander quiso hacerse presente nuevamente en una de nuestras grandes exposiciones. “Antiguo Egipto: Vida en el Nilo” es una invitación a conocer las formas de vida que tuvieron los habitantes del valle del Nilo, quienes no solo encontraron en este río un canal de comunicación, sino que también una fuente de riqueza que les permitió desarrollar hábilmente la ingeniería, la agricultura y la navegación, además de contar con condiciones adecuadas para realizar avances en la arquitectura, desarrollando grandes ciudades con enormes pirámides y templos, avances en la astronomía y la ciencia, diseñando por ejemplo, el calendario de 365 días, el más preciso y vigente hasta hoy. El río Nilo también representó un umbral entre la vida de los vivos y de los muertos, una asociación con el mundo visible, pero también con la esfera divina y el más allá, donde navegaban dioses egipcios en sus barcazas. El río Nilo se constituyó como el verdadero corazón que marcó el ritmo de la vida en el Antiguo Egipto y esta exposición busca precisamente invitar a un viaje por su cauce. Las casi 400 piezas que componen la muestra incluyen distintos tipos de piedra tallada, modelos en bronce, cerámica esmaltada, rollos de papiro, joyas y otras formas y figuras que simbolizan pasajes de la vida cotidiana, estrechamente vinculados con las deidades, y otras que representan espacios físicos, edificios y también ofrendas para los que comenzaban el viaje al más allá.

ALEJANDRA SERRANO MADRID

Directora Ejecutiva Centro Cultural Palacio La Moneda


Banco Santander Tener en Chile una exposición de esta envergadura es un privilegio. Las más de 400 obras provenientes del Neues Museum de Berlín nos permiten revivir, una parte de lo que fue la civilización egipcia, que dejó un legado patrimonial invaluable. El conjunto de obras que se exhiben en el Centro Cultural Palacio La Moneda, que transmiten la cosmovisión del Antiguo Egipcio, son objetos que nos permiten ser testigos de la vida cotidiana en el valle del Nilo, de la veneración que cultivaron hacia los dioses y faraones y de sus creencias en el más allá. Estas obras magistrales, influenciadas por la religión, y realizadas por manos anónimas, nos dan la posibilidad de acercarnos a una cultura que duró más de 3.000 años. Poder presenciar esta muestra constituye un hito significativo que los chilenos no olvidaremos. Queremos agradecer la generosidad del Neues Museum, uno de los más importantes del mundo y parte del conjunto de la emblemática Isla de los Museos de Berlín. El edificio neoclásico construido entre 1843 y 1855 sufrió severos daños durante la Segunda Guerra Mundial, y en 2009 reabrió sus puertas, 60 años después, gracias a la propuesta del arquitecto inglés David Chipperfield, que logró impregnarle un estilo particular donde se funde el pasado con el futuro. En la actualidad el museo resguarda un patrimonio de alrededor de 45.000 obras, entre ellas, la muestra que hoy tenemos la posibilidad de presenciar. Banco Santander desde sus inicios, ha tenido un interés profundo en apoyar acciones que signifiquen un real aporte a nuestro país en el ámbito de la cultura. Ello porque estamos convencidos que la empresa privada, además de desarrollar la actividad comercial que le es propia, tiene un rol social que va más allá de los negocios, aportando al crecimiento y desarrollo de la comunidad. Estamos seguros que esta muestra se convertirá en un referente cultural que tendrá importantes repercusiones y relevancia entre quienes tengan la oportunidad de visitarla.

CLAUDIO MELANDRI H.

Gerente General Banco Santander


Staatliche Museen zu Berlin Egipto, el país de los faraones y las pirámides, la tierra de los dioses y momias, ha despertado la curiosidad y la imaginación de la personas desde la antigüedad. El interés científico y museológico y el estudio de la antigua cultura egipcia tiene una larga tradición en Europa. El Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, (Museo Egipcio y la Colección de Papiros) en el Neues Museum en Berlín, refleja esta curiosidad, con una superficie de 3.600 m² y con más de 2500 objetos expuestos. La muestra itinerante “Antiguo Egipto, la vida en el Nilo” y el presente catálogo constituyen la primera gran exhibición museográfica sobre el Antiguo Egipto en Chile. Tanto los Museo Estatales de Berlín como el Centro Cultural tuvimos el agrado de trabajar conjuntamente en la exposición “África, Obras de Arte del Museo Etnológico de Berlín” en el año 2013. Luego de ello, estamos contentos de volver a realizar un proyecto en el cual los equipos de ambas instituciones han podido trabajar en estrecha colaboración. La curatoría, que ha sido realizada por el Ägyptisches Museum und Papyrussammlung (Museo Egipcio y la Colección de Papiros) y la selección de los artefactos que provienen exclusivamente del mismo museo en Berlín, presentan una visión general de la vida en el Antiguo Egipto. Los visitantes se fascinarán con la gran diversidad y vitalidad que está presente en los 345 objetos que la muestra reúne. El Nilo, la línea vital de Egipto, es el tema central de la exposición que invita al visitante a un viaje por la tierra de los faraones. A través de este mundo y el más allá, el enfoque principal son los más de 3000 años de historia de Egipto, la vida cotidiana y sus creencias. La exposición contribuye así a acercar el Antiguo Egipto, para que los visitantes puedan vivirlo y despertar la fascinación que nos une en Europa durante siglos con la tierra del Nilo, ahora también en Chile.

MICHAEL EISSENHAUER

Director General Staatliche Museen zu Berlin


Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin Con gran entusiasmo el Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin acogió la solicitud del Centro Cultural La Moneda, de posibilitar al público chileno una amplia visión de la gran cultura del Antiguo Egipto con objetos destacados de nuestra colección. La directora de proyectos, Dra. Olivia Zorn, y la gestora de proyectos, la señora Christina Hanus, M.A., como curadoras de la exposición, resolvieron magistralmente este desafío junto a un equipo ambicioso de restauradoras y restauradores, administradores de depósitos, la practicante del Museo, así como asistentes de investigación –entre las cuales queremos destacar especialmente a las señoras Anna Turner-Major, Alice Baruffato y Juliane Padluschat– materializando un concepto que bajo el título “Antiguo Egipto, la vida en el Nilo”, posibilita un grandioso viaje imaginario a lo largo del Nilo y nos introduce en todas las facetas del Antiguo Egipto. A través de aproximadamente 340 objetos, los visitantes de la exposición experimentarán toda la amplia gama del artesanato del Antiguo Egipto y conocerán y apreciarán en minúsculos amuletos, pasando por imponentes esculturas monumentales hasta papiros fascinantes, todos los ámbitos de la vida religiosa y cotidiana de los antiguos egipcios. Como Directora del Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin quisiera agradecer a todos los encargados en Berlín y Santiago por la magnífica realización de esta gran exposición que ojalá cautive a muchos visitantes, y no solo logre generar asombro y admiración, sino también una mejor comprensión de la singular cultura del Antiguo Egipto.

FRIEDERIKE SEYFRIED

Directora Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin



Índice 15

INTRODUCCIÓN

Vida Cotidiana 19

Dr. Olivia Zorn

Fe y Divinidad 93

Christina Hanus, M.A.

El Más Allá 137

Dr. Olivia Zorn

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GLOSARIO

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MAPA

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LÍNEA DE TIEMPO

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CRÉDITOS



Hall mitológico con cielo pintado en el Neues Museum. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß. Murales en el patio egipcio del Neues Museum. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

Egipto, un país fascinante en el Nilo “Voy ahora a extenderme en detalle sobre Egipto, porque cuenta con más maravillas y obras sorprendentes que cualquier otro país; por esta razón, hablaré de él con especial detenimiento”. Con estas palabras comienza el historiador griego Heródoto su detallada descripción de dicho país, después de haberlo recorrido durante el siglo V a. C. Sin embargo, Egipto había tenido un importante papel en el Mundo Antiguo desde muchos siglos antes. El fértil valle del Nilo ofrecía condiciones óptimas para el asentamiento humano, que a su vez fue la base para la conformación de un Estado. Ya en el año 4.000 a. C. se habían asentado algunas tribus nómadas en las riberas de este fructífero río y cerca del año 3000 a. C. el faraón Narmer del Alto Egipto unificó todo el país en un Estado gobernado centralmente. La escritura tuvo un rápido desarrollo pues era imprescindible para la administración del Imperio que abarcaba una extensión de más de 900 kilómetros. Apenas trescientos años después de la unificación, el país alcanzó un apogeo económico y cultural: se edificaron templos y tumbas monumentales, se desarrolló la medicina, las ciencias naturales, la teología y la artesanía, y gracias a una agricultura bien organizada el país logró la autosuficiencia, independizándose de los bienes importados. Egipto, gracias a su favorable situación geográfica con fronteras fáciles de proteger, pudo consolidar y extender su posición elitista en el Mundo Antiguo por siglos. El gran apego de los egipcios a las tradiciones aseguró la estabilidad del país, pero también ofreció un espacio para su evolución y la integración de influencias externas positivas. Una política selectiva de inmigración protegía al país de la extranjerización y posibilitaba simultáneamente la incorporación de trabajadores útiles, como soldados provenientes de Nubia, artesanos de Libia y comerciantes de Asia.

INTRODUCCIÓN

Introducción

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Las imponentes construcciones, la enorme importancia de la posición del gobernante, así como la interpretación diferenciada del Panteón y la explicación llena de detalles de una vida después de la muerte en el Más Allá fascinaron a los pueblos antiguos del Mediterráneo desde fines del tercer milenio a. C. Pero fue Heródoto quien por primera vez expresó esta fascinación en sus propias palabras que se difundieron en el Mundo Antiguo y transmitieron hasta la era moderna. Mientras la escritura jeroglífica cayó completamente en el olvido a partir del siglo V d. C., el idioma griego sobrevivió y adquirió gran influencia entre los eruditos desde el siglo VIII a. C. gracias a los innumerables filósofos y autores griegos. La fascinación de Heródoto por Egipto se transmitió primero a los eruditos del siglo XVII, como Athanasius Kircher, quien intentó descifrar los jeroglíficos para descubrir los secretos de la civilización del Antiguo Egipto. Con ello comenzó la recepción moderna del Antiguo Egipto: los misteriosos signos, las monumentales construcciones semienterradas en la arena, las numerosas estatuas de dioses, reyes y súbditos, los relieves y pinturas en la paredes de las tumbas y templos, testigos de una cultura desparecida hace mucho tiempo, inspiraban no sólo a investigarlas científicamente, además eran contempladas con asombro por una cantidad cada vez mayor de europeos. En 1789, Napoleón inició su campaña de Egipto con un séquito de naturalistas y humanistas, dibujantes, geólogos, artistas y arquitectos para registrar en palabras e ilustraciones ese mundo fascinante. La piedra encontrada en esa época cerca de la localidad de Rosetta, en el delta del Nilo, con un decreto

Cercanías de Dahshur con vista a la Pirámide acodada y a la Pirámide Roja del reinado de Seneferu, Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. A.Schröder.


INTRODUCCIÓN

sacerdotal en nombre del faraón Ptolomeo inscrito en signos jeroglíficos, escritura demótica y griega, se convirtió en la clave para descifrar la escritura jeroglífica. Esto aumentó el entusiasmo por Egipto, pues ahora era posible comprender los textos, leer los relatos y mitos, los documentos científicos, jurídicos y religiosos, profundizando cada vez más en el misterioso y fascinante universo de esta avanzada civilización antigua. Entre los años 1842-45, Richard Lepsius, el primer profesor titular de la cátedra de Egiptología, recién instaurada en Berlín por orden del rey Federico Guillermo IV de Prusia, dirigió una expedición a Egipto y Sudán desde donde llevó 1.500 objetos del Antiguo Egipto a Berlín. El año 1850, estos y otros objetos de la colección de Berlín fueron expuestos en el Nuevo Museo, recién construido y decorado conforme a patrones egipcios. Le siguieron otras grandes expediciones y viajes de investigación hasta la época actual, lo que ha incrementado constantemente el conocimiento sobre el Antiguo Egipto. El entusiasmo por este país sigue intacto porque, por un lado, la cultura del Antiguo Egipto aún alberga misterios y, por el otro, se hace cada vez más accesible y parece estar vinculada con las civilizaciones europeas. La fascinación por el apego de los egipcios a la tradición y por su cultura de 3.000 años, que cautiva al efímero mundo moderno, fue reconocida ya por Heródoto: “En lo que se refiere a los egipcios mismos diré que los que habitan la zona cultivada de Egipto son, entre todos los pueblos que he visitado en mis viajes, los que más valoran la memoria del pasado y son, por mucho, las personas más conocedoras de la historia”.

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Vida Cotidiana Dr. Olivia Zorn

Egipto se caracteriza por dos territorios extremos: el fértil valle del Nilo y el árido e interminable desierto. El Nilo cruza el país, como un ancho caudal, a lo largo de unos 900 km hasta dividirse en varios ríos más pequeños cerca de la actual capital de El Cairo. Estos ríos más pequeños alimentan la zona particularmente fértil del delta con agua antes de desembocar en el Mar Mediterráneo. Sin embargo, el terreno en ambas riberas a lo largo del brazo del Nilo solamente se puede cultivar en unas franjas angostas ya que la zona fértil termina abruptamente cediendo a áreas desérticas secas y montañas (Fig. 1). En tiempos antiguos, el Nilo se desbordaba una vez al año, inundando los campos con su limo rico en nutrientes. Todos los años, los egipcios esperaban estas inundaciones con gran expectación, pues si faltaban ello derivaría en hambruna. En cambio, una crecida demasiado intensa podría destruir las casas y los campos. Para influir positivamente en el desarrollo de la inundación, los sacerdotes oraban a Hapi, el dios del Nilo (ver p. 28, ÄM 9337) y a Nefertum, el dios de la fertilidad (ver p. 40, ÄM 22716) que lleva una flor de Lotus en su cabeza como símbolo de prosperidad. El Nilo siempre estaba presente y marcaba las tres estaciones del calendario que eran determinantes para el modo de vida de los egipcios: Ajet (inundación), Peret (siembra y brote del trigo) y Shemu (calor, tiempo de cosecha). Las cosechas se juntaban y se distribuían de manera equitativa para impedir hambrunas. El Nilo también servía de vía de transporte para el envío de diferentes mercancías, entre ellas las piedras que se necesitaban para la construcción de templos y tumbas, así como para el transporte de personas. De esta forma constituía la arteria vital de Egipto. Ya que además formaba parte de las aguas primigenias, desde las cuales al inicio del mundo ordenado, emergió una colina en la que se instaló el Dios Creador, para crear la tierra, los dioses y los seres humanos. Al final de los tiempos, todo desaparecerá nuevamente en el mar. La presencia del Nilo era universal, no tan sólo en el mundo terrenal, sino también en el del Más Allá.

P.Izquierda: Amuleto en forma del dios Nefertum de pie sobre un león. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

VIDA COTIDIANA

Fig.1: Vista a las montañas del oeste de Tebas con tierra fértil y desierto. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. A.Schröder.

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La vida de los egipcios antiguos estaba marcada por una rígida jerarquía. En la cúspide estaba el faraón que dominaba todo. En el Imperio Antiguo (2707-2216 a. C.), es decir, en los comienzos de la historia egipcia, era considerado incluso dios viviente en la tierra y se le construían grandes complejos funerarios con una pirámide en el centro y templos situados delante de la tumba para venerarlo. Debido a la inestabilidad política en el llamado Primer Periodo Intermedio (2216-2137 a. C.), durante el cual el país se desintegró en múltiples pequeñas regiones gobernadas por soberanos locales, el rey del subsiguiente Imperio Medio (2137-1781 a. C.) perdió su poder divino en la tierra. Si bien siguió siendo el soberano absoluto de Egipto, ahora solamente era el mediador entre los seres humanos y los dioses. El rey tenía la obligación de garantizar justicia a todas las personas, proteger el país contra los enemigos, velar por el bienestar de los súbditos y contentar a los dioses con el país. Por lo tanto, el faraón era el máximo juez y comandante, proveedor y sumo sacerdote. No podía gobernar arbitrariamente, pues sus actos estaban sometidos a la máxima sublime, la Maat (“orden del mundo” y “justicia”). Nadie debía ser atacado o castigado injustamente y era obligación brindar apoyo a los egipcios que estaban en estado de necesidad. Actuar conforme a Maat era obligación de todas las personas durante toda su vida. Si no cumplían con este deber se les negaba el ingreso al mundo del Más Allá después de su muerte. Si bien el faraón era el soberano absoluto del país, gobernado con un sistema centralizado, debido a la gran extensión de Egipto se crearon primero dos regiones principales, el Alto y el Bajo Egipto que, a su vez, estaban subdivididas en 22 y 20 nomos respectivamente. Cada nomo era gobernado por un alto funcionario como representante del rey. Bajo su mando estaban los alcaldes de las diferentes ciudades y pueblos dentro del nomo. Aparte de los numerosos funcionarios a cargo de la recaudación y distribución de las cosechas agrícolas, la jurisprudencia local y el cumplimiento de la Maat, había artesanos de diversos oficios y un gran número de campesinos. Gracias a la agricultura que cubría todo el país, el sistema de abastecimiento, organizado en forma óptima, y a los artesanos bien instruidos, Egipto era económicamente autárquico e incluso era un país atractivo para inmigrantes como los nómades del oeste (libios), del noreste (asiáticos) y del sur (nubios). Era habitual que se incorporara a extranjeros, particularmente nubios, al ejército egipcio como mercenarios. Sin embargo también se protegían las fronteras para evitar ataques enemigos. Los policías del desierto vigilaban las fronteras con Libia y Nubia haciendo patrullaje con sus perros. (ver p. 64, ÄM 22820). En lo demás, los egipcios eran un pueblo pacífico que aceptaba también costumbres y dioses extranjeros integrándolos en su mundo. Si bien las fuentes escritas oficiales siempre se refieren al faraón como el soberano absoluto del mundo entero, representado como león que somete simbólicamente con sus zarpas a todos los pueblos, diferentes vestigios arqueológicos confirman una convivencia armónica. La mayoría de los egipcios se dedicaba a la agricultura, otro grupo importante, aparte de los sacerdotes, eran los artesanos. Ellos construían y decoraban los templos de los dioses y las tumbas para los sectores más acomodados de la población, para los reyes y su familia, los altos funcionarios, arquitectos y sabios. Los relieves, las pinturas y las estatuas eran importantes fuentes de información para los egipcios. Cada representación tenía su significado y era un reflejo de la realidad. La función de las estatuas que se encontraban en los templos y las tumbas era encarnar a quienes se representaban en ellas. Asimismo, las representaciones de los dioses constituían el intento de hacer palpable y explicable lo invisible. Dado que las estatuas no se producían como un fin en sí mismas, los artistas egipcios


podían crear un canon de estatuas que se reducía a cinco formas básicas y dentro del cual cada tipo de estatua tenía una función específica. Las primeras formas son las figuras de pie o caminantes, las figuras sentadas y las de escriba, posteriormente aparecieron las figuras en forma cúbica y las arrodilladas. Con excepción de las figuras de escriba y de forma cúbica que representan exclusivamente a personas no pertenecientes a la realeza, todos los demás tipos de estatuas representan tanto a reyes como a personas privadas. En las tumbas, las figuras de pie o caminantes y sentadas tenían la función de representar al difunto, a veces incluso servir de cuerpo sustituto para las almas, en caso de que se descompusiera la momia. A partir del Imperio Nuevo (1550-1070 a. C.), la figura cúbica (Fig. 2) era la forma preferida para funcionarios de diferentes rangos. Esta forma de una figura en cuclillas en el suelo con las piernas encogidas, cuyo cuerpo está completamente cubierto por su vestimenta, exhibiendo la característica forma de cubo, ofrecía espacio para inscripciones y complementos personales como figuras divinas. Las estatuas cúbicas estaban ubicadas principalmente en el área del templo, para brindarle al representado la protección de los dioses. Mientras las figuras cúbicas representan

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Fig.2: Figura cúbica de Hor, sacerdote del dios Amón en Karnak. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

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Fig.3: Pirámide escalonada de Zoser. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin.

una postura de seguridad en si mismos de sus dueños, las figuras arrodilladas, también ubicadas en el área del templo, parecen más bien humildes. El arrodillado entrega ofrendas, sostiene un templete o presenta una estela con la oración para una deidad que de esta forma se convierte en la palabra de quien está representado en la estela. Por sus formas claramente asignadas, incluso las personas que no sabían leer podían entender fácilmente su significado. Dado que no más del 10 por ciento de la población sabía leer y escribir, las ilustraciones en sus diferentes formas adquirían una especial importancia. Las representaciones detalladas de diversas situaciones cotidianas en las paredes de las tumbas reflejan el mundo real y son comprensibles para todos sin necesidad de textos explicativos. Aún así, éstos se agregaron a menudo y, a primera vista, la escritura jeroglífica con sus representaciones de objetos reales, plantas, animales y personas, parece más bien una escritura pictográfica. Sin embargo esto solo es el caso de algunos jeroglíficos que explican palabras aisladas en forma de imagen. En primer lugar se trata de una transcripción fonética en la cual los jeroglíficos representan las diferentes consonantes y secuencias de letras. Los jeroglíficos se usaron ante todo para las inscripciones en las paredes de los templos y tumbas, así como en las estatuas. Para los documentos de la vida cotidiana se usaba la escritura cursiva derivada de los jeroglíficos, la hierática. Los documentos importantes, textos literarios, científicos y médicos, así como escritos que describían el Más Allá o que trataban un contenido mágico, se escribían en papiro, un soporte de escritura obtenido de la médula de la planta de papiro en un complejo procedimiento. Los textos cortos, ejercicios escolares, anotaciones y facturas se anotaban en ostraca, fragmentos de piedra caliza o de cerámica, que quedaban como desechos durante la producción de estatuas y recipientes, ofreciendo un sustituto de bajo costo del papiro. En principio, la formación escolar estaba abierta a todos, sin embargo muy pocos egipcios abandonaban la casta a la que estaban predestinados por nacimiento. Aún así, se sabe de personas que lograron ascender desde un entorno familiar sencillo hasta un cargo de funcionario de rango superior. Saber leer y escribir era altamente valorado ya que la lectura de todos los escritos permitía adquirir amplios conocimientos que les estaban vedados a la mayoría de las personas. Estos sabios expertos en lectura y escritura, eran representados a menudo en sus estatuas como escriba, un hombre de vestimenta sencilla, sentado en el suelo con las piernas cruzadas, con un rollo de papiro desplegado sobre sus rodillas


VIDA COTIDIANA

y un cálamo en su mano. A pesar de la sencillez de este tipo de estatuas, simbolizan exclusivamente a los funcionarios de rango superior. Los funcionarios medios e inferiores eran capaces de leer y entender algunas palabras para llevar los listados de las cuentas y redactar contratos simples de acuerdo a una pauta preestablecida. Aparte de los documentos necesarios para la vida cotidiana se redactaban textos científicos y literarios, de los cuales algunos se conservan en sus originales, otros solamente se conocen por una referencia, como por ejemplo los extensos ensayos arquitectónicos y médicos del arquitecto y médico más famoso de la historia egipcia: Imhotep (ver p. 54, ÄM 15428). Imhotep vivió en el Imperio Antiguo en tiempos del faraón Zóser (2720-2700 a. C.) para quien construyó la monumental mastaba escalonada en Saqqara que se conserva hasta hoy y es la precursora de las pirámides (Fig. 3). Imhotep también es considerado como el “inventor” de la momificación. Sus conocimientos como médico fueron alabados hasta los tiempos greco-romanos y ya en el Imperio Nuevo (1550-1070 a. C.) fue venerado como santo, posteriormente fue asimilado a Asclepio, el dios griego de la medicina y la curación. En muchos casos se desconoce quién es el autor de un determinado texto. En la Antigüedad no se solía hacer una clasificación de los diferentes géneros, solamente los textos sapienciales se mencionan en la lingüística moderna con su denominación del egipcio antiguo Sebayt (“enseñanza”). Los libros sapienciales son los textos literarios más antiguos de la historia egipcia y fueron transmitidos hasta la época de los romanos. Entregan instrucciones para una vida conforme a la Maat e indicaciones muy pragmáticas de cómo comportarse en la familia, como huésped y frente a su padre, maestro o superior, pero también frente a sus súbditos. Estas enseñanzas reflejan el espíritu y la concepción social de los egipcios. Quien no se atiene a estas reglas, sea el rey o un insignificante funcionario, infringe la Maat y será condenado por siempre después de su muerte. Las máximas de los textos sapienciales también se mencionan reiteradamente en las narrativas del Antiguo Egipto. Una de las más famosas es la de Sinuhé que cuenta la historia de un cortesano en tiempos del faraón Sesostris I (1956-1911 a. C.) que a causa de una sublevación huye al extranjero, donde logra hacer carrera. Pero poco antes de su muerte regresa rehabilitado a su patria para ser sepultado en tierra egipcia. En las escuelas copiaban esta narración al igual que otros textos literarios, no solo para aprender la escritura, sino también para reconocer los valores sociales y adoptar la conducta correspondiente. La conducta social de acuerdo a la Maat no solo tiene importancia dentro de la estructura jerárquica de la población en su conjunto, sino también en el ámbito restringido de la familia. Dado que únicamente los miembros de la clase alta y media podían darse el lujo de construir sus propias tumbas con las respectivas estatuas y el equipamiento funerario, solo se tiene conocimiento acerca de la convivencia familiar, la posición del hombre, de la mujer y de los niños de estos grupos de la población. Las estatuas grupales muestran al hombre y a la mujer del mismo tamaño, de pie o sentados, uno al lado del otro y siempre es la mujer la que ha puesto cariñosamente el brazo sobre los hombros del marido, solo en algunos casos se ve también al hombre abrazando a su mujer. Los niños son retratados a escala menor y –mientras no sean mayores de edad (aproximadamente a partir de los 12 años)– están desnudos, con una trenza a un lado de su cabeza y el dedo índice puesto sobre los labios. (Fig. 4). Dado que las estatuas se instalaban en tumbas o templos, las personas se mostraban con aspecto juvenil-dinámico, llevando pomposas pelucas, elegantes atuendos y joyas. (ver p. 66, ÄM 2303). En las inscripciones se mencionan los nombres, títulos y oficios de los representados. Especialmente, las estatuas en los templos llevan además

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Fig.4: Conjunto familiar. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Jürgen Liepe.

una oración dedicada a una o varias deidades. Mientras el hombre se dedicaba a su oficio, la mujer se ocupaba del hogar y de los hijos. Las familias provenientes de las capas superiores de funcionarios y artesanos vivían en pequeñas casas de dos pisos, construidas de ladrillos de adobe con una superficie habitable de unos 100 m2. En general, las edificaciones tenían un pequeño patio situado delante de la casa y el segundo piso estaba descubierto, (ver p. 71, ÄM 15089). Las propiedades más grandes contaban además con pequeños jardines que en ocasiones tenían estanques. Varias casas formaban un complejo habitacional donde se compartían graneros, establos y despensas. (Fig. 5). El poblado de Deir el-Medina, habitado por los artesanos que decoraban las tumbas en el Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas ha conservado completamente sus instalaciones y cimientos lo que permite reconstruir la forma de vida de sus habitantes. (Fig. 6). Al igual que las casas de los campesinos, artesanos y funcionarios, el palacio del rey también era construido con ladrillos de adobe. Dado que los complejos habitacionales reales se encontraban en las respectivas capitales donde a lo largo de los siglos se


Fig.5: Maqueta de una amplia granja en el sur de la ciudad de Tell el-Amarna (M 50.1) con un gran estar, establos, dependencias de servicio y un jardín con un estanque y una capilla. Michael Haase.

construyeron constantemente nuevas edificaciones sobre las antiguas, no quedan vestigios conservados hasta nuestros tiempos. Solamente los templos y complejos funerarios fueron construidos en piedra, el material de la eternidad. En el transcurso de la historia fue cambiando la capital del país. En el Imperio Antiguo (2707-2216 a. C.) el rey gobernaba en Memphis, en las cercanías de la actual capital de El Cairo. En el Imperio Medio (2137-1781 a. C.) la residencia fue trasladada a El-Lisht en el delta. Los reyes del Imperio Nuevo (1550-1070 a. C.) inicialmente se mudaron con su sede de gobierno a Tebas en el Alto Egipto, donde además se encontraba el templo principal de Amón-Ra, que en aquellos tiempos había ascendido al rango del dios más importante de Egipto. Al final de Imperio Nuevo, los Ramésidas volvieron al delta, a Avaris. Durante la agitada historia del Tercer PerIodo Intermedio (1070-664 a. C.) y el Periodo Tardío (664-332 a. C.) primero existieron varias capitales paralelas que luego, según la respectiva Dinastía, fueron trasladadas al Alto Egipto o regresadas al delta. Con cada Nueva Dinastía llegaba también una nueva familia real al poder, sumando en total 31 Dinastías desde el Periodo Dinástico Arcaico hasta el Periodo Tardío a lo largo de casi 3000 años. Por lo general, dentro de la Dinastía, el padre traspasaba la dignidad real al hijo mayor. Un cambio de Dinastía se producía cuando no había un descendiente habilitado o la casa real se encontraba debilitada y un usurpador había asumido el gobierno. A pesar de esta historia llena de vicisitudes, la posición del rey se mantuvo en lo esencial en forma indiscutida durante siglos. Las sublevaciones contra la casa real o los disturbios nunca se extendían por

VIDA COTIDIANA

Fig.6: Montañas del Oeste de Tebas con vista a las ruinas del asentamiento de los trabajadores de Deir el-Medina. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. A.Schröder.

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largo tiempo, la institución del faraón siempre resultó estable y era aceptada por la población. Esta aceptación se basó esencialmente en la consideración de que el soberano era instituido por los dioses. Los dioses le habían encomendado la protección de Egipto y la implementación de la Maat. Cada nuevo rey invocaba esta tradición. Esta concepción se expresaba visualmente en los atuendos especiales del rey, que no cambiaron durante los tiempos del Antiguo Egipto e incluso fueron adoptados por los ptolomeos, que reinaron después de la Dinastía XXXI, y los romanos durante su dominio sobre Egipto. El rey vestía por lo general un faldellín (en egipcio Shendshut) y en la cabeza el tocado real con rayas amarillas y azules (en egipcio Nemes), la corona del Alto o del Bajo Egipto o la doble corona compuesta de ambas. En la frente llevaba la serpiente Uraeus, elemento común que también lucían los demás miembros de la casa real para manifestar su estatus. (Fig. 7 y 8). El rey era responsable del bienestar del país y de sus habitantes. Esta tarea suponía un soberano joven y comprometido. En las estatuas y los relieves se transmite exclusivamente esta imagen. Para renovar su fuerza vital tras un largo tiempo de regencia, el rey celebraba su aniversario (en egipcio Hebsed), por lo general en el 30º año de su regencia. Durante esta celebración debía demostrar su destreza física e intelectual en diferentes disciplinas. Con motivo del aniversario de gobierno se realizaba una gran fiesta popular para mostrar a todo el pueblo la presencia y los logros del rey. Estas fiestas gozaban de gran popularidad ya que aportaban diversión a una vida laboral extremadamente reglamentada. Aparte de estas fiestas, los miembros de los sectores más acomodados gustaban

Fig.7: Figurilla de un rey arrodillado con la corona del bajo Egipto, y con vasos de sacrificio. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Jürgen Liepe. Fig.8: Figura de un reina de pie, probablemente la deificación de AhmoseNefertari con insignia real. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Jürgen Liepe.


disfrutar de convivencias sociales privadas con buena comida, música, baile y juegos. Testimonio de ello son las numerosas representaciones en las paredes de las tumbas privadas (Fig. 9). Aún existen los originales de instrumentos musicales como oboes, liras, arpas, cascabeles y sonajeras, así como de juegos (ver p. 89, ÄM 8972, ÄM 10765). Con motivo de pequeñas y grandes fiestas, los egipcios solían arreglarse ostentosamente. Mientras en la vida cotidiana se llevaban solo vestimentas sencillas y pequeños colgantes de amuletos sin pelucas sobre el pelo cortado al ras, para los eventos sociales las personas vestían ropa de gala de finas telas de lino, lucían pesadas pelucas y se adornaban con coloridos collares y brazaletes. Durante esos días de fiesta no podían faltar las mascotas. En los relieves se observan las mascotas más populares, como los macacos, monos y gatos que corren entre los invitados. La idea era que también alegraran a sus dueños en el Más Allá, por lo cual se solían añadir pequeñas figuras de animales en las tumbas de los difuntos, a menudo retratados en poses graciosas como si estuvieran vivos. (ver p. 88, ÄM 12627). Pero incluso estos animalitos inofensivos podían tornarse peligrosos para el dueño de la tumba, pues ellos –considerados una copia real de su modelo vivo– podrían eventualmente comerse los cereales y las frutas que se ofrendaban al difunto para sus requerimientos diarios. Con el fin de evitar semejantes ataques, encerraban estas graciosas figuras de animales en pequeñas jaulas y las colocaban cerca de la cámara funeraria. Pero no solo los animales domésticos eran apreciados ajuares funerarios, sino también animales salvajes como liebres, erizos e hipopótamos (ver p. 33, ÄM 10724, ÄM 13890), además de vasijas de fayenza con motivos vegetales. (ver p. 38, ÄM 4562). Todos estos objetos reflejan la particular conexión de los egipcios con la naturaleza en su entorno, tanto con el fértil paisaje del Nilo, como con las inhóspitas regiones desérticas. Transponían este entorno conocido de su vida cotidiana con sus ventajas y también sus peligros al mundo del Más Allá, transformándolo así en algo palpable y familiar. También en el inframundo el Nilo recorre en una ancha faja todas las zonas, ensanchándose en los campos de Aaru en un paisaje de fértiles tierras de cultivo que tienen su modelo real en el Delta.

VIDA COTIDIANA

Fig.9: Mural con figuras femeninas tocando instrumentos musicales. Tumba de Rekhmire (TT 100), Tebas. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. A.Schröder.

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ESTATUA DE HAPI, DIOS DEL NILO, PARTE SUPERIOR

Los egipcios personificaban al Nilo en el dios Hapi, que tenía forma de un hombre con marcadas características sexuales masculinas y femeninas. Vestía una larga peluca estriada y una barba divina que en esta estatua ya no se conserva. Desde sus pesados pechos hacía fluir el agua del Nilo, que era vital para el desarrollo del mundo animal y vegetal. En las manos sobre el busto llevaba originalmente plantas de papiro como muestra de su relación con la regeneración y el florecimiento de la naturaleza. Hapi es responsable de las inundaciones del Nilo, que cada año surtía los campos con agua y el limo rico en nutrientes. Por ello, era venerado en todo Egipto y aunque no tenía ningún templo propio aparecía siempre junto a otros dioses. Muchas veces se representa junto con genios masculinos y femeninos, símbolos de las fértiles aguas, que llevan hortalizas, frutas y granos sobre grandes bandejas al faraón quien reparte estas dadivas entre sus súbditos.

VIDA COTIDIANA

Medinet el-Faijum, Templo Sobek Imperio Medio, Dinastía XII, 1976–1794 a. C. Granito. 70 x 49 x 37 cm Inv.-No. ÄM 9337

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FRAGMENTO DE RELIEVE REPRESENTANDO A DIFERENTES ANIMALES DEL DESIERTO

Saqqara, Tumba de Pehenuka Imperio Antiguo, 2504–2496 a. C. Piedra caliza. 29.5 x 45.5 x 8.5 cm Inv.-No. ÄM 1132

Mientras en las tierras fértiles los egipcios convivían con sus animales domesticados, las zonas desérticas eran el hogar de animales salvajes y el entorno de una naturaleza indómita y peligrosa, que gustaban representar en diversas y animadas escenas en relieves sepulcrales, como se aprecia en esta reproducción muy detallada del encuentro entre un puerco espín con un felino. En el registro inferior también podemos reconocer perros de caza que atacan a un gato montés. Además de la representación de la naturaleza virgen, su conquista también era tema de los relieves sepulcrales.


ESTATUILLA DE SERPIENTE UREUS

La estatuilla de una cobra erguida se encontró en una vivienda privada en Tell el-Amarna. Probablemente representa a la diosa Renenutet que debía velar por el desarrollo de los granos y por una cosecha productiva. Los egipcios habían observado que las serpientes se arrastran por entre los campos y por ello les asignaron la responsabilidad de esta área. Estas estatuillas, al igual que las de otras divinidades, que debían proteger las casas y patios, se encuentran con frecuencia en las viviendas privadas, pues venerándolas se buscaba apaciguarlas.

VIDA COTIDIANA

Tell el-Amarna Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1351–1334 a. C. Arcilla cocida. 17.2 x 9 x 10.4 cm Inv.-No. ÄM 21961

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AMULETO CON FORMA DE BABUÍNO

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Cerámica esmaltada. 4.6 x 2.3 x 2.9 cm Inv.-No. ÄM 5926

El babuino acuclillado es una representación de Thot, el dios de la sabiduría. Como patrón de los escribas gozaba de gran reputación, y era común entre ellos llevar amuletos como éste. Sin embargo, los babuinos no representaban sólo al dios Thot, también están relacionados con el dios Sol. Los egipcios observaron que estos animales daban grandes gritos al comienzo de cada nuevo día y los interpretaron como un saludo al dios Sol. Sobre todo en el Periodo Tardío, en los templos se mantenían babuinos para el ritual matinal.


ESTATUILLAS EN FORMA DE HIPOPÓTAMO, UNO DE PIE Y EL OTRO BRAMANDO

Las figuras de hipopótamos fueron muy populares desde el Imperio Medio, pues personificaban al fructífero, pero también peligroso Nilo. Con una representación muchas veces graciosa de estos grandes animales, los egipcios buscaban conjurar el peligro que significaban estos ejemplares vivos para los barcos. Sin embargo, tales estatuas, que generalmente eran ubicadas en las tumbas, también servían para recordar el mundo de los vivos en el Más Allá. Las figuras eran pintadas muchas veces con motivos de plantas, como el pequeño hipopótamo rugiendo, como si vinieran emergiendo desde las aguas del Nilo.

VIDA COTIDIANA

Imperio Medio, 1976–1794 a. C. Cerámica Esmaltada. 8.5–11, 7.1–7.3, 10–20.5 cm Inv.-Nos. ÄM 10724, ÄM 13890

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OSTRACÓN (FRAGMENTO DE CERÁMICA) CON REPRESENTACIÓN DE PEZ

Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra Caliza. 7.7 x 13.6 x 4.1 cm Inv.-No. ÄM 3312

En las paredes de los sepulcros de diferentes épocas encontramos numerosas representaciones de peces. Los decoradores ponían especial cuidado en reproducir las diferentes especies de peces en forma muy realista y detallada, por lo que estos dibujos tienen gran importancia zoológica en la actualidad. Los artistas dibujaban con gran exactitud cada ejemplar, como se aprecia aquí en la perca del Nilo, en ostracas, trozos de piedra o cerámica, usándolos como modelos para decorar posteriormente los sepulcros.


AMULETOS, SELLOS (ESCARABOIDE) Y FIGURILLAS EN FORMA DE SAPOS Y RANAS

En las ciénagas del Nilo habitaba gran cantidad de ranas y los egipcios pensaban que eran engendradas por el limo del río pues de éste salían. Los dioses masculinos primigenios son representados como ranas, mientras que sus pares femeninos aparecían como serpientes. La rana era considerada como la personificación de las fuerzas vivificadoras y símbolo del renacimiento. Por ello, la diosa que preside los nacimientos, Heket, era representada como mujer con cabeza de rana. Los amuletos con forma de rana gozaban de gran popularidad y los llevaban los vivos, como también se agregaban a las tumbas de los muertos.

VIDA COTIDIANA

Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Cerámica esmaltada, Esteatita. 0.9-1.5, 0.9–1.8, 1–2.1 cm Inv.-Nos. ÄM 3805, 6030, 13167, 17420, 21959, 22150, 24589, 33872

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RECIPIENTE DECORADO CON BROTES Y FLORES DE LOTO

Imperio Nuevo, 1492–1388 a. C. Arcilla cocida. 59 x 29 x 16.7 cm Inv.-No. ÄM 611 RECIPIENTE EN FORMA DE LOTO

Ambas vasijas están decoradas con la flor de loto, que creció en las orillas poco profundas del Nilo. Los egipcios le asignan una importancia especial a esta planta en particular, vinculada estrechamente con la regeneración. Ellos creyeron que el primer dios Atum había surgido a partir de una masa de agua en el principio de los tiempos en una flor de loto. Más aún, el loto fue un símbolo del sol y del ciclo del amanecer y el atardecer de todos los días, así como un símbolo de la muerte y el renacimiento. Los muertos anhelaban el inicio de su vida eterna en el Inframundo, tal como el loto enfrenta un nuevo comienzo cada día al abrir su flor con la salida del sol.

VIDA COTIDIANA

Tuna el-Yebel Tercer Periodo Medio, 1070-655 a. C. Cerámica esmaltada. 15.4 x 8.1 cm Inv.-No. ÄM 12578

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CUENCO DECORADO CON BROTES DE LOTO Y TRES PECES CON UNA CABEZA

Imperio Nuevo, 1550–1292 a. C. Cerámica Esmaltada. 3.7 x 10 cm Inv.-No. ÄM 4562 RECIPIENTE PARA MAQUILLAJE Y VASIJA EN FORMA DE PEZ

Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra “Greywacke”, Arcilla. 15 x 5.9 x 6 cm Inv.-No. ÄM 22705

Vasijas con forma de peces y cerámicas decoradas con motivos vegetales y de peces eran muy populares, y demuestran el estrecho vínculo que los antiguos egipcios tenían con su entorno natural. En este cuenco el motivo recibe una variación creativa: los tres cuerpos de los peces se disponen de forma que todos comparten una cabeza, la cual se encuentra aún asociada de manera individual a cada pez. Este tipo de trucha (tilapia) funciona como un incubadora bucal, un tipo de pez que guarda sus huevos en su boca hasta que eclosionan. Fue por esto reconocido por los antiguos egipcios como un símbolo de regeneración y renacimiento, y muchas veces aparece representado en la cerámica como parte del equipamiento de las tumbas.


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VIDA COTIDIANA



ESTATUILLA DEL DIOS NEFERTUM

Medinet el-Faijum, Sobek Temple Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce con incrustaciones de vidrio. 31.5 x 5.3 x 9.5 cm Inv.-No. ÄM 22716 AMULETO EN FORMA DEL DIOS NEFERTUM DE PIE SOBRE UN LEÓN

Nefertum fue venerado primero en una flor de loto, antes de que esa planta, junto con dos plumas, formara parte del ornamento de su cabeza. El loto, cuya flor se cierra por la noche y se hunde en el agua, para volver a emerger y abrir su flor por la mañana, fue interpretado como el símbolo de la puesta y la salida del Sol. Por ello, Nefertum es el dios de la regeneración, que cada día prometía a todos los egipcios una nueva feliz jornada y al mismo tiempo el dios del renacimiento, que todo muerto anhela. Además, tiene una estrecha relación con el dios Sol Ra, que trae a Egipto la luz, fuente de vida, y destruye al mismo tiempo a todos los enemigos del país. Por ello, Nefertum puede portar una espada en forma de hoz adornada con una cabeza de halcón. El halcón hace referencia a la figura del Dios Sol con cabeza de halcón. Nefertum adoptó el aspecto belicoso de su madre Sejmet, que como leona protege a Egipto, y es representado a veces con cabeza de león o montado sobre un león.

VIDA COTIDIANA

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Cerámica esmaltada. 10.5 x 1.8 x 3 cm Inv.-No. ÄM 5392

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ESTATUS DEL REY RAMSÉS II, PARTE SUPERIOR

Este busto de una estatua monumental representa al faraón Ramsés II, uno de los soberanos más conocidos de la historia del Antiguo Egipto, lo que no se debe sólo a su prolongado reinado de más de 65 años. Ramsés II promovió una política exterior muy ofensiva e intentó ampliar las fronteras de Egipto hacia el noreste. En Kadesh, en el borde norte de la cadena montañosa del Líbano y frontera de la actual Siria, se produjo la batalla decisiva entre el ejército egipcio y las fuerzas de los hititas, que habitaban el territorio al norte de Kadesh. Si bien las fuentes egipcias relatan una grandiosa victoria del joven faraón egipcio, en la práctica fue una derrota. Sin embargo, dado que los hititas tampoco pudieron defender exitosamente el territorio, se celebró finalmente un tratado de paz, el primero de la historia mundial. Ramsés II no se dedicó sólo a la guerra, sino se involucró también en la seguridad de Egipto y en la estabilidad de la economía del país. Construyó o amplió numerosos templos y mandó instalar innumerables estatuas que lo destacaban como un exitoso gobernante. Muchas veces se le dedicaron estatuas ya existentes, pero también se crearon muchas otras nuevas, como ésta, que muestra a Ramsés II en su función como supremo sacerdote participando en una procesión, lo que se desprende del fragmento de un estandarte en su lado izquierdo. En el pilar dorsal se conserva aún el inicio de su titulatura real compuesta de cinco nombres.

VIDA COTIDIANA

Bubastis, Templo Bastet Imperio Nuevo, Dinastía XIX, 1279–1213 a. C. Granito Rosa. 129 x 95 x 73 cm Inv.-No. ÄM 10835

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OSTRACÓN (FRAGMENTO DE CERAMICA): FARAÓN CON LA CORONA CEREMONIAL AZUL SENTADO EN SU TRONO

Imperio Nuevo, 1292–1186 a. C. Granito Negro. 32 x 20 x 11.5 cm Inv.-No. ÄM 4422

Imperio Nuevo, 1292–1186 a. C. Piedra caliza. 21.4 x 13.1 x 4.6 cm Inv.-No. ÄM 21435

La doble estatua representa a Nakhtmin y su esposa Merseger. El hombre lleva una larga falda y sostiene un báculo divino delante de su hombro izquierdo. Mientras tanto, su mujer está sosteniendo un sistro en su mano izquierda, un tipo de instrumento utilizado en las fiestas religiosas y procesiones. La parte frontal de su cabeza está decorada con una flor de loto. Las inscripciones jeroglíficas en la parte delantera y trasera de la estatua entregan los títulos de las dos personas. Esta estatua, fue hallada como parte del equipamiento de la tumba de Nakhtmin en la Baja Nubia.

El ostracón pintado por ambos lados muestra enfrente un rey con ornamentos de día festivo. Está sentado en posición cómoda, su brazo derecho descansa relajado sobre el apoyo de su litera. En su mano izquierda sostiene un cayado y un látigo, las insignias reales características. Este prolijo dibujo es probablemente un bosquejo que debe haber servido como patrón para la decoración del muro de un templo o sepulcro. El ostracón se utilizó también como material barato para escribir, pues en la parte posterior se dibujó con jeroglíficos el nombre de la diosa Mut.

VIDA COTIDIANA

PAREJA DE ESTATUILLAS DE NAKHTMIN Y SU ESPOSA MERETSEGER

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FIGURA DE UNA DIOSA DE PIE AMAMANTANDO AL REY

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 17.7 x 4.2 x 6 cm Inv.-No. ÄM 8288

La estatuilla representa probablemente a la diosa Isis amamantando al joven rey. Aún cuando la figura del rey parece un adulto, su desnudez y la trenza de la infancia en su cabeza lo caracterizan claramente como un niño pequeño. El soberano gobernante era considerado como descendiente del dios Horus, hijo de Isis, que gobernó Egipto en los tiempos mitológicos. Isis amamanta al rey como alguna vez lo hizo con su propio hijo, al que crió amorosamente en la espesura de los papiros. Con ello, también el faraón recibe la protección divina universal.


ESTATUILLA DEL DIOS HORUS CON CABEZA DE HALCÓN Y ESTATUILLA DEL DIOS THOT CON CABEZA DE IBIS, VERTIENDO AGUA BENDITA DESDE UNA VASIJA RITUAL.

Ambas estatuillas de los dioses Horus y Thot con los brazos levantados flanqueaban la figura de un rey que ya no se conserva. Sostienen vasijas para libaciones, con cuyas aguas consagradas purifican al futuro soberano antes de su entronización y con ello lo erigen como legítimo rey de Egipto. Tales escenas de purificación se conservan en los muros de muchos templos. Horus era el soberano divino sobre todo Egipto y cada rey gobernante lo sucede en esa función. Thot, como dios de la sabiduría, le otorga al faraón la capacidad de gobernar con justicia.

VIDA COTIDIANA

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce . 10.1 x 2.4 x 5 cm (Horus). 12.3 x 2.9 x 5.5 cm (Thoth) Inv.-No. ÄM 2420, ÄM 13994

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ESCARABAJOS

Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1479–1351 a. C. Esteatita 1.1–5.2 x 1.6–3.9 x 1–2.4 cm Inv.-Nos. ÄM 1946, ÄM 32326, ÄM 33345 ANILLO CON ESCARABAJO REPRESENTANDO DOS DIOSES Y SUS CETROS

Uno de los símbolos más conocidos del Antiguo Egipto es el escarabajo. Su nombre egipcio, Jepri, significa “llegar a ser, originarse”. Este nombre se deriva de la observación de que el escarabajo adulto nacía desde el barro, de donde sale arrastrándose. Por ello se transformó en el símbolo del dios Sol, que se eleva renovado cada amanecer desde el inframundo. La bola de estiércol que hace rodar el escarabajo entre sus patas traseras simboliza el disco solar. Los amuletos en forma de escarabajo eran muy apreciados tanto por los vivos como para los muertos. Con ellos se podía invocar la continuación del curso del sol y esperar la propia regeneración y renacimiento. En la parte inferior del escarabajo se encuentran símbolos, pequeñas escenas y breves textos. El escarabeo dorado muestra una pareja de dioses, mientras los otros están adornados con motivos que provienen del ámbito real: el soberano monta su carro de combate y está representado combatiendo a los enemigos de Egipto. En ambas escenas se trata de documentar el poder del faraón.

VIDA COTIDIANA

Imperio Medio, 1279–1213 a. C. Oro, cobre. 23.8 x 26.5 x 8.5 cm Inv.-No. VÄGM 1987/93

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PIEDRAS FUNDACIONALES CON EL NOMBRE DEL REY RAMSÉS II

Imperio Nuevo, Dinastía XIX, 1279–1213 a. C. Cerámica esmaltada. 25.2 x 12.7 x 4.8 cm (ÄM 11461), 23 x 11.5 x 4.5 cm (ÄM 11462) Inv.-No. ÄM 11461, ÄM 11462

Ambos cartuchos con el nombre personal y el nombre de trono del rey Ramsés II están esbozados en negro en dos ladrillos de cerámica esmaltada verde azulada. Por encima de los cartuchos se dibuja un disco solar entre dos plumas. En ambos lados aparecen anillos, renacuajos y florescencias. Estas imágenes son una promesa del largo gobierno del rey. Los ladrillos constituían un regalo fundacional, lo que significa que, junto a otros presentes, eran ubicados bajo los cimientos de un templo nuevo como parte del rito de fundación de la nueva construcción.


FRAGMENTO DE RELIEVE: CORTESANOS FRENTE A UN REY QUE NO ES VISIBLE

Este relieve es parte de una escena más grande que muestra a altos funcionarios haciendo una profunda reverencia ante un faraón, que no es visible en este fragmento. El hombre en el lado derecho tiene un paño envuelto alrededor de sus axilas, y que se sostiene alrededor de su cuello con una cinta. La única persona que utiliza este tipo de indumentaria era el visir, el representante de faraón. Este fragmento de relieve fue tomado de una pared en Saqqara, donde Horemheb, comandante en jefe del ejército y después ultimo faraón de la Dinastía XVIII, inicialmente comenzó a financiarse una tumba.

VIDA COTIDIANA

Saqqara, Tumba menfita de Horemheb Imperio Nuevo, 1333–1323 a. C. Piedra caliza. 42 x 23 x 3 cm nv.-No. ÄM 22663

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Menfis Imperio Nuevo, 1550–1292 a. C. Piedra caliza . 161 x 86 x 12.5 cm Inv.-No. ÄM 7316

La estela de Upuat-mose, escriba real y administrador del granero, estaba instalada ante su tumba. En el campo superior de la imagen, él mismo ora ante el dios Sol Ra-Horajti, a la derecha, y ante Osiris, el soberano del inframundo, a la izquierda. En la parte inferior de la estela aparecen escritas sus plegarias. La distribución de las invocaciones se orienta exactamente al mundo del más acá en el oriente (derecha), así como al del más allá en el occidente (izquierda). En la columna del centro se llama a los visitantes de la tumba a que eleven una plegaria por Upuatmose para asegurarle la vida eterna en el más allá.

OSTRACON CON EL NOMBRE DE RAMSÉS II EN LETRAS HIERÁTICAS

Imperio Nuevo, 1279–1213 a. C. Arcilla cocida. 15 x 10.2 x 0.8 cm Inv.-No. P 11235

Ostracón con un ejercicio de escritura en letras hieráticas. XIX Dinastía, época de Ramsés II. Origen: Tebas occidental. La escritura egipcia se enseñaba en escuelas para escribas donde utilizaban fragmentos de cerámica como material barato para escribir. El texto de ejercicio contiene en escritura hierática la titulatura de Ramsés II con su título real, el nombre de su entronización, así como una fórmula estandarizada con el deseo de una larga vida con salud. “Rey del Alto y Bajo Egipto, Señor de los dos países, Usermaatre Setepenre (=Ramsés II), ¡que viva, y esté sano y salvo!”.

VIDA COTIDIANA

ESTELA DE UPUAT-MOSE, EL ESCRIBA REAL

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Tercer Periodo Intermedio, 746–655 a. C. Bronce. 3.9 x 12.2 x 6 cm Inv.-No. ÄM 15428 OSTRACON REPRESENTANDO A AMENOFIS (AMENHOTEP), HIJO DE HAPU, COMO UN ESCRIBA

Tebas, Deir el-Medina Imperio Nuevo, 1183–1152 a. C. Piedra caliza. 15 x 13 x 4.4 cm Inv.-No. ÄM 21447

En la historia de Egipto existen sólo dos personalidades históricas que fueron veneradas después de su muerte como sabios y dioses: Imhotep y Amenofis, hijo de Hapu. Imhotep fue médico y arquitecto bajo el reinado del faraón Zóser por el año 2700 a. C. Diseñó la primera pirámide escalonada en Saqqara y se le considera el inventor de la momificación. Se le atribuyen también muchos libros de medicina, sin embargo, éstos no se conservan en su original. Amenofis, hijo de Hapu, vivió más de 1000 años después de Imhotep, cerca del año 1380 a. C. y fue un alto funcionario bajo el reinado del faraón Amenofis III. Dado que él mismo se consideraba como el sucesor espiritual de Imhotep, después de su muerte fue venerado como divinidad, al igual que éste. Ambos fueron considerados como el arquetipo de los eruditos egipcios, tanto por los mismos egipcios, como más tarde por los griegos y romanos en Egipto y, conforme a una antigua tradición, son representados como escribas. Mientras Amenofis, hijo de Hapu, aparece muchas veces en relación con la formación escolar, de Imhotep se conservan muchas estatuas de bronce que lo muestran como escriba o lector, que los fieles regalaban a los templos o instalaban en sus propias casas.

VIDA COTIDIANA

ESTATUILLA DE IMHOTEP, PATRONO DE LOS ESCRIBAS

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RÉPLICA DE UTENSILIOS DE ESCRITURA

Madera, cuero, yeso. 13.5 x 6.7 x 2 cm (losa), Alto x diam. 8 x 7 cm (bolsa), Alto x diam 32.4 × 5.4 cm (stand) Inv.-No. G 591

Los escribas en el Antiguo Egipto llevaban consigo el equipo que necesitaban para su trabajo atados en un conjunto. Este consta de tres herramientas: un soporte hueco para sostener los punzones, una bolsa para almacenar el equipo necesario para mezclar la tinta y una losa con cuencos para la tinta roja y negra. Estos conjuntos están representados en relieves y esculturas que aparecen tan pronto como el Imperio Antiguo.


ESTATUILLA DE UN ESCRIBA

Una carrera de escriba fue muy bien considerada en la sociedad egipcia antigua, y los funcionarios miembros de la clase alta que podían permitirse financiar estatuas, a menudo eligieron ser representados como escribas. En este caso, la estatua representa claramente a un copista por los elementos que está sosteniendo: un papiro en su regazo, y el utensilio de escritura en la mano. Si bien se desconoce la procedencia exacta del objeto, es probable que la estatua haya sido encontrada en una tumba o templo.

VIDA COTIDIANA

Imperio Nuevo, 1550–1292 a. C. Esteatita. 8.5 x 5.1 x 5.2 cm Inv.-No. ÄM 14445

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OSTRACÓN CON INSCRIPCIONES DEMÓTICAS

Tebas Periodo Romano, 18 a. C. Arcilla cocida. 22.7 x 12.1 x 1 cm Inv.-No. P 765

Cuenta sobre suministros de vino en escritura y lenguaje demótico. Año 12 del emperador Augusto = 28 de febrero del año 18 a. C., probablemente de Tebas. El ostracón documenta la cuenta sobre un suministro de líquidos a varias personas. Por el tipo de unidad “Hin” (aprox. ½ l) y los textos paralelos se supone que se trata de suministros de vino que corresponderían a las personas indicadas por su nombre. La cuenta no entrega información sobre el trasfondo exacto de los suministros ni sobre la relación existente entre las personas nombradas.


OSTRACÓN CON INSCRIPCIONES DEMÓTICAS

Ostracón con un comprobante de arrendamiento forzoso en escritura y lenguaje demótico, año 9 de Ptolomeo IX, Sóter II, principios del año 108 a. C., Tebas Oriental. En el Periodo Tardío de la Dinastía Ptolemaica (a partir del fin del siglo II a. C.) existió el llamado “arrendamiento forzoso”, en el cual el Estado asignaba pequeños terrenos para ser cultivados al comienzo de cada año. Aquí se asignan 1.400 m2 al campesino Pikos en el oriente de Tebas, lo que se confirma con este comprobante. El funcionario encargado, Psenminis, extendió el comprobante y dos colegas confirman el proceso con sus nombres.

VIDA COTIDIANA

Tebas Periodo Ptolemaico, 108 a. C. Arcilla cocida. 8.2 x 14.7 x 1 cm Inv.-No. P 9462

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OSTRACÓN CON INSCRIPCIONES COPTAS

Qena Periodo Copto, 306–638 a. C. Arcilla cocida. 13.2 x 7.5 x 0.8 cm Inv.-No. P 8715

El copto es el nombre utilizado para referirse a la última etapa del idioma egipcio antiguo, que integra por igual vocales y consonantes como transcripción fonética. Se utiliza predominantemente el alfabeto griego, complementándolo con algunos caracteres que se derivan del demótico. El copto, hablado entre el siglo III hasta el XVII, es usado en la actualidad sólo en ceremonias litúrgicas especiales por los cristianos pertenecientes a la iglesia copta. En este ostracón, el escriba anotó dos veces en un dialecto nubio del copto las palabras dátiles, vino, pan y agua.


MESA DE OFRENDAS CON INSCRIPCIONES TRILINGÜES (JEROGLÍFICOS, DEMOTICO Y GRIEGO)

Mesa de ofrendas en tres idiomas del templo de Osiris de Coptos en Karnak. Esta mesa de ofrendas estaba consagrada al Osiris de Coptos, el primordial de la casa dorada, en su templo en Karnak, como informa la inscripción jeroglífica. El texto demótico nombra igualmente al dios, sin embargo, menciona además al ofrendante Paminis, hijo de Psenosiris. En la inscripción griega aparece nuevamente el ofrendante, sin embargo como “Paniskos” junto con una datación en el año 18 del gobierno de un soberano no identificado del Periodo Tardío de la Dinastía Ptolemaica.

VIDA COTIDIANA

Tebas del Este, Templo de Karnak Periodo Ptolemaico Tardío, 180–30 a. C. Diorita. 12.5 x 53 x 44 cm Inv.-No. ÄM 2304

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OSTRACÓN REPRESENTANDO A DOS ARTESANOS PULIENDO UNA GRAN VASIJA

Tebas, Deir el-Medina Imperio Nuevo, Dinastía XIX, 1292–1186 a. C. Piedra caliza. 9.1 x 10.9 x 2.1 cm Inv.-No. ÄM 21444


Tell el-Amarna Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1351–1334 a. C. Bronce, piedra caliza, granito, arenisca, cobre, metal, diorita, alabastro calcita. 2.7–13.1 x 0.4–14.2 x 0.4–9 cm. (ÄM 30289): 3 x 7.5 cm, Inv.-Nos. ÄM 20713, 21189, 21252, 30242, 24681, 36255, 25977, 30268, 30289

La ciudad del Antiguo Egipto, Ajetatón, hoy Tell el-Amarna, fue la capital residencia de la pareja real de Akenatón y Nefertiti, que gobernaron Egipto entre los años 1351-1334 a. C. Después de su muerte, la ciudad fue abandonada y nunca más sería habitada. Esto permitió que 3.000 años después se pudieran sacar a la luz viviendas, talleres, palacios y templos que conservaban en parte aún su equipamiento original de artefactos y utensilios domésticos. Las herramientas aportan información sobre las actividades artesanales. Gracias a los descubrimientos arqueológicos y las representaciones en las tumbas es posible comprender los procesos de trabajo de la antigüedad. Con frecuencia se dibujaban escenas cotidianas en ostracas (fragmentos de piedra caliza o cerámica), un material barato de escritura, que después eran transferidas a los muros de las tumbas. Numerosos hallazgos encontrados en Deir el-Medina, una aldea construida para los decoradores de las tumbas, comprueban esto. Este ostracón muestra una típica escena de artesanos: el hombre en cuclillas de la izquierda alisa la vasija con una piedra de pulir, mientras el muchacho la sostiene. Ambos son representados desnudos como simples trabajadores y sus peinados hacen referencia a su origen nubio.

VIDA COTIDIANA

SELECCIÓN DE HERRAMIENTAS QUE INCLUYEN: CINCEL, BROCAS, PIEDRA DE PULIR, CLAVO, HERRAMIENTA DE GRABADO, MARTILLO Y PIEDRA DE AFILAR

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Imperio Medio, 2119–1976 a. C. Piedra caliza. 67 x 34 x 9 cm Inv.-No. ÄM 22820

RELIEVE REPRESENTANDO UNA ESCENA DE CAZA

Tebas Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1550–1292 a. C. Piedra Caliza. 35 x 39 x 6 cm Inv.-No. ÄM 31200

Egipto tenía hacia el sur, oeste y noreste fronteras abiertas en el desierto, que eran patrulladas periódicamente para impedir la invasión descontrolada de los pueblos vecinos, nubios, libios y sirios. Kai, representado en su estela con flecha y arco, y sus dos perros favoritos, pertenecía a la policía del desierto, de lo que informa la inscripción. La representación no sólo hace referencia a su cargo oficial, sino demuestra también el vigor juvenil que usa en la caza, lo que se deduce de los tres animales salvajes del registro inferior. La caza en el desierto era una actividad ampliamente difundida en la casa real y entre los altos funcionarios, por ello se encuentran muchas representaciones sobre el tema en las tumbas de diferentes épocas en Egipto. La escena del fragmento de relieve es inusual: las cabezas de los perros de caza, que aparecen tirando de un órix blanco, están representadas de frente. Las cabezas de las personas y de los animales eran representadas normalmente sólo de perfil en los relieves, lo que también se evidencia en el resto de la estela de Kai. Seguramente aquí se trató de representar la dramática situación de una forma especialmente realista.

VIDA COTIDIANA

ESTELA DE KAI, JEFE DE LA POLICÍA DEL DESIERTO, CON SU MADRE BASCHET

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PAREJA DE ESTATUAS DE NEFERHOR Y SU ESPOSA WJAJ

Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra caliza. 75.5 x 57.5 x 55 cm Inv.-No. ÄM 2303

Esta doble estatua muestra a una pareja, Nefer-Hor y su esposa Wjaj, sentados uno al lado del otro. Nefer-hor, que ostenta el título de escriba de las ofrendas, lleva un 'shenti', una larga falda mientras que Wjaj lleva un vestido ajustado, con pliegues. Como es a menudo típico de este tipo de estatua, la mujer ha colocado su brazo derecho alrededor de los hombros de su marido. La inscripción en la parte trasera de la estatua nombra a la pareja con sus títulos, y por lo tanto incluye una oración para Osiris, Isis y Horus.


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VIDA COTIDIANA


FRAGMENTO DE RELIEVE REPRESENTANDO UNA ESCENA DE COSECHA

Giza, Tumba de Seshemnefer IV Imperio Antiguo, Dinastía VI, 2347–2216 a. C. Piedra Caliza. 65 x 179 x 10 cm Inv.-No. ÄM 1129

Este fragmento de la pared de una tumba forma parte de una secuencia mayor que, junto a esta escena de cosecha, muestra la representación de un sacrificio de reses. En las tumbas del Antiguo Egipto se encuentran frecuentemente ambos motivos pues eran componentes esenciales de las ofrendas a los muertos en el más allá. Las escenas con sus procesos de trabajo y las herramientas ilustradas sirven hoy como valiosos testimonios para comprender la vida del Antiguo Egipto. Las escenas entregan una imagen muy concreta de los procesos de trabajo reales. Aquí los campesinos recogen el

grano y lo empacan en grandes sacos. “Encordelando el saco de esparto” se lee en la inscripción entre ambos trabajadores. En el registro inferior, los sacos son transportados por asnos hasta el granero. Uno de los asnos se resiste a esta tarea y porfiadamente no quiere moverse. Uno de los trabajadores lo tira de la pata delantera y la oreja mientras otro intenta empujarlo desde atrás azuzándolo con las palabras “¡Cumple con tu deber!”. A la derecha, los asnos son azuzados sobre las eras para trillar el grano y uno busca evadirse. Entonces, el arriero de la derecha le grita a su colega: “¡Atrás! ¡Ten cuidado!”, para detener al asno.


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VIDA COTIDIANA


RELIEVE (FRAGMENTO) QUE REPRESENTA A UN CAMPO MILITAR DONDE APARECE UN COCHERO DURMIENDO, UN NOVIO Y SU CABALLO, Y EL INTERIOR DE UNA TIENDA DE CAMPAÑA

Saqqara, tumba de Haremhab Imperio Nuevo, 1319–1292 a. C. Piedra caliza. 42 x 53 x 8.5 cm Inv.-No. ÄM 20363

Como general y comandante supremo de las tropas, Horemheb se hizo construir primero una tumba monumental en Saqqara. Una vez que ascendió a faraón, levantó otra tumba en el Valle de los Reyes en el oeste de Tebas. En su primera tumba predominan las escenas del entorno militar, que reproducen la vida cotidiana en los campamentos en forma muy realista. Observamos el interior de una carpa representada detalladamente y encima de ella un carro de guerra con un cochero durmiendo. Adelante se encuentra agachado otro hombre que sujeta por las riendas al caballo desenganchado.


MODELO DE CASA HABITACIONAL CON PATIO

Los modelos de casas nos dan una buena idea sobre el tipo y tamaño de las propiedades del Antiguo Egipto. Las viviendas originales sólo se han conservado en Deir el-Medina (Tebas oeste) y en Tell el-Amarna en Egipto Medio, de las cuales subsisten por lo general sólo las fundaciones. Conforme a los modelos, las casas del Antiguo Egipto tenían generalmente dos pisos. Una escalera exterior conducía al piso superior abierto que era utilizado como dormitorio. Al interior de las casas se realizaban los trabajos diarios, mientras que se cocinaba y comía en el espacioso patio.

VIDA COTIDIANA

Imperio Medio, 2119–1794 a. C. Arcilla cocida. 16 x 13 x 27.5 cm Inv.-No. ÄM 15089

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Tell el-Amarna Imperio Nuevo, 1351–1334 a. C. Arcilla cocida. 49 x 32 x 26 cm Inv.-No. ÄM 24999 ARTÍCULOS DE USO DOMÉSTICO QUE INCLUYEN UN ÁNFORA, RECIPIENTE DE ALMACENAMIENTO, JARRA PARA CERVEZA Y CUENCO

Tell el-Amarna Imperio Nuevo, 1351–1334 a. C. Arcilla cocida. 7.8–33.4, 17–22.8 cm Inv.-Nos. ÄM 22261, 29257, 29349, 29290

Piezas de vajilla tales como ánforas, vasos y cuencos eran esenciales para la preparación y almacenamiento de alimentos y bebidas. Como eran utilizadas en cada hogar de Egipto a diario, existen una gran cantidad de ejemplares. Fueron producidos en masa con arcilla y cocción en horno. Esto no sólo fue muy eficiente en términos económicos, pero también de durabilidad, sirviendo a menudo a varios fines en cada hogar. La mayoría de las vasijas que aquí se muestran son simples y sin ningún esfuerzo o dinero gastado en su decoración. Esto sugeriría que fueron utilizados para tareas prácticas y no para fines decorativos. Pero existían además vasijas ricamente pintadas provenientes de las viviendas de altos funcionarios. Especialmente en Tell el-Amarna, en Egipto Medio, se han encontrado numerosas vasijas coloreadas delicadamente en diferentes tonos de azul. Esta característica decoración se obtiene aplicando una barbotina gris claro de alúmina y cobalto antes de la hornada que cambia su color a un azul brillante producto de la reacción química de cada componente durante el proceso de cocción.

VIDA COTIDIANA

VASIJA PINTADA AZUL

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APOYACABEZA CON SOPORTES EN FORMA DE CAPULLOS DE LOTO

Imperio antiguo, 2700–2170 a. C. Piedra caliza. 14.5 x 14.5 x 6 cm Inv.-No. ÄM 20462

Los apoyacabezas se conocen sobre todo del contexto de las tumbas y aún no está claro si se usaban también en la vida real como sustitutos de las almohadas. En el féretro servían para alinear en sentido horizontal la cabeza de las momias acostadas de lado o de espaldas. Con frecuencia se añadían separadamente otros apoyacabezas al ajuar funerario. Éstos eran elaborados en filigranas y no resultaban útiles para su función. Los motivos, como las columnas en forma de un haz de papiros, hacen referencia al anhelo de renacimiento en el más allá.


CUATRO FRAGMENTOS DE BALDOSAS Y TRES INCRUSTACIONES CON MOTIVOS DE LA NATURALEZA

Estos fragmentos de loseta provienen de piezas fabricadas con pastas de fayenza de distintos colores y ricamente decoradas. Los artesanos también elaboraban separadamente motivos como flores, peces y aves y los integraban en el substrato. En conjunto conformaban paisajes llenos de detalles. Las coloridas y costosas decoraciones fueron muy populares, sobre todo durante el Periodo de Tell el-Amarna a mitad del siglo XIV a. C. y adornaban los palacios reales, así como las viviendas de los funcionarios de alto rango.

VIDA COTIDIANA

Tell el-Amarna Imperio Nuevo, 1351–1334 a. C. Cerámica esmaltada policroma. 4.1–6.5 x 5.1–8.5 x 0.7–1.6 cm (baldosas) 4.3–7.1 x 3.3–5 cm (incrustaciones) Inv.-Nos. ÄM 21875, 25436, 25444, 30541, 30552, 30590, 30595

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Tebas Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1550–1292 a. C. Bronce pulido. 25.2 x 13.3 x 2 cm Inv.-No. ÄM 2774 CAJA PEQUEÑA PARA JOYAS

Tebas Imperio Nuevo, Dinastías XVIII–XIX, 1550–1186 a. C. Esteatita.4.1 x 5.1 x 3.3 cm Inv.-No. ÄM 2038

Los miembros de las capas de artesanos y funcionarios de alto rango organizaban periódicamente celebraciones o participaban en recepciones de la casa real y fiestas en honor de los dioses. En estas ocasiones portaban valiosas joyas y dedicaban mucho tiempo al cuidado personal. Las piezas de joyería que no se usaban diariamente eran guardadas en recipientes especiales que, como este joyero, estaban ricamente adornados. Está decorado alternadamente con la tela anudada como símbolo de la diosa Isis y el pilar erguido que significa “eternidad” y está asociado al dios Osiris. Esta pareja de dioses representa el arquetipo de la profunda solidaridad conyugal. El mango del espejo, cuyo disco finamente pulido reflejaba el rostro de quien se miraba en él, está diseñado como una umbela de papiro, desde la cual emerge el disco como flor. Entre el mango y el disco aparece el rostro de Hathor, la diosa de las fiestas, la armonía y el amor. Su rasgo característico es que, en lugar de las orejas humanas, tiene orejas de vaca que sobresalen por los lados y que los egipcios consideraban muy encantadoras.

VIDA COTIDIANA

ESPEJO, PARTE SUPERIOR DEL MANGO CON FORMA DE LA CABEZA DE LA DIOSA HATHOR

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CUCHARA PLANA CON FIGURA HUMANA (HOMBRE LIBIO)

Nubia, Sanam Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Cerámica esmaltada. 7.3 x 4.3 x 0.7 cm Inv.-No. ÄM 3131 LOSA CON ESPACIOS PARA ACEITES DE UNCIÓN

Abusir Imperio Antiguo, 2504–2347 a. C. Calcita (alabastro). 2.1 x 19.4 x 8.7 cm Inv.-No. ÄM 16454


Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1550–1292 a. C. Inv.-No. ÄM 16138 Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1351–1334 a. C. Inv.-No. ÄM 24751 Cerámica esmaltada, Metal. 6.5 x 5.7 cm (ÄM 16138). 15 x 0.6 cm (ÄM 24751)

Muchos objetos dedicados a los rituales de belleza se han conocido de las excavaciones de tumbas. Después de haber sido usados durante la vida debían seguir prestando sus servicios a sus propietarios en el más allá. Sin embargo, algunos fueron elaborados especialmente para el ajuar funerario, como los que se muestran aquí. Ello explica sus filigranas y detallado diseño. La paleta de aceites tiene siete huecos con la respectiva inscripción de los diferentes “óleos sagrados” que eran usados para el cuidado de la piel y del cuerpo. El formato en miniatura indica que lo principal no era el uso real, sino que se pudiera disponer de ellos. Para guardar el maquillaje negro de los ojos, en forma de polvo, se utilizaban pequeños recipientes redondos, adornados con representaciones de dioses y motivos de plantas. El polvo era mezclado con agua en una cuchara de maquillaje y aplicado alrededor de los ojos con ayuda de un pequeño palillo de madera, hueso o metal. Esto servía no sólo como ritual de belleza, sino también para la salud, pues los componentes del polvo tenían un efecto antibacteriano, lo que protegía de las infecciones oculares.

VIDA COTIDIANA

RECIPIENTE DE KOHL CON DECORACIÓN EN RELIEVE Y APLICADOR DE MAQUILLAJE

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CONJUNTO DE COLLAR Y BRAZALETE

Vidrio Policromado. 76 x 0.8 cm Inv.-No. Z 242 COLLAR HECHO DE PIEDRA CARNEOLITA

Las joyas fueron usadas por todas las clases sociales en la Antigua sociedad egipcia para una variedad de propósitos diferentes. Ciertas piezas podrían proteger al portador del mal y el daño, mientras que otras simplemente servían como decoración en la vida cotidiana, a menudo para demostrar la riqueza y la posición social. Este collar de cornalina de color rojo brillante (AM 23483) pertenece al ultimo de esos casos. La Cornalina era una piedra semipreciosa que sólo los más ricos podían permitirse transformar en joyas. Alrededor del año 1500 a. C., las técnicas necesarias para hacer vidrio llegaron a Egipto, y el vidrio comenzó a ser utilizado como un sustituto de las piedras más valiosas. Este conjunto de collar y pulsera (Z 242) demuestra el dominio que los egipcios con este material. Sin embargo, el vidrio continuó siendo un material caro en sí mismo en tanto que el proceso de producción era complicado y especializado.

VIDA COTIDIANA

Piedra Carneolita. 20.5 x 0.8 cm Inv.-No. ÄM 23483

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JOYERÍA INCLUYENDO PULSERA TRENZADA, PENDIENTES, ANILLOS CON OJOS UDJAT Y ANILLOS CON MOTIVOS NATURALES

Abusir el-Melek. Época pre-dinástica, 3050–2850 a. C.; Inv.-No. ÄM 19035/01. Tell el-Amarna, Imperio Nuevo, 1351–1334 a. C.; Inv.-Nos. ÄM 21851, 22083, 24620, 35242. Tell el-Amarna, Imperio Nuevo, 1550–1292 a. C., Inv.-No. ÄM 25341, 25573, 30811, 34706. 0.9–6.6 x 1–6.8 x 0.95–2.2 cm. (ÄM 21851, 22083, 24620, 25573): 0.3–2.3 x 1.5–3 cm

Desde épocas prehistóricas se usaron en Egipto distintos tipos de joyas. Además de los collares, eran muy populares las pulseras, los anillos y aros. Las placas de los anillos muestran a menudo el Ojo de Horus (Udjat) y era un símbolo de felicidad que protegía al portador de los peligros. Para la fabricación de los anillos se utilizaba la fayenza, una mezcla de cuarzo, que al ser sometida al calor se fluidifica y puede ser fácilmente trabajada en moldes. En el lóbulo de las orejas se llevaban pequeños aros fungiformes. Los pequeños anillos partidos podían ser usados en las orejas o en el cabello.


FRAGMENTO DE RELIEVE QUE REPRESENTA A BAILARINAS Y MÚSICOS

Las representaciones de bailarinas y músicos eran algunos de los temas más populares para la decoración de las tumbas y muros de templos del Antiguo Egipto. Los actores visten delicadas prendas, llevan pelucas laboriosamente trabajadas y muchas veces también piezas de joyería. Las intérpretes de este fragmento de relieve están representadas en una danza extática y acompañan sus movimientos con instrumentos de percusión, como la pandereta y el sistro, una especie de cascabel con plaquitas de metal, que al moverlo produce un delicado sonido. Esta representación proviene probablemente de la escena de una procesión festiva en honor a los dioses.

VIDA COTIDIANA

Imperio Nuevo, 1351–1334 a. C. Pierda caliza. 22.8 x 28 x 3.5 cm Inv.-No. ÄM 31288

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Abusir Imperio Medio, 2119–1794 a. C. Piedra caliza. 8.1 x 3.6 x 6.1 cm Inv.-No. ÄM 16616 OSTRACÓN CON DIBUJO DE UNA MUJER TOCANDO EL LAÚD

Tebas, Deir el-Medina Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra caliza. 12.9 x 12 x 4.3 cm Inv.-No. ÄM 21445

Las numerosas representaciones de músicos en la decoración de las paredes y estatuas nos permiten obtener un buen conocimiento de los diferentes instrumentos. Junto a los instrumentos de percusión, como tambores y cascabeles, existían instrumentos de viento y cuerdas de variada confección. El pequeño músico toca un oboe doble, cuyo original conocemos y por ello es posible reconstruir su sonido. El laúd era un instrumento muy popular en las pequeñas celebraciones privadas, tocado preferentemente por mujeres. Muchas veces las mujeres que tocaban el laúd, el arpa y la lira conformaban un pequeño grupo musical.

VIDA COTIDIANA

FIGURILLA DE UN MÚSICO CON UN OBOE DOBLE

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Pintura mural con arpista ciego frente al propietario de la tumba y su esposa, tumba de Inherkhau, Tebas (TT 359) Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / A. Schröder

FRAGMENTO DE RELIEVE QUE REPRESENTA UN ARPISTA CIEGO

La música acompañaba a los egipcios tanto en los eventos de carácter religioso, como en aquéllos cotidianos. Se tocaba música en muchos actos, como por ejemplo en procesiones ceremoniales y desfiles militares, al igual que en los banquetes privados. El motivo del arpista ciego jugó un importante papel en las tumbas. El anciano arpista calvo está absorto, con los ojos cerrados, en el canto y la música. Dedica su canción al propietario de la tumba y a los invitados a la celebración. A las escenas se añade muchas veces la letra de los cantos. En ésta se ensalza ya sea el mundo terrenal o se expresa el anhelo por la vida del más allá.

VIDA COTIDIANA

Tebas, Dra Abu el-Naga Imperio Nuevo, 1186–1070 a. C. Piedra caliza. 26 x 18 x 6 cm Inv.-No. ÄM 20482

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ESTATUILLAS DE UN CONEJO EN CUCLILLAS Y UN MONO

Fayum, Kahun, Imperio Medio, 1976–1794 a. C.; Inv.-No. ÄM 20568 Imperio Medio, 2119–1794 a. C.; Cerámica esmaltada. 3.7–4 x 3 x 6.2–7.9 cm Inv.-No. ÄM 12627 ESTATUILLAS DE BABUINOS

Tell el-Amarna Imperio Nuevo, 1351–1334 a. C. Piedra caliza. 6.4 x 2.3 x 4.2 cm Inv.-No. ÄM 25022

Las pequeñas figuras de diferentes animales se encuentran frecuentemente en las tumbas del Reino Medio y Reino Nuevo. Con ello, el propietario de la tumba podía seguir viviendo en su entorno familiar. Los animales dóciles y juguetones eran muy populares y reproducidos muchas veces en graciosas posturas. Los monos eran representados individualmente, en pares o tríos, realizando actividades naturales, comiendo una fruta o despiojándose. En algunos casos también eran humanizados y podían, como en este caso, tocar un arpa.


Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C.; Inv.-Nos. ÄM 8972, ÄM 10765 Tell el-Amarna, Imperio Nuevo, 1351–1334 a. C.; Inv.-No. ÄM 22056 Origen desconocido; Inv.-Nos. ÄM 4845, 10762, 10767, 12811 Abidos, Periodo Dinástico Temprano, 3050–2850 a. C.; Inv.-No. ÄM 13868 Piedra caliza, cerámica esmaltada. 1.2–3.7 x 1.3–2.4 cm (ÄM 4845): 1.6 x 1.6 x 1.6 cm Diámetro (ÄM 13868): 30 cm

Algunos juegos típicos de los egipcios han sido transmitidos por generaciones gracias a los testimonios escritos, gráficos y también arqueológicos. Además del juego de mesa de Senet, era muy conocido el juego de la serpiente, que debe su nombre a una tabla de juego en forma de una cobra enrollada en sí misma. Junto a los juegos originales, se han encontrado ilustraciones en las tumbas del Reino Antiguo y del Periodo Tardío. En todo caso, hasta ahora no se han encontrado las instrucciones para los juegos. Las representaciones sólo permiten concluir que se jugaban con fichas, dados y bolas. VIDA COTIDIANA

VARIEDAD DE PIEZAS DE JUEGO Y DADO

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ESTATUILLA DE GATO Y SUS CRÍAS

Periodo Tardío, 750 - 332 a. C. Bronce. 3.9 x 12.3 x 6 cm Inv.-No. ÄM 13122

ESTATUILLA DE GATO

Periodo Tardío, 750 - 332 a. C. Cerámica esmaltada. 6.5 x 2 x 3.6 cm Inv.-No. ÄM 34400

Gracias a los animales momificados, las ilustraciones en las tumbas y pequeñas figuras de fayenza y bronce sabemos que la clase alta criaba gatos como animales de compañía, pero también para cazar aves acuáticas en las espesuras de papiros. Sin embargo, seguramente eran muy populares también entre los campesinos para proteger efectivamente los graneros de los ratones y ratas. En las figuras de gatos es necesario distinguir si se trata de la representación de un animal doméstico o de una divinidad. Las gatas son la encarnación de la diosa Bastet que, a diferencia de su par agresivo, la diosa Sejmet con cabeza de león, es dócil y personifica también la protección. En el Periodo Tardío, las pequeñas figuras de bronce de gatos se asocian con frecuencia al ámbito religioso, pero esta familia de gatos de bronce es sólo la reproducción de una graciosa escena cotidiana, en la cual un gatito acaricia el hocico de su madre. La figura de fayenza puede ser interpretada tanto como una gata doméstica en su función de atenta guardiana del patio, como también como representación de la diosa Bastet, que igualmente protege la casa y a sus habitantes.


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VIDA COTIDIANA



Fe y Divinidad Christina Hanus, M.A.

En todas las épocas del Antiguo Egipto la fe y las prácticas religiosas formaron parte integral de la vida cotidiana. Religión y Estado estaban ligados en forma indisoluble, y la religiosidad radicaba en la idea de que todo el ciclo de vida del ser humano, la naturaleza y las mareas dependían directamente de sus dioses y las acciones de éstos. La religión del Antiguo Egipto está basada en el siempre adaptable politeismo cuyas raíces ya se encuentran en forma rudimentaria en la época pre-dinástica. De allí que jugaran un rol importante los astros –el sol y la luna– como también el Nilo, considerado fuente de vida, o elementos de la naturaleza que se atribuían a diversos dioses como formas de manifestación o ámbitos de influencia. A lo largo de los siglos, el multifacético panteón de los dioses egipcios incorporó constantemente nuevas deidades– también de origen foráneo. Para explicar el origen del mundo y los procesos cósmicos, los egipcios sostenían varias teorías y mitos de creación que en parte incluso coexistieron en el tiempo. Las diferentes interpretaciones de la creación del mundo conforman un sistema complejo que en si mismo no es contradictorio. Todos los mitos comparten la idea de la creación del mundo y de todas las formas de vida por un dios primordial a partir de un estado original de caos al que también se le denomina aguas primigenias (en egipcio antiguo: Nun). Siempre se pone en marcha un proceso que conduce a un creciente ordenamiento del mundo. De acuerdo con la concepción del Antiguo Egipto, solo es posible garantizar la continuidad del mundo, si se mantienen bajo control las fuerzas caóticas y destructivas que siempre existen, una función que es asumida por el faraón como parte de sus obligaciones de culto. Entre los modelos explicativos del origen del mundo más conocidos, las llamadas cosmogonías, se encuentran las cosmogonías hermopolitana y heliopolitana, en las que además se evidencia claramente la equivalencia de las fuerzas femeninas. COSMOGONÍA HERMOPOLITANA

Según la teoría hermopolitana, al principio del proceso de la creación se encuentra la ogdóada de divinidades alegóricas que tiene su origen en las aguas primigenias. Esta ogdóada se compone de cuatro parejas de divinidades, con una divinidad femenina y otra masculina. Se trata de dioses que representan los elementos fundamentales de la creación: Nun y Naunet (las aguas primigenias), Heh y Hehet (el espacio infinito), Kuk y Kuket (las tinieblas) y Tenemu y Tenemet (la desaparición). Esta última pareja fue sustituida posteriormente también por Amón (lo oculto) y Amonet. La ogdóada está constituida por fuerzas del caos a las que el dios Sol deberá enfrentar cuando nace. En este contexto se produce entonces la victoria de los dioses sobre las fuerzas primigenias.

P.Izquierda: Detalle, Muerte de los enemigos, Relieve del Templo de Karnak. © Anke Weber, 2014

El dios Atum surgido del agua primigenia se asentó en la colina primigenia y creó las divinidades Shu (el aire) y Tefnut (la humedad). Luego estas últimas engendraron a Geb (dios de la tierra) y Nut (diosa de los cuerpos celestes), cuyos hijos fueron los dioses Osiris, Isis, Seth, Neftis y Horus el Mayor (Haroeris). Estas nueve divinidades forman la llamada Enéada de Heliópolis de las que hablan los Textos de las Pirámides y los textos funerarios. Isis, Osiris, Neftis y Seth son quienes establecen el nexo entre el mundo mítico y el mundo real.

FE Y DIVINIDAD

COSMOGONÍA HERMOPOLITANA

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FORMAS Y MANIFESTACIONES DE LO DIVINO

Cuando el mundo está finalmente creado, las divinidades egipcias se manifiestan en diversas formas y con múltiples nombres y sobrenombres que reflejan su multifacética plenitud divina. El Dios Sol, por ejemplo, como dios supremo, está representado en su calidad de creador y Señor de todas las criaturas y cosas principalmente por tres formas: “Chepri en la mañana, Ra (o Harajte) al mediodía y Atum en la tarde”. Junto al grupo de los dioses con forma puramente de animal, en la época egipcia temprana aparecen las primeras divinidades antropomorfas. Solo a partir del Imperio Antiguo, se produce la incorporación en el panteón de divinidades de formas mixtas (cuerpo humano y cabeza de animal). Al contrario de las fuentes literarias de autores de la Antigüedad, la representación en forma de animal de las divinidades no significaba que los egipcios veneraran animales. Las múltiples formas de representación (sea como animal o en forma humana) no deben entenderse como imagen directa de una divinidad. Se entiende mejor si las visualizamos como “ideogramas”, como símbolos gráficos. Claro que los dioses pueden habitar en sus representaciones (o respectivamente estatuas), pero sus atributos solo nos pueden dar indicios de su esencia y manera de actuar, ya que su forma verdadera permanece oculta a los devotos. De acuerdo a los textos funerarios, solo al difunto le es permitido ver la forma verdadera de los dioses. Para los egipcios, atribuir a los dioses diferentes animales y ambientes naturales tenía también el propósito de asignarles diferentes funciones de protección y responsabilidades. Al venerar a animales a veces peligrosos, se pedía su benevolencia y protección para la integridad física.

Fig.1: Estela de cerámica esmaltada azul con la representación de un sacerdote frente al dios Amón. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß. Fig.2: Figura de bronce del dios Osiris con corona Atef, látigo y cetro. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.


Con el fin de ordenar el panteón egipcio en forma comprensible, los egipcios recurrieron a diversas estructuraciones y agrupaciones. Los vínculos que los dioses establecían entre ellos, podían disolverse en cualquier momento y combinarse de otra forma. En este marco los mitos de la creación son solo una aproximación entre otras. Al interior del panteón el dios supremo Amón, que desde la Dinastía XII llevaba el título “rey de los dioses”, se encontraba por encima de todas las demás deidades. (Fig. 1). Debajo de Amón, las deidades fueron asignadas a determinadas localidades egipcias. Estas llamadas deidades locales solían tener su principal centro de culto en un punto geográfico específico. Algunos dioses, sin embargo, como Khnum u Horus también podían tener varios lugares de culto repartidos en todo el país. Los círculos de dioses locales solían tener estructuras familiares que se denominan tríadas. Éstas estaban formadas por padre, madre e hijo como, por ejemplo, Amón, Mut y Jonsu, los patronos de Tebas. La más importante tríada divina en el panteón egipcio era la de Osiris, Isis y Horus. Por lo general, Osiris –el Señor del Mundo del Más Allá, símbolo de la vida eterna, del Nilo dador de vida– se representa momificado, con la piel en parte verde, como símbolo de fertilidad, en parte negra, el color de las deidades ctónicas y de la oscura y fértil tierra aluvial del Nilo. (Fig.2). En sus manos lleva el cayado y el látigo, las insignias reales de soberano del Más Allá. Osiris lleva la corona blanca del Alto Egipto o la corona Atef, que si bien se parece a la corona blanca, lleva sujeta por ambos lados una pluma de avestruz. Isis era considerada la diosa del nacimiento, del renacimiento y de la magia. (Fig. 3). En la religión popular se recurría con oraciones a la ayuda de la diosa protectora “llena de magia” en caso de lesiones y enfermedades de los niños. Por lo general, la deidad se identifica por su atributo en la cabeza, el

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Fig.3: Diosa Isis entronizada, amamanta a Horus (denominada Isis lactans). Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

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jeroglífico para la palabra “trono” o “asiento”. A partir de la Dinastía XIX (Periodo Ramésida) Isis aparece con los típicos cuernos de vaca y el disco solar como tocado. Según la teología egipcia Osiris e Isis eran hermanos, pero también matrimonio y padres de Horus, el sucesor real de su padre. El principal centro de culto de Osiris fue Abidos, que atraía a numerosos peregrinos. Para los egipcios este dios simbolizaba su propia vida después de la muerte, algo que se fundamenta en el llamado “mito de Osiris”. El mito relata cómo Seth asesina a su hermano Osiris, corta su cuerpo en pedazos y los lanza al Nilo. Isis, junto a su hermana Neftis, la esposa de Seth, recupera todos los miembros, los vuelve a unir y con su magia insufla nueva vida a Osiris. Engendran post mortem a su hijo Horus quien, siendo adulto, asume el legado de su padre como nuevo soberano en la tierra, después de vencer a su tío Seth en la lucha por el trono. Seth obtiene el gobierno sobre los pueblos extranjeros. Dado que en el mito Isis tuvo un rol tan destacado por la transformación de la muerte en vida, esta diosa también adquirió importancia en el culto egipcio a los muertos. En la época greco-romana Isis fue venerada incluso en la región del Mediterráneo como diosa madre universal. El dios del cielo y dios protector del rey, Horus, forma parte de las primeras deidades de Egipto. (Fig. 4). Si bien en el Periodo Predinástico Horus aún tenía el nivel de una deidad local, se convirtió en una de las deidades más importantes de Egipto. Puede manifestarse en la forma de un halcón o la de un hombre con cabeza de halcón que lleva la doble corona del Alto y Bajo Egipto. Los faraones llevaban el título “Horus viviente”, con lo cual se identificaban como los sucesores legítimos de los soberanos divinos. También Horus fue insertado en estructuras familiares: no solo como hijo de Isis y Osiris, sino también dentro de una estructura familiar propia, venerada en el templo de Dendera, con la diosa Hathor como esposa y el hijo de ambos, Ihi. Con Seth (ver p. 112, ÄM 21459) el panteón se enriqueció con una deidad destacada y multifacética. Este dios se manifiesta principalmente en la forma del llamado animal “Seth”, o respectivamente como humano con la cabeza de un animal “Seth” que hasta el día de hoy se resiste a cualquier clasificación zoológica. Las imágenes muestran la criatura con un hocico largo y curvado, orejas erguidas, recortadas en forma recta en las puntas, y un cola levantada que en su extremo se bifurca. Por una parte, Seth cargaba con atributos negativos, por ejemplo como dios de las tormentas y las tempestades, simbolizando la ira, violencia y destrucción, el caos y la confusión. Por la otra, era considerado dios protector del desierto y los oasis que acompañaba a Horus. Sus atributos positivos se manifiestan también en el hecho de que aparece como protector y combatiente de Ra quien, en la barca solar del Dios Sol, combate a la malvada serpiente Apofis que quiere impedir la salida cíclica del sol en la mañana siguiente. El templo–arquitectura y culto En el Antiguo Egipto, los templos de los dioses eran considerados como espacios de confluencia de dos mundos: el terrenal, de los seres humanos, y el divino, de los dioses. Allí se encontraban ambas esferas, y quienes tenían por función la de mediar entre ellas eran el soberano y los sacerdotes. El culto celebrado en el templo y las fiestas, que lo complementaban, no servían solo para proveer y apaciguar a los dioses, sino garantizaban además que el mundo y su ordenamiento perduraran. El estilo arquitectónico y la configuración decorativa (iconografía y textos jeroglíficos) ofrecían una idea de la concepción religiosa de los antiguos egipcios y,


simultáneamente, ejercían un influjo mágico en la supervivencia de la creación. Pues no se pensaba que la creación fuese un proceso único y terminado, sino que cada nuevo soberano debía reafirmarla y renovarla en el contexto de su ascenso al trono. La construcción de edificios de culto era una de las grandes tareas que cada nuevo soberano llevaba a cabo durante su gobierno. Esto podía implicar erigir templos nuevos o edificaciones complementarias dentro de complejos de templos ya existentes, la consagración de obeliscos (ver p. 124, ÄM 34423) e incluso avenidas de esfinges. Ya en el Imperio Antiguo, la piedra –un material que simbolizaba la eternidad– comenzaba a reemplazar los ladrillos de arcilla como material preferido en la construcción de templos. Asimismo, cada soberano llevaba a cabo su propio programa ornamental de los templos. Junto a relieves con escenas que giraban en torno a los dioses del respectivo templo había otros que expresaban la legitimación del Faraón y su función. En el primer plano se representaba aquí la elección y entronización del rey por la acción de los dioses, como también su triunfo sobre los enemigos. Los templos que hoy se presentan al visitante como edificaciones monocromáticas, no eran así en el pasado: las decoraciones de las columnas y paredes en su interior ostentaban colores brillantes. El concepto de “templo” en la cultura egipcia designaba no solo el edificio de culto, con el santuario para las estatuas de los dioses cuyo acceso estaba reservado exclusivamente a los sumos sacerdotes. Por su tamaño y función, los conjuntos arquitectónicos que constituían el templo parecían pequeñas ciudades, económicamente fuertes e independientes. Podían albergar los siguientes elementos constructivos: escuelas de escribas; las llamadas “casas de la vida”, donde se guardaban numerosos textos sagrados; los “mammisi” o lugar de nacimiento, es decir, espacios donde se celebraban el nacimiento, la crianza y la entronización del hijo de los dioses, y también edificios de economato como cocinas, talleres de oficios y de artistas, depósitos, bodegas y silos (eventualmente figuras adicionales: Diseño de la planta del templo (Dendera). Los lagos sagrados en

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Fig.4: Amuleto de Horus con cabeza de halcón y doble corona; Amuleto con Horus niño entre Isis y Neftis. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

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los recintos de los templos eran generalmente de forma rectangular y alimentados por aguas subterráneas. Estos lagos garantizaban el suministro hídrico de los templos, pues se necesitaba una gran cantidad de agua para los sacrificios y rituales de purificación. Como se creía que el dios del sol había surgido de las aguas en los orígenes del tiempo, podía replicarse el acto creador mismo cada mañana al salir el sol sobre el lago sagrado dentro del recinto del templo. La planta arquitectónica de los templos egipcios respondía en lo esencial a una estructura uniforme que se desarrolló durante los Imperios Antiguo y Medio, estandarizándose desde el Imperio Nuevo. La estructura comprende una secuencia clásica: después del pilón –el área de acceso con doble torre– viene un patio interior abierto, una sala con columnas y un número variable de espacios más pequeños (cámaras de imágenes de culto, cuartos de figuras y de altares para sacrificios), a los que finalmente sigue el santuario. En este último recinto, el más sagrado de todos, se encontraba el templete de los dioses, el naos, con la imagen de la deidad allí venerada, labrada en madera o metal. EL SIMBOLISMO CÓSMICO DE LOS TEMPLOS

Desde sus orígenes, la forma del templo egipcio presenta aspectos de una estructura y función cósmica y renovación cíclica. El edificio mismo se asimiló a un microcosmos de la creación. Así, el techo, decorado a menudo con estrellas y aves, era el cielo; el suelo era visto como la fértil tierra pantanosa de la que se originó el mundo. Acorde con ello, los pilares del pórtico y de los patios de columnas estaban diseñados como formidables palmas, plantas de loto o papiro, y sus capiteles labrados con ornamentos de hojas o flores. (Fig. 5, 6 y 7). Los muros exteriores del templo presentaban secciones alternadas convexas y cóncavas que imitaban la ondulación de las aguas de los ‘primeros tiempos’. Habitualmente, el santuario del templo se encontraba ligeramente elevado para simbolizar la colina primigenia que se habría alzado al inicio de la creación desde el fondo del gran océano. El curso diario del sol también estaba integrado en la arquitectura del templo. Las parejas de pilones de la entrada oriental del templo representan la forma del jeroglífico achet (“horizonte”). Así, el camino procesional colindante, que allí comienza y recorre todo el templo, cruzando los pórticos y patios de columnas hasta culminar en el santuario ubicado al poniente, simbolizaba el recorrido diario del sol. RITUALES Y ACTOS DE CULTO

Los actos de culto se desarrollaron en Egipto durante siglos y se practicaron tanto en los templos como en espacios privados. Hombres y mujeres de todas las capas sociales podían acceder por igual al sacerdocio egipcio y recibir la formación requerida para esa función. El sacerdocio no era célibe, sino que sus miembros podían formar una familia y legar la dignidad sacerdotal en herencia a sus hijos. Sin embargo, los sacerdotes y sacerdotisas debían someterse a estrictas normas de pureza, entre otras, las siguientes: lavados regulares, rasurado de cabeza y

Fig.5: Columnas Hipóstilas del Templo de Horus en Edfu. © Anke Weber, 2014 Fig.6: Columna con palma y capitel de loto del Templo de Edfu. © Anke Weber, 2014

Fig.7: Columna con capitel con forma de planta del Templo de Edfu © Anke Weber, 2014


cuerpo, vestimentas de lino limpias. (Fig. 8). En el Antiguo Egipto no se requería una espiritualidad especial como condición primordial para el sacerdocio. Lo principal era contar más bien con las capacidades personales y los vínculos sociales. Bajo el sumo sacerdote de un templo había diversos rangos sacerdotales, cada uno con su título específico, como el de segundo sumo sacerdote, y a veces de varios representantes más, un sacerdote lector, cuya función era recitar textos y fórmulas mágicas en los rituales funerarios y de culto, o un sacerdote sem a quien le correspondía un rol importante en los ritos de sepultación. Los templos egipcios estaban consagrados a divinidades específicas o a familias de dioses (tríadas) a quienes se veneraba y ofrecía sacrificios en los rituales diarios de culto. Según la creencia el alma ka de los dioses moraba en las estatuas ubicadas en el santuario, y a los que se dedicaban diariamente actos de culto. Cada mañana entraban en el santuario de la deidad los sumos sacerdotes llamados a ello, afeitados con pulcritud y bañados ritualmente, para sacar la estatua de su templete. Lavaban la estatua, la ungían con óleo y cambiaban sus vestiduras. Además le ofrecían sacrificios de alimentos, así como esencias perfumadas. Todos estos actos de culto iban acompañados de cantos y oraciones. Una vez terminados los diferentes actos rituales, el sacerdote devolvía la estatua a su templete, se esparcía arena limpia en el suelo, borrando cuidadosamente las huellas de los pies dejadas por los sacerdotes y se sellaba nuevamente el santuario hasta el siguiente acto de

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Fig.8: Figura de pie de Tetu, orando. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Jürgen Liepe.

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Fig.9: Muerte de los enemigos, Relieve del Templo de Karnak. © Anke Weber, 2014

culto. Las mujeres podían también asumir la función sacerdotal en los cultos de las divinidades femeninas y cumplían las mismas obligaciones que sus colegas varones. A menudo las sacerdotisas asumían las tareas de la danza, el canto y la música para honrar a la divinidad o para convocar a los fieles a hacer lo mismo. Los instrumentos musicales conocidos en este contexto eran las castañuelas o sistros (sonajeras rituales) (ver p. 130, ÄM 12391). EL REY COMO SUMO SACERDOTE

Al haber sido elegido y legitimado por los dioses de Egipto, el Faraón se comprendía como cuidador del orden del mundo que debía conjurar el inminente caos y conservar la creación. El rey se hacía representar en los pilones de entrada de los templos en la pose tradicional del gran guerrero que coge al enemigo por el cabello y lo mata. (Fig. 9). En la decoración interior del templo, se lo ve ofreciendo sacrificios a diversos dioses. Una de las funciones más importantes del Faraón era la de Sumo Sacerdote que cuidaba y honraba a los dioses, para satisfacerlos mediante estos actos de culto y asegurar así el bienestar del país y mantener el orden del mundo. (ver p. 127, ÄM 2081). Sin embargo, en la realidad las tareas relacionadas con el culto eran delegadas en los sacerdotes. Con todo, el Faraón seguía siendo el principal mediador entre los dioses y los seres humanos. Además, el rey mismo era objeto de actos de culto, puesto que era considerado hijo del dios Sol. Desde el Imperio Medio el culto al rey fue integrado en un mismo nivel con el culto a los dioses y se erigieron capillas para las estatuas del rey en el interior de los templos. DEVOCIÓN PERSONAL Y RELIGIOSIDAD POPULAR

En el ámbito privado de la devoción personal, las capillas privadas ubicadas en las propiedades de los egipcios pudientes, ofrecían la posibilidad de llevar pequeñas ofrendas a los dioses y de dirigirles oraciones en forma directa. Además, se acostumbraba llevar donativos a los templos que a menudo tenían inscritos el nombre del donante y sus peticiones a la divinidad. Entre los donativos consagrados se encuentran tablas votivas de madera o piedra y pequeñas figuras divinas de bronce. Ya desde el Imperio Antiguo está documentado que los privados podían instalar estatuas propias a lo largo de los caminos de culto y de procesión. A más tardar desde el Imperio Medio, estas estatuas privadas se encuentran también en el interior de los


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Fig.10: Stelophor de Amenemhet. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Jürgen Liepe.

templos porque, a diferencia de los lugares de culto y sacrificio en la parte posterior y el santuario, el patio abierto detrás del pilón era accesible para los devotos en los días de celebración. Los particulares que no podían participar activamente en el culto, ni ser parte del culto al rey y a los dioses, gozaban así del privilegio de hacerse presentes allí mediante sus estatuas y así convertirse en “espectadores”. De esta forma estaban conectados de alguna manera con el sistema de abastecimiento ceremonial del templo, que era también lo que las inscripciones en las estatuas privadas pedían. Un gran número de dichas estatuas muestran al donante en la así llamada forma cúbica, estatuas en cuclillas con las rodillas en alto, estrechamente apegadas al torso y cubiertas con su vestidura. Esta postura pasiva distingue a las estatuas privadas de las estatuas del rey y de los dioses. Durante el Imperio Medio, también podían exponerse en los templos figuras de pie de altos funcionarios o sacerdotes. En estas estatuas los brazos se presentan pegados al cuerpo, con las manos ya sea a los lados, extendidas en posición de orante, o apoyadas por encima del faldellín. De esta forma, los privados no solo estaban representados en los templos como espectadores, sino que al aparecer orando también podían tener una participación más intensiva en las acciones de culto. Entre las estatuas preferidas del Imperio Nuevo están las estelóforas (portadores de estelas) y las naóforas (portadoras de naos), que representan a los donantes de rodillas detrás de una estela o de un naos, en el momento en que ofrecen una oración o una pequeña imagen de la divinidad. (Fig. 10). En el ámbito de la religiosidad popular los antiguos egipcios recurrían a una variedad de prácticas para influir positivamente en sucesos imprevistos o para protegerse contra los poderes malignos. Para estos efectos usaban amuletos, talismanes y figuritas, así como también fórmulas mágicas y conjuros que acostumbraban a llevar consigo. (Fig. 13). Un talismán que les defendía del mal agüero era el ojo Udjat (Udjat en egipcio significa “protección”. (Fig. 11).

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También pequeños pendientes en forma de flechas Djed, nudos Tit (o Nudos de Isis), signos Anch, cetros Was, escarabajos, tallos de papiro y representaciones egipcias del corazón simbolizaban protección, duración y regeneración cíclica. (Fig. 12). En la fabricación de los amuletos de protección, los materiales y colores tenían un simbolismo adicional. El florecimiento de la religiosidad popular en tiempos de la Dinastía XIX aumentó la demanda de protección personal divina y echó a andar una producción masiva de amuletos y talismanes, como lo muestran por ejemplo los pequeños patecos que se han encontrado en gran número (ver p. 134, ÄM 4062, ÄM 5670, ÄM 7345, ÄM 11383). Según la creencia popular egipcia, dioses como Bastet, Horus, Thot u Osiris e Isis, así como demonios menores ejercían diversas funciones de protección. Entre las divinidades femeninas de menor rango, estaba Taueret, una figura híbrida, que debía espantar los poderes malignos y las enfermedades para proteger sobre todo a mujeres, embarazadas y niños (ver p. 115, M 22272). Taueret tiene un cuerpo de hipopótamo con cola de cocodrilo, pesados pechos, vientre preñado y patas traseras de león, mientras que las delanteras pueden tener forma de brazos humanos. En general a los antiguos egipcios les gustaba representar a sus dioses o demonios protectores en actitud intimidatoria o con una mueca aterradora, un buen ejemplo de lo cual es la apariencia de Taueret con su hocico de hipopótamo bien abierto enseñando los dientes. Entre los demonios protectores se encuentra también a Bes (ver p. 119, ÄM 22200). En él se mezclan elementos animales, como una melena de león, con un cuerpo humanoide, de pequeña estatura y deforme, así como un rostro monstruoso. El aspecto de Bes es fiero y grotesco para espantar la desgracia y los espíritus malignos. FIESTAS EN HONOR DE LOS DIOSES

Las fiestas en honor de los dioses más importantes eran días feriados durante los cuales todo el pueblo podía participar en las procesiones y rituales públicos. Entre las grandes fiestas, además de la festividad egipcia del año nuevo, dos fiestas sobresalen por su especial significación.

Fig.11: Amuletos en forma de ojos Udjat y olla pequeña, símbolo del corazón. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß. Fig.12: Pilar-Djed, Nudo-tit y tallos de papiro, símbolos de permanencia, protección y regeneración. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.


Segunda fila, v.l.n.r:. Ptah, Tríada (Isis, Horus, Neftis), Isis Lactans, Isis. Tercera fila, v.l.n.r:. Horus (Halcón), Horus (Ser humano), Schnum, Schu.

Cuarta fila, v.l.n.r:. Anubis, Thot (Ibis), Thot (ser humano), Sekhmet con una cabeza de león. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Sandra Steiß

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Fig.13: Amuletos que representan diferentes dioses: Primera fila, v.l.n.r:. Aegis con cabeza de león, Pataeke, Bes, Thoeris.

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Fig.14: Ostracón con barca procesión a Amón en Karnak, que realizan los sacerdotes. En el centro del barco está el santuario para el ídolo. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß

LA HERMOSA FIESTA DE OPET

La fiesta de Opet al final del verano era una de las mayores y más importantes festividades del Antiguo Egipto. Se celebraba anualmente al menos desde el tiempo de la reina Hatshepsut y duraba normalmente 11 días, a veces incluso 27. La fiesta estaba estrechamente vinculada con la inundación del Nilo y la simbólica resultante de la fertilidad. En Tebas se sacaba de sus santuarios a las estatuas de culto de Amón, su esposa Mut y del hijo de ambos, Jonsu, para cargarlas en embarcaciones de madera de cuatro metros de largo, suntuosamente engalanadas las que, mediante pértigas, eran llevadas a hombros (de numerosos sacerdotes). (Fig. 14). El camino de la festiva procesión conducía desde el templo de Karnak al templo de Luxor y consideraba varias estaciones en las que se llevaban a cabo actos de culto. La barca de los dioses iba escoltada, además de los sacerdotes, por la familia real, cantantes y danzarines, como también animales para el sacrificio. Con ocasión de la fiesta se distribuían alimentos y bebidas a la población que flanqueaba jubilosa las calles de Tebas y las orillas del Nilo por donde pasaba la procesión. Pero las estatuas de los dioses se mantenían ocultas en sus templetes dorados durante todo el trayecto. En el templo de Luxor, finalmente, el rey podía encontrarse frente a frente con el dios Amón y, a lo largo de sucesivas acciones rituales, recibir las fuerzas divinas para gobernar sobre la tierra. En ritos secretos durante la fiesta de Opet se consumaba la renovación del mundo. No en vano el templo de Luxor lleva también el nombre de Lugar de la primera vez; en este sitio se garantizaba la repetición cíclica del proceso de la creación por Amón mediante actos de culto. LA FIESTA DEL VALLE

La “hermosa fiesta en el valle del desierto”, como se llamaba la Fiesta del Valle, está atestiguada desde la Dinastía XVIII y se celebraba en la primera luna nueva del décimo mes de cada año. También en esta fiesta los sacerdotes llevaban la figura divina de Amón en su templete protector en procesión hasta la orilla del Nilo; allí se la cargaba en un barco y transportaba hasta Deir el-Bahari en la ribera occidental. Desde este así llamado “Valle del Desierto” la procesión seguía hasta los Templos de


los Muertos. A diferencia de la fiesta de Opet, los súbditos corrientes no participaban en esta procesión de la estatua divina, sino que celebraban la fiesta en la intimidad. Las familias se reunían para un banquete ante la entrada de la sepultura de sus parientes difuntos cuyas almas debían participar en las festividades. La Fiesta del Valle se celebraba durante 12 días, hasta el momento en que la embarcación con el templete de la imagen del dios Amón regresó hacia Tebas. EL FIN DE LA RELIGIÓN EGIPCIA

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El mundo del Antiguo Egipto y sus creencias demostraron durante milenios fidelidad a la tradición y a la vez capacidad de adaptación. Muchas deidades extranjeras fueron integradas a lo largo del tiempo a su panteón, como por ejemplo la belicosa diosa Astarté de la Dinastía XVIII, o el dios Tutu en la época greco-romana, como protector de la vida diaria y de las tumbas. Los soberanos de la Dinastía Ptolemaica y los primeros emperadores romanos, aún en el país conquistado, proclamaron que los dioses egipcios los habían instalado como gobernantes del país del Nilo en la tradición de los Faraones y de ese modo reclamaron para sí la dignidad de reyes. Esto significó también que algunos emperadores romanos se hicieran representar como Faraones en relieves y estatuas, incluyendo el ornato de los reyes egipcios. Sin embargo hacia fines del siglo IV d. C. comenzó a producirse un cambio significativo al irse endureciendo progresivamente la política anti-pagana de los emperadores cristianos. Los edictos del emperador Teodosio del año 391 d. C. prohibieron los sacrificios paganos y el ingreso a los templos egipcios. Además de ello, se dio carta blanca a los cristianos para destruir templos, estatuas y relieves, como también para perseguir a los adeptos de cultos paganos. En el Alto Egipto los restos de la religión antigua lograron sobrevivir por más tiempo que en el Norte. En la apartada isla de Philae, el antiguo culto de Isis fue tolerado oficialmente aún hasta los años 535-537 d. C. por razones diplomáticas, frente a los peligrosos Blemios (nómades del desierto oriental de Nubia) quienes participaban del culto de Isis. Al cristianizarse los pueblos del sur bajo el emperador Justiniano (527-565 d. C.), también Philae perdió su importancia. Los templos fueron cerrados y transformados en iglesias cristianas o arrasados para obtener piedras para nuevas edificaciones. Así llegó a su término definitivo la historia del Antiguo Egipto con sus templos y los cultos vinculados a ellos.

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ESTATUA DE LA DIOSA CON CABEZA DE LEÓN, SEKHMET SENTADA

A la diosa Sejmet (Sekhmet) se la representaba generalmente como una mujer con cabeza de león y una pesada peluca estriada coronada con el disco solar, el Uraeus (cobra protectora) sobre la cabeza. En su mano izquierda lleva el símbolo de la vida, Anj, y en su diestra, a menudo, el cetro con la forma de un tallo de papiro. Ambas insignias indican que la diosa puede mantener la vida, pero también condenar. Pues Sejmet posee características contradictorias: se le da el título de “ojo airado del dios Sol Ra”, o de “flamígera”, epíteto que alude a su naturaleza guerrera. Por otro lado, es la pacífica diosa protectora que, en los textos de las pirámides del Imperio Antiguo (alrededor de 2300 a. C.), aparece como una madre solícita y protectora del rey. En su calidad de diosa guerrera, Sejmet ataca a los poderes contrarios a los dioses, como los enemigos de Ra y de Osiris. Al acompañar al rey en la batalla, lo hace rabiosa y escupiendo fuego, para intimidar y vencer a los enemigos. Se pensaba que sus flechas trasmitían pestes y enfermedades a los enemigos de Egipto. Como Sejmet gobernaba las enfermedades, se la asociaba con la medicina egipcia y era venerada como patrona de los médicos, quienes en consecuencia podían ostentar el título de “Sacerdotes de la diosa Sejmet”. En el Periodo Tardío aumentó la popularidad de los amuletos con la figura de Sejmet. Sus portadores confiaban en que éstos los protegerían de los poderes malignos y curarían de sus dolencias.

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Tebas Imperio Nuevo, 1388–1351 a. C. Granito. 211 x 49 x 102 cm Inv.-No. ÄM 7266

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ESTELA REPRESENTANDO A AMENEMOPE ADORANDO A LA DEIDAD AMÓN-RA EN SUS DIFERENTES MANIFESTACIONES

Abidos Tercer Periodo Intermedio, 1070–665 a. C. Arenisca. 31 x 24 x 8.2 cm Inv.-No.: ÄM 7295

El propietario de la estela se arrodilla en actitud de ofrenda ante la figura del dios Amón-Ra sentado sobre el trono y coronado de dos plumas, teniendo en sus manos el símbolo Anj dador de vida y el cetro Uas que promete suerte. Un ganso y un carnero hacen referencia a las formas de animales en que aparece este dios, venerado desde el Imperio Nuevo como el principal de los dioses de Egipto. La inscripción informa que el zapatero real de Osiris, Amenemope, mandó confeccionar esta estela para el “gran dios Amón Re, señor de ambos países, señor del cielo y poderoso león”.


ESTATUILLA DEL DIOS PTAH

El dios Ptah se caracteriza por ser representado en forma de momia, con el casquete bien ceñido y la barba de dios. En sus manos sostiene el cetro Uas como símbolo de su poder divino. Según un texto del Antiguo Egipto es el dios creador que hizo el mundo sólo mediante su pensamiento y sus palabras. Esta creatividad lo convirtió en el dios de las artes y el patrono de los artesanos, que lo veneraban en todo el país. Tenía su templo principal en Menfis donde formaba una familia divina con su esposa Sejmet y su hijo Nefertum.

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Periodo Tardío, 750 - 332 a. C. Bronce. 16.5 x 5.1 x 3.2 cm Inv.-No. ÄM 26005

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ESTATUILLA DE LA DIOSA ISIS SENTADA AMAMANTANDO A SU HIJO HORUS NIÑO

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 26 x 6.7 x 8.5 cm Inv.-No. ÄM 8286

Uno de los motivos preferidos es la representación de la diosa Isis como madre que sostiene en su falda a su joven hijo Horus y le amamanta. Se caracteriza por un tocado en forma de buitre, con el disco solar entre cuernos de vaca. Es la madre amorosa y solícita bajo cuyo amparo pueden ponerse todos los seres humanos. El motivo de Isis amamantando al niño Horus se propagó aún después del término de la historia cultural de Egipto. El cristianismo adoptó el motivo replicándolo en la Madre de Dios con el niño Jesús.


ESTATUILLA DEL DIOS EN FORMA DE MOMIA OSIRIS RESGUARDADO POR LA DIOSA ALADA ISIS

Osiris, el dios de la resurrección y del Más Allá, es representado siempre en la figura de una momia. Habría gobernado Egipto en los tiempos remotos, pero fue asesinado y luego cortado en pedazos por su envidioso hermano Seth. Su hermana y esposa Isis juntó nuevamente sus miembros y engendró con él a Horus, el hijo de ambos, quien más tarde tomó posesión de la herencia de su padre. De ahí en adelante, Osiris gobernó sobre el Reino de los Muertos. Su poder está simbolizado por el cayado, el látigo y la corona Atef. La estatuilla muestra a Isis que, desplegando sus alas, cobija a su esposo Osiris después de su momificación.

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Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 17.5 x 5.2 x 8.4 cm Inv.-No. ÄM 13778

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OSTRACÓN REPRESENTANDO AL DIOS SETH CON UN SÍMBOLO ANJ EN SU MANO

Tebas, Deir el-Medina Imperio Nuevo, 1550 - 1070 a. C. Piedra. 6.5 x 4.8 x 2.7 cm Inv.-No. ÄM 21459

Seth, hermano de Osiris aparece como el animal Seth o, aquí, como un hombre con cabeza de animal. El animal Seth es un ser de fábula con un hocico largo y curvo, orejas en forma trapezoidal con sus puntas recortadas rectas y una cola levantada que termina en una borla. Por ser el asesino de su hermano, a Seth se lo describe como un dios agresivo al que le gusta la violencia y la guerra, tiene poder sobre las tormentas y tempestades y gobierna el caos. Por ello puede proteger a Egipto, dominar a los países extranjeros y vencer a la serpiente demonio Apofis que no cesa de amenazar el orden del mundo.


AMULETO DEL DIOS HORUS EN FORMA HUMANA, DE PIE Y CON CABEZA DE HALCÓN

Menfis Cerámica esmaltada. 6.2 x 1.6 x 2.6 cm Inv.-No. ÄM 5577 ESTATUILLA DE HORUS EN FORMA DE HALCÓN

Horus, hijo de Osiris, es el sucesor de su padre como gobernante de Egipto. Cada faraón en ejercicio recibe esta herencia en legado y se asimila a Horus. En la pequeña estatuilla de fayenza, Horus porta la doble corona que lo legitima como gobernador del Alto y del Bajo Egipto. Su cabeza y figura de halcón indican su divinidad y cercanía con el dios Sol, Re. Al mismo tiempo, como halcón protege al rey que lo adopta como parte de su titulatura: nombre de Horus y nombre del Horus de oro.

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Periodo Ptolemáico, 323–30 a. C. Oro. 3.8 x 1.5 x 3.8 cm Inv.-No. VÄGM 1982/11

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ESTATUILLA DE LA DIOSA HATHOR SENTADA

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 23.5 x 4.3 x 10 cm Inv.-No. ÄM 14942

Hathor es la diosa del amor y la alegría. Se la representa como una vaca mansa, o como ser humano, o como mujer con orejas de vaca. Aquí aparece como una mujer sentada en el trono. Sobre la cabeza de mujer con orejas de vaca y peluca estriada lleva el tocado de buitre con la Uraeus. El sistro, instrumento de percusión utilizado en el culto, aparece aquí como templete sobre su cabeza y hace referencia a su participación en las alegres celebraciones en honor de los dioses. Al igual que su par, la diosa madre Isis, también Hathor es popular como protectora del matrimonio y la familia.


FIGURILLA DE LA DIOSA TAUERET

Taueret, o Tueris es una diosa popular que ya era venerada en el Periodo Arcaico de Egipto. Se la representa con la figura de una hipopótamo preñada, de pie y erguida, con garras de león y cola de cocodrilo. Gracias a su apariencia temible mantiene a los demonios y a la desdicha lejos de los seres humanos. Como figurita de amuleto, era portada principalmente por las embarazadas, las madres jóvenes y los niños, a quienes concedía una atención preferente. Su pata derecha se apoya sobre el lazo Sa, símbolo de protección mágica, porque el lazo integra todo lo bueno y excluye lo malo.

FE Y DIVINIDAD

Tell el-Amarna Periodo Tardío, 750–332 a. C. Cerámica esmaltada. 10.9 x 4 x 3.3 cm Inv.-No. ÄM 22272

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ESCARABAJO CON EL NOMBRE DEL REY AMENOFIS III

Tell el-Amarna Imperio Nuevo, 1388–1351 a. C. Cerámica esmaltada. 1.5 x 2.9 x 4 cm Inv.-No. ÄM 21857

El escarabajo lleva en su parte posterior la inscripción: “Re es señor de la justicia”. Este es el nombre de entronización del rey Amenofis III. Expresa que Egipto ha de ser gobernado sabiamente y con justicia, como lo hace Ra, el dios Sol. El jeroglífico de la mujer en cuclillas con una pluma en la cabeza y un signo de Anj, símbolo de la vida, sobre las rodillas, representa a Maat, el orden del mundo y la justicia. Ella es la hija del dios creador y garantiza a todos los justos una vida buena y sin congojas en este mundo y en el Más Allá.


ESTATUILLA DE UNA IBIS (GARZA) SOBRE UN TEMPLETE CON DOS BABUINOS Y LA DIOSA MAAT EN FRENTE

Este grupo de estatuas era un exvoto para Thot, el dios de la sabiduría. Según la inscripción, el ofrendante esperaba que se le otorgara vida, salvación y salud. Thot puede presentarse en figura de babuino o de ibis (garza). Los babuinos hacen referencia al aspecto lunar del dios que había curado el ojo herido de Horus después de la lucha con su tío Seth, alegoría de la luna menguante y creciente. Como correcto escriba celestial de todos los acontecimientos, Thot mantiene una relación estrecha con Maat que aparece como mujer con una pluma en la cabeza, encuclillada entre los dos babuinos.

FE Y DIVINIDAD

Tell el-Amarna Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 10.6 x 5.8 x 13.6 cm Inv.-No. ÄM 22274

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Tell el-Amarna (?) Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1340–1300 a. C. Cerámica esmaltada. 8.6 x 4.5 x 4 cm Inv.-No. ÄM 20484 INCRUSTACIÓN CON FORMA DE DIOS BES

Irak, Assur Periodo Tardío, 750–332 a. C. Pasta de vidrio. 16.8 x 4.5 x 2.2 cm Inv.-No. ÄM 22200

El genio protector Bes es un grotesco enano híbrido que reúne elementos humanoides y animales. Una melena de león encuadra su rostro grotesco, aparece con la lengua afuera y entre sus piernas cuelga una cola de animal. Gracias a su apariencia intimidatoria mantiene todo lo malo lejos de los seres humanos. En particular, las mujeres y los niños se ponían bajo su tutela y portaban o guardaban en sus casas figuritas de amuletos con su estampa. También llegó a ser el emblema de los encuentros festivos con música y baile, por lo que a menudo se lo representa con instrumentos musicales, como lira, arpa o pandereta. La pequeña figura de Bes corriendo es poco común. Una suerte de armadura cubre su torso. De ella cuelga una falda de plumas. Su vestimenta, sus movimientos y su boca entreabierta como para gritar destacan su naturaleza belicosa, que él moviliza contra los perversos demonios.

FE Y DIVINIDAD

ESTATUILLA DEL DIOS BES

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ESTATUILLA DE ANUBIS EN FORMA HUMANA CON CABEZA DE CHACAL

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 12.7 x 4.9 x 4.8 cm Inv.-No. ÄM 2465

El dios Anubis, conductor de los rituales funerarios y acompañante de los muertos, es representado ya sea como un chacal negro acostado o como una figura humana con cabeza de animal. Desde épocas remotas se había asociado a los cánidos con el desierto occidental, la tierra de los muertos. Anubis llevó a cabo la primera momificación de un cadáver en el asesinado Osiris y condujo las ceremonias fúnebres. Los sacerdotes seguían ese ejemplo mitológico al colocarse la máscara de Anubis cuando celebraban los ritos necesarios para la revivificación de las momias.


ESTATUILLA DE THOT CON FORMA DE BABUINO

Thot, el dios de la sabiduría, era honrado bajo la forma de un ibis (garza) o de un babuino sagrado egipcio. Esta estatuilla se acuclilla sobre un pequeño zócalo cuya inscripción circular comprende los signos jeroglíficos de vida y felicidad, lo que el ofrendante probablemente esperaba recibir de los dioses. El babuino porta un pectoral colgado al cuello con la figura de la luna creciente y la luna llena descansando sobre una barca. Esto alude a la acción del dios que había curado el ojo izquierdo del dios Horus.

FE Y DIVINIDAD

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Piedra serpentinita. 16.5 x 8.8 x 8.3 cm Inv.-No. ÄM 4438

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ESTATUA DE BABUINO QUE REPRESENTA A THOT, DIOS DE LA SABIDURÍA, DETRÁS DEL REY AMENHOTEP III

El faraón Amenofis III era representado como una pequeña figura delante del sobredimensionado babuino sagrado de Egipto, una de las apariencias del dios Thot. El rey comparece en la postura de orante con sus manos posadas sobre su corto faldellín. El babuino levanta sus patas de orante sobre el rey. Es una postura en que se representa a menudo a los babuinos, porque los egipcios creían que los monos celebraban por las mañanas la salida del sol con su algarada. Por esto las figuras de babuinos y los relieves representando a estos animales en actitudes orantes eran muy corrientes en los templos, especialmente en Hermópolis, el principal templo del dios Thot. En cuanto protector y sanador de la luna, Thot está estrechamente ligado al segundo cuerpo celeste en importancia, el sol. Ambos astros simbolizan los dos ojos de Horus, siendo el sol el ojo sano, y la luna el dañado y vuelto a curar. Cuando la luna decrece, el ojo está padeciendo su herida, entonces Thot lo vuelve a fusionar hasta que nuevamente aparece la luna llena. Amenofis III se dedicó con empeño al culto de los astros. Bajo la protección del dios de la sabiduría y con su apoyo, el rey alaba al sol dispensador de vida y se pone también al amparo de Thot, quien asegura que los astros sigan su curso y con ello también la estabilidad de Egipto.

FE Y DIVINIDAD

Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1388–1351 a. C. Granito. 146.3 x 52 x 80 cm Inv.-No. ÄM 9942

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MODELO DE LA ENTRADA DE UN TEMPLO

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 14.5 x 8.5 x 9.1 cm Inv.-No. ÄM 34423


Tebas, Deir el-Medina Imperio Nuevo, Dinastía XIX, 1292–1186 a. C. Arcilla cocida. 8.5 x 8.6 x 1.8 cm Inv.-No. ÄM 21464

Los templos egipcios se construían según un estilo uniforme a lo largo del país. Los elementos de este estilo se evidencian en estos dos objetos. Ambos muestran a dos obeliscos que habían sido erigidos típicamente frente a un portón de pilones a la entrada del templo. El modelo del templo demuestra también que los templos consistían en un complejo de edificios rodeados por una amplia muralla. El uso exacto de este objeto sigue siendo poco claro. FE Y DIVINIDAD

OSTRACÓN MOSTRANDO LA FACHADA DE UN TEMPLO

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ESTATUA DEL REY AMENEMHAT III EN POSTURA DE ORACIÓN

Imperio Medio, Dinastía XII, 1853–1806 a. C. Diorita. 65 x 19.7 x 31 cm Inv.-No. ÄM 10337

El Faraón es el mediador entre los seres humanos y los dioses y por ende oficialmente el Sumo Sacerdote de cada templo. Como no podía estar presente al mismo tiempo en todos los templos, es representado por sus estatuas. Éstas lo muestran a menudo en la postura característica del orante, con sus manos extendidas sobre el faldellín. Amenemhat III aparece en la indumentaria real tradicional con el tocado (Nemes) y la Uraeus. Fue un importante rey del Imperio Medio y se esforzó por asegurar la estabilidad económica de Egipto y el bienestar de sus súbditos.


ESTELA DE HORI INCLUYENDO UNA REPRESENTACIÓN DE UN FARAÓN OFRENDANDO UNA FIGURILLA DE MAAT A LOS DIOSES

La estela de Hori está dividida en tres partes diferentes: en su parte superior, el Faraón Ramsés VII sostiene a la diosa Maat en sus manos y la ofrece a un grupo de cinco divinidades: Onuris, Osiris, Ptah-Tatenen, Horus e Isis. En la parte del medio, hay una inscripción con una oración por el rey que menciona también el título de Hori: “Escriba del Faraón”, y describe su misión y viaje a Abidos por orden del rey. En la tercera parte y final, se representa a Hori con su familia.

FE Y DIVINIDAD

Abidos Imperio Nuevo, Dinastía XX, 1134–1126 a. C. Piedra caliza. 100 x 65 x 15 cm Inv. ÄM 2081

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FRAGMENTO DE RELIEVE QUE REPRESENTA UNA PROCESIÓN DE SACERDOTES

Fayum, Arsinoe Periodo Tardío, 750–332 a. C. Piedra caliza. 23 x 57 x 9.5 cm Inv.-No. ÄM 11579

El fragmento de relieve proviene de una muralla decorada con una escena funeraria o festiva. En el fragmento se conservan sólo dos sacerdotes a quienes se les reconoce como tales por su calvicie. Ellos dirigen su atención a un edificio, que puede ser tanto la entrada de una tumba o de un templo. El sacerdote del primer plano sostiene un sahumador para la quema de incienso aromático. Su acompañante lleva un vaso de libaciones desde el cual verterá agua sagrada durante el ritual. Ambos instrumentos se utilizaban tanto en las fiestas de los dioses como en los rituales funerarios.


RELIEVE REPRESENTANDO AL SUMO SACERDOTE DE MENFIS

En este bloque de relieves de una sepultura aparecen, en cuatro registros, largas filas de hombres con el mismo atuendo, un corto faldellín, colas de animales colgando de la espalda y un látigo en la mano. Las inscripciones dan los nombres y la función de los personajes. Se trata de la línea masculina de los antepasados del Sumo Sacerdote de Menfis. Con tal representación, éste celebra la larga tradición familiar que revistió este alto sacerdocio. La serie de antepasados se remonta a más de mil años, desde el Imperio Medio (alrededor del 1900 a. C.) hasta el Periodo Tardío (alrededor del 800 a. C.).

FE Y DIVINIDAD

Saqqara Tercer period Intermedio, 946–736 a. C. Piedra Caliza. 45 x 90 x 5.5 cm Inv.-No. ÄM 23673

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SISTRO (SONAJERO) PARA PROCESIONES

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 19 x 14.5 x 3.2 cm Inv.-No. ÄM 12391

El sistro era un instrumento de percusión que se usaba en las festividades religiosas en el Antiguo Egipto. Consistía en un mango unido a un delgado arco atravesado por tres o cuatro vástagos de alambre. Este sistro en particular fue encontrado en el Tiber, Italia, cerca del templo de Isis demolido por Tiberio en el año 19 de nuestra era. Es probable por tanto que el sistro formara parte de los objetos del mismo templo.


OSTRACÓN: MUJER CON SONAJERO RITUAL (SISTRO) Y COLLAR (MENAT) FRENTE AL DIOS AMÓN EN FORMA DE GANSO

En este ostracón se ve a una mujer sosteniendo un sistro en su mano derecha y un collar ritual (menat) en su mano izquierda. Ambos instrumentos están vinculados a la diosa Hathor e investidos de sus poderes sanadores. Se trata probablemente de una cantadora. Se la muestra frente a un ganso que representa al dios Amón en forma de animal.

FE Y DIVINIDAD

Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra caliza. 11.1 x 15.1 x 1.8 cm Inv.-No. ÄM 3307

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ALTAR DE SACRIFICIO CON UN GRUPO DE FIGURILLAS

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Bronce. 5.9 x 3.1 x 5.3 cm Inv.-No. ÄM 23008

En esta réplica reducida de una mesa con leones, vasos de sacrificios y orantes, se trata probablemente de un exvoto privado que fue donado a un templo. Los lados largos de la mesa están decorados con el anillo Shen, símbolo de la renovación constante, mientras que los lados angostos muestran una barca con el disco solar. Los leones que caminan sobre la mesa representan las dos colinas entre las cuales el sol se sumerge cada tarde con su barca. El ofrendante está sentado con las manos levantadas en actitud de orante detrás del pequeño vaso de ofrendas, que acogerá como dádiva el óleo aromático de las unciones.


ESTELA CON LA DIOSA MERETSEGER COMO UNA SERPIENTE Y UNA MUJER DEVOTA ABAJO

Se representa a la ofrendante de esta estela, Ubechet, en la parte inferior con sus manos levantadas en el momento en que adora a la diosa cobra de Tebas, Meretseger, cuyo nombre significa literalmente “la que ama el silencio”. En tanto “Señora del Oeste”, representada como cobra en la parte superior de la estela, ella protege y cuida a los difuntos de las montañas del Oeste. En la inscripción se describen las alabanzas ofrecidas a Meretseger para que otorgue vida, salud y bienestar en el Más Allá a Ubechet.

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Tebas, Deir el-Medina Imperio Nuevo, Dinastía XX, 1186–1070 a. C. Piedra caliza. 19.3 x 13.5 x 3 cm Inv.-No. ÄM 21565

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AMULETOS CON FORMA DE “PATECO”

Periodo Tardío – Periodo Ptolemáico Temprano 750 - 250 a. C. Esteatita, cerámica esmaltada y piedra 4.5–8 x 2.3–4.9 x 1.7–2.9 cm Inv.-Nos. ÄM 4062, ÄM 5670, ÄM 7345, ÄM 11383

El Pateco (Pataikoi) no era uno de los grandes dioses de Egipto, pero por lo mismo era muy querido por el pueblo sencillo. Su nombre significa pequeño Ptah y era la versión popular del gran dios de la sabiduría. Se lo representa siempre como un enano desnudo con piernas arqueadas y una ceñida gorra en su cabeza rasurada. Esta gorra la ha copiado de su gran modelo, mientras que su figura recuerda a su par popular, el dios Bes, también de baja estatura. El Pateco dispone de fuerza creadora, al igual que Ptah, pero está más cerca de los seres humanos por su manera de ser amable. Por ello, a las personas de todas las clases y capas sociales les gustaba portar amuletos suyos. Esperaban que éstos les trajeran protección, suerte y alegría de vivir. La fuerza protectora se veía reforzada si el Pateco portaba un cuchillo o aparecía acompañado de una diosa alada, que venía pintada o grabada en relieve en el reverso de la figura.


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Dr. Olivia Zorn

P.Izquierda: Detalle, Piramidión de la tumba de Ptahmose. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

Los egipcios creían en una vida después de la muerte. Se imaginaban el Más Allá como el fiel reflejo del mundo terrenal, razón por la cual en numerosas ilustraciones en las tumbas y la literatura se encuentra el Nilo representado como una ancha faja rellena con una línea en zigzag. Tal como en el mundo terrenal, el Nilo era también la arteria vital en el mundo del Más Allá. En el Más Allá se practicaba la agricultura y las aguas del Nilo regaban los cultivos. Los fértiles campos de Aaru en el inframundo correspondían al delta del Nilo con su red de afluentes en el mundo real. Además el Nilo se utilizaba como vía de transporte ya que las zonas alejadas de las riberas estaban desiertas y eran intransitables también en el inframundo. Por lo demás tenía una importancia especial para el viaje del Dios Sol a través del mundo del Más Allá. Según la visión del Antiguo Egipto, el Dios Sol, tras su recorrido por el cielo durante el día entraba al inframundo por el occidente. Durante las doce horas de la noche cruzaba todo el inframundo para volver a emerger en la mañana por el oriente e iniciar su recorrido por el cielo diurno. Durante el día, el Dios Sol envejecía, adoptando diferentes nombres y formas según las partes principales del día, la mañana, el mediodía y la tarde. En la mañana era Jepri, el nuevo sol, representado como escarabeo (escarabajo), a menudo con sus alas extendidas. Los egipcios habían observado en la naturaleza que el escarabeo salía como escarabajo adulto del lodo, interpretándolo como el nacimiento desde el inframundo. Luego el escarabajo empujaba una bola de estiércol con sus patas traseras, lo que los egipcios interpretaban como el movimiento del sol a través del cielo. Es por ello que en la mañana, el Dios Sol emerge del inframundo como escarabajo e inicia su curso. Al mediodía cambia su aspecto y se transforma en halcón adoptando el nombre de Ra. Todos los días el halcón recorre largamente el cielo, y a veces parece fundirse con la esfera solar. Durante la segunda mitad del día, el Dios Sol envejece para luego, en la tarde, ingresar al inframundo como anciano, representado por un hombre en cuclillas con la cabeza de carnero llamado Atum. El viaje a través del cielo diurno ha agotado al Dios Sol, y necesita recuperar fuerzas. Por ello se sube a una barca con su corte para navegar por el Nilo del inframundo. Su destino son las aguas primigenias (egipcio: Nun) que se encuentran escondidas en el centro y las profundidades del inframundo. Al principio, de estas aguas nació el mundo y, al final de los tiempos, todo volverá a hundirse en ellas. Es ahí donde nació la vida, y por lo tanto también el Dios Sol puede regenerarse en ellas. Pero Atum-Ra alcanza el océano primigenio recién a medianoche. Antes debe recorrer extensos territorios del inframundo y superar obstáculos. Pues, tal como en este mundo, también en el del Más Allá acechan muchos peligros, sobre todo la serpiente Apofis, la encarnación del mal. (Fig. 1). Es una serpiente gigante y su propósito es destruir al Dios Sol que trae el bien y la luz al mundo. Si lograra vencer a Atum-Ra, el mundo se hundiría en la oscuridad eterna. Ése era el temor de los egipcios todas las noches, por lo que saludaban cada nuevo día con alegría y alivio ya que al salir el sol se comprobaba que nuevamente el bien había ganado la batalla contra el mal. Antes de encontrarse con Apofis, la barca del Dios Sol debe recorrer un largo camino por el inframundo a lo largo del cual la malvada serpiente ha colocado una serie de obstáculos para detener el viaje de la barca, retrasando de este modo el transcurso del tiempo. Porque también es importante que el Dios Sol reaparezca a primera hora del día en el mundo terrenal, para evitar una alteración del orden cósmico. Pero la tripulación conduce la barca con seguridad por los meandros del río, evitando que ésta encalle en los bancos de arena y esquivando los escollos

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rocosos, de modo que, a la sexta hora de la noche (medianoche), el Dios Sol llega a tiempo a las aguas primigenias, para luego sumergirse en el caudal y recuperar su aspecto juvenil. Con las fuerzas renovadas continua su camino y se encuentra con Osiris, el soberano del inframundo y con todos los difuntos que descansan en sus sarcófagos. Quieren ver la luz que el Dios Sol trae al inframundo, y es así como a través de la visión del joven dios todos renacen a una nueva vida. Lo único que falta entonces es que él mismo enfrente la lucha contra la serpiente Apofis. Varios dioses y demonios apoyan al Dios Sol durante el ataque de la serpiente. En una dura lucha y armados con cuchillos y lanzas derriban a la malvada serpiente. Una vez vencida, el Dios Sol puede continuar sin impedimentos su viaje y alcanzar la salida del inframundo en el oriente, de la que emerge nuevamente como escarabajo. Aún cuando la serpiente Apofis ha sido vencida y su cuerpo desmembrado, no significa que el mal se haya rendido definitivamente. Pues igual que el Dios Sol, Apofis se regenera durante el día, para volver a iniciar la lucha contra Ra durante la siguiente noche. Los egipcios confiaban en que el bien siempre triunfa y el Dios Sol siempre vuelve a renacer. Este renacimiento lo esperan también los difuntos, que anhelan ver su luz y subirse a su barca. En la noche, el inframundo se ilumina y llena de vida, y los difuntos pueden realizar sus quehaceres cotidianos, tal como lo hacen los vivos durante el día en el mundo terrenal. Si bien el inframundo ofrece muchas comodidades, también hay que realizar faenas agrícolas para el soberano Osiris, para asegurar el abastecimiento de todos los habitantes del Más Allá. A diferencia del mundo terrenal, en el inframundo todos los egipcios deben trabajar en el campo. Por ello, en las paredes de las tumbas a menudo se observan representaciones de funcionarios y sus esposas

Fig.1: Mural que representa la muerte del demonio Apofis. Tebas, tumba de Inihercha (TT 359). Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. A.Schröder.


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Fig.2: Mural, labores de cosecha en el campo. Tebas, tumba de Menna (TT 69). Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. A.Schröder.

elegantemente vestidos, trabajando con el arado, sembrando y segando el trigo con la hoz. (Fig. 2). Dado que el trabajo agrícola no era precisamente muy popular, y los difuntos preferían aprovechar el tiempo navegando por el Nilo o los estanques de Lotus, intentaban enviar representantes, los llamados Ushebtis (ver p. 180). Se trata de pequeñas estatuillas momiformes que sostienen en sus manos sobre los hombros azadas para trabajar la tierra y llevan pequeños saquitos de granos. Estas figuras se colocaban en las tumbas junto a los difuntos desde el Imperio Medio (2137-1781 a. C.). Pueden aparecer hasta 365 estatuillas en una sola tumba, complementadas además por capataces Ushebtis que supervisan respectivamente grupos de diez Ushebtis y visten elegantes trajes de uso diario. En el mejor de los casos, el difunto disponía de un Ushebti por día. A menudo, estas estatuillas llevan una leyenda específica explicando su función: “Si llaman a trabajar, para labrar el campo, regar las orillas y embarcar arena hacia el occidente o hacia el oriente, entonces debes decir, aquí estoy”. Y es esa inscripción que dio origen al nombre de las estatuillas: Ushebti = el que responde. Responden y se reportan en lugar del difunto para realizar las diferentes labores. En la mayoría de los casos, además está anotado el nombre del dueño en el Ushebti para evitar que éste trabaje para otro habitante del inframundo.

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A pesar de las faenas en el campo y de algunos peligros que acechan en el inframundo, el Más Allá era un paraíso para los egipcios, en el cual - por mucho más tiempo que en la tierra - se podía vivir en paz hasta el final de los tiempos. Por esta razón, todos los egipcios anhelaban ingresar a este mundo que, sin embargo, no estaba abierto automáticamente a todos los difuntos. Pues primero debían rendir cuentas en un juicio por sus actos en el mundo terrenal y ganarse la benevolencia de Osiris, el soberano del inframundo y de sus 42 dioses-jueces. (Fig. 3). En la entrada al inframundo el difunto era recibido por Anubis, el mensajero del Más Allá con cabeza de chacal, quien lo llevaba al tribunal. Allí se depositaba, en una pequeña fuente en el platillo de una gran balanza, el corazón del difunto, que según la visión de los egipcios albergaba no solo los sentimientos sino también la razón. En el otro platillo ya se encontraba una pequeña figura de la diosa Maat, símbolo de la justicia y la verdad. Si los platillos quedaban a la misma altura se demostraba que el difunto había llevado una vida justa, que no había cometido malos actos, que siempre se había preocupado por los demás haciendo el bien. Una vez que el difunto nombrara además a los 42 jueces por su nombre y su función y se asegurara su benevolencia, era aceptado por Osiris como “justo de voz” en el inframundo. En cambio, si los platillos no alcanzaban la misma altura, el difunto había cometido malos actos durante su vida y era condenado. En este caso entraba en acción la gran devoradora ( egipcio: Ammut),


una criatura híbrida compuesta por la cabeza de un cocodrilo, el cuerpo de un león y la parte trasera de un hipopótamo que devoraba el corazón del difunto, quitándole de este modo la condición de inmortal. Esta escena del juicio final aparece en un gran número de papiros que se le entregaba al difunto como guía para el inframundo. Aparte de la escena del juicio, los papiros, que en la actualidad se conocen como el Libro de los Muertos, contienen descripciones de las diferentes áreas del Más Allá, sus peligros y ventajas. Se indican los nombres de los guardianes de cada una de las puertas hacia el inframundo y se explican sus funciones. Además se entrega un listado de diversas fórmulas que pueden ser de ayuda en diferentes situaciones. Mediante esta descripción tan detallada se buscaba quitarle el miedo a los seres humanos ante ese mundo desconocido del cual, hasta el momento, nadie había regresado. También permitía limitar los peligros de antemano, desde luego incluyendo las del juicio de los difuntos. Porque esta escena está representada exclusivamente con un final positivo. Si bien no puede faltar la gran devoradora en esta escena, está ahí solo como advertencia, el difunto siempre llegaba sano y salvo al Más Allá. Y para que esta sentencia positiva no pueda ser impugnada posteriormente cuando el dueño del papiro efectivamente se encuentra frente a los jueces, Thot, el dios de la escritura, representado como hombre con cabeza de ibis, ha protocolizado todo el proceso en su rollo de papiro.

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Fig.3: Escena de la Corte de Nefer-ini del Libro de los Muertos. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

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Fig.4: Cámara de sacrificio de la tumba de Metjen. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

Los preparativos para el Más Allá que ya se llevaban a cabo en vida eran complejos, al igual que los rituales funerarios. Cuando un funcionario o artesano alcanzaba un cierto rango, el faraón lo autorizaba para construirse una tumba. En todas las épocas, las tumbas se construyeron fuera de las tierras fértiles, en el desierto o en las sierras áridas. En los tiempos prehistóricos (antes de 3100 a. C.) se enterraba a los muertos en posición fetal directamente en la arena del desierto, lo que favorecía una momificación natural, por lo cual también se han conservado cadáveres de aquel tiempo. En el Imperio Antiguo (2707–2216 a. C.) se desarrolló la momificación artificial en base a las observaciones del proceso natural de desecación del cadáver. Para los faraones se construían extensas áreas de tumbas con monumentales pirámides y recintos de templos y, directamente al lado de las pirámides, las mastabas - grandes superestructuras cuadradas con una cámara funeraria subterránea - destinadas a los altos funcionarios, con una gran superestructura cuadrada y una cámara funeraria subterránea. En la parte superior se podía acceder a una cámara en la que los familiares depositaban ofrendas para el difunto. (Fig. 4). Allí se encontraba también la puerta falsa que representaba el paso del mundo terrenal al Más Allá. Es una reproducción de una puerta abierta, pero el paso está labrado en piedra, de modo que sólo puede pasar el alma del difunto pero es impenetrable para quienes aún viven en el mundo terrenal. En la visión del Antiguo Egipto, el ser humano poseía tres “almas”, Ka, Ba y Aj. Ka es el cuerpo joven con el cual el ser humano continúa viviendo en el Más Allá. Este cuerpo necesita alimentarse y vestirse como cuando estaba vivo, por ello se


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Fig.5: Relieve de la tumba de Hetepet: Viaje a través de matorrales de papiros. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.

le llevan ofrendas en forma de objetos reales o representaciones en las paredes de la tumba. Ba es lo más parecido al concepto cristiano de alma. Ba representa los sentimientos del ser humano y en las ilustraciones aparece como pájaro con la cabeza y los brazos de un ser humano (ver p. 164, ÄM 8436). Éste desea estar cerca del Dios Sol, por lo que abandona la tumba durante el día y vuela al mundo terrenal para seguir el curso del sol. En las noches regresa al inframundo siguiendo al Dios Sol. Aj representa al difunto transfigurado. Este permanece en el inframundo y no vuelve a tomar contacto con el mundo terrenal. De esta forma simboliza también lo definitivo del ingreso al Más Allá, de donde es imposible retornar completamente como ser humano. Por ello, después de la sepultura ya no se podía ingresar a la cámara funeraria, en la cual descansaba el difunto en su sarcófago. Sólo Ka y Ba encontraban la salida a través de la puerta falsa hacia el mundo terrenal. La puerta falsa fue el elemento más importante de la tumba en todas las épocas, ya que a través de ella se establecía la conexión entre ambos mundos. En el Imperio Medio (2137-1781 a. C.), las mastabas fueron remplazadas por tumbas excavadas en rocas, que inicialmente eran bastante pequeñas, pero en el Imperio Nuevo (1550-1070 a. C.) también podían adquirir dimensiones grandes. Las paredes de las tumbas - al igual que en el Imperio Antiguo - estaban adornadas con representaciones de escenas de la vida cotidiana. (Fig. 5). Éstas servían, por un lado, para abastecer al dueño de la tumba (ver p. 164, ÄM 8436) y, por el otro, representaban su entorno familiar (ver p. 68, ÄM 1129), para que también estuviera a su disposición en el mundo del Más Allá. Adicionalmente se equipaba la tumba con productos naturales y objetos de uso diario (cerámica doméstica, muebles, herramientas, artefactos agrícolas), así como joyas y bienes de lujo (instrumentos musicales, vasijas preciosas, utensilios de cosmética). Estos objetos garantizaban al dueño de la tumba una vida amena y libre de preocupaciones en el Más Allá.

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Fig.6: Mural, de una procesión funeraria y transporte del sarcófago del difunto Tebas, tumba de Roy (TT 255). Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. A.Schröder.

Muchos de estos artículos se confeccionaban especialmente para su uso en la tumba por lo que a menudo no funcionaban, ya que para utilizarlos en el Más Allá bastaba con la forma. Pero también era habitual agregar objetos personales del difunto a la tumba, en particular joyas y bienes de lujo que había usado en vida, lo que se evidencia en las huellas que había dejado su uso. El día de la sepultación se llevaba todo el equipamiento funerario en el cortejo fúnebre para documentar la importancia de la posición del difunto. (Fig. 6). Una vez fallecida la persona, su cadáver se entregaba inmediatamente al embalsamador quien lavaba el cuerpo, extraía los órganos y lo sumergía durante unos 40 días en polvo de natrón para desecarlo completamente. Luego, el cuerpo era ungido y se le envolvía con vendas de lino empapadas en óleos. Entre las diferentes capas se colocaban amuletos para proteger la momia. Al final se cubría la cabeza con una máscara pintada, confeccionada de cartonaje de papiro, que reproducía una imagen estilizada del difunto. A veces se cubrían también el cuerpo y los pies con este tipo de cartonaje para lograr una protección adicional de la momia. Una vez terminada la momificación, se llevaban a cabo los funerales. El día de la sepultación se formaba un cortejo fúnebre compuesto por sacerdotes, familiares y plañideras que acompañaba al cuerpo sin vida y los ajuares funerarios. En algunos puntos del trayecto se ubicaban los condolientes pagados, que irrumpían en fuertes llantos y rompían vasijas cuando pasaba el cortejo fúnebre delante de ellos (ver p. 162, ÄM 12411). Al llegar a la tumba, un sacerdote con máscara de cabeza de chacal que representaba al dios Anubis, el acompañante de los difuntos, iniciaba el ritual de apertura de la boca. (Fig. 7). El sacerdote llevaba un instrumento especial hacia la boca de la momia y “abría” ritualmente la boca y la nariz, para que el difunto recuperara las funciones vitales, que se habían detenido durante la momificación. Sin esta recuperación, el difunto no podría seguir viviendo en el Más Allá. En ese momento también volvían las almas al cuerpo, que lo habían abandonado después de la muerte. De acuerdo a la visión del Antiguo Egipto, éstas no podían permanecer durante largo tiempo fuera del cuerpo y sólo la comunión del cuerpo y las almas permitía seguir viviendo. Entonces, la momia que de esta forma se había regresado a la vida era llevada en su sarcófago a la cámara funeraria que luego se sellaba.


El resto del trayecto hacia el Juicio de Osiris y el inframundo quedaba reservado exclusivamente al difunto. Después del cierre de la cámara funeraria lo recibía el dios Anubis para guiarlo en su viaje por el Más Allá. En las pinturas en las paredes de las tumbas aparece con frecuencia el dios Anubis en forma de chacal. A menudo el área de acceso a la cámara funeraria se decoraba por ambos lados con un chacal recostado en un santuario. Los egipcios habían observado a este animal en la naturaleza escarbando en la arena del desierto. De ello concluyeron que el chacal cuidaba de los difuntos que descansaban en sus tumbas en la arena del desierto y le dieron al dios responsable la apariencia de un chacal. Los egipcios tenían una explicación para todos los fenómenos de la naturaleza, incluso para lo invisible o lo aparentemente inexplicable. Ello vale también para la resurrección después de la momificación. Ésta se explica en el mito relacionado con el dios Osiris. En tiempos remotos, Osiris gobernaba como primer faraón en Egipto junto a su esposa y hermana, la diosa Isis. Sus hermanos, Seth y Neftis, también estaban casados. Seth envidiaba a su hermano Osiris por su dominio sobre Egipto y lo asesinó. Descuartizó el cadáver y lanzó sus miembros al Nilo. El río arrastró las partes del cadáver, dejándolas en diferentes lugares del país que, posteriormente, se convirtieron en lugares de culto a Osiris. Isis, su esposa, recogió todas las partes del cuerpo, las volvió a unir envolviéndolas con vendas de lino, lo que le dio el aspecto de una momia. Después concibió con él al dios Horus, quien creció escondido entre la espesura de los papiros para protegerlo de su tío Seth, que entretanto había asumido como rey de Egipto. De adulto luchó con Seth por el poder sobre Egipto.

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Fig.7: Pintura mural que representa a un sacerdote en la realización del Ritual de apertura de la boca. Tebas, tumba de Sennedjem (TT 1). Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. A.Schröder.

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Después de una larga lucha, los demás dioses lo declararon legítimo heredero de su padre Osiris y lo nombraron rey de Egipto. Seth recibió el dominio sobre los pueblos extranjeros en los desiertos colindantes con Egipto ya que era un guerrero combativo y serviría para proteger el país. Además, cada noche demostraba su valentía en la lucha contra la perversa serpiente Apofis, defendiendo la barca del Dios Sol en el inframundo. A Osiris se le otorgó el dominio sobre el inframundo ya que él mismo había resucitado, algo que todos los seres humanos anhelaban para después de la muerte. Su piel tiene un color verde en señal de su regeneración; viste una túnica larga, blanca y ajustada que simboliza las vendas de momia y en sus manos lleva las insignias de su dignidad real, el cayado y el látigo que también forman parte del atuendo de los faraones vivos. Siempre va acompañado por sus dos hermanas, Isis y Neftis, que lo lloraron cuando yacía momificado en su féretro antes de su resurrección. Todos los difuntos comparten el destino de Osiris, son embalsamados, llorados y luego regresados a la vida. Por esta razón, a todos los difuntos se les agrega la palabra “Osiris” antes de su propio nombre en los textos del Más Allá. La literatura sobre el Más Allá que se ha conservado de la época del Antiguo Egipto es multifacética. Con el tiempo fue adaptándose a las nuevas necesidades y concepciones del mundo de ultratumba. Al principio, el Más Allá estaba reservado exclusivamente a los reyes, sus familias y los altos funcionarios. Para el rey considerado dios, el paso al Más Allá significaba regresar donde sus hermanos. Esta “ascensión” está descrita en los llamados Textos de las Pirámides que se registran en las paredes de las pirámides a partir del año 2350 a. C. A partir de ellos, durante el Primer Periodo Intermedio (2216-2137 a. C.) surgieron los Textos de los Sarcófagos, nombrados así porque estaban inscritos directamente en las paredes interiores de éstos últimos. Estos textos por primera vez intentaban transmitir una imagen detallada del paisaje del inframundo, indicando las zonas seguras y las de peligro y, de esta forma, ser una guía útil para el difunto. Ya entonces se permitía

Papiro funerario de Sesech, jefe económico del más allá. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin. Sandra Steiß.


“Hoy, la muerte está frente a mí, como la fragancia de las flores de loto, como cuando se revela el cielo, como cuando el ser humano logra resolver un enigma, como un hombre que anhela volver a ver su hogar después de permanecer prisionero por muchos años.” (Citado de: Diálogo de un desesperado con su alma Ba)

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también a los funcionarios de rango medio y los artesanos que se construyeran una tumba e ingresaran al mundo del Más Allá. Durante el Imperio Nuevo (1550-1070 antes de Cristo) surgió, basada en los Textos de los Sarcófagos, una literatura del Más Allá muy variada, que se fue especializando con el tiempo. El texto del Más Allá conocido hoy como el “Libro de los Muertos”, y cuyo título egipcio es Libro sobre la salida del inframundo en el día y el regreso, es solo uno de otros tantos que a menudo llevan nombres que se remontan a las denominaciones del Antiguo Egipto: Amduat, el Libro de las Puertas, el Libro de las Cavernas y el Libro del Viaje Nocturno del Sol. El fin de todos estos libros es preparar al ser humano para el Más Allá y facilitarle al difunto la vida en el inframundo, entregándole descripciones del mundo de ultratumba e instrucciones prácticas. El título original del Libro de los Muertos se refiere al alma Ba del difunto: en la mañana abandona la momia con el fin de estar cerca del Dios Sol en el mundo terrenal. Pero de noche debe regresar a la momia y encontrar el camino correcto para ingresar al inframundo. Una parte del Libro de los Muertos está dedicada a este viaje del alma Ba tan importante para los egipcios. En la Literatura del Más Allá queda de manifiesto que los egipcios intentaban explicar lo inimaginable y crearse un mundo del Más Allá que, si bien albergaba peligros junto a todo lo bello, al igual que en el mundo real, finalmente le quitaba el aspecto terrorífico a la muerte, que de esta forma solo representaba el paso de un mundo a otro. Un poema del Antiguo Egipto evidencia esta mentalidad:

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CUBIERTA DEL SARCÓFAGO ANTROPOMORFO DE SA-ISET

Esta cubierta de un sarcófago muestra a Sa-Iset, escriba real y supervisor de los graneros reales del Alto y Bajo Egipto. Sus antebrazos están cruzados sobre su pecho y una gran peluca rodea su cara decorada con una flor de loto en la parte superior. La flor de loto fue un símbolo de resurrección y por lo tanto se trata de una decoración apropiada para este ataúd, ya que los antiguos egipcios creían que los muertos resucitarían para vivir en el otro mundo. Sa-Isted también tiene amuletos importantes para la vida futura en sus manos: el “anj” en su mano izquierda, el símbolo de la vida, y el símbolo de pilar “Djed” en la mano derecha que representa la estabilidad.

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Imperio Nuevo, Dinastía XIX, 1279–1213 a. C. Granito rosa. 55 x 80 x 225 cm Inv.-No. ÄM 32336

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ESTATUA DE UN HOMBRE ARRODILLADO SOSTENIENDO UNA IMAGEN DE OSIRIS, JUNTO AL DIOS TOTH EN FORMA DE MONO BABUINO SENTADO SOBRE SUS HOMBROS

Imperio Nuevo, Dinastía XIX, 1292–1186 a. C. Piedra caliza. 61.5 x 25 x 39 cm Inv.-No. ÄM 2284

El personaje en esta estatua aparece arrodillado. El babuino que está sentado sobre sus hombros encarna al animal sagrado de Thot, el escriba de los dioses de Hermópolis. El hombre sostiene una representación del dios Osiris delante de él, aunque la cabeza del dios no se ha conservado. La presencia de Toth y el gesto del hombre sugieren que probablemente se trate de un escriba. La estatua sin terminar fue hallada en un templo, lo que significa que probablemente haya sido donada por su propietario.


BLOQUE DE RELIEVE DE LA PARED DE UNA TUMBA REPRESENTANDO AL DIFUNTO Y SU ESPOSA OFRECIENDO RAMAS DE PAPIRO A UNA ESTATUA DEL DIOS SOLAR RA-HORAJTI EN UN SANTUARIO, CON SEIS OFRENDANTES ABAJO

En este relieve se ha representado al propietario de la tumba y a su esposa, que ofrendan ramos de papiros al dios Sol Re-Harajty en su santuario. Re-Harajty aparece muchas veces en forma humana con cabeza de halcón. Sobre la cabeza lleva el disco solar rodeado por una Uraeus. Desde el Imperio Medio ya no se reservaba sólo al rey llevar ofrendas a los dioses, también se le permitía a los funcionarios y artesanos de alto rango. Bajo la escena principal se ha retratado a seis ofrendantes que llevan víveres al matrimonio para su vida en el Más Allá.

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Menfis Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra Caliza. 132 x 92 x 13.5 cm Inv.-No. ÄM 7275

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PIRAMIDIÓN DE LA TUMBA DE PTAHMOSE

Saqqara (?) Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1388–1351 a. C. Granito. 39.5 x 43 x 41 cm Inv.-No. ÄM 2276

Este piramidión fue encontrado en la tumba de Ptahmose y estaba situado en la parte superior de una pirámide. Se orienta según el curso del sol. Uno de sus dos lados decorados apuntaba hacia el este, donde sale el sol, y el otro al oeste, hacia el atardecer. Ptahmose está representado en los lados este y oeste, adorando el sol de la mañana y de la tarde. Sus títulos muestran que era un sacerdote del dios Ptah. En texto jeroglífico, Ptahmose le pide al dios solar Ra para que lo guíe a salvo hacia en inframundo cuando se hunda en el oeste.


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Abidos Imperio Nuevo, Dinastía XIX/XX, 1292–1070 a. C. Piedra caliza. 119 x 68 x 13 cm Inv.-No. ÄM 7289

Esta estela se encuentra en una tumba y su propietario, Kama, aparece junto a su esposa en la parte superior de la pieza. Ellos están adorando al dios con cabeza de halcón, Sokar y a la deidad en forma de momia, Osiris, gobernante del inframundo. En el texto en jeroglífico la pareja realiza ofrendas cotidianas, incluyendo pan, cerveza, ganado y aves de corral, por lo que estarán bien abastecidos en la otra vida. En la parte media de la estela, aparecen los hijos de la pareja y en la tercera sección por debajo de ellos están los nietos de la pareja.

MODELO DE LA PIRÁMIDE DE KEOPS (CREADO DE UN BLOQUE DE PIEDRA TOMADO DE LA PROPIA PIRÁMIDE)

Giza, pirámide de Keops Imperio Antiguo, Dinastía IV, 2620–2580 a. C. (bloque original) 1850 c. (fabricación del modelo de pirámide) Piedra Caliza. 53 x 85 x 85 cm Inv.-No. ÄM 7985

Durante su expedición a Egipto entre los años 184245, el egiptólogo Richard Lepsius trasladó una piedra desde la Pirámide de Keops hasta Berlín. Con ella hizo construir un modelo exacto de la pirámide, tal como la había encontrado, y como se presenta a los visitantes en Guiza hasta hoy. Por ello carece tanto del revestimiento de placas de piedra caliza como también de la punta que la coronó. Las placas de piedra caliza fueron desmontadas de la pirámide durante el Periodo Islámico y utilizadas como harina de piedra caliza para diferentes edificaciones. Aún es un misterio qué pasó con la punta original de la pirámide.

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ESTELA DE KAMA

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PECTORAL REPRESENTANDO UN ESCARABAJO ALADO (SÍMBOLO DEL DIOS SOLAR) ENTRE EL DIOS OSIRIS Y UNA PERSONA QUE REZA

Menfis Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra serpentina. 6.7 x 7.5 x 0.9 cm Inv.-No. ÄM 3473

Con el fin de proteger los cuerpos, a las momias se les ponía un pectoral en el centro del pecho con la forma de un santuario decorado con diferentes divinidades. En este pectoral, el difunto (a la izquierda) ora con las manos elevadas ante un Osiris con la corona Atef y en posición momiforme. Entre las figuras, un escarabeo alado, la encarnación del dios del sol naciente que sostiene en lo alto al disco solar, aparece sentado sobre un pilar dyed, el símbolo de la eternidad. El difunto también desea formar parte del curso del sol y de la consecuente regeneración cíclica.


ESCARABAJO ALADO Y AMULETOS EN FOMA DE LA CABEZA DE HORUS HALCÓN Y LOS CUATRO HIJOS DE HORUS

Los motivos característicos del chapado de las joyas de las momias son el escarabeo alado, las cabezas de halcones y los cuatro hijos de Horus. El escarabeo extiende protectoramente sus alas sobre el cuerpo y permite al difunto tomar parte de la regeneración nocturna del dios Sol. Las cabezas de halcón hacen referencia también al dios Sol y servían originalmente como cierre de un ancho collar Usej. Los cuatro hijos de Horus, uno con cabeza humana y los otros con cabeza de chacal, mono o halcón son los cuidadores de las vísceras, que eran enterradas por separado en el proceso de momificación.

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Abusir el-Melek Fines del Periodo Tardío–Inicios del Periodo Ptolemaico, 400–250 a. C. Cerámica esmaltada. 2.7–5.9 x 0.9–9.3 x 0.6–1.9 cm Inv.-Nos. ÄM 16402, 16403, 16404, 16407, 16408, 16409, 16410

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AMULETOS EN FORMA DE OJOS UDJAT

Tell el-Amarna Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1351–1334 a. C. Cerámica esmaltada. 4.2–4.4 x 5.6–6.3 x 0.8–1 cm Inv.-Nos. ÄM 21944/01, ÄM 21944/02

El Ojo de Horus era el amuleto protector favorito en Egipto. Está compuesto de un ojo humano en el centro, combinado con un trazo perpendicular y una espiral, elementos de los ojos de un halcón y de una pantera. Udjat significa estar sano y salvo. Uno de los ojos del dios Horus fue herido en la lucha contra su tío Seth por el dominio sobre Egipto. El dios Thot de la sabiduría sanó ese ojo. Como amuleto ayudaba en la curación de enfermedades y protegía preventivamente a sus portadores de cualquier mal, tanto en vida como también en el mundo del Más Allá.


AMULETOS FORMADOS COMO PILAR DJED, NUDO DE ISISY, CETRO-WADJ

Abusir el-Melek (ÄM 17242) Fines del Periodo Tardío–Inicios del Periodo Ptolemaico, 400–250 a. C. Cerámica esmaltada. 4–9 x 1.3–3 x 0.5–1.4 cm (ÄM 6464): 7.1 x 1.6 cm Inv.-Nos. ÄM 17242, ÄM 6364, ÄM 6464

Otros eficaces amuletos eran el Nudo de Isis, el Pilar Dyed y el Cetro Uas. Dyed significa eternidad y es el símbolo del soberano del inframundo Osiris, que entrega a todo ser humano la esperanza de una vida eterna en el más allá. El Nudo de Isis, signo de la hermana-esposa de Osiris, Isis, enlaza los buenos y poderosos hechizos y aleja el mal. El Uas es un tallo de papiro con la umbela cerrada, significa “reverdecer, abrirse en flor” y simboliza el fértil valle del Nilo, el florecimiento de la vegetación y la regeneración de la naturaleza y de los seres humanos.

AMULETO CON FORMA DEL JEROGLÍFICO “CORAZÓN”

En la momificación se dejaba el corazón en el cuerpo pues era el lugar que albergaba la conciencia y los sentimientos. Antes de ingresar al Más Allá, el difunto debía rendir testimonio sobre su vida ante un tribunal. Para ello, el corazón se ponía a un lado de la balanza y en el otro lado se ponía una pluma, símbolo de la verdad. Si la balanza se inclinaba bajo el peso del corazón, entonces éste era destruido y el difunto era maldecido por toda la eternidad. Con la ayuda de un amuleto de corazón se podía animar al propio corazón a hacer una declaración positiva y, al mismo tiempo, llamarlo a omitir las malas acciones.

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Abusir el-Melek Finel del Periodo Tardío–Inicios del Periodo Ptolemaico, 400–250 a. C. Piedra, sin especificar. 3.1 x 2.4 x 1.4 cm Inv.-No. ÄM 17146

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CUENTAS COLGANTES EN FORMA DE ISIS Y NEFTIS EN CUCLILLAS Y UN OJO UDJAT

Periodo Tardío, 750–332 a. C. Oro. 1.5–2.2 x 1–1.4 x 0.05–0.15 cm Inv.-Nos. ÄM 1799, ÄM 1800, ÄM 1801

Los egipcios buscaban conservar el cuerpo de los muertos sin que se descompusiera porque lo requerirían para seguir viviendo en el Más Allá. Con el fin de proteger mágicamente el cadáver se agregaban amuletos entre las vendas de embalsamiento. Éstos eran meros símbolos de protección, como el Ojo de Horus o la representación de divinidades relacionadas con el mundo de ultratumba. Las dos figuras de mujeres en cuclillas muestran a Isis (izquierda) y Neftis (derecha), las dos hermanas de Osiris, que lo momificaron después de su asesinato y lo devolvieron a la vida.


AEGIS (COLGANTE DE COLLAR) CON LA CABEZA DE UNA DEIDAD FELINA QUE LLEVA UN DISCO SOLAR CON URAEUS (SERPIENTE SÍMBOLO DE LA DEIDADUADYET) COMO SU TOCADO

Una égida (escudo o pectoral) consiste de un amplio collar o gorjal sobre el cual se ubica la cabeza de una diosa coronada con un disco solar y Uraeus. Ella es el símbolo de la fertilidad y protección y se usaba como artefacto de culto en las ceremonias, fijado en la proa de los barcos sagrados o barcas de divinidades o, como en este caso, puesto como amuleto sobre la momia. Muchas veces se representa a la diosa Sejmet que aparece como leona salvaje y belicosa, pero también con la naturaleza dócil y benévola de una gata.

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Periodo Tardío, 750–332 a. C. Plata. 2.76 x 2.21 x 0.74 cm Inv.-No. ÄM 8403

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BLOQUES CON RELIEVES CON ESCENAS FUNERARIAS TALES COMO UN CORTEJO FÚNEBRE

Saqqara, tumba de Ptahemhat Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1333–1323 a. C. Piedra caliza. 51.5 x 131 x 10.5 cm Inv.-No. ÄM 12411

El fragmento del relieve muestra una parte del cortejo fúnebre de Ptahemhat (sumo sacerdote de Ptah). En el registro inferior a la derecha aún se puede reconocer la esquina del santuario donde se encuentra el féretro. Lo siguen los dos hijos del muerto que lamentan su muerte con gestos elocuentes. Se suman los más altos dignatarios del país, el general supremo del ejército y los dos visires, el del Alto y el del Bajo Egipto, así como otros altos funcionarios, lo que habla de la importante posición de Ptahemhat. Si bien ellos expresan su duelo de una

forma más reservada, el estado emocional se manifiesta claramente por las manos sobre la cabeza y el gesto de volver el rostro y bajar la vista del último hombre. En el registro superior se representa la marquesina instalada en el camino del cortejo fúnebre con el fin de abastecer a los dolientes en el prolongado ritual. Durante el paso del féretro, los sirvientes estallan en vociferantes lamentos de dolor en la marquesina y destrozan las vasijas de cerámica en señal de duelo. En el relieve se pueden reconocer claramente estos gestos de empatía.


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RELIEVE QUE MUESTRA AL FALLECIDO SENTADO EN UNA MESA DE OFRENDAS

Primer Periodo Intermedio, 2170–2025 a. C. Piedra caliza. 29 x 42 x 5.5 cm Inv.-No. ÄM 8436

Este relieve muestra la escena de la mesa de ofrendas recurrente en todas las tumbas, donde el difunto aparece sentado frente a una mesa en la que se han dispuesto diferentes ofrendas. En esta mesa de ofrendas se han representado sólo panes alargados, mientras que las restantes ofrendas sólo se detallan por escrito: pan, cerveza, aves, alabastro y vestimentas. La escena de la mesa de ofrendas debía garantizar el abastecimiento del difunto por toda la eternidad. Los egipcios creían que todas las representaciones eran reales y por ello las ofrendas detalladas estaban efectivamente a disposición del difunto.


PLATO DE OFRENDAS DE SECHERAAM

En forma complementaria a las escenas de las mesas de ofrendas representadas en las paredes de las tumbas, se podían adjuntar al difunto mesas de ofrendas con representaciones de algunos alimentos básicos. Aquí se han ilustrado diversas ofrendas y una escena relacionada: el hijo del difunto vierte el agua fuente de vida sobre el alma de su padre representada como pájaro con cabeza humana. Las cuatro pequeñas piletas estaban concebidas para suministrar agua real. En la parte inferior, ambos están coronados con las plantas heráldicas del Alto y el Bajo Egipto, el loto (izquierda) y el papiro (derecha).

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Abusir el-Melek Periodo Tardío, 750–332 a. C. Piedra caliza. 47 x 51.5 x 11 cm Inv.-No. ÄM 17038

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ESCARABAJO CON CABEZA Y BRAZOS HUMANOS COMO REPRESENTACIÓN DEL FALLECIDO EN FORMA DEL DIOS SOLAR

Periodo Tardío, 746–655 a. C. Piedra caliza. 43 x 25.5 x 17 cm Inv.-No. ÄM 11405

Esta figura muestra una representación inusual del dios del sol de la mañana, Jepry, que aparece normalmente como escarabajo con el disco solar. Aquí encontramos a dos escarabajos, espalda con espalda, uno encima del otro. Las patas de cada escarabajo han sido sustituidas por seis brazos y manos humanos: las patas superiores se abrazan, mientras que las inferiores sujetan la esfera solar. Arriba se añadió una cabeza humana. Esta representación alude probablemente a la regeneración del dios Sol, que convierte su cuerpo humano en la figura del escarabajo en el inframundo.


ESCARABAJO-CORAZÓN CON UNA REPRESENTACIÓN DE OSIRIS EN FORMA DE MOMIA ENTREMEDIO DE ISIS ALADA Y NEFTIS EN LA PARTE INFERIOR

Los motivos de los escarabeos en el contexto funerario se refieren en general al mundo del Más Allá. En el anverso apreciamos los dioses Horus (izquierda) y su padre Osiris (derecha), coronados por dos Ojos de Horus. En el reverso aparece el soberano del inframundo, Osiris, en posición momiforme con las insignias reales, el cayado y el látigo, entre sus hermanas aladas Isis (izquierda) y Neftis (derecha). Ambas hermanas pudieron volver a la vida a su hermano, por lo que él da a cada difunto la esperanza de la resurrección.

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Periodo Tardío, 746–655 a. C. Piedra serpentina. 2.7 x 5.3 x 8 cm Inv.-No. ÄM 3456

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ESTELA FUNERARIA DE KAMOSE

Abidos Imperio Nuevo, Dinastía XIX, 1292–1186 a. C. Piedra caliza. 129 x 68 x 13 cm Inv.-No. ÄM 7291/1

La estela funeraria muestra al difunto funcionario de la casa del tesoro real, Kamose, arrodillado bajo un árbol frente a una mesa de ofrendas. Las ofrendas, una jarra y una flor de loto, son ofrecidas a los dioses Osiris, Isis y Horus. Detrás de Kamose se eleva la diosa árbol desde el ramaje de una higuera sicomoro y extiende sus brazos para verter agua de una jarra en las manos del difunto y alcanzarle frutos. La diosa árbol simboliza que el muerto anhela ser eternamente cuidado con cariño. En el registro inferior se encuentra reunida la familia de Kamose y más abajo se indica la oración para ofrendas.


BLOQUE DE RELIEVE DE PARED DE TUMBA REPRESENTANDO OFRENDANTES Y LA PARTE SUPERIOR DEL CUERPO DEL DIFUNTO COMO UN SUMO SACERDOTE DE MENFIS

Este bloque fue encontrado como parte del equipamiento funerario de la tumba del sumo sacerdote de Ptah en Menfis, cuyo nombre, lamentablemente no sobrevivió. El difunto propietario de la tumba aparece representado en el lado derecho del relieve, mientras que en el izquierdo hay dos figuras más pequeñas con ofrendas. Estas ofrendas habrían servido para proveer al difunto por la eternidad en el inframundo. Estos hombres están señalados como hijos del fallecido y son sacerdotes “wab” o sacerdotes puros de menor rango.

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Menfis Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra caliza. 58 x 94 x 10.5 cm Inv.-No. ÄM 12410

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ESTELA FUNERARIA DE RJJ

Esta estela funeraria tiene una estructura característica con inscripción circular y campos de representaciones y texto ordenados en registros. En la parte superior se ha representado al propietario de la tumba, Rjj, con su esposa Maja, quienes, implorantes y con los brazos elevados, entregan ofrendas en un pequeño altar al soberano del inframundo, Osiris. El dios aparece sentado en un santuario coronado con una serie de Uraeus y porta las insignias que lo distinguen como regente, el cayado y el látigo. Detrás de él aparecen sus dos hermanas Isis y Neftis. En el registro intermedio aparece el matrimonio dos veces ante una mesa de ofrendas ubicada en el centro. Rjj fue un importante oficial del ejército egipcio, jefe de los arqueros y responsable de los carros de combate. Su esposa, cantora de Amón, se desempeñaba también como importante sacerdotisa en el templo del principal dios del país. Sus vestidos finamente plisados y las ornamentadas pelucas son testimonio de su alto rango. En la parte inferior, la estela concluye con una inscripción más larga que contiene la oración de ofrenda, donde los difuntos piden al rey que interceda ante los dioses para que éstos velen por el sustento de los propietarios de la tumba en el Más Allá.

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Menfis Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C. Piedra caliza. 157 x 94.5 x 18 cm Inv.-No. ÄM 7290

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SARCÓFAGO DE INTEF

Tebas, Assasif/Qurna Imperio Medio, Dinastía XI, 2119–1996 a. C. Piedra caliza. 110 x 99.5 x 240 cm Inv.-No. ÄM 1154

El sarcófago de Intef tiene la forma de caja rectangular característica de los Imperios Antiguo y Medio. Estos sarcófagos eran fabricados de madera o piedra y muchas veces se usaban varios sarcófagos, uno dentro del otro, para proteger en forma óptima a la momia. A inicios del Imperio Medio la decoración de los sarcófagos era más costosa. En las paredes interiores aparecen extensos textos que describen el Más Allá. Tales inscripciones se encuentran también en el sarcófago de Intef. Por encima de las columnas de inscripciones verticales hay una inscripción horizontal en coloridos jeroglíficos que contiene la oración de las ofrendas para asegurar el sustento en el Más Allá. En uno de los lados internos de la pared longitudinal fueron pintadas

otras ofrendas, como vestimenta, joyas, mobiliario y armas. El muerto debía poder disponer también en el Más Allá de todos los objetos necesarios para su vida cotidiana. Los lados exteriores del sarcófago están decorados con mucha sencillez. Una línea circular de jeroglíficos menciona nuevamente la oración de las ofrendas. En uno de los costados longitudinales se puede reconocer aún débilmente un par de ojos. Éstos posibilitaban al difunto mirar desde el interior del sarcófago y mantener con ello el contacto con el mundo exterior. Por la ubicación de los ojos se ha podido establecer que la momia había sido depositada de costado y no de espaldas dentro del sarcófago. Esto explica también que el ataúd interior sea más estrecho.


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LIBRO DE LOS MUERTOS PERTENENCIENTE A TA-REMETSCH-EN-BASTET

Este papiro tiene más de cuatro metros de extensión y forma parte del “Libro de los Muertos”. El libro de los muertos fue una compilación de alrededor de 250 versos e ilustraciones diseñadas para ayudar a los difuntos a navegar en su camino hacia el otro mundo. Este ejemplar pertenecía a una mujer llamada Ta-remetsh-en-Bastet y está datado dentro del Periodo Ptolemaico del Antiguo Egipto. Uno de los capítulos más importantes en el Libro de los muertos fue el número 125, en el cual al fallecido le eran pesados sus pecados ante los dioses. Se creía que el difunto era conducido hacia la balanza donde su corazón sería ubicado para pesarse contra la dios Maat, la representación del orden mundial y la justicia. Si el difunto había vivido de acuerdo con Maat sería capaz de entrar en el inframundo y vivir allí eternamente. Sin embargo, si hubiese pecado, su corazón acusaría el peso en la balanza y en cambio sería comido por el “devorador”, un monstruo híbrido de cocodrilo, león e hipopótamo.

EL MÁS ALLÁ

Inicios del Periodo Ptolemaico, 320-306 a. C. Rollo de papiro. 35.5–36.3 x 117.5–160 cm Inv.-No. P 3058 I Inv.-No. P 3058 II (ver páginas 176-177) Inv.-No. P 3058 III (ver páginas 178-179)

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EL MÁS ALLÁ



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EL MÁS ALLÁ


USHEBTIS DE DIFERENTES INDIVIDUOS

PUERTA FALSA DE PTAH-HUTEN

Saqqara, Imperio Nuevo, 1550–1070 a. C.; Inv.-Nos. ÄM 4401, ÄM 4389, ÄM 4391

Imperio Antigua, 2700–2170 a. C. Piedra caliza. 113 x 79 x 10.5 cm Inv.-No. ÄM 32323

Tebas, Imperio Nuevo, Dinastía XX, 1186–1070 a. C. Inv.-No. ÄM 4418 Tebas, Deir el-Bahari, Tercer Periodo Intermedio, 1070–946 a. C.; Inv.-No. ÄM 7379 Saqqara, Periodo Tardío, 750–332 a. C. Inv.-Nos. ÄM 376, 377, 4516, 7437 Tebas, Periodo Tardío, 750–332 a. C.; Inv.-No. ÄM 339 Periodo Tardío–Primer Periodo Ptolemaico, 664–246 a. C. Inv.-No. ÄM 28445/1 Cerámica esmaltada, piedra caliza y piedra serpentina 7.2–33 x 2–10.2 x 1–8 cm

Las pequeñas figuras momiformes, Ushebtis, “los que responden”, debían reemplazar al difunto en las tareas que pudieran ser requeridas en el Más Allá, en el reino de Osiris. La confección de las figuras puede ser muy laboriosa y detallada, y podemos reconocer también la azada y sacos de granos para el trabajo en el campo. Pero existían también figuras muy pequeñas y sencillas bosquejadas burdamente. Diez Ushebtis momiformes estaban subordinados a un capataz, que viste la ropa de uso común de un vivo.

La puerta falsa marca el lugar principal de las ofrendas en la tumba y representa el umbral entre el mundo de los vivos y aquél de los muertos. Era percibida como una puerta normal, con marco, dintel y rollo de estera, que reproduce el cortinaje enrollado de la puerta. A diferencia de una puerta real, el paso está diseñado en piedra, de forma que el tránsito no es posible para los vivos, pero el alma del difunto podía pasar y recibir las ofrendas depositadas por los familiares ante la puerta falsa.


180 - 181

EL MÁS ALLÁ


GLOSARIO

Ach: Una de las tres formas del alma (Ka, Ba, Ach) de las personas. Denota la forma transfigurada del hombre después de su muerte.

Amit: “La gran Devoradora” tiene cabeza de cocodrilo,

cuartos traseros de hipopótamo y los delanteros de león. Ella devora los corazones de aquellos que han cometido violaciones en vida contra Maat y por lo tanto están condenados al castigo eterno.

Amón: “El Oculto”, uno de los ocho dioses primigenios,

más tarde deidad nacional de Egipto; ver p. 108, ÄM 7295.

Anj: “La vida”, con forma de cruz, en la parte superior tiene un bucle. Símbolo del territorio de Egipto (Ancho Delta y estrecho valle del río). Cuando lo sostienen los dioses es considerado como “dador de vida” de las personas.

Anubis: El acompañante de los muertos; ver p. 120, ÄM 2465. Apophis: Enorme serpiente que encarna el mal. Todas las noches es apuñalada, pero se recupera una y otra vez.

Asclepio: dios griego de la medicina. Astaré: diosa semítica occidental de la guerra, contraparte de la diosa Sekhmet.

Corona Atef: Corona blanca del Alto Egipto, tiene las plu-

mas de Maat, cuernos de carnero, y el disco solar de Osiris.

Atum: Dios creador; ver p. 36, ÄM 611, p. 37, ÄM 12578. Ba: Una de las tres formas del alma (Ka, Ba, Ah) de las personas que encarna el poder espiritual, representado como un ave con una cabeza humana.

Bastet: Diosa con forma humana con cabeza de gato,

también representada como un gato, es el aspecto dócil de la diosa Sekhmet, diosa de la fortaleza y la medicina.

Bes: Dios tutelar protectora de forma enana; ver p. 118, ÄM 20484, p. 119, ÄM 22200.

Corona Azul: Corona ceremonial formada por una rueda de escamas de color azul.

Khepri: Escarabajo, manifestación del dios sol; ver p. 166, ÄM 11405.


Jonsú: Dios lunar, con forma de momia y un báculo, flagelo,

Campos Jaru: Espacio de la otra vida, que se utiliza

Ctónico: “que pertenece a la tierra“, denominación para

Ka: Una de las tres formas del alma (Ka, Ba, Ah) de las perso-

Demótico (escritura): Reciente, simplificada y por lo tanto

Cartucho: Anillo ovalado que rodea el nombre de trono

Pilar-djed: “duración, estabilidad” símbolo de Osiris.

Copto: Etapa de lenguaje reciente de los Egipcios, escrito

las deidades del inframundo.

cerca del pueblo (demos = pueblo) Escritura de los egipcios.

Corona doble: Combinación de la corona roja del Norte (Bajo Egipto) y la corona blanca del Sur (Alto Egipto).

Cerámica: Arena de cuarzo fundida, es el material más antiguo producido artificialmente. Utilizado para la fabricación de joyería, figuras y vasos.

Gau: distrito administrativo. Hapi: Dios del Nilo; ver p. 29, ÄM 9337. Haroeris: “Horus, el Grande”, manifestación de Horus. Hathor: Diosa de la fiesta y del amor; ver p. 114, ÄM 14942.

para la agricultura.

nas. Forma física sin edad, aparece en forma humana juvenil. y el nombre de nacimiento del rey.

en letras griegas y seis caracteres adicionales. Hoy lengua litúrgica de los cristianos en Egipto.

Maat: “La verdad, la justicia y el orden mundial”, máxima central de la vida; encarnada por una diosa que lleva una pluma en la cabeza.

Mammisi: Lugar de nacimiento, parte de un templo egipcio. Mastaba: Gran tumba formada de pequeñas piedras en forma de pirámide truncada. No había la cámara funeraria; la cámara de mortuoria era un pequeño espacio en el interior.

Menit: Collar, objeto de culto consistente de un mango en

Heqet: Diosa del parto, representada como una mujer con cabeza de rana.

forma de labio y varias hileras de perlas que contrarrestan el peso y lo mantienen en su lugar, se utiliza como un instrumento de traqueteo en festivales.

Hierática (escritura): forma de escritura a mano

Meretseger: “la que ama el silencio” Diosa del Oeste; ver

de jeroglíficos simplificados.

p.133, ÄM 21565.

Jeroglíficos: “Signos sagrados”, letras de molde del

Ceremonia de apertura de boca: Sacerdote con la más-

Antiguo Egipto.

Horus: Dios celeste y dios tutelar de los reyes; ver p. 46, ÄM 8288, p.110, ÄM 8286, p. 113, ÄM 5577, VÄGM 1982/11 . Ehy: dios de los músicos.

Isis: Diosa de la maternidad, esposa de Osiris; ver p. 46, ÄM 8288, p.110, ÄM 8286 y p. 111, ÄM 13778.

Isis/Tyet, Nudo de Isis: nudo de tela usado para ceñir la ropa de los dioses, símbolo de Isis; ver p. 159, ÄM 17242, ÄM 6364, ÄM 6464.

Isis lactans: Isis que amamanta; ver p.110, ÄM 8286.

cara de Anubis abre simbólicamente la nariz y la boca de la momia con una herramienta especial para restaurar las funciones del cuerpo para la vida futura.

Mut: Diosa madre, se representa con un traje colorido, doble corona y tocado de buitre.

Naophor: “portador de santuario”, de pie o de rodillas, figura que sostiene un santuario ya que el nuevo reino tiene la forma de una estatua.

Naos: Santuario cerrado para la imagen de Dios en el templo. Nefertum: Dios de la regeneración; ver p.41, ÄM 22716, ÄM 5392. Neftis: Diosa del más allá y del nacimiento, hermana de Isis.

GLOSARIO

cetro de was, disco solar, medialuna y con forma de un joven.

182 - 183


Nun: Aguas primigenias desde las cuales emerge el Dios Creador.

Obelisco: Pilares altos ligeramente cónicos y decorados en la parte de arriba que terminan en una punta; elemento arquitectónico en templos unifamiliares.

Osiris: Dios de la otra vida, Gobernante del inframundo; ver p. 111, ÄM 13778.

Ostracón (Ostraca pl.): piedra caliza o fragmento de

vaso que se ha utilizado como material barato de escritura para bocetos, ejercicios escolares y notas. Pateco: Forma enana del dios tutelar, pequeño Ptah; ver p. 134, ÄM 4062, ÄM 5670, ÄM 7345, ÄM 11383.

Pectoral: amuleto de protección. Ptah: Dios creador y de la sabiduría. Pilón: dos torres rectangulares que se unen entre sí

para formar una unidad que marca la entrada de una tumba o templo.

Piramidión: Parte superior de una pirámide u obelisco; elemento arquitectónico independiente en las tumbas privadas del Nuevo Imperio.

Ra / Re o Amón-Ra: Dios del sol, con forma de hombre con cabeza de halcón o representado como un halcón. Junto con Amón y Ptah son aspectos de Dios creador.

Ra-Harachte: Dios Sol, manifestación de Ra; ver p. 151, ÄM 7275.

Renenutet: Diosa de la cosecha, representada como

Seth: Dios de la guerra; ver p. 112, ÄM 21459. Sistro: sonajero que se utiliza como instrumento musical en el culto de dioses y festivales; Símbolo de la diosa Hathor.

Escarabajo: Escarabajo del estiércol, manifestación de la

adoración del dios del sol juvenil, la bola del sol empuja el cielo de la mañana; simbolizando la regeneración constante.

Stelophor: “Portador de estelas”, de pie o la rodilla figura

la celebración de un puesto de trabajo con una oración a los dioses, ya que el nuevo reino tiene la forma de una estatua.

Taueret, Tueris: Diosa patrona de los nacimientos; ver p. 115, ÄM 22272.

Tot: dios escritor que registra la sabiduría divina; ver p. 121, ÄM 4438.

Libro de los Muertos: Nombre moderno de que consta de 250 refranes y paneles de imágenes. Alrededor de 1700 a. C. Egipcia Logia incurrido, instrucciones para la otra vida.

Juicio de los Muertos: Juicio, en el que las acciones de

los fallecidos se evalúan y se hace un juicio sobre la continuación de su existencia en el más allá.

Ojo-Udjat: Los heridos en la lucha y luego “ojo curado” del dios Horus; Símbolo de regeneración y curación, amuleto protector popular.

Upuat: “el que abre caminos”, Identificación de Anubis, que guía a los difuntos hacia el más allá.

Uraeus: Cobra que escupe veneno. Escultura usada en la

una serpiente; ver p. 31, ÄM 21961.

frente por los miembros de la familia real para protegerse contra los ataques.

Sekhmet: diosa de la curación y la guerra; ver p. 107,

Ushabti o ushebti: “los que responden” pequeña figura

ÄM 7266.

Puerta Falsa: Réplica de una puerta abierta de piedra. Es el principal elemento arquitectónico en la tumba, lo que permite a las almas de los difuntos, el paso entre el otro mundo y este mundo.

diseñada para acompañar a la momia, equipada con un azadón y sacos de grano. Él responde en lugar del fallecido, cuando se llama a trabajar en los campos.

Cetro-Was: báculo que termina en una cabeza de chacal; Símbolo de la felicidad usado por los dioses.


Mar Mediterráneo

Alejandría

DELTA

Giza Saqqara

Menfis Dashur El Lisht

SINAÍ

EL FAYUM

Beni Hasan

Tell el-Amarna

Mar Rojo

Abidos Tebas

Karnak Luxor

Hieracómpolis

Elefantina

Abu Simbel

Edfu

Filé

MAPA DE EGIPTO

EGIPTO

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LÍNEA DE TIEMPO Periodo - Fechas

Reyes y Reinas

Acontecimientos Nomadismo, contínuo asentamiento

PERIODO PALEOLÍTICO 500.000–6000 a. C.

NEOLÍTICO

Sedentarismo, agricultura mixta, hallazgos de piezas cerámicas y primeras piezas de estatuaria.

6000–3900 a. C.

CULTURA NAQADA I-III 3900–3100 a. C.

Faraón Narmer (0. Dinastía, ca. 3100 a. C.)

PERIODO DINÁSTICO TEMPRANO (DINASTÍAS I Y II)

Invención de la escritura (jeroglíficos) Tumbas de tipo mastaba para la elite. Capital del Reino se traslada desde Tinis hacia Menfis. La tradicional aparición del Antiguo Egipto se configuró y desarrolló en torno al arte, la arquitectura y muchos aspectos de la religión. Los reyes establecieron una administración nacional y nombraron gobernadores reales.

3100–2700 a. C.

IMPERIO ANTIGUO (DINASTÍAS III - VI)

Djoser (Dinastía 3, ca. 2650 a. C.)

2700–2200 a. C.

Seneferu, Keops, Kefrén (Dinastía IV, ca. 2600–2550 a. C.)

PRIMER PERIODO INTERMEDIO (DINASTÍAS VII - X)

2100–1800 a. C.

SEGUNDO PERIODO INTERMEDIO 1800–1550 a. C.

Pirámide escalonada del Rey Zoser en Saqqara; Tumbas tipo Mastaba para la elite. Primer periodo de prosperidad para la cultura egipcia: pirámides de Seneferu, Keops y Kefrén. El reino sagrado se desarrolla. Capital: Menfis. Al final de la Dinastía VI los disturbios internos y las turbulencias causan un quiebre político.

Las elites obtienen mayor poder y la influencia y el control de los faraones disminuyen. Las luchas por el poder desestabilizan al país.

2200–2000 a. C.

IMPERIO MEDIO (DINASTÍAS XI - XII)

Unificación del Alto y Bajo Egipto.

Mentuhotep II (Dinastía XI, ca. 2050 a. C.)

Segunda unificación del faraón Mentuhotep II. Capital: Tebas. Dinastía XII se denomina como el “Periodo Clásico” para el arte y la literatura. Aumento del contacto comercial con países extranjeros y políticas de conquista en Nubia. Se construyen grandes fortalezas para proteger las fronteras. Entierros en tumbas talladas en la roca.

El Rey pierde poder, guerras civiles dividen el reino. Los Hicsos invaden por el lado este y gobiernan Egipto por casi 100 años. Gracias a los Hicsos los egipcios aprenden a usar carros tirados por caballos.


Periodo - Fechas

Reyes y Reinas

Acontecimientos

IMPERIO NUEVO (DINASTÍAS XVIII - XX)

Reina Hatshepsut (Dinastías XVIII, c. 1470 a. C.)

1550–1070 a. C.

Tutmosis III (Dinastía XVIII, c. 1480 a. C.)

El Rey Ahmose subyuga a los Hicsos y se convierte en el primer rey de la Dinastía XVIII. Según la ideología oficial del estado, el rey se convierte en el hijo del dios del reino Amon-re de Tebas. Las campañas militares dirigidas por Tutmosis III Egipto fortalecen el reinado de Egipto. La revolución religiosa que se levanta con Akenatón en el Periodo Tell el-Amarna provoca una crisis temporal. El sucesor de Akenatón, Tutankamón, el nuevo dios único Atón es nuevamente abandonado y al pueblo se le permite nuevamente adorar al panteón de deidades antiguas. Dinastías XIX y XX. El Periodo Ramésida fuertemente influenciado por Ramsés II. Sus 67 años de reinado se caracterizaron por una política exterior exitosa y por numerosas campañas de construcción, dando al país numerosas y bellas edificaciones. Ramsés II combate a los pueblos del mar mediterráneo. Estructuras relevantes adicionales: Valle de los reyes y reinas, Abu Simbel, pequeño templo de Nefertari (Dinastía XIX, c. 1260 a. C.); Templo funerario de Hatshepsut en Deir el-Bahari.

Tutankamón (Dinastía XVIII, c. 1330 a. C.) Ramsés II (Dinastía XIX, c. 1250 a. C.)

PERIODO TELL EL-AMARNA 1351–1334 a. C.

Faraón Akenatón y Reina Nefertiti (Dinastía XVIII, c. 1350 a. C.)

3ER PERIODO INTERMEDIO (DINASTÍAS XXI - XXIV)

Amenofis IV / Akenatón, prohíbe el antiguo politeísmo. Akenatón y la familia real adoran a la nueva deidad monoteísta, Atón. La residencia real se transfiere a Tell el-Amarna.

Egipto decae. Los enemigos atacan al país, Hay gobernadores extranjeros; El arte funerario florece.

PERIODO TARDÍO (DINASTÍAS XXV - XXXI) 750–332 a. C.

Rey Taharqa (Dinastía XXV, c. 680 a. C.)

En el 728 a. C. El rey Piye conquista Egipto e instaura el reinado Kushita de la Dinastía 25. Batallas entre Egipto y Asiria. El sucesor del rey Taharqas es obligado a retirarse hacia Nubia. Alrededor del 664 a. C. El gobernador de la ciudad de Sais instaura a la Dinastía XXVI como Rey Psammetik I y reunifica Egipto. 525 a. C. Egitpo es conquistado por el ejército Persa y pasa a formar parte del Imperio Persa.

PERIODO PTOLEMAICO 332–30 a. C.

Ptolomeo I (c. 300 a. C.)

Alejandro Magno conquista Egipto liberandolo del reinado Persa. Luego de su muerte Ptolomeo I asume como rey de Egipto. Residencia: Alejandría Cleopatra VII pierda la batalla decisiva en Actium (30 a. C.) contra de los romanos. Egipto se vuelve parte del Imperio Romano.

Cleopatra VII (c. 40 a. C.)

PERIODO ROMANO 30 a. C.–313 d. C.

Bajo el dominio del Imperio Romano Egipto es explotado para proveer de Grano a los romanos. Los gobernantes romanos en Egipto adoptan el título de faraón y se auto insertan dentro de la tradición de los reyes egipcios.

LÍNEA DE TIEMPO

1070–750 a. C.

186 - 187



CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS (Imágen de Portada) Fragmento de relieve: Cortesanos frente a un rey que no es visible Saqqara, Tumba menfita de Horemheb. Imperio Nuevo, 1333–1323 a. C. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Sandra Steiß (P. 2-3) Atardecer a orillas del Nilo. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / A. Schröder (P. 4-5) Las pirámides de Giza. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / A.Schröder (P. 6-7 Detalle) Libro de los Muertos pertenenciente a Ta-remetsch-en-Bastet. Inicios del Periodo Ptolemaico, 320-306 a. C. Rollo de papiro. Inv.-No. P 3058 III Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Andreas Paasch (P. 12) Figurilla de un rey arrollidado con la corona del bajo Egipto, y con vasos de sacrificio. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Jürgen Liepe (P. 28, 33, 34, 35, 37, 38, 40, 41, 42, 45, 47, 48, 50-53, 55-73, 75-86, 89, 90, 91, 109-118, 120, 122, 124, 125, 126, 128-135, 148, 152, 153, 155-161, 164, 165, 167, 169, 172, 173, 180, 181) Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Sandra Steiß (P. 30, 31, 36, 46, 88, 106, 108, 119, 121, 151, 166, 168) Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Jürgen Liepe (P. 32, 54, 74, 162, 163) Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Margarete Büsing (P. 39) Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Unbekant (P. 44, 127, 150, 154, 170) Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Ingrid Geske (P. 49, 174, 175, 176, 177, 178, 179) Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Andreas Paasch

CRÉDITOS

(P. 188-189 Detalle) Escena de la Corte de Nefer-ini del Libro de los Muertos. Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin / Sandra Steiß

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FUNDACIÓN CENTRO CULTURAL PALACIO LA MONEDA

Presidente María Arntz Bustos Directora Ejecutiva Fundación Casa de la Paz Vicepresidente Rodrigo Espinosa Marty Director de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores Secretario Alan Trampe Torrejón Sub-Director Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos - DIBAM -

ÁREA DE EXPOSICIONES

Coordinadora de Exposiciones Macarena Murúa Rawlins Encargada de Investigación y Contenidos Manuela Riveros Camus Productora de Exposiciones María Elena del Valle Yrarrázaval Encargada de Extensión Asunción Balmaceda Delest Conservadora Anja Stäbler

Tesorero Abdullah Ommidvar Farhadi Gerente General Arauco Films

ÁREA DE EDUCACIÓN Y AUDIENCIAS

Directores Consejeros María Valdés Budge Académica, Pontificia Universidad Católica de Chile

Productor de Mediación y Extensión Jorge González Meza

Drina Rendic Espinoza Gestora Cultural Emilio Lamarca Orrego Director Espacio Casa E, Valparaíso Federico Sánchez Villaseca Arquitecto, académico, conductor de radio y televisión Gonzalo Sánchez Serrano Abogado y artista visual Asesor Jurídico Pedro Mujica Barrientos

Coordinador Programa de Mediación Alex Meza Cárdenas

Asistente Programa de Mediación Romina Salas Rojo ÁREA DE COMUNICACIONES Y MARKETING

Coordinadora de Comunicaciones Viviana Salas Bordali Diseño Gráfico Yvonne Trigueros Blanco Encargado de Prensa Alejandro Barrientos Rojas Periodista Redes Sociales Sandro Sassi Vergara

ÁREA ADMINISTRATIVA

Directora Ejecutiva Alejandra Serrano Madrid Gerente de Administración y Finanzas Micaela Thais Santa Cruz Jefe de Operaciones Daniel González Cruz Asistente Dirección y Administración Mariluz Gálvez Paz Asistente Administración y Finanzas Andrés Curiqueo Quilaqueo Gisela Bobadilla Navarro

ÁREA TÉCNICA

Luis Ortega Manzo Daniel Silva Bastías Cristián Hidalgo Pizarro


Organización

ÄGYPTISCHES MUSEUM UND PAPYRUSSAMMLUNG, STAATLICHE MUSEEN ZU BERLIN

Centro Cultural Palacio La Moneda

Directora Ägyptisches Museum und Papyrussammlung

Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin

Friederike Seyfried

Curatoría

Olivia Zorn

Olivia Zorn Christina Hanus

Curatoría

Asistente Curatorial I-Ting Liao Anna Turner-Major Juliane Padluschat Alice Baruffato Coordinación Exposición Macarena Murúa Rawlling Textos Olivia Zorn I-Ting Liao Productora de Exposición María Elena del Valle Yrarrázaval Conservadora Anja Stäbler Museografía Manual Iluminación Docevolts

Encargada de Proyecto Expositivo

Olivia Zorn Christina Hanus Asistente Curatorial I-Ting Liao Anna Turner-Major Juliane Padluschat Alice Baruffato Coordinación Exposición Christina Hanus Conservación Gisela Engelhardt, Iris Hertel, Kathleene Kerth, Myriam Krutzsch, Nina Loschwitz, Katrin Aue, Katrin Haug, Pia Lehmann, Sylvia Lenzner, Gerhardt Kunze, Sebastian Röhl y Astrid Will Encargados de Depósito Frank Marohn Anne Schorneck Equipo de Montaje Berlín Ruben Erber (EMart) Prestamista externo Christian Tietze

CRÉDITOS

EXPOSICIÓN

190 - 191


CATÁLOGO

Diseño Gráfico Yvonne Trigueros Blanco Edición Manuela Riveros Camus Ensayos Olivia Zorn Christina Hanus Textos Catálogo de Piezas Christina Hanus: P. 41, 59, 107, 108, 120, 133, 156, 159 (ÄM 17146), 161, 168. I-Ting Liao: P. 45 (ÄM 21435), 70, 88, 129, 151, 162. Jan Moje: P. 53 (P 11235), 58, 59, 61. Anna Turner-Major: P. 37, 38, 45 (ÄM 4422), 50, 51, 56, 57, 66, 73, 125, 127, 130, 131, 149, 150, 152, 155 (ÄM 7289), 169, 175. Olivia Zorn: P. 29, 30, 31, 33, 34, 43, 46, 49, 55, 63, 65, 68, 71, 73, 75, 77, 79, 82, 83, 85, 90, 109-117, 119, 121, 123, 126, 128, 132, 134, 155 (ÄM 7985), 157, 158, 159 (ÄM 17242, ÄM 6364, ÄM 6464), 160, 164-167, 171, 172, 180. Traducción Margit Schmohl Hoffer Impresión Ograma

Isbn: 978-956-8529-43-7 Reservados todos los derechos de esta edición, © Centro Cultural Palacio La Moneda © Ägyptisches Museum und Papyrussammlung, Staatliche Museen zu Berlin Catálogo editado con motivo de la exposición Antiguo Egipto. Vida en el Nilo, en el Centro Cultural Palacio La Moneda, Santiago de Chile. Abril - Agosto 2016




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